
19 feb 2025
IEEE. La diplomacia militar ruandesa: un modelo de éxito securitario y económico
Óscar Garrido Guijarro. Analista del IEEE (CESEDEN). Doctor en Paz y Seguridad Internacional.
Introducción
Cuando elementos de las Fuerzas de Defensa de Ruanda (RDF) irrumpieron en Cabo Delgado, en el norte de Mozambique, para combatir a la insurgencia islamista, este hecho causó gran sorpresa entre observadores regionales e internacionales. Que un pequeño Estado de 13,6 millones de habitantes1 de la región de los Grandes Lagos de África Oriental desplegara su ejército en el corazón de África Austral no tenía precedentes. En pocos meses, los militares ruandeses pacificaron gran parte de Cabo Delgado y aceptaron entrenar a contingentes del ejército mozambiqueño. Esta intervención en Mozambique venía precedida por acciones similares emprendidas en la República Centroafricana, un país más cercano geográficamente a Ruanda pero con el que tampoco comparte frontera.
En República Centroafricana, las tropas ruandesas avanzaron contra insurgentes antigubernamentales como parte de una misión amparada por Naciones Unidas, MINUSCA, pero posteriormente también comenzaron a operar fuera del mandato de Naciones Unidas, sobre la base de un acuerdo bilateral entre los presidentes de Ruanda y la República Centroafricana.
Además, la diplomacia militar ruandesa parece estar llamada a extenderse también hasta África occidental. Desde 2023, el presidente ruandés, Paul Kagame, y el presidente beninés, Patrice Talon, mantienen conversaciones para llegar a un acuerdo en materia militar que podría incluir supervisión, entrenamiento, formación y despliegue conjunto de tropas para hacer frente a los ataques yihadistas en las regiones de Benín fronterizas con Burkina Faso2.
Paul Kagame, en el poder desde el año 2000, ha conseguido proyectar a su país como un promotor de la seguridad en África subsahariana. Si atendemos a sus declaraciones y discursos, el presidente ruandés defiende que la participación de Ruanda en misiones multilaterales y sus posteriores despliegues bilaterales forman parte de una concepción innovadora y peculiar ruandesa basada en el principio de la responsabilidad de proteger (R2P)3. Según Kagame, Ruanda tiene la obligación de intervenir en crisis como las de la República Centroafricana, Mozambique o República Democrática del Congo y este mandato moral se deriva, en primer lugar, de la solidaridad natural que comparten los Estados del continente a través de sus lazos panafricanos y, en segundo lugar, de las terribles experiencias vividas por Ruanda durante el genocidio de 1994. Desde esta visión se apuesta por la búsqueda de soluciones africanas a los problemas africanos. Las soluciones importadas o dictadas desde entidades ajenas a África ya no son aceptables4.
A diferencia de muchas otras naciones africanas, Ruanda cuenta con una verdadera estrategia de política exterior. Kagame trata de vender el país como la «Singapur africana», como un país líder africano en innovación y nuevas tecnologías, como centro de conferencias y grandes acontecimientos deportivos —acogerá el Mundial de Ciclismo en septiembre de 2025— y destino líder en ecoturismo. Gracias a acuerdos de patrocinio en las camisetas de equipos de fútbol europeos como el Arsenal, el Paris Saint Germain o el Bayern de Múnich se puede leer la publicidad «Visit Rwanda». Kagame también ha impulsado la presencia del país en organizaciones mundiales. En 2009, se convirtió en miembro de la Commonwealth y acogió su cumbre de 2022; una exministra dirige la Organización Internacional de la Francofonía y otra ocupa la vicepresidencia de la Comisión de la Unión Africana5.
Imagen 1. Promoción de la campaña «Visit Rwanda»
Su estrategia militar también está invirtiendo la tradicional dinámica descendente del liderazgo de la seguridad mundial, en la que los países poderosos dirigen la diplomacia militar e intervienen en Estados más pequeños. Los actores más pequeños rara vez disponen de las capacidades necesarias. Algunas potencias regionales africanas como Sudáfrica han intentado adoptar formas de diplomacia militar. Sin embargo, estos intentos han sido recibidos a menudo con recelo por otros países africanos6.
