
11 oct. 2018
Presencia de flamencos y valones en la milicia española
Los Países Bajos y el Franco Condado se incorporaron a los territorios de Carlos V cuando este recibió la herencia borgoñona. Desde entonces, y sobre todo a partir de Felipe II, participan en las campañas militares imperiales y las de la Monarquía hispánica contribuyendo con recursos y hombres a los mosaicos militares que eran en los siglos XVI y XVII los ejércitos españoles.
A finales del siglo XV y comienzos del siglo XVI los reinos ibéricos iniciaban una expansión auténticamente mundial. Portugal, hacia el este y bordeando África, había llegado a la India, Aragón se asienta en Italia, y Castilla ha saltado a la orilla mediterránea africana y ha descubierto otro continente navegando hacia el oeste. Serán las bases de un dispositivo territorial que se ampliaría con Carlos V y Felipe II, que integraría las tres Coronas —Castilla, Aragón y Portugal—. Cuando esa expansión empezaba, la población española no llegaba a los cinco millones y aumenta hasta cerca de los siete millones en 1600. Un potencial demográfico al que se le exigirá un esfuerzo ingente para atender el desarrollo económico y cubrir las necesidades militares generadas por unos territorios que no cesarían de crecer.
En este cuaderno se hace un recorrido por lo más destacado y significativo de uno de los cuerpos destinados a la protección del soberano en la corte española durante la Monarquía hispánica. Procedentes de Flandes, los archeros llegan a España con Felipe I el Hermoso y se mantienen hasta los primeros años del siglo XVIII. Cuerpo de élite, su organización y funcionamiento dejó mucho que desear en el siglo XVII, sin que fructificaran los intentos de reforma, plasmados en una serie de ordenanzas y normas, cuya publicación se sucede a lo largo de los años de su existencia.
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Presencia de flamencos y valones en la milicia española
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