![Ubicación de la Triple Frontera](https://www.defensa.gob.es/documents/2073105/2267093/Una+triple+frontera+de+terror+en+el+coraz%C3%B3n+de+Sudam%C3%A9rica.jpg/acbe6b91-dabf-a1a7-2d30-281025e96d91?t=1732106092064)
04 jul. 2024
Una triple frontera de terror en el corazón de Sudamérica
Omar Kheribich Chetoui
Introducción
La denominada región Triple Frontera —en adelante TF— hace referencia a la zona geográfica localizada en tres países: Argentina (Puerto Iguazú), Brasil (Foz de Iguazú) y Paraguay (Ciudad del Este). Además, la TF es la tercera zona de libre comercio más grande del mundo después de Miami y Hong Kong, y cuenta también con una infraestructura vial, portuaria, aeroportuaria y bancaria que facilita el intercambio comercial. A esto habría que sumarle la generosa legislación fiscal y aduanera existente en Ciudad del Este al tener aranceles con bajo coste de importación1.
Figura 1. Ubicación de la Triple Frontera
La TF oficializa su nombre por parte de los gobiernos de los tres países en 1998, tras la firma del «Plan de Seguridad para la Triple Frontera»2, como medida tras los atentados a la Embajada de Israel en Argentina en 1992 que dejaron 29 fallecidos, y los atentados a la AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina) en 1994 que reportaron 85 víctimas mortales3.
Hasta entonces la región no poseía un nombre propio y era mencionada exclusivamente para referirse a la confluencia de dichos límites internacionales. Tras los atentados del 2001 a las torres gemelas en Estados Unidos, la región comienza a tener mayor repercusión internacional como posible zona gris, debido a la relación con diversos grupos terroristas de índole islámica, haciendo de dicha región un espacio transnacional que escapa de los controles estatales4.
Es importante contextualizar, por otra parte y de manera breve, la situación actual de los tres países en cuestión que en los últimos años han vivido sendas elecciones. En cuanto a Paraguay, en las últimas dos décadas su economía ha ido creciendo de manera más rápida que el promedio regional, convirtiéndose así en un significativo exportador mundial de agricultura, ganadería y energía eléctrica5. Por su parte, Brasil, que está presidido por Luiz Inácio Lula da Silva, evidencia de igual manera una mejoría económica gracias a los proyectos de reformas fiscales propuestos en un país en el que su anterior dignatario, Jair Bolsonaro, tiene prohibido postularse a un cargo público hasta 2030 por difundir información falsa sobre los sistemas de votación brasileños en la televisión estatal6.
Además, el propio Bolsonaro fue apuñalado el 6 de septiembre de 2018 durante la campaña presidencial por un individuo con problemas mentales. Desde el círculo del entonces presidente, se señaló que el ataque estuvo coordinado por la organización terrorista Hizbulá y planeado en la TF7.
Finalmente y en lo que respecta a Argentina, cabe destacar que el presidente Javier Milei y su gabinete han conseguido registrar recientemente y por tercer mes consecutivo otro superávit financiero, logrando el primer trimestre con superávit desde 2008, mejorando así notablemente la economía argentina8. Además, el gobierno ha llevado a cabo proyectos de reforma en materia de seguridad bastante ambiciosos como la posibilidad de intervención activa de las Fuerzas Armadas en el combate contra el terrorismo9. Este tipo de decisiones por parte del gabinete argentino han ido cobrando mayor repercusión sobre todo a la hora de abordar el conflicto en el que Israel se ve inmersa, llegando incluso el propio Milei a convocar al embajador israelí Eyal Sela, a una reunión con los ministros para evaluar el ataque de Irán a Israel en el mes de abril10. Hay que mencionar que el propio presidente argentino afirmó que su abuelo era judío11 por lo que dicha ascendencia podría ayudar a la hora de entender este alineamiento político con Israel.
Un refugio entre tres naciones para la diversidad musulmana
Estos países, además, hacen de esta región un lugar estratégico en cuanto a comercio y recursos naturales se refiere, por lo que reúne una cantidad de población importante cuyo carácter heterogéneo permite la convivencia de una gran diversidad de culturas12. Y es que la TF, además de contar con la presencia de los individuos autóctonos, también acoge comunidades foráneas que nutren a dicha región de variedad cultural.