A Kagame se le acusa de gobierno autoritario y de amordazar a los medios de comunicación y a la oposición política, pero la imagen de liderazgo que se ha labrado quedó ilustrada con el polémico y abortado acuerdo para acoger a inmigrantes y solicitantes de asilo deportados por Reino Unido. El interés era esencialmente financiero, pero también servía para proyectar la imagen de Ruanda como un país pacífico y seguro para acoger a refugiados7 y con el que los países occidentales podían contar. A diferencia de muchos Estados africanos, la imagen de Ruanda se asocia a eficacia en materia de seguridad y gestión de los asuntos públicos y, en términos generales, Kagame es considerado en todo el continente como un jefe de Estado competente8.
Imagen 2. Fuerzas de Defensa de Ruanda. Fuente: Fuerzas de Defensa de Ruanda
Las Fuerzas de Defensa de Ruanda: eficacia y prestigio internacional
¿Cómo este mini-Estado9, poco más grande que la provincia de Badajoz, ha construido uno de los ejércitos mejor preparados y eficaces de África? Las Fuerzas de Defensa de Ruanda (RDF) como institución poseen rasgos peculiares en comparación con otros ejércitos africanos. Así, por ejemplo, las RDF no tienen sus raíces en las estructuras militares de la época colonial como ocurre con las Fuerzas Armadas de la mayoría de sus vecinos. Son un ejército profesional, altamente entrenado y bien equipado. A partir de 2005, la necesidad de restablecer lazos políticos rotos, aumentar el prestigio de Ruanda y superar el aislamiento económico del país impulsaron a Kagame a participar de forma activa en operaciones de mantenimiento de la paz en zonas de conflicto. En poco tiempo, las tropas ruandesas recibieron muchos elogios, especialmente por su destreza en mediaciones transnacionales y operaciones en contextos de guerra civil. La pericia y disciplina de las RDF han llamado la atención y contrastan claramente con las de otros contingentes de mantenimiento de la paz. En particular, las fuerzas de mantenimiento de la paz ruandesas nunca se han visto implicadas en los abusos que han empañado otras misiones de Naciones Unidas en África10.
Imagen 3. Ranking de contribución por país. Fuente: Troop and police contributors. United Nations Peacekeeping. https://peacekeeping.un.org/en/troop-and-police-contributors
Hoy Ruanda es el segundo mayor contribuyente mundial en las operaciones de mantenimiento de la paz de Naciones Unidas, y el primero de África, con cerca de seis mil militares desplegados en cinco misiones diferentes11.
Una vez adquirido prestigio gracias a sus contribuciones militares en operaciones de Naciones Unidas en zonas de conflicto, Kagame ha dado un paso más y ha implementado un enfoque de diplomacia militar también en el ámbito bilateral, consiguiendo así convertirse en un proveedor de seguridad africano para el continente fuera del ámbito de Naciones Unidas o de organismos multilaterales africanos. De esta manera, Ruanda ha aprovechado las capacidades de su aparato militar como herramienta política para ganar mayor visibilidad internacional e influencia continental y ha ampliado el alcance de sus compromisos militares más allá de las intervenciones multilaterales.
Existen dos grandes ventajas en los acuerdos bilaterales de seguridad de Ruanda. En primer lugar, a diferencia de las fuerzas multilaterales de mantenimiento de la paz, que requieren de complicados permisos y mecanismos burocráticos, Ruanda puede desplegar tropas rápidamente. En segundo lugar, la participación de tropas ruandesas en el marco de un acuerdo bilateral parece más fácil de gestionar que la de un ejército multinacional en el marco de una organización regional o global12.
La acción ruandesa en República Centroafricana y Mozambique
El cambio en la política exterior ruandesa de local y multilateral a continental y bilateral se evidenció en noviembre de 2020, cuando Ruanda firmó acuerdos bilaterales con la República Centroafricana con el objetivo de que tropas ruandesas, adicionales a las que ya operaban bajo el mandato de Naciones Unidas, proporcionaran seguridad contra los rebeldes ante las elecciones presidenciales. Desde entonces, las tropas ruandesas siguen operando en la República Centroafricana como parte de la misión de mantenimiento de la paz de la ONU (MINUSCA), en la que Ruanda es el país que más personal aporta con más de 2.800 efectivos13 pero también en virtud de los mencionados acuerdos.
