La Guardia real homenajea a uno de sus caídos en acto de servicio

El accidente se produjo en la década de los ochenta en el campo de maniobras de El Palancar

12/11/2019

Cada 5 de noviembre es un día marcado con letras negras en el calendario de la Guardia Real. En esta ocasión se han cumplido treinta y nueve años del fallecimiento del cabo Gregorio Muñoz García, primer miembro de la compañía Monteros de Espinosa caído en acto de servicio.

Aquel fatídico día del año 1980 el Grupo de Honores realizaba un ejercicio de instrucción en el campo de maniobras de El Palancar (Madrid); en concreto, se estaba practicando el lanzamiento de granadas de mano. El cabo Gregorio Muñoz se hallaba detrás del parapeto con un soldado. Tras uno de los lanzamientos, Muñoz se percató del mal funcionamiento del artefacto, y en un acto de valentía lanzó a su compañero al suelo, protegiéndole con su propio cuerpo al tiempo que se producía la explosión prematura de la granada. Las heridas causadas fueron de extrema gravedad para él y supusieron su muerte en el acto. Su fallecimiento salvó la vida del soldado, que sólo sufrió heridas leves.

Como muestra del respeto y admiración que los actuales miembros de la compañía  Monteros de Espinosa profesan a la entrega del cabo Gregorio Muñoz, este año se han realizado dos emotivos actos en su honor. En primer lugar, con la unidad formada al completo, se depositó una corona de laurel en el monolito erigido en su nombre en el acuartelamiento  Príncipe de El Pardo. Posteriormente, una comisión se trasladó a la localidad de Zarza de Granadilla (Cáceres), donde reposan sus restos, para acompañar a sus familiares en un acto más íntimo e igual de emotivo. Descanse en paz.

 “Los componentes de tu compañía de Monteros de Espinosa no te olvidan, sigues formando junto a ellos”.

           

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