De este modo, la TF es una zona pluriétnica y multicultural que, en la década de 1970, y mediante los proyectos para la construcción de la represa hidroeléctrica de Itaipú, la construcción de la presa de Yacyreta y el establecimiento de la zona franca en Ciudad del Este, ofreció diversos factores de atracción en cuanto a migraciones se refiere pasando de 60.000 a 700.000 habitantes entre 1971 y 200113.
Estos factores de atracción tuvieron gran impacto en la comunidad musulmana cuya religión cuenta hoy día con la mayor tasa de crecimiento demográfico, con una estimación de representar un tercio de toda la población mundial para 2050, creciendo hasta un 13 % en la región latinoamericana14.
De esta manera, la comunidad musulmana se vio obligada a desplazarse en busca de nuevas y mejores oportunidades de vida, siendo sobre la década de 1960 cuando se produce la llegada de árabes en su mayoría libaneses (un 90 %) y en menor medida sirios, egipcios, palestinos y jordanos. En cuanto a los libaneses se refiere, gran número de estos, además de ser fundamentalmente chiíes, provienen de áreas del sur del Líbano, históricamente sometidas a los conflictos con Israel lo que ha influido así en una migración forzosa15.
En este mismo sentido, la llegada de los libaneses estaría motivada así mismo por la guerra civil vivida en el país desde 1975 a 1990, dejando como resultado el éxodo de casi un millón de personas16, un éxodo cuyo destino les acabaría ubicando tanto en la TF como en otras regiones y países. No obstante, este crecimiento en el seno de la comunidad musulmana en Latinoamérica ha contado con algunas dificultades, sobre todo debido a la rigidez cultural del islam17. A pesar de esta dificultad, estas comunidades fueron constituyendo el comercio de la región y se han caracterizado históricamente por ser los principales propietarios de galerías comerciales y negocios tanto mayoristas como minoristas, lo que les permitió alcanzar una posición económica destacada sobre todo en Paraguay y Brasil18.
Por otro lado, destaca la convivencia entre ambas ramas del islam en la TF, una convivencia inusual sobre todo en Oriente Medio. En esta región conviven tanto seguidores de la rama chiita, defensores de Alí, yerno del profeta Mahoma, como líder musulmán, y los seguidores de la rama sunita, que además de ser mayoría entre los musulmanes, consideran a Mahoma como último y definitivo profeta19. Este perfecto maridaje ha permitido que países como Irán (chiitas) o Arabia Saudí (sunitas) financien la construcción de mezquitas y centros culturales en la TF al igual que en otras regiones de América Latina.
Hizbulá: la discordia en la comunidad musulmana en la TF
Esta importante comunidad musulmana ha ido viendo cómo la organización Hizbulá ha sido capaz de subir el nivel de todas las preocupaciones regionales e internacionales al configurarse como posible amenaza debido a su posible relación con las actividades terroristas de índole islámico.
Hizbulá es una organización musulmana libanesa que significa «Partido de Dios» y sigue la doctrina chiita. Esta organización se caracteriza por conformar cuatro dimensiones20: como partido político, como milicia de resistencia, como organización social y como organización armada, que es considerada como terrorista por la UE21.
Esta organización nació en la década de 1980 en el Líbano y hoy en día sigue activa. Por otra parte, diversas investigaciones han apuntado a la organización como posible brazo armado de Irán en la TF y cuya actividad principal estaría ligada con la financiación para el terrorismo islámico.
Además, se sospecha que la organización estaría consiguiendo financiación a través de tres zonas geográficas del mundo: la utilización de regiones como la TF, la financiación de la comunidad libanesa chiita en África Occidental y Estados Unidos, y por último a través de la ayuda de Irán, estimada entre 60 y 100 millones de dólares por año22.
