Un reencuentro para celebrar 25 años de servicio a España

Tres promociones de guardias reales celebran sus bodas de plata

19/05/2023

     Cuando al compañerismo y a la camaradería los separa una tenue línea azul turquí, es seguro que veinticinco años después se han fundido en hermandad. Este hecho no está recogido en ningún código de valores o manual militar, pero la demostración patente fue el último acto de renovación del juramento a la bandera de las promociones XII, XIII y XIV de soldados reales.

     El viernes 19 de mayo todas las unidades de la Guardia Real esperaban la llegada de los ciento sesenta componentes de las promociones citadas, que corresponden a las incorporaciones 3.ª/97, 1.ª/ 98 y 2.ª/98 de aspirantes a militares profesionales de tropa. Así, pocos minutos antes de las 11.30 de la mañana, con la enseña nacional ya en formación, una nutrida representación de la unidad esperaba la llegada de la autoridad que presidió la parada militar, su coronel jefe, Pablo Mateo y Álvarez de Toledo.

     Tras recibir los honores de ordenanza, el coronel pasó revista en la explanada Reina Sofía a una formación compuesta por la Escuadra de Gastadores; la Unidad de Música; el Grupo de Escoltas —compañías de Alabarderos y Control Militar, Escuadrón de Escolta Real, Batería Real y Sección de Motos— y el Grupo de Honores con sus compañías de Monteros de Espinosa, Mar Océano y la Escuadrilla Plus Ultra.

     Con sus familiares y compañeros de la Guardia Real actuando como testigos, los componentes de las tres promociones pasaron uno a uno besando de nuevo la bandera para renovar, con este acto simbólico, su compromiso con la defensa de España y con el bienestar de sus ciudadanos. Se vieron muchos uniformes militares y de fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, la gran mayoría con la boina azul turquí que los identifica como componentes de la Casa de Su Majestad el Rey. Veinticinco años después siguen prestando servicio a la Corona.

     El acto de renovación del juramento dio paso a la alocución del coronel jefe, quien señaló: «Quiero hacer un reconocimiento público por vuestro ejemplo, por vuestra generosidad y por todos los años de servicio a la Corona. No fue un comienzo fácil y, además, fuisteis los herederos de la antigua escala de la Guardia». También afirmó que estaba convencido de que «en vuestro día a día, con vuestras familias y trabajos seguís sirviendo a España y transmitiendo los valores de amor a la patria y lealtad a la monarquía». De manera muy especial recordó a los tres caídos de las promociones, el caballero alférez cadete de infantería Fernando Diz Monje y los guardias reales José Javier Cepeda Torrijos y José Villaverde Cebrones, que «hoy visten su impecable uniforme de gala y están firmes desde el cielo, contemplando orgullosos a sus compañeros y animándoles a seguir viviendo los valores de la milicia».

     Tras las palabras del coronel tuvo lugar el acto de homenaje a los que dieron su vida por España, con especial significación por los fallecidos de las promociones. Dos momentos de especial emoción fueron la interpretación del himno de la Guardia Real y el recitado del primer mandato del ideario. Todos los presentes, veteranos y personal destinado, hicieron gala de seguir siendo guardias reales hoy y en el futuro, hasta el último día de su existencia.

     Un desfile ante las autoridades y las familias puso fin a la parada militar de renovación del juramento. Las tres promociones volvieron a pasar frente a la tribuna tal y como hicieron veinticinco años atrás, formando cuerpo. Tras su vista al frente divisaron el cuarenta aniversario, escrito, en esta ocasión, con cifras rojo carmesí.

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