El Grupo de Alta Montaña de la Guardia Real regresa a la alta ruta Chamonix-Zermatt

Veinticinco años después, uno de sus componentes sigue ascendiendo las mismas cimas con el orgullo de ser guardia real intacto

     Corría el mes de mayo del año 1999 cuando varios miembros del Grupo de Alta Montaña de la Guardia Real (GAMGR) realizaron por primera vez la que sin duda es la travesía más prestigiosa del planeta que obliga a utilizar esquís para llevarse a cabo: la ruta Chamonix-Zermatt. Codiciada por alpinistas de todas las nacionalidades, sus aproximadamente ciento veinte kilómetros de recorrido por el corazón de los Alpes hacen de ella una experiencia de alta montaña inolvidable.

     Veinticinco años después de la que fuera una de las primeras actividades «expedicionarias» del GAMGR, se pretendía que el escudo de la Casa Real española volviera a brillar entre las altas cumbres que unen las dos localidades emblemáticas que vieron nacer el alpinismo internacional.

     Con el nuevo reto en la mente de todos sus componentes, el día 19 de abril los componentes del grupo se trasladaron desde El Pardo a la localidad de Chamonix (Francia) para iniciar esta travesía por las máximas elevaciones del centro de Europa. Después de seis días atravesando collados que se elevan a más de tres mil metros, de coronar cimas emblemáticas como el Pigne d`Arolla (3.790m) cruzando el famoso paso de la Serpentine y sortear numerosos glaciares entre profundas grietas y gigantescos seracs, finalizaron la travesía en la pintoresca localidad suiza de Zermatt, al pie del Cervino.

     Todos los guardias reales sabían que no se trataba de una actividad más, ya que uno de los integrantes del grupo también estuvo presente en aquel primer viaje que hace veinticinco años dejó abierta la huella en esta travesía. El cabo mayor José Manuel Fernández Gay sigue poniéndose las botas y tirando del grupo tal y como lo hizo aquel lejano día de 1999 en el paso de esa misma cordillera. Quienes han tenido el honor de acompañarle responden a los nombres de capitán Armando Ledo, teniente Jaime Ortega, brigada David Gabarra, cabo Jesús Merchán y guardia real José Lucena. Todos, sin excepción, han querido dedicarle la gloria de alcanzar esas elevadas cimas con el orgullo añadido de portar el escudo real en el pecho y le dan las gracias por que siga marchando con ellos.

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