Sus Majestades los Reyes presiden el acto de San Juan 2024 en la Guardia Real

Tras la celebración del décimo aniversario de la proclamación en el Palacio Real el 19 de junio, dos días después acompañaron a sus guardias reales el día de su patrón

24/06/2024

     Fue un acto de San Juan más, pero no tuvo nada que ver con ninguno de los anteriores. El mismo acuartelamiento pardeño de El Rey, la misma plaza de armas Reina Sofía y las mismas ocho de la tarde de otros años, pero una presencia muy especial lo hizo completamente diferente: Sus Majestades los Reyes presidieron el acto. Apenas dos días antes, el miércoles 19, gran parte de los componentes de la Guardia Real había tomado parte, de manera directa o indirecta, en los actos que conmemoraban el décimo aniversario de la proclamación. Para los guardias reales fue como una segunda celebración de la efeméride. Y, esta vez, «jugando» en casa.

     El viernes 21 de junio, pocos minutos antes de hora oficial de inicio y con un sol que comenzaba a dar tregua, la plaza de armas estaba «tomada» por la agrupación de honores de la Guardia Real y las tribunas y acotados se encontraban llenos a rebosar. Con este ambiente tan dispuesto para la ocasión se inició el primero de los actos previstos: la entronización del Santísimo Cristo de la Fe, Cristo de los Alabarderos. Al son de la marcha del mismo nombre, El Cristo de los alabarderos, varios componentes de esta compañía lo depositaron al lado del monolito a los caídos. Sin solución de continuidad, la bandera nacional se incorporó a la formación mientras la Sección de Honores de la Batería Real disparaba la salva correspondiente.

     A las ocho de la tarde el relator anunciaba la llegada de Sus Majestades los Reyes. Tras recibir los honores de ordenanza —himno nacional completo y salva de veintiún cañonazos—, don Felipe pasó revista a la agrupación de la Guardia Real compuesta por la Escuadra de Gastadores, la Unidad de Música, el mando de las Agrupación, las compañías de Alabarderos, Control Militar, Monteros de Espinosa, Mar Océano y la Escuadrilla Plus Ultra, la Sección de Motos, la Batería Real y el Escuadrón de Escolta Real. Tras ser saludados por las autoridades civiles y militares ocuparon su puesto en la tribuna real y comenzó el acto.

     En primer lugar, se llevó a cabo la ceremonia de renovación del compromiso y despedida de la enseña nacional de ocho excomponentes de la Guardia Real que habían pasado a la situación de reserva en el último año. Durante su avance hasta la bandera se leyó una breve reseña de la vida profesional de cada uno y los años de servicio dedicados a la Corona. Justo después se desarrolló la entrega de los títulos de alabardero de honor que concede la unidad a aquellas personas o instituciones que están especialmente vinculadas con la Guardia Real y colaboran desinteresadamente en cualquiera de las facetas de su vida diaria. La primera agraciada fue la actual introductora de embajadores del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, María Sebastián de Erice, que lo recibió «por su gran predisposición y colaboración constante e infatigable en los cursos de protocolo de la Guardia Real». El otro agraciado fue el escultor Salvador Amaya Sánchez. En esta ocasión se le concedió «por ser el escultor de referencia de varios bustos reales colocados en los acuartelamientos propios y por su ayuda continuada, asesoramiento y amistad hacia la Guardia Real». En ambos casos, el teniente general jefe del Cuarto Militar de la Casa de Su Majestad el Rey les entregó un distintivo de solapa y un diploma que acredita el título. Desde ese mismo momento, María y Salvador ya forman parte de la Guardia Real.

     En la alocución posterior, el coronel jefe se dirigió en primer lugar a don Felipe y a doña Letizia para agradecerles su presencia en la Guardia Real en un día tan especial: «El que Sus Majestades hayan querido presidir nuestro acto más solemne hace que nuestro compromiso con la Corona se vea aún más reforzado, ya que sentimos su agradecimiento y consideración». Justo después dejó constancia del ejemplo que supone cada día la actuación del jefe del Estado: «Nos transmitís confianza para afrontar el futuro que se nos presenta. Nos alentáis e inspiráis en los momentos difíciles sin perder en ningún momento el contacto con la sociedad. Sois la garantía de la unidad nacional; un referente y un ejemplo, pues lleváis a cabo vuestra tarea con total integridad y transparencia». También tuvo un reconocimiento público para la reina cuando expresó: «Constatamos el privilegio de contar con doña Letizia como reina. Majestad, sois una excelente muestra de los valores de nuestra monarquía, valores que ya son realidad también en nuestra princesa de Asturias y en la infanta Sofía. Nuestro reconocimiento, Majestad, por vuestro esfuerzo y dedicación; por hacer sentir vuestra cercanía a toda la sociedad con preocupación sincera y por entregaros con tanta generosidad». A los ocho excomponentes de la unidad que renovaron su compromiso con la enseña les exhortó a que llevasen siempre la boina azul en el corazón y les recordó que la Guardia Real es y será siempre su casa. Por último, tuvo un recuerdo para todos los caídos en el cumplimiento del deber y del compromiso contraído con la patria.

     Acto seguido tuvo lugar el acto de homenaje a los que dieron su vida por España en el que, como es tradición, participaron todos los guiones y banderines de la unidad. Después se cantó el himno de la Guardia Real y se recitó el mandato de Nuestro honor del ideario, que tuvo una significación muy especial ―una vez más, se volvió a renovar el compromiso adquirido con la Corona― al estar presente Su Majestad el Rey.

     Para finalizar la parada militar, las unidades abandonaron la plaza de armas y desfilaron ante las autoridades y Sus Majestades los Reyes, que abandonaron posteriormente la tribuna real entre aplausos y vivas al rey, a la reina y a España. 

 

 

 

 

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