Irán, cuyas relaciones con Iberoamérica apenas han tenido relevancia históricamente, sobre todo por la diferencia de culturas y su separación geográfica, además de financiar a Hizbulá pretende extender su influencia y sus operaciones en el continente fortaleciendo su actividad diplomática, económica y de seguridad en América Latina. De esta manera, la república islámica estaría buscando aprovecharse de viejos conflictos históricos no resueltos a través de acciones perpetradas por organizaciones como Hizbulá que actuaría como perturbador silencioso y creador de escenarios de conflicto, tal y como pasa en otras regiones23.
Este afán de crecimiento de la república islámica en Latinoamérica también vendría explicado por la escasa presencia internacional con la que cuenta. Si consideramos los 193 miembros de las Naciones Unidas, Irán tan solo tiene representación diplomática permanente ante el 52 % de los miembros de la sociedad internacional de la cual solo un 47 % de la misma tiene abierta una misión diplomática con Teherán24.
Además, Irán ha sido capaz de operar en regiones como la TF con organizaciones de confesiones religiosas diferentes, como es Al Qaeda25, para el reclutamiento de personas para fines violentos a través, nuevamente, de Hizbulá, infiltrándose en América Latina de manera más desapercibida con la intención de desarrollar tareas de captación, reclutamiento y adoctrinamiento tal y como se ha visto en los últimos años con los denominados «yihadistas exóticos», combatientes procedentes del continente latinoamericano trasladados a Oriente Medio para llevar a cabo la guerra santa conocida como yihad26.
En este escenario, en el que la presencia de Hizbulá se presenta como amenaza global, es importante mencionar algunas de las actividades llevadas a cabo por la organización en los países que conforman la TF.
En el caso de Argentina, cobran relevancia los atentados previamente mencionados contra la AMIA y la Embajada de Israel. Diversas investigaciones, entre las cuales se encuentra la de Justicia Argentina, han señalado a Ciudad del Este, de la TF, como el lugar en el que se idearon dichos atentados. Además, los presuntamente culpables habrían sido Hizbulá con el apoyo de Irán, algo que desde Teherán siempre negaron sobre todo tras las exigencias de Argentina de extraditar a ciudadanos iraníes como Soleimanpour, exembajador en Buenos Aires27.
Además, el fiscal responsable del caso, Nisman, principal acusador de Irán, habría reunido en 2007 las suficientes evidencias para poder solicitar a la Interpol la detención de cinco exfuncionarios iraníes vinculados a los atentados. Posteriormente, en 2015, y tras haber acusado a cargos argentinos de haber encubierto a dichos exfuncionarios iraníes, el fiscal sería hallado sin vida en su apartamento horas previas a su comparecencia para explicar dichas acusaciones ante el Congreso argentino281.
Estos ataques en Argentina han sido fundamentados sobre todo a raíz del gran número de población judía en este país que históricamente ha sido recurrido por la comunidad semita como lugar de refugio ante la ola de antisemitismo en Europa. Además, a pesar de la fecha en la que se llevaron a cabo dichos atentados, Argentina sigue siendo un foco de amenaza tal y como se ha visto con el reciente ataque de Irán a Israel el 13 de abril de 2024, lo que ha obligado al Ministerio de Seguridad de la Nación Argentina a reforzar las medidas de seguridad para la comunidad judía que reside en Puerto de Iguazú y las ciudades vecinas ante el temor de posibles represalias en la Triple Frontera29.
En cuanto a Paraguay, las investigaciones apuntaron tras la operación Trapiche en Brasil del 2023, que dicho país es enormemente útil sobre todo en cuestiones relativas al contrabando de cigarrillos electrónicos30. Previamente, y ya desde el año 2000, las autoridades policiales arrestaron en la Triple Frontera a un empresario libanés por la venta de softwares pirateados por un precio excesivo en millones de dólares, violando así las leyes relativas a los derechos de autor y reportando las ganancias a Hizbulá. Este individuo contaba también con imágenes de propaganda terrorista del grupo Al-Muqawama, ala extremista de Hizbulá, y documentos relativos a la recaudación de fondos para la protección de las familias de mártires y prisioneros31.