Los convenios bilaterales han permitido el despliegue de contingentes de las Fuerzas de Defensa de Ruanda que operan de forma autónoma y no están sujetas a las normas de enfrentamiento de la misión de la ONU lo que se traduce en una autonomía de acción y una mayor discrecionalidad en el uso de la fuerza. Al mismo tiempo, las relaciones entre ambos Estados se han estrechado y Ruanda proporciona también formación para reformar los sectores de seguridad y defensa de la República Centroafricana. Además, el presidente del país, Faustin-Archange Touadéra, ofreció concesiones a empresas ruandesas en el sector minero. Poco después, Rwandair, la aerolínea nacional ruandesa, comenzó a volar entre Kigali y Bangui14.
Imagen 5. Faustin-Archange Touadéra y Paul Kagame.
Imagen 6. Filipe Nyusi y Paul Kagame.
Las acciones y los resultados obtenidos por las tropas ruandesas desplegadas en la República Centroafricana, así como la voluntad de Kagame de desplegar las Fuerzas de Defensa de Ruanda fuera de la región de los Grandes Lagos de forma no multilateral, captaron la atención del que ha sido hasta enero de 2025 presidente de Mozambique, Filipe Nyusi.
Nyusi realizó una visita secreta a Ruanda a finales de abril de 2021 y en pocos meses Kagame respondió a la petición del dirigente mozambiqueño con un rápido despliegue de las Fuerzas de Defensa de Ruanda. Nyusi pedía a Kagame una acción armada contra el grupo islamista Ahlu Sunnah Wal Jamaah (ASWJ) en la provincia septentrional mozambiqueña de Cabo Delgado. Los islamistas habían operado con impunidad desde 2016 y, en marzo de 2021, habían invadido la ciudad costera de Palma. Los anteriores intentos de sofocar la insurgencia por parte del ejército mozambiqueño habían acabado en derrota en manos de los terroristas. Kagame envió primero pequeños contingentes para labores de inteligencia, reconocimiento y vigilancia, para desplegar posteriormente más de 1.000 soldados a principios de julio de 2021. Esta cifra se ha ido incrementando durante los tres años posteriores.
Paralelamente, Nyusi se vio empujado a aceptar la presencia y acción también de tropas de sus socios y vecinos de la Comunidad para el Desarrollo del África Meridional (SADC). La SADC, liderada por Sudáfrica, que llevaba tiempo deseando lanzar una misión multinacional para evitar el riesgo de contagio de la inestabilidad en la zona, aprobó la activación de lo que se denominó Misión de la SADC en Mozambique (SAMIM) con unos 3.000 soldados pertenecientes a varios Estados miembros. La misión se puso en marcha oficialmente en julio de 202115.
Mediante misiones en las que participaron los efectivos ruandeses, el ejército mozambiqueño y tropas de la SADC consiguieron reducir los 2.500 efectivos de la insurgencia a 300 combatientes y se recuperaron las zonas que habían quedado bajo el control de los islamistas16.
A pesar de que durante 2024 se ha incrementado el número de acciones terroristas por parte de los islamistas de AWSJ en Cabo Delgado, la SADC decidió retirar sus tropas de Mozambique en julio de 2024, mientras que Ruanda ha reafirmado su compromiso con la estabilidad de la región, incrementando en alrededor de dos millares el número de efectivos desplegados en Mozambique y sumándose, de esta manera, a los 2.500 militares ya presentes17.
Sudáfrica, indiscutible potencia regional de África meridional, se ha mostrado molesta con el activismo ruandés en Mozambique ya que considera que se encuentra en su zona de influencia. Además, sudafricanos y ruandeses apoyan a bandos diferentes en el conflicto en República Democrática del Congo18. El origen del enfrentamiento entre los Gobiernos sudafricano y ruandés viene de atrás y hay que buscarlo en la muerte del disidente Patrick Karegeya en Johanesburgo, el 1 de enero de 2014, atribuida a los servicios secretos ruandeses19.
