Pongamos que hablo de Madrid

Seguimos trabajando con tanta fuerza como la que encerraban los versos del poeta allá por los ochenta

07/04/2020

     Encaramos el ecuador de la tercera semana de nuestra lucha sin cuartel contra el COVID-19 con mayor entusiasmo, si cabe, que el día en que los primeros guardias reales se echaron a las calles de Madrid para ponerse a disposición de todos los españoles en esta ofensiva común. Durante el pasado fin de semana continuamos con nuestras misiones patrullando y asegurando el cumplimiento del real decreto que regula el estado de alarma en los distritos madrileños de Arganzuela, Moratalaz, Vicálvaro, Carabanchel, Moncloa-Aravaca y Villaverde, áreas que —en la jornada del lunes— se extendieron a Ciudad Lineal, Usera y Fuencarral-El Pardo. A caballo, estos servicios se han desarrollado dentro de la más absoluta normalidad en la Casa de Campo y en distintas zonas de Carabanchel.

     La titánica labor de nuestro Servicio de Veterinaria —disminuyendo y eliminando la carga viral en varias residencias de ancianos— tampoco se ha detenido y ya son más de una docena las intervenciones que se han completado desde el inicio de la operación Balmis, las últimas en los centros de Los Nogales-Pontones, Mirasierra y Amavir. Los vehículos pesados con plataforma y escolta motorizada de nuestra unidad que enlazan el Banco de Alimentos de Madrid con las diferentes parroquias y organizaciones sociales de la Comunidad han garantizado la llegada semanal de unas veintidós toneladas de productos de primera necesidad a familias que están atravesando unos momentos de extrema dificultad. Por último, la Unidad Militar de Emergencias ya cuenta con efectivos y medios de la Guardia Real que le podrán servir de apoyo en su tarea de traslado de enfermos entre hospitales de la capital.

     Además de las misiones regladas, los guardias reales han intentado facilitar la vida de los ciudadanos allá donde se hayan encontrado desplegados; ciudadanos de los que han recibido todo el afecto en forma de multitudinarios aplausos como los que se han testimoniado en los distritos de Vicálvaro y Moratalaz.

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