Por su parte, las autoridades brasileñas también habrían confirmado la presencia de Hizbulá en un país en el que residen cerca de un millón de libaneses chiitas en Foz de Iguazú, San Pablo y Curitiba. Algunas de estas operaciones serían la Operación Hashtag, en la que se tenía intención de atentar contra los juegos olímpicos deteniéndose a 10 brasileños sin ascendencia árabe pero igualmente radicalizados a través de redes sociales como Facebook y Telegram, o la Operación Trapiche en la que se detuvo a dos presuntos terroristas vinculados a Hizbulá en medio del clima de amenaza producido por el conflicto entre Hamas e Israel32.
Un ecosistema fértil para el crimen
En este contexto en el que encontramos una gran variedad de comunidades culturales en la TF o la presencia de organizaciones como Hizbulá, es importante resaltar el débil control que los Estados involucrados ejercen sobre sus territorios, favoreciendo así el desarrollo de intercambios fronterizos en los que la distinción entre lo legal o lo ilegal se vuelve porosa, naturalizando de alguna manera ciertos delitos en los que gran porcentaje de la población participa mediante la acción o la omisión33.
Esta porosidad que facilita determinados comportamientos ilícitos se ha visto potenciada con la creación del Mercado Común del Sur (Mercosur) en 199434, del que Argentina, Brasil y Paraguay son Estados parte. Algunos de los objetivos que se pretenden son la eliminación de los derechos aduaneros y la libre circulación de bienes, servicios y factores productivos entre los países.
De este modo, presenciamos en la TF una alta tasa de actividades delictivas en las que tanto crimen organizado como terrorismo abarcan la mayoría de los delitos, generando en la población problemas de pobreza, desigualdad e inseguridad. En este sentido, ambas actividades ilícitas se han aprovechado de una situación permisiva, una alta porosidad y una falta de control en la TF, lo que ha permitido una posible cooperación entre ambas actividades a modo de sinergia incidiendo así en los altos niveles de violencia en una región cuyo tejido social ya se encontraba corrompido por el crimen organizado antes incluso de la presencia del terrorismo35.
Podemos replantearnos la manera en la que crimen organizado y actividades terroristas han podido actuar de manera conjunta, pero lo cierto es que la relación entre actividades como narcotráfico o tráfico de armas y terrorismo es históricamente antigua. A raíz de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, se empezó a poner mayor énfasis en esta relación entre actividades que pretenden fortalecerse a través de la búsqueda de habilidades en otras actividades de las que carece la propia organización. De este modo, sin esta posible alianza entre crimen organizado y actividades terroristas, existiría una posible debilidad estratégica difícil de superar36.
Encontramos en la población musulmana un fuerte componente religioso que, históricamente, ha sido capaz de impedir la posible entrada en la actividad del narcotráfico ya que su religión siempre ha sido contraria a dicha acción37. No obstante, y a pesar de este componente religioso, el crecimiento y fortalecimiento del terrorismo islámico global ha legitimado dicha actividad para fines de financiamiento, tal y como sucede en la TF.
En este sentido, organizaciones como el brazo armado de Hizbulá han conseguido intensificar sus relaciones comerciales con diversos países iberoamericanos en cuanto al narcotráfico se refiere, ejerciendo como puente entre el Mediterráneo, Oriente Medio y Asia. Otro ejemplo sería el acceso por parte de esta misma organización a un gran arsenal de armas ilegales y tecnología avanzada a través del crimen organizado, pudiendo lavar hasta seis billones de dólares provenientes de fondos ilegales, según Estados Unidos38.
Otra actividad de la que se le acusa a Hizbulá en la TF y que tiene relación con el crimen organizado, es el contrabando de cigarrillos electrónicos que habría reportado un beneficio de más de 2 millones de dólares a la organización Hizbulá en un lapso no superior a 8 años39. El objetivo de dichas acciones ilícitas podría estar relacionado con la pretensión de acabar con la dependencia de Irán como principal fuente de financiamiento40.
