Motoristas reales en la escuela de pilotos

El entrenamiento a cubierto o Indoor es habitual entre los miembros de la Sección de Motos para perfeccionar la técnica de conducción en diferentes situaciones

22/04/2019

A medida que las imponentes Harley-Davidson electra glide de la Guardia Real se abren paso por cualquier calle, avenida o plaza española durante uno de sus servicios, van dejando atrás una estela de horas de duro trabajo. Entre los miembros de la Sección de Motos del Grupo de Escoltas se comenta que no es oro todo el metal que reluce en los motores y escapes de las máquinas, pues para disfrutarlas como herramienta de trabajo hay que pasar antes muchas jornadas pisando barro y sorteando obstáculos en la pista de conducción.

No obstante, el exigente plan de instrucción de motoristas de la Compañía de Control Militar de vez en cuando da una tregua, aunque sea relativa. Así, un primer grupo de cinco guardias reales se trasladaron una jornada de abril a las instalaciones de la escuela de pilotos Lorenzo Madrid Indoor, en Algete. El objetivo era realizar un curso de conducción y perfeccionamiento contemplado dentro del citado plan de instrucción.

En las mismas instalaciones por las que ya han pasado reputados pilotos profesionales, y  bajo la atenta mirada de experimentados profesores, los guardias reales practicaron el manejo y control de la motocicleta bajo condiciones técnicas extremas. Entre otros, se perfeccionaron aspectos como el control del gas, la trazada, la posición en la moto o la entrada en curva, siempre en un entorno seguro. El método de aprendizaje del centro consiste en la realización correcta de movimientos y ejercicios técnicos a través de la repetición controlada y la corrección continua. Se trata de que aprendan, en palabras de la escuela, ‘los secretos del pilotaje moderno’.

Este tipo de entrenamiento repercute de manera positiva y directa en el trabajo diario, ya que genera confianza en los pilotos e incrementa su control sobre los diferentes modelos de motocicleta con las que cuenta la unidad. El fin último es realizar los servicios de escolta en un entorno de conducción más seguro. Y, además, tratar de que el brillo en sus actuaciones no sea sólo el de las motocicletas.

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