La Guardia Real, aula abierta para los estudiantes madrileños

La unidad, en colaboración con el Área de Reclutamiento de la Delegación de Defensa en Madrid, vuelve a abrir sus puertas e integra a quince jóvenes entre su personal

12/04/2019

Por décimo año consecutivo, la Guardia Real ha participado en el programa 4.º ESO+empresa, una actividad que se lleva a cabo entre  las instituciones, empresas y centros de enseñanza suscritos. El propósito es acercar el sistema educativo al mundo laboral, y tiene un carácter voluntario y extracurricular. Así, durante el primer periodo del programa –entre los días 8 y 11 de abril–, una quincena de jóvenes madrileños, chicos y chicas, han sustituido la disciplina del estudio por el conocimiento de la disciplina militar. La intención última es aligerar la mochila de libros durante unos días y comenzar a llenarla de experiencias para el futuro.

La jornada diaria comenzaba presenciando la formación de la unidad para el izado de bandera. Después, empezaban las actividades en un aula muy diferente a la habitual: cada uno de los tres acuartelamientos –El Rey, La Reina, y Príncipe de Asturias– con los que cuenta la Guardia Real en El Pardo. Yago, uno de los alumnos, apunta que ha visto «cosas muy variadas que me han gustado mucho, como el entrenamiento de perros, las especialidades operativas o el acto de entrega de Cartas Credenciales en el Palacio Real de Madrid».

Para los guardias reales de las diferentes unidades y especialidades el programa también supone una ocasión especial para mostrar en qué consiste su trabajo diario. Así lo recoge Bárbara, otra de las estudiantes: «Lo que más admiro es la relación entre las personas, la importancia del apoyo cuando llevas una vida tan exigente. También me ha gustado la ilusión con la que hablan de su trabajo, y su forma de vida».

A medida que van pasando las jornadas y se van habituando al nuevo estilo de vida parece que los objetivos educativos del programa se van cumpliendo. «Venir aquí, a la Guardia Real, ha sido una experiencia enriquecedora que me ha servido para aclarar mis ideas de futuro», afirma Juan. Otra compañera,  Paula, se expresa en términos similares cuando comenta que «estos días me han dado la oportunidad de conocer el día a día de los militares, y además me han ayudado a orientarme en lo que quiero hacer en el futuro».

Es bien conocido que en multitud de ocasiones la juventud y las sorpresas   caminan de la mano. De ello da fe la joven Sara cuando, con gran seguridad, expone: «He aprendido a hablar de usted, y además he descubierto que los soldados sonríen». Toda una lección, sin duda.

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