La controvertida acción ruandesa en República Democrática del Congo
El actual conflicto que involucra a Ruanda en la República Democrática del Congo se remonta al genocidio y a la creencia del Gobierno ruandés de que el Ejecutivo de la República Democrática del Congo sigue proporcionando refugio a algunos de sus autores. También tiene que ver con la dinámica centro-periferia dentro del Estado congoleño y la debilidad de este en las provincias de Kivu, distantes de la capital, Kinshasa, y fronterizas con Ruanda20.
Si nos centramos en la época reciente, la República Democrática del Congo y Ruanda llevan enfrentadas desde finales de 2021 por el apoyo ruandés al grupo armado Movimiento 23 de Marzo (M23). La República Democrática del Congo acusa a su vecino de fomentar la inestabilidad en el este del país y apoyar al M23, dirigido por tutsis, mediante el despliegue de tropas ruandesas en su territorio. Preguntado en diversas ocasiones sobre la cuestión, Kagame no ha negado explícitamente la presencia de fuerzas ruandesas en la República Democrática del Congo, y ha acusado al Gobierno de Kinshasa de permitir la «persecución» de la minoría tutsi y fomentar el riesgo de inestabilidad en la frontera ruandesa. «Por naturaleza, la postura de seguridad de Ruanda siempre ha sido defensiva, no ofensiva. Solo actuamos cuando nos traen problemas», declaró el presidente ruandés en julio de 202421.
Kagame estaría detrás del apoyo al M23 con el objetivo de luchar contra las actividades de las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR). Las FDLR son un movimiento armado, fundado en el año 2000 por cabecillas del genocidio de 1994 y ruandeses exiliados, que tiene por objetivo recuperar el poder político en Ruanda. El grupo está compuesto por personas de etnia hutu, entre ellas varios acusados de perpetrar el genocidio22.
En julio de 2024, un grupo de expertos del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas publicaba un informe en el que se defendía que entre 3.000 y 4.000 soldados ruandeses luchaban junto a los rebeldes del M23 en el este de la República Democrática del Congo y que Ruanda tenía «el control de facto» de las operaciones del grupo. En respuesta al informe de la ONU, Ruanda se defendió acusando a República Democrática del Congo de financiar y luchar junto al grupo rebelde hutu, Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda, que ha atacado a los tutsis en ambos países. «Está en la mano de la República Democrática del Congo desescalar la situación si lo desea, pero hasta entonces Ruanda seguirá defendiéndose», declaró la portavoz del gobierno ruandés, Yolande Makolo23.
El conflicto entre República Democrática del Congo y Ruanda se agravó el pasado 26 de enero de 2025 cuando tras varios días de enfrentamientos en las afueras, rebeldes del M23 y soldados ruandeses entraron en Goma, la principal ciudad del este de la República Democrática del Congo y capital de la provincia de Kivu del Norte24. Según Naciones Unidas, al menos 700 personas habrían muerto y 2.800 habrían resultado heridas en Goma durante la primera semana de enfrentamientos y los rebeldes se estarían moviendo ahora hacia Bukavu, la capital de la provincia de Kivu del Sur25.
Imagen 7. Fuente: https://www.bbc.com/news/articles/c78xvgvy172o
Además, trece soldados sudafricanos del contingente de la misión aprobada por la Comunidad para el Desarrollo de África Austral (SADC) para desplegarse en República Democrática del Congo han perdido la vida. Ante acusaciones que apuntan a la responsabilidad del M23 y del ejército ruandés, Kagame tuvo que salir al paso, en un comunicado en la red social X en el que aseguraba que el propio presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, le habría confirmado que los soldados sudafricanos cayeron por fuego de las fuerzas armadas congoleñas. Además, Kagame acusó a la misión de la SADC de «no ser una fuerza de mantenimiento de la paz sino una fuerza beligerante que participa en operaciones ofensivas de combate para ayudar al Gobierno de la República Democrática del Congo a luchar contra su propio pueblo, trabajando junto a grupos armados genocidas como las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda que tienen a Ruanda como objetivo»26.
