IEEE. Israel frente a sus rivales externos e internos. El conflicto de Gaza

Corredor Filadelfia

25 feb 2025

IEEE. Israel frente a sus rivales externos e internos. El conflicto de Gaza

José Ignacio Castro Torres. Coronel del Ejército de Tierra Infantería DEM. Analista del IEEE (CESEDEN). Academia de las Artes y las Ciencias Militares.

Introducción

Israel se enfrenta a dos amenazas existenciales, que constantemente ponen en entredicho la supervivencia de este Estado, que posee unas señas de identidad propias y muy diferentes de los pueblos que coexisten en su entorno regional.

A lo largo de la historia, los israelíes se han enfrentado a enemigos exteriores e internos, los cuales han ido variando a lo largo del tiempo de una forma adaptativa a las circunstancias geopolíticas globales y regionales. Si bien en el pasado sus principales adversarios fueron los países árabes de la región, hoy en día el conflicto es un conglomerado de actores estatales, organizaciones, grupos e individuos, entrelazados entre sí mediante todo tipo de relaciones y variables.

Cabe destacar la oposición frontal de Irán y de sus milicias afines, como puede ser el caso de Hizbollah, a los que hay que sumar otras entidades como Hamas, la Yihad Islámica Palestina, los Hermanos Musulmanes y otro tipo de organizaciones y grupos. La actuación de individuos como el propio primer ministro Netanyahu, el líder iraní Ali Jamenei, o los recientemente asesinados líderes de Hamas, Ismail Haniyeh y de Hizbullah, Hassan Nasrallah, a los que se añaden una auténtica miríada de actores individuales, complican el panorama hasta la saciedad.

Los espeluznantes ataques del 7 de octubre de 2023 fueron el detonante de un fuego siempre pendiente de volver a reavivarse, que en esta ocasión lo ha hecho de una forma inusitada, provocando una esperada reacción por parte de los israelíes. No obstante, cabe preguntarse hasta qué punto la respuesta israelí va a alcanzar los objetivos que sus líderes se han propuesto, sobre todo en el largo plazo.

Hay que tener en cuenta que, en un conflicto de estas características, las victorias sobre el terreno pueden convertirse en la fuente que alimente el espíritu de lucha de la población civil, principal aspecto a tener en cuenta para ganar los corazones y mentes de los posibles combatientes de la próxima generación. Por ello se considera que, siguiendo este camino, aunque los palestinos no puedan ganar la guerra frente a un potentísimo rival estatal como es Israel, los israelíes no podrán ganar la paz frente a un pueblo que ha crecido en el resentimiento y el odio hacia los que consideran como sus opresores.

Antecedentes del conflicto

Desde el momento de la creación del Estado israelí sus vecinos árabes se aliaron para destruir a Israel, a la par que sus primeras intenciones eran anexionarse los territorios del antiguo mandato británico de Palestina. Aunque varios de sus vecinos árabes participaron en estas alianzas, lo cierto es que primero Egipto y luego Siria fueron los líderes que encabezaron las acciones del resto de países en contra de Israel (Pérez y Sánchez, 2012)1.

El devenir de los tiempos hizo que los antiguos antagonistas árabes llegasen a la conclusión de que era mejor coexistir de forma pacífica con los israelíes, en un entorno de colaboración, que llevase a la región a una situación de prosperidad. Así, el reconocimiento de Israel por parte de Egipto llevó a los acuerdos de Camp David de 1978 (Brams y Togman, 1996: 99112) y en 1994 también seria reconocido por parte de Jordania (Lukacs, 1999: 196). Sería en 2020 cuando se produjo un nuevo impulso político por parte de la administración norteamericana del presidente Trump, que mediante los denominados Acuerdos de Abraham consiguió el reconocimiento por parte de Bahréin y Emiratos (Singer, 2021: 460). En este contexto, Arabia Saudita incrementó notablemente sus relaciones con Israel y en septiembre de 2023 se planteaba un posible reconocimiento (Spetalnick y Beech, 2023). Todo ello quedó paralizado tras el ataque terrorista del grupo Hamás proveniente de la Franja de Gaza.

