La primera suboficial mayor de los Cuerpos Comunes

La suboficial mayor María José Castillo ha estado destinada durante treinta años en la Unidad de Música de la Guardia Real. Tras su reciente ascenso, tiene que dejar su puesto en esta emblemática unidad

04/03/2024

     Desde el primero de marzo, un saxofón de la Unidad de Música se ha quedado huérfano de notas y conciertos. Quien fuera hasta ahora su responsable, la subteniente música María José Castillo, ha ascendido al empleo de suboficial mayor. No se trata de un ascenso más en el diario, pues se da la circunstancia de que es la primera mujer de los Cuerpos Comunes que obtiene dicho empleo. Además, se ha convertido en la única mujer de las Fuerzas Armadas con la máxima categoría de su escala en la actualidad.

      Después de treinta años en la Unidad de Música (UMUS), Castillo tiene que abandonar el aula de música Reina Sofía de los jardines del Moro. Se presentó como joven sargento en un lejano mes de octubre del año 1993 tras haber estado destinada en la Academia de Infantería de Toledo. En la Guardia Real ha pasado por todos los empleos a las llaves de su saxofón, hasta su ansiado ascenso. De todo este viaje destaca tres hechos significativos de la reciente historia de España en los que ha tomado parte: la boda de don Felipe y doña Letizia, la proclamación de Su Majestad como rey de España y el más reciente, la jura de la Constitución de Su Alteza Real la Princesa de Asturias.

     Orgullosa de sentirse aún en cuerpo y alma parte de la UMUS, apunta que durante todos estos años sus cometidos no se han limitado a los asuntos musicales. Por su condición de mujer y en cumplimiento de las normas de paridad ha participado en varios grupos de trabajo, en juntas de evaluación y en tribunales de selección. En su currículum consta que en 2008 se le concedió el premio Idoia Rodríguez, que reconoce la labor de quienes han contribuido con su trabajo a favorecer la incorporación y permanencia de la mujer en los ejércitos. También recuerda las veces que ha llevado la música militar de España al exterior de nuestras fronteras: Oslo, Moscú, Mons, Praga o Niza son algunos de los lugares que ha visitado. Sobre uno de esos conciertos, subraya, tiene grabado el comentario que le hizo una mujer que los acompañaba: «La sonoridad de nuestra música no la tiene nadie».

     Esta valenciana de Alzira cogió por primera vez un saxofón a la edad de nueve años en la escuela de música de esta localidad. Más de cincuenta años después, sigue unida a él. Cuando habla de su llegada a la unidad comenta, con cierta nostalgia, que «llegué con la ilusión de los primeros años y me voy con la madurez de hoy, en la que he vivido multitud de situaciones con mis compañeros. Han sido treinta años de servicio junto a los mejores». 

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