Un San Juan en el que las distancias han marcado la cercanía

Acompañados de familiares de algunos de nuestros veteranos caídos en los pasados meses hemos honrado a nuestro patrón con una parada marcada por los rigores de las prescripciones facultativas

26/06/2020

Con la operación Balmis recién clausurada y con los rigores del prudente retorno a la normalidad ha llegado la conmemoración de San Juan Bautista, patrón de la Guardia Real y protector de quieres, desde sus filas, servimos a sus Majestades los Reyes. Aunque es voluntad de todos retomar el pulso de la unidad cuanto antes, las medidas de seguridad sanitaria han traído una jornada muy distinta a la que solemos atestiguar, con parada matutina, formación reducida y mucho espacio entre los concurrentes. Sin embargo, por muchas razones, nos hemos sentido más unidos que nunca, pues con el sencillo acto que tuvo lugar en la plaza de armas Reina Sofía y que fue presidido por el almirante jefe del Cuarto Militar de la Casa de Su Majestad el Rey, Juan Ruiz Casas, hemos querido rendir un sentido homenaje a los compañeros recientemente fallecidos y también, tributar la despedida que se merece a un gran soldado, el suboficial mayor Pedro Trejo Cabanzón, que ha pasado durante estos días a la reserva, después de una vida entera entregada a las Fuerzas Armadas.

En una mañana calurosísima, con lluvia de ida y vuelta, y con las gradas de nuestra plaza de armas ocupadas por guardias reales y familiares de algunos de nuestros veteranos caídos durante la pandemia, los actos comenzaron con la llegada del almirante, quien recibió honores militares y pasó revista a una formación adaptada a las exigencias facultativas. Enseguida llegó el turno del suboficial mayor Trejo. Muchísima emoción al contemplar cómo con su beso a la bandera se cerraba una etapa de su vida que comenzó en 1980 y que deja tras de sí un reguero de enorme prestigio profesional y de cariño en todos los que hemos tenido la inmensa suerte de cruzarnos en su camino.

En sus emotivas palabras de despedida, generosas y alejadas de cualquier atisbo de vanidad, Pedro Trejo tuvo un sentido recuerdo para la generación de nuestros padres y abuelos, para todas las unidades de la Guardia Real, para el cabo de infantería de marina José Luis López Martínez, caído en valeroso acto de servicio en 1982, y también para todos los compañeros que se han bregado en Balmis: “Como soldado, sé que hemos cumplido con lo que se nos ha ordenado, con lo que se nos ha permitido hacer, trabajando, codo con codo, con nuestros hermanos del Ejército de Tierra, de la Armada, del Ejército del Aire y de la Unidad Militar de Emergencias”.

Por su parte, el coronel jefe de la unidad, Juan Manuel Salom Herrera, que hizo detallada mención de las particulares circunstancias en las que rendíamos tributo a nuestro santo patrón, quiso finalizar su alocución trasladando a los presentes la sentida felicitación de Su Majestad el Rey en la que añadía: “En este difícil periodo de nuestra historia habéis demostrado con profesionalidad y abnegación, vuestro firme compromiso con la sociedad española, además de vuestra entrega y lealtad en la labor diaria, por lo que deseo transmitiros mi orgullo y enorme gratitud”.

El acto de homenaje a los que dieron su vida por España se convirtió esta vez en un entrañable recuerdo de los veteranos que nos han dejado estos pasados meses, y también, de manera muy especial del brigada músico Fernando Egea García-Mascaraque, que nos abandonaba, de manera repentina, a los 53 años de edad. El himno de la Guardia Real y la recitación de un mandato de nuestro ideario pusieron punto final a una festividad de San Juan cargada de emociones y que ha marcado un hito en nuestra vuelta a la recuperación del ritmo habitual de la unidad.

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