Las actividades terroristas en la región, relativas sobre todo a la propaganda destinada a la difusión del islam como cultura, el reclutamiento y el financiamiento, se han visto relacionadas tanto con el interés de ciertos países islámicos como con el crecimiento de una población musulmana de la cual se aprovechan individuos y organizaciones para llevar a cabo sus pretensiones delictivas. No obstante, es importante destacar que, a pesar de la presencia de dichos comportamientos, ni Hizbulá ni otra organización terrorista han perpetrado atentados en la TF41.
Otra acción delictiva relacionada con el crimen organizado y que también encontramos en la TF es la trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual, y es que en la región convergen variables como la falta de oportunidades laborales o la desesperanza, que ejercerían como factores que empujan a este colectivo a salir del país. Esta búsqueda de salir de la región significaría a su vez la creación de un escenario ideal por parte del reclutador para llevar a cabo el delito de trata a mujeres que, ante la escasez de oportunidades laborales, aceptarían la primera oportunidad de empleo que se les presenta.
Sin embargo, la desesperación de este colectivo vulnerable no las convertiría en víctimas de manera voluntaria, sino más bien sería la desmoralización la que las conduciría a sucumbir de manera más fácil ante las promesas de un hipotético empleo que en la mayoría de las ocasiones acaba siendo un engaño por parte del captador para ofrecer trabajo fuera del país a personas que suelen contar con empleos inestables, lo que hace que acaben siendo víctimas de un delito que vulnera varios derechos humanos42.
El enclave estratégico para Estados Unidos
Aunque es bien sabido que tras los atentados contra las Torres Gemelas, Estados Unidos comienza a señalar a la TF como nueva región de amenaza global debido a la supuesta presencia de Hizbulá, es importante destacar que estas pruebas que confirmarían la existencia de actividades terroristas en la región no han sido completamente demostradas, elevando la incertidumbre de varios organismos latinoamericanos acerca de la necesidad que Estados Unidos tiene de dar cobertura a otro tipo de intereses43.
De esta manera, uno de los intereses, además de combatir el terrorismo global, sería contrarrestar la creciente doctrina anticapitalista y antiestadounidense instaurada en Latinoamérica y reforzada tras la relaciones comerciales y diplomáticas de países como Bolivia o Venezuela con Irán.
Otros países lejanos del continente americano, como China, también pueden estar representando una amenaza para los intereses norteamericanos, sobre todo en los últimos años con la reciente inversión china en la región, con la participación de construcción de infraestructuras relacionadas con las energías renovables, por ejemplo. Otra actividad importante en Latinoamérica tiene relación con el campo digital ya que intenta ayudar a países en vías de desarrollo a cerrar su brecha digital a través de un programa de digitalización e inversiones en el sector tecnológico. La otra actividad china relevante y que se ha consolidado en los últimos años tendría relación con los créditos otorgados por el gigante asiático a países de América Latina como Brasil44.
El alcance de la influencia de Irán en América Latina, por otro lado, resulta ser incierto, y tras el enfoque del estado de seguridad nacional de Estados Unidos en contener a China y Rusia, complicarían una posible confrontación con Irán45 por lo que una de las estrategias norteamericanas pasaría por intensificar relaciones con países como los que conforman la TF. En este sentido, se ha visto un esfuerzo por parte de Estados Unidos para que dichos países adopten medidas similares a su política exterior.
Este esfuerzo se ha visto reflejado en las cumbres conocidas como Grupo 3+146 en las que intervienen dichos países para mejorar la eficacia en la lucha contra el terrorismo. Brasil, la mayor potencia regional latinoamericana, y que mantiene relaciones estables con EE. UU., se vio obligada a aprobar leyes antiterroristas en los meses previos a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016 que no surgieron de la demanda popular y que estaban encaminadas a cumplir con las preocupaciones de países como Israel o Estados Unidos47.
Paraguay por su parte, cuenta con acuerdos militares de colaboración con EE. UU. además de contar con una base norteamericana en la región de Mariscal Estigarribia; y, por último, en la región de Argentina, aunque ha sido la menos conflictiva, también han existido colaboraciones con EE. UU., sobre todo en la cuestión de la resolución del caso de los atentados contra la embajada israelí en dicho país48.
