La Reina Sofía preside la primera jura de bandera de 2024 en la Guardia Real

La Reina Sofía nos honró una vez más con su presencia en la Guardia Real para presidir la primera jura de bandera del año. Setenta y cinco jóvenes, hombres y mujeres, sellaron su compromiso con España que los convierte, además, en guardias reales

31/01/2024

    Un tibio sol de invierno y el característico azul del cielo de Madrid fueron el decorado que hizo del patio de armas Reina Sofía el escenario ideal para acoger la primera jura de bandera del año. El acto lo iba a presidir un miembro de la familia real a quien todos los guardias reales profesan un afecto muy especial: Su Majestad la Reina doña Sofía.

    Pocos minutos antes de las 12 de la mañana del viernes 26 de enero, las unidades y la enseña nacional esperaban en formación la llegada de doña Sofía. En la tribuna, algunas autoridades; en las gradas, los familiares y amigos de los setenta y cinco jurandos. Durante la espera, su interés estaba en tratar de localizarlos en el grueso de la Compañía de Formación. Treinta y siete futuros guardias reales pertenecían al Cuerpo de Infantería de Marina de la Armada; por su parte, treinta y ocho vestían el uniforme del Ejército del Aire y del Espacio. En total, catorce mujeres y sesenta y un hombres. La llegada de la reina arrancó una fuerte ovación.

    Tras la llegada de la Reina, se le rindieron los honores reglamentarios —arma presentada, himno nacional en versión breve y diecisiete cañonazos— y pasó revista a la fuerza. La agrupación de honores estaba formada, en su primera línea, por la Escuadra de Gastadores, la Unidad de Música, el mando de la agrupación, la Compañía de Jurandos, la Compañía de Control Militar, la Compañía Monteros de Espinosa, la Compañía Mar Océano, la Compañía Plus Ultra y la Sección de Motos, En la segunda línea, el Escuadrón de Escolta Real y la Batería Real, y, en la tercera, la Sección de Honores de la Batería Real.

    En cuanto comenzó el acto, el coronel jefe, Pablo Mateo y Álvarez de Toledo tomó juramento a los futuros guardias reales. En cuanto contestaron las setenta y cinco voces al unísono el «Sí, lo hacemos», comenzó el paso de a uno para sellar los cuatro compromisos que recoge la fórmula reglamentaria: cumplir las obligaciones militares, guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado, obedecer y respetar al Rey y a los jefes, y entregar la vida, si preciso fuera, en defensa de España. Tras el paso individual siguió el paso de a tres como símbolo de que la patria los acoge en su seno.

    Después del acto central, el coronel pronunció una alocución. Comenzó sus palabras trasladando el mensaje que Su Majestad el Rey dirigió a los nuevos guardias reales, del que se destaca aquí la primera parte: «El juramento o promesa ante la bandera de España que habéis llevado a cabo os convierte en nuevos miembros de la gran familia que es la Guardia Real. Os doy la enhorabuena y os envío todo mi afecto; que os transmito también a través de mi madre, S. M. la Reina Sofía, que preside en mi nombre este solemne y trascendente acto». Después, el jefe de la Guardia añadió que «este compromiso con España no es fácil, porque ser militar no es sólo una profesión. Es una forma de vida que os exigirá disciplina, voluntad de servicio, compañerismo, lealtad, abnegación y discreción; valores y virtudes que conforman la esencia de la milicia y que son parte de nuestro ideario». También quiso añadir, dirigiéndose directamente a los nuevos componentes de la unidad, que «a partir de hoy, tenéis que esforzaros día a día para mejorar y llegar a ser ejemplo para los demás. Es clave en vuestro servicio. Sed humildes y seguid aprendiendo de vuestros mandos y de vuestros compañeros veteranos. Llegado el caso, si tuvierais que entregar la vida, tened como claro modelo la estela de los héroes españoles».¨

    Finalizada la alocución tuvo lugar el acto de homenaje a los que dieron su vida por España, que finalizó con el toque de Oración. Después, en cuanto los guiones y banderines volvieron a su puesto en formación, se cantó el himno de la Guardia Real y se recitó un mandato de nuestro ideario: «El honor de la Guardia Real es servir a nuestro Rey. Lo hacemos con lealtad a la Corona, extremada disciplina y absoluta discreción». Acto seguido, las unidades desalojaron el patio de armas para prepararse para el desfile.

    Este siguió el orden habitual. Tras el paso de la Sección de Motos, siguieron las unidades a pie, luego las montadas y, por último los vehículos históricos. A su conclusión, la línea de oficiales de despidió de Su Majestad la Reina Sofía, quien recibió, de nuevo de forma espontánea una gran ovación y voces de ¡viva! antes de abandonar el patio de armas que lleva su nombre.

 

 

Imágenes