Volviendo de nuevo atrás en el tiempo, a la par que la evolución histórica llevaba hacia la distensión con los árabes, la revolución islámica de Irán convirtió en enemigo de Israel al régimen de los ayatolás, que desde su constitución declaró que este Estado debería desaparecer. Desde entonces los iraníes han encabezado las iniciativas de los enfrentamientos contra los israelíes. Siendo Irán la quinta esencia del conflicto híbrido, estos enfrentamientos se han llevado a cabo en todos los ámbitos (Castro, 2013: 2022).

Desde el interior del propio Estado de Israel, este ha padecido la amenaza de determinados grupos palestinos, sufriendo la población civil de ambos bandos las consecuencias de los conflictos que se han llevado a cabo en las tierras que habitan.

Abandonados en un principio por sus vecinos árabes que querían extender sus territorios, los palestinos sufrieron los efectos de las guerras internas y externas, acuñando el término Nakba, que engloba el concepto de tragedia por la pérdida de sus hogares y de las vidas de muchos de ellos (Masalha, 2012: 88 y 251).

En este contexto no es de extrañar que el pueblo palestino constituyese sus propias organizaciones entre las que destacaría la OLP, que dirigida por un joven Yasser Arafat, luchó por la constitución de su propia entidad estatal. Los enfrentamientos han sido una tónica a lo largo de los tiempos y la primera intifada de 1987 demostró que un levantamiento palestino podía paralizar la dinámica de todo un país como Israel (Cobban, 1990: 207).

No obstante, hubo un momento en que los palestinos fueron conscientes de que no podrían ganar la guerra, pero los israelíes también se dieron cuenta de que nunca podrían alcanzar la paz. Tras las Conversaciones de Madrid y los Acuerdos de Oslo de 1993, se sentarían las bases para que de una forma paulatina ambos actores pudieran llegar a reconocerse mutuamente Se comenzó mediante una forma de autonomía palestina en los territorios de Cisjordania y Gaza, en la que existiría el autogobierno de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que nunca llegó a alcanzar competencias en materia de defensa ni política exterior, ni nunca pudo proporcionar una continuidad territorial a las zonas en las que asentaba su población (Barak, 2005: 733-734).

Sin embargo, determinados grupos palestinos percibieron la debilidad israelí, cuando sus fuerzas armadas (IDF) se replegaron de los territorios del sur del Líbano en el año 2000, produciéndose una segunda intifada (Pressman, 2003: 132133). Posteriormente la zona libanesa desocupada llegaría a convertirse en el feudo del grupo chiita Hezbollah cuyo líder, Hassan Nashrallah, había recibido la bendición y el apoyo del régimen iraní de los ayatolás.

El espacio de lucha que la OLP había dejado al convertirse en la formación política Fatah fue ocupado por otros grupos palestinos, entre los que destacó la organización Hamas, cuyos primeros líderes, Ahmed Yasín y Ábdel Aziz arRantisi, fueron eliminados en acciones quirúrgicas de las IDF. En el año 2006 está organización ganó las elecciones al amparo de una lista electoral llamada Cambio y Reforma, encabezada por su líder, Ismail Haniyeh (Iglesias, 2010: 2729). Tras la victoria electoral Hamas realizó en la Franja de Gaza una limpieza de los miembros de Fatah, que tuvieron que huir a Cisjordania, formándose dos Gobiernos palestinos de facto. Los ataques desde la Franja se han producido desde entonces con asiduidad a la vez que las represalias por parte de Israel, destacando las operaciones Plomo Fundido (2008), Pilar Defensivo (2012) y Margen Protector (2014) (Cohen, 2017: 24 y 70).

Situación actual del conflicto
El camino a la crisis

El ataque terrorista del grupo Hamas desde la Franja de Gaza que se produjo el 7 de octubre de 2023 se desencadenó en un contexto de alejamiento de la causa palestina por parte del mundo árabe, a la vez que el Gobierno israelí del primer ministro Netanyahu oprimía los intereses palestinos.

Haciendo una retrospectiva, en el año 2018 se produjeron dos acontecimientos relevantes e inconvenientes para la población palestina, ya que la administración estadounidense del presidente Trump decidió el traslado de su embajada a Jerusalén. También en dicho año se realizó la promulgación de la Ley Básica del Estado Nación Judío por parte del Knesset2. En este entorno los palestinos veían como internacionalmente perdían reconocimiento sobre sus aspiraciones sobre Jerusalén, al tiempo que se