CASTILLO DE GALERAS (CARTAGENA-MURCIA)

EDIFICACIÓN Y SITUACIÓN ACTUAL.
Desde el reinado de Felipe II es lógico que en Cartagena, puerto habitual de fondeo de los barcos de guerra españoles, comenzara a edificarse una fortificación que garantizara la seguridad de dichos buques. El Castillo tomó, su nombre de Galeras, por el tipo de barcos que al pié del mismo se refugiaban. La fortaleza original fue modificándose a medida que cambiaban las técnicas de fortificación, los barcos y las armas, hasta que en 1770, por orden de Carlos III y con el impulso del Conde de Aranda, comienzan las obras para dar su forma definitiva al fuerte. La construcción, dirigida por los ingenieros militares Zermeño y Llobet, siguiendo los principios de fortificación de estilo Vauban, fue rápida y el castillo estaba terminado en 1777. Partiendo de él, la muralla rodeaba Cartagena, siendo el castillo el último reducto de defensa de la ciudad. Su primera acción de guerra fue en la sublevación cantonal, anunciada el 11 de julio de 1873 con un cañonazo disparado desde Galeras. Los sublevados, apoderados de la ciudad, la fortificación y la Escuadra, dirigían sus quejas contra el presidente de la I República. La negativa de éste a contrarrestar sus ataques con el Ejército le llevó a la dimisión. Sus sucesores, Salmerón y Castelar, no dudaron en enviar a las tropas contra los cantonalistas. El último reducto, Cartagena y su Castillo de Galeras, fueron tomados por el General López Domínguez el 12 de enero de 1874. Durante la guerra con Estados Unidos, en 1898, aumentaron las piezas de artillería de la dotación, pero no llegó a intervenir en el conflicto. A partir de 1934 se empleó como prisión de clases de tropa y durante la guerra civil española sirvió como base naval del Ejército republicano. Desde 1987, la Armada, que había instalado un semáforo en el fuerte en 1872, lo utiliza y mantiene.

EDIFICACIÓN Y SITUACIÓN ACTUAL.
El fuerte de Galeras, situado a cinco kilómetros de Cartagena sobre el flanco oeste del puerto, domina la zona desde los doscientos metros de altura del cerro que le da nombre. Tiene forma cuadrada y plaza de armas. De sus cuatro baluartes, los de mayor tamaño son los del lado sudoeste. En el frente opuesto se sitúa la puerta de entrada, protegida por un revellín desde el otro lado del foso. Esta torre de defensa exterior está unida a la puerta por un camino alto cortado por un puente levadizo. Un foso rodea el castillo. Debajo de la plaza de armas se encuentran los aljibes y en las cortinas hay edificios para las dependencias y servicios de la guarnición.
Desde 1987 está destinado a cumplir diversas funciones para la Marina Española.