Mirando a Santander

Seguimos cumpliendo la agenda al pie de la letra para no llevarnos ninguna actividad de vuelta a El Pardo

     El gran buque de actividades de la Guardia Real ha tomado la derrota del otrora Portus Victoriae y se aproxima a la capital de la comunidad autónoma. El programa sigue su curso en los municipios y villas cántabras, pero las actividades más significativas se han trasladado a Santander.

     La Compañía de Alabarderos del Grupo de Escoltas ha llevado a cabo una marcha por el Camino Lebaniego y justo después ha completado una actividad de montaña, que ha consistido en un descenso de barrancos con el que se pone a prueba la capacidad de afrontamiento de situaciones difíciles y la resistencia física.

     La Compañía Monteros de Espinosa organizó una marcha al faro del Caballo y después completó su preparación física con una travesía larga con piraguas. La Compañía Mar Océano llevó a cabo una visita cultural a Castro‑Urdiales e hizo prácticas de navegación con zodiac en el Cantábrico. Por su parte, la Escuadrilla Plus Ultra impartió una conferencia sobre el origen, historia y funciones de la Guardia Real en Astillero. También, sendas exposiciones estática y dinámica con pista infantil y minirrelevo de la guardia. Poco después tuvo lugar un izado de bandera y un homenaje a los que dieron su vida por España que finalizó con un desfile por las calles del centro de la localidad.

     El Grupo Mixto se trasladó a Valdeprado del Río para organizar una parada militar y un izado de bandera. A continuación, impartió una charla informativa y montó una exposición estática para mostrar a todos los habitantes del municipio los materiales con los que cuenta la unidad.

     Santander ha acogido dos de las actividades principales de la semana. Por un lado, un pasacalle de la Sección de Movimientos Floreados y una fracción de la Unidad de Música por las principales calles del centro. Partiendo de la plaza del Ayuntamiento recorrió el itinerario que la une con la plaza de la Porticada y, poco después, llegó a la plaza de la Asunción. En ambos emplazamientos llevó a cabo una demostración de sus habilidades. Las muestras de afecto de los cántabros hacia su Guardia Real se han sucedido, en esta ocasión, en el corazón de la ciudad. Solo unos minutos después, a las 12 horas, tuvo lugar en la iglesia de la Anunciación una ofrenda de un ros a la patrona de la comunidad, la Bien Aparecida. El ros es la prenda de cabeza que todos los guardias reales vestimos en las ocasiones más solemnes y nos reconoce como soldados del rey.

     La otra actividad importante ha sido la exhibición dinámica que ha tenido lugar en la campa del palacio de la Magdalena. Con una amplia participación del personal del Grupo de Escoltas y algunos componentes del de Honores, la secuencia que se mostró al público asistente fue la que sigue: demostración de la Sección de Movimientos Floreados; destrezas evasivas, de defensa personal y escolta de autoridades; exhibición canina; instalación de un check point; actuación de la Banda de Clarines y Timbales; carrusel del Escuadrón de Escolta Real y entradas en posición y disparos de salvas de artillería.

      En el emblemático espacio donde se construyó el palacio de la Magdalena a principios del siglo xx terminan las actividades de la Guardia Real en la comunidad. Queda la que es, sin duda, la más significativa, la jura de bandera para personal civil en la que se espera que sellen su compromiso con España alrededor de trescientos españoles.

Imágenes

Vídeos