Otro posible interés norteamericano en la región estaría relacionado con mantener bajo control la actividad de las FARC colombianas y el narcotráfico que pueden utilizar la TF como centro de operaciones debido a las características de esta.
Acceder de manera privilegiada a la biodiversidad que proporciona la Amazonia también sería otro potencial interés, y es que este espacio cuenta con más del 50 % de los bosques tropicales del mundo y con el Amazonas, el río más caudaloso del mundo49.
Por último, y debido a las carencias de reservas de agua dulce en Estados Unidos, el Acuífero Guaraní podría suponer otro tema de especial interés. A modo de ejemplo, los acuíferos de California han descendido sus niveles en más de 10 metros en los últimos 50 años además de estar secándose, por lo que la reserva de agua no contaminada en el Acuífero Guaraní podría suponer un nuevo y perfecto proveedor de agua dulce gracias a su volumen de aproximadamente 40.000 kilómetros cúbicos dentro del más del millón de kilómetros cuadrados que cubre dicho acuífero. Por ello esta importante reserva de agua sería primordial en cuanto a su explotación y comercialización, pues como ha señalado la ONU, las guerras del futuro serán por el agua50.
Conclusiones
Los atentados en 2001 en el país norteamericano han supuesto la puesta en escena a nivel internacional de la Triple Frontera que hasta entonces había carecido de cualquier protagonismo a pesar de contar con problemas de delincuencia, pobreza y desigualdades económicas como resultado de la erosión del tejido social por parte del crimen organizado y el escaso control ejercido por los gobiernos de Brasil, Argentina y Paraguay.
Estas variables, además de la presencia de una comunidad musulmana mayoritariamente chiita procedente del Líbano, han permitido globalizar organizaciones terroristas como el brazo armado de Hizbulá, que actúa de manera enmascarada a costa de una comunidad desplazada por motivos de guerra civil y que sirve como brazo ejecutor de determinados intereses iraníes que han encontrado en Latinoamérica un nicho que explotar tanto en cuestiones ideológicas como de propaganda terrorista, difusión del islam y reclutamiento. Conflictos globales como el que acusan Rusia y Ucrania facilitan esta expansión por parte de países como la República Islámica de Irán en un continente latinoamericano que históricamente ha carecido cualquier relación con Oriente Medio.
No obstante, el sentimiento antiestadounidense de los iraníes también podemos encontrarlo en diversos países de Latinoamérica, como sucede en Bolivia o Venezuela, permitiendo relaciones diplomáticas intercontinentales que podrían suponer un problema político para Estados Unidos. En este contexto, la potencia norteamericana podría pretender evitar que regiones como la TF sean invadidas ideológicamente por países como Irán o China, lo que supondría elevar el número de los intereses estadounidenses que además vería con buenos ojos el acceso a otras alternativas e intereses como el control y explotación del Acuífero Guaraní.
En este sentido y a pesar de no existir prueba alguna de que Hizbulá, Irán u otro agente estén actuando delictivamente en cuanto a actividades terroristas se refiere, existen la creencia y las sospechas de que además de la posible financiación económica a organizaciones terroristas, al igual que ocurre con Estados Unidos, existan otros intereses en la dirección de globalizar la ideología musulmana chiita con unos países latinoamericanos que se han visto obligados a buscar nuevos aliados.
Esta globalización de actores islámicos en el panorama internacional refleja otra cuestión importante a analizar. En los últimos años estamos presenciando que organizaciones terroristas regionales no solo pueden ubicarse en otros países totalmente diferentes a los de origen con suma facilidad, sino también que pueden llevar a cabo operaciones delictivas y relacionarse con actividades relativas al crimen organizado, dificultando así el control y prevención de estos delitos.
Por su parte, y en cuanto a la Triple Frontera se refiere, independientemente de los intereses existentes de todos los actores internacionales involucrados en la región, es necesaria una cooperación entre Brasil, Argentina y Paraguay a la hora de minimizar cualquier práctica delictiva en una región en la que la porosidad de las fronteras permite y facilita estos problemas ilegales.
Omar Kheribich Chetoui
Criminólogo y Máster en Análisis y Prevención del Terrorismo