Primera parte.

La Ley de Bases para la reorganización del Ejército de 29 de junio de 1918, cambia la trayectoria de la Orden de San Fernando. En dicha Ley se suprimen las clases que premiaban las acciones distinguidas, que serán premiadas a partir de ese momento por la Medalla Militar. Se deja únicamente una sola categoría para premiar los actos heroicos, la Cruz Laureada, desde soldado a General. La Gran Cruz se reserva solo a los Generales en Jefe. Sin temor a equivocarnos, podríamos decir que aquí acaba una etapa de la Orden y comienza, con la promulgación del Reglamento de 1920, otra muy distinta.

Dado que en 1918 se crea la Medalla Militar como consecuencia de la Ley de Bases para la Organización del Ejército de 29 de junio de 1918, en el quinto Reglamento de 5 de julio 1920, se separa de la Orden de San Fernando la posibilidad de conceder las condecoraciones por valor muy distinguido, suprimiéndose de ella las Cruces de 1ª y 3ª clase. Según opinión de Ceballos-Escalera y el Coronel Isabel en su magnífico libro sobre la Orden de San Fernando, esto fue un craso error, al seguirse modelos premiales franceses completamente ajenos a los nuestros, aunque remediado en parte con la promulgación del último Reglamento.

En éste Reglamento, la Cruz Laureada sería única, desde soldado a general y su insignia queda definitivamente conformada por las cuatro espadas unidas por los pomos rodeadas de la corona de laurel por la que es mundialmente conocida la Orden. La efigie del Santo, solo se conserva en la Gran Cruz Laureada, únicamente para premiar a Generales en Jefe. También se regula la Cruz Laureada Colectiva. La Orden se organiza bajo la autoridad de S.M. el Rey, como Jefe y Soberano de ella, una Asamblea, el Consejo Supremo de Guerra y Marina, y un Capítulo.

Durante la Dictadura del General Primo de Rivera se promulgó el sexto Reglamento, el 26 de noviembre de 1925, que mantenía las tres clases de cruces, la Gran Cruz Laureada, la Cruz Laureada y la Cruz Laureada Colectiva.

Al producirse el 14 de abril de 1931 el advenimiento de la Segunda República, quedó sin efecto cuanto se había legislado durante la Dictadura así, el 16 de septiembre de ese mismo año se derogó el Reglamento de 1925, lo que devolvió el vigor al de 1920.

Al iniciarse la guerra civil en julio de 1936, el Ejército del bando nacional siguió conservando como condecoraciones de guerra la Cruz de San Fernando y la Medalla Militar pero no hizo lo mismo el bando republicano que renunció a ellas, primeramente de facto y de iure a partir de marzo de 1937, fecha en que crea la Medalla de la Libertad para recompensar hechos distinguidos y la Placa Laureada de Madrid para los de carácter heroico.

Durante la guerra, obtienen la Gran Cruz los generales Franco, Mola y Queipo de Llano, y un caso insólito por ser civil, el Gran Visir de la Zona del Protectorado de España en Marruecos. Obtienen la Cruz Laureada 72 jefes, oficiales, suboficiales y tropa. Tuvo además, un gran desarrollo la concesión de Laureadas Colectivas, y no solamente a Unidades constituidas (hasta 106), sino a amalgamas de Unidades diversas (Alcázar de Toledo, Sta. María de la Cabeza, Oviedo, Belchite...) y también a colectivos civiles, pues en 1937 y 1939 se concedió la Laureada Colectiva a la provincia de Navarra y ciudad de Valladolid.

La Campaña de Rusia (1941 - 1943) y la guerra de Ifni y Sahara (1958) dieron lugar a los últimos actos de valor heroico por los que se incoaron expedientes de concesión de la Cruz Laureada. Fueron ocho los condecorados en la primera y dos en la segunda, Brigada Fadrique y Cabo Maderal Oleaga, laureados que cierran por ahora una larga lista de héroes de los dos últimos siglos de nuestra historia.

El séptimo Reglamento de 1978 introduce importantes novedades, el Soberano de la Orden es S.M. el Rey pero se crea la figura del Gran Maestre y como órganos de gobierno se establecieron el Capítulo, la Asamblea y la Maestranza. Posteriormente, en 1981, se da entrada al Censor y en 1988 se crea la Unidad Administrativa. Además se crea, para poder ostentar la Laureada Colectiva, el Guion-Enseña y Placa para aquellas unidades, buques o aeronaves que carezcan de Bandera o Estandarte.

 Foto: Los últimos Laureados. Izquierda D. Juan José Orozco Massieu, D Enrique Serra Algarra y D. Adolfo Esteban Ascensión. En la actualidad no queda ninguno.

Segunda parte.

El octavo Reglamento, último y vigente en la actualidad, fue aprobado por Real Decreto 899/2001, de 27 de julio.

Contiene este Reglamento importantísimas novedades, pues supone recuperar el espíritu fundacional de la Orden. Entre ellas cabe destacar las siguientes:

  • Se vuelven a premiar en él los hechos distinguidos, además de los heroicos, lo que dio lugar al ingreso en la Orden de todos los Caballeros Medallas Militares.
  • No es requisito indispensable la declaración formal del estado de guerra para considerar las acciones heroicas. de hecho, ha habido concesiones de Cruces Laureadas y Sencillas o Medallas Militares por hechos completamente ajenos a la guerra u operaciones, al menos desde 1849.
  • Cabe admitir en ellas a damas de las Fuerzas Armadas, algo que nunca estuvo prohibido.
  • Se regula el funcionamiento de la Orden con órganos rectores y administrativos de la Orden de San Hermenegildo por la escasez de Caballeros condecorados individualmente con vida y su longevidad. A inicios de 2008 los Caballeros Laureados individuales han fallecidos todos y sólo queda medio centenar escaso de Caballeros Medallas Militares individuales con avanzada edad.
  • Los órganos de gobierno de la Orden son, el Capítulo, la Asamblea y la Maestranza pero debido a lo dicho anteriormente, es la Asamblea Permanente y la Cancillería de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo las que llevan todos los asuntos relacionados con esta Orden. El Presidente de la Asamblea, el Gran Canciller de la Orden de San Hermenegildo, lleva, además, las relaciones institucionales de la Orden.

Se integran en la Orden las condecoraciones de la Medalla Militar Individual y en su representación Colectiva, para premiar los hechos muy distinguidos, aparte de la Corbata, se crea el Guion-Enseña y la Placa de la Medalla Militar.