Resultados de la diplomacia militar: contratos para las empresas ruandesas
Como ya se ha señalado, Ruanda es un país pequeño sin salida al mar. Sus tasas de crecimiento económico y desarrollo de las dos últimas décadas han sido alimentadas por la inversión y la ayuda extranjera. Esta dependencia constituye un freno a las ambiciones políticas del país. Para superar estas debilidades, Kagame considera que la solución pasa por una mayor cooperación con otros Estados africanos, y vincula hábilmente los acuerdos de seguridad a acuerdos también de naturaleza económica y comercial.
El país aspira a convertirse en un centro regional de transformación de valor añadido de recursos minerales. En la actualidad, el sector minero ocupa el segundo lugar en la economía del país, por detrás del sector turístico, con unos ingresos de 852 millones de dólares en los nueve primeros meses (enero-septiembre de 2023), frente a los 584,8 millones de dólares del año 2022. En 2023 se registró un notable aumento de la producción de estaño, tantalio, wolframio, oro, litio y piedras preciosas, lo que generó un incremento importante en los ingresos por exportación de minerales. En palabras del primer ministro, Édouard Ngirente, el objetivo para 2024 era que el sector minero se convirtiera en una industria de 1.500 millones de dólares27.
Según Erik Kennes, analista del Egmont Royal Institute for International Relations de Bruselas, la intervención ruandesa en República Democrática del Congo abre el acceso al país a nuevas fuentes de recursos minerales y parte de los minerales exportados tendrían su origen en minas congoleñas. Aunque antes los agentes económicos ruandeses podían comprar oro y coltán de contrabando en la República Democrática del Congo sin problemas, el actual conflicto habría abierto un acceso directo28.
En esta línea, un informe elaborado por el Grupo de Expertos de Naciones Unidas sobre República Democrática del Congo, con fecha del 21 de mayo de 2024, defiende que en 2023 Ruanda registró un aumento sin precedentes de las exportaciones de coltán y que minerales extraídos de las minas congoleñas de Rubaya (Kivu), ricas en este elemento, entran de contrabando a través de la frontera con Ruanda29.
El informe Minería y comercio ilícito de coltán en la República Democrática del Congo, publicado en marzo de 2022 por ENACT, una iniciativa de lucha contra la delincuencia organizada transnacional en África, destaca a Ruanda como la ruta principal para el comercio ilícito de coltán. Ruanda no grava las exportaciones del mineral, y permite que los productos importados se reclasifiquen como made in Rwanda siempre que se procesen en el país con un valor añadido de al menos el 30%30.
República Democrática del Congo y Ruanda destacan como los principales proveedores mundiales de coltán, un mineral vital para la fabricación de ordenadores y smartphones. Entre 2014 y 2023, la suma de las exportaciones de ambos países alcanzó un total de 32.702 toneladas de este mineral. Las exportaciones de coltán de la República Democrática del Congo alcanzaron las 1.918 toneladas en 2023, frente a las 2.070 toneladas de Ruanda. El coltán se extrae en gran parte con métodos artesanales, sobre todo en las regiones congoleñas de Kivu Norte y Kivu Sur, donde la presencia de grupos armados y la corrupción dificultan los controles. El contrabando es además fomentado por multinacionales que no prestan atención al origen del coltán que compran31.
En los casos de República Centroafricana y Mozambique, la implicación militar de Ruanda ha facilitado el acceso económico a empresas afiliadas a Crystal Ventures, un holding que actúa como brazo inversor del partido de Gobierno, Frente Patriótico Ruandés. En los países donde han intervenido las tropas ruandesas, Crystal Ventures ha invertido en minería y otros proyectos. También está ampliando su cartera de inversiones a nuevos mercados continentales y ha negociado acuerdos comerciales que incluyen planes de desarrollo económico, o reformas del sector de la seguridad e infraestructuras32.
