ACTOS DE IMPOSICIÓN DE LA LAUREADA COLECTIVA AL REGIMIENTO ALCÁNTARA



El 1 de octubre de 2012 tuvo lugar, en el patio de la Armería del Palacio Real de Madrid, el acto de imposición de la Cruz Laureada Colectiva de San Fernando al Regimiento de Caballería Acorazado Alcántara 10 como sucesor del Regimiento de "Cazadores de Alcántara, 14 de Caballería" por los heroicos hechos de Annual, concedida por el Consejo de Ministros en su reunión de 1 de junio, por Real Decreto 905/2012.
 

Su Majestad el Rey, en un acto cargado de una fuerte emotividad, impuso al Estandarte del Regimiento la corbata roja fileteada en naranja que acreditará de ahora en adelante el heroísmo de aquellos componentes del Regimiento de Cazadores de Alcántara, 14 de Caballería, que con su valor y la entrega generosa de su vida protegieron la retirada de miles de compañeros heridos y en desbandada durante los días 22 de julio y 9 de agosto de 1.921, hechos conocidos como “Desastre de Annual".
El acto estuvo presidido por Sus Majestades los Reyes, acompañados por Sus Altezas Reales los Príncipes de Asturias y Su Alteza Real la Infanta Doña Elena. Tal y como marca el Reglamento de la Orden fueron invitadas las máximas autoridades civiles y militares del Estado, asistiendo los presidentes del Congreso de los Diputados, el Senado y el Tribunal Constitucional, los ministros de Asuntos Exteriores, Defensa, Interior y Agricultura y el presidente de la Ciudad Autónoma de Melilla, junto con los jefes de Estado Mayor de la Defensa, el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire. También asistieron representantes del Cuerpo Diplomático y de las Instituciones y corporaciones más significativas, así como los Jefes de las Unidades pertenecientes a la Real y Militar Orden, numerosas comisiones militares de los tres ejércitos y Guardia Civil y otros muchos invitados por la Cancillería de la Orden, distribuidos en dos amplias tribunas con capacidad para 1700 personas.
Foto: El Coronel Sanz y Calabria entrega el Estandarte Laureado del Regimiento Alcántara al Oficial abanderado.  

Los actos comenzaron con la entrada en el Patio de la Armería de las fuerzas participantes, encabezadas por la Escuadra de Gastadores y la Música de la Guardia Real, a continuación el Regimiento homenajeado, venido desde Melilla, el RCAC 10 al completo (con el jefe del Regimiento, Coronel D. Juan Luis Sanz y Calabria, al frente), con tres Escuadrones. Les seguian las Compañías “Monteros de Espinosa” de Tierra, “Mar Océano” de la Armada y “Plus Ultra” del Ejército del Aire, pertenecientes a la Guardia Real y una Compañía de la Guardia Civil. Cerraba el desfile el Escuadrón de Escolta Real a caballo y posteriormente, para el desfile de la Calle Bailén, la Batería Hipomóvil de la Guardia Real.
Colocadas las Unidades en su lugar en formación, hizo su entrada el Estandarte de la Real y Militar Orden portado por un General de la Asamblea y a continuación, con el máximo respeto y el público puesto en pie, se recibió al Estandarte homenajeado del RCAC 10 que iba acompañado, como homenaje, por las 24 Banderas Laureadas de las actuales Unidades pertenecientes a la Orden.
 

A las 12 en punto hizo su entrada en la Plaza de la Armería la Familia Real, que saludó a las Autoridades civiles y militares presentes, para pasar a la tribuna desde donde se le rindieron a S.M. El Rey los honores de ordenanza. Una vez el Presidente de la Asamblea de la Orden de San Fernando solicitó al Soberano de la Orden permiso para comenzar los actos, el Coronel del Regimiento acompañó al Estandarte hasta la Tribuna Real, recogió la enseña y se procedió a la emotiva lectura de los hechos demostrados que han motivado la concesión de la Laureada. El relato de los hechos no dejó a nadie indiferente, y tuvo su momento álgido cuando un antiguo mando del Regimiento procedió a la lectura de las palabras del Teniente Coronel Primo de Rivera, sobre el cauce seco del rio Igan, antes de impulsar la primera de las sucesivas cargas que aniquilaron prácticamente al Regimiento en aquel infausto día. El Censor de la Orden leyó, a continuación, el Real Decreto de concesión.
 

El Rey, saliendo de la tribuna, procedió a leer la fórmula que consta en el Reglamento de la Orden: ”Gloriosa Enseña, en nombre de España y para honrar a la Unidad que representáis y a quienes lucharon heroicamente bajo vuestros colores, me honro en imponeros la Corbata de la Laureada que os ha sido concedida”. El Coronel bajó el Estandarte y S.M. El Rey impuso al fin, y después de 91 años, la Laureada debida al Alcántara. Las palabras que pronunció a continuación el Coronel Juan Luis Sanz y Calabria emocionaron a toda la concurrencia al evocar el valor y la capacidad de sacrificio que demostraron los soldados del histórico Regimiento de Cazadores, subrayando de aquellos soldados "cuya tropa no perdió la confianza en sus mandos y cuyos mandos siguieron al frente de sus soldados". Y añadió: "No perseguían ninguna recompensa. En su ánimo de caballeros, conscientes plenamente del final que les esperaba y enfrentándose a él en cada acción, en cada carga, en cada golpe de sable, durante varios días, sin apenas comer ni beber por el ritmo de las operaciones, sin poder  prestar los cuidados que sus caballos necesitaban, exhaustos bajo el sol ardiente de julio en los llanos del Rif, sólo buscaron proteger de una muerte segura y cruel a sus compañeros de armas", en una retirada que además ellos "no entendían". La Laureada Colectiva de San Fernando supone la constatación, según sus palabras, de que "España siempre reconoce a sus héroes". Terminó  invitando a todos los asistentes a gritar con él vivas al Rey, a España y a los héroes del Alcántara.
 

Posteriormente tuvo lugar otro emotivo acto, tras una Diana de Caballería en honor de los 13 jovencísimos Educandos de Banda que, a pesar de ordenárseles que permanecieran en retaguardia, se sumaron al combate pereciendo todos, se leyó la Oda “El escuadrón de la locura” compuesta el mismo año 1921, al mismo tiempo que  la banda de música interpretaba una pieza compuesta en homenaje de los caídos en la guerra de África de 1862. Después, en el homenaje a todos los que dieron su vida por España, se puso especial incidencia en los héroes del Alcántara, representados por cinco soldados del regimiento uniformados con el traje de aquellos días, portando una corona de laurel, un caballo y un casco. Seguidamente se interpretó el himno del Regimiento y todas las fuerzas participantes abandonaron la Plaza de la Armería para, una vez el público asistente se encontraba en los acotados, desfilar por la calle Bailén.
En el desfile, todas las fuerzas rindieron honores y desfilaron ante el Regimiento y su Bandera Laureada, situadas a la izquierda de la Tribuna Real para, a continuación, ser ellos los últimos que desfilaron ante S.M. El Rey cerrando una mañana histórica y llena de intensa emoción.