En la República Centroafricana, la influencia de Ruanda se ve reforzada por una serie de acuerdos entre Bangui y Kigali destinados a mejorar la capacidad de gobierno del Estado centroafricano. Estos acuerdos incluyen medidas para modernizar la administración pública y mejorar el sector de la seguridad, pero los acuerdos también conceden a las empresas ruandesas un acceso privilegiado para hacer negocios en el país33. Más de 100 empresas ruandesas están registradas en la República Centroafricana, frente a las cerca de 20 que había en 201934.
Vogueroc, una empresa vinculada a Crystal Ventures y al Gobierno ruandés creada en 2021 por un empresario ruandés de nacionalidad centroafricana, obtuvo en 2022 concesiones de 25 años sobre cinco minas. También en 2022, otro ciudadano ruandés fundó Afrika Oko, en aquel momento la única empresa de la República Centroafricana autorizada para operar en toda la cadena de producción minera, desde la prospección hasta la exportación. La empresa también tiene autorización para comerciar con oro, diamantes y productos petrolíferos35.
En el caso de Mozambique, los acuerdos de cooperación en materia de seguridad fueron el preludio de los de naturaleza económica y comercial. A través de la Junta de Desarrollo de Ruanda y la Agencia de Promoción de Inversiones y Exportaciones de Mozambique, ambos países firmaron un memorando que allanó el camino de la actividad ruandesa en el sector privado en Mozambique. Además del interés por el sector energético, las áreas en las que más se centra la inversión ruandesa son el sector agrícola y las infraestructuras36.
Cuando el presidente de Mozambique solicitó la intervención del ejército ruandés le encomendó la tarea de asegurar la planta de procesamiento de gas con la que la compañía francesa TotalEnergies opera en Afungi (Cabo Delgado). Debido principalmente a la conexión francesa, la Unión Europea aportó en 2022 unos 20 millones de euros para financiar las operaciones militares de Ruanda en Mozambique37. Posteriormente, en julio de 2024, una empresa de seguridad respaldada por el Ejecutivo de Ruanda se ha contratado para vigilar el proyecto de gas de TotalEnergies en Cabo Delgado38.
Además, cuando Ruanda acudió al rescate de Mozambique y TotalEnergies, Francia anunció un paquete de ayuda de 500 millones de euros para Ruanda, que se desembolsaría en cuatro años39.
Por último, para cerrar el capítulo de los beneficios económicos aparejados a la diplomacia militar ruandesa hay que señalar que Naciones Unidas paga a los Estados contribuyentes con tropas para sus misiones 1.428 dólares al mes por soldado, lo que significa que Ruanda estaría recibiendo más de 100 millones de dólares al año40.
Resultados de la diplomacia militar: el atractivo de Ruanda para Occidente
Imagen 9. Paul Kagame. Fuente: https://magazinedelafrique.com/interview/paul-kagame-apprenez-des-autres-mais-soyez-fiers-detre-africains/
El presidente Kagame, que ya lleva un cuarto de siglo ocupando el poder, ha logrado generar crecimiento económico e implantar con éxito el orden y la seguridad pública. Sin embargo, estos resultados han tenido un coste sociopolítico interno. Ha borrado cualquier posibilidad de oposición interna a su Gobierno, ha silenciado cualquier crítica, generando así un Estado autoritario. A pesar de amordazar la disidencia interna, Kagame ha puesto en marcha exitosas iniciativas de infraestructuras y desarrollo en todo el país. Se considera que Ruanda es una de las sociedades tecnológicamente más conectadas y avanzadas del África subsahariana y a menudo se utiliza como ejemplo de crecimiento y desarrollo. Sin embargo, como muchos regímenes híbridos o autoritarios, Kagame ha utilizado los proyectos de desarrollo para aumentar el poder del Estado y ampliar su control político sobre la sociedad41.
Ruanda utiliza sus contribuciones al mantenimiento de la paz para influir en los donantes internacionales. En diversas ocasiones, donantes occidentales han amenazado con suprimir o reducir la ayuda debido a la restricción de libertades y derechos en el interior del país y a la intervención ruandesa en República Democrática del Congo apoyando a grupos rebeldes. Cuando esto ha ocurrido, Kagame ha amenazado con retirar a sus tropas de operaciones multilaterales. El presidente ruandés, en definitiva, es consciente de que a los actores occidentales no les gusta implicarse en los conflictos africanos y utiliza el papel de Ruanda como socio fiable en las crisis para reducir las críticas externas y desviar la atención de cuestiones internas.
Muchas potencias extranjeras aprecian la capacidad de Kagame para transformar la Ruanda posterior al genocidio en un Estado eficaz por el que merecía la pena sacrificar democracia y libertad. El dirigente ruandés ha aprovechado esta aprobación internacional para convertirse en un socio fiable, especialmente de Occidente. Así por ejemplo, el ejército ruandés ha tenido acceso a entrenamiento y equipamiento de miembros de la OTAN42.
Aunque las relaciones entre Ruanda y Rusia son buenas, europeos y norteamericanos también valoran las capacidades ruandesas como un camino para mitigar la influencia rusa en el continente africano. Así, por ejemplo, la intervención de Ruanda en República Centroafricana ha desplazado a un segundo término el papel protagonista que estaba asumiendo el grupo Wagner en el país. Cabe destacar que los mercenarios rusos también tuvieron presencia en Mozambique, pero que se retiraron en 2019 cuando no lograron expulsar a los insurgentes en Cabo Delgado43.
Además, un hipotético despliegue de tropas en Benín convertiría a Ruanda en un valioso aliado para ayudar a Occidente a mantener su influencia en África occidental y mitigar la creciente expansión rusa desde el Sahel hacia el golfo de Guinea.
Aunque finalmente no llegó a aplicarse, cabe recordar el acuerdo migratorio entre Reino Unido y Ruanda que vinculaba incentivos económicos de hasta 120 millones de libras para que Ruanda aceptara a los inmigrantes y refugiados no deseados por los británicos. El pacto fue una demostración de las privilegiadas relaciones entre Kagame y destacados dirigentes occidentales.
Otras razones que adornan a Ruanda como un socio atractivo a los ojos europeos y norteamericanos son el coltán y el reciente descubrimiento de hidrocarburos en el lago Kivu. El 15 de enero de 2025 el Consejo de Minas, Petróleo y Gas de Ruanda hacía público a través de un comunicado que en las exploraciones en búsqueda de petróleo y gas en la cuenca del lago Kivu se habían identificado trece bolsas y posibles ubicaciones de perforación para confirmar la presencia y la naturaleza de los hidrocarburos. Y lo más interesante llegaba al final del comunicado: Ruanda busca actores para participar en la exploración y producción de los posibles hallazgos de petróleo y gas44.
Conclusión
Los despliegues militares de Ruanda por invitación de otros Estados, fuera de su entorno inmediato, suponen un elemento novedoso si se examinan las tendencias en los conflictos que se han desarrollado en el África subsahariana postcolonial. El hecho de que un país pequeño, sin salida al mar y con limitados recursos, haya conseguido resultados destacables en el ámbito militar y de la seguridad ha llamado notablemente la atención de la comunidad internacional.
Kagame está demostrando que es posible construir una arquitectura de seguridad africana autóctona, en la que los Estados y los intereses desempeñan el papel decisivo, en lugar de las organizaciones supranacionales de naturaleza global o regional.
Además, el presidente ruandés ha movilizado con éxito sus principales activos—profesionalidad militar, estabilidad política y la «marca Ruanda»— para diversificar su economía e incrementar su autosuficiencia y también en beneficio de una política exterior que le permite presentarse como un socio confiable, serio y eficaz en el cumplimento de sus compromisos.
Por otro lado, la exitosa diplomacia militar le ha permitido también a Kagame el beneficio de que la comunidad internacional en general, y Occidente en particular, haya pasado por alto en muchas ocasiones la naturaleza autoritaria de su régimen y su intervención en el conflicto en la República Democrática del Congo.
Por lo tanto, un auténtico modelo de éxito.
Óscar Garrido Guijarro
Analista del Instituto Español de Estudios Estratégicos
Doctor en Paz y Seguridad Internacional
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La diplomacia militar ruandesa: un modelo de éxito securitario y económico
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Rwanda’s military diplomacy: a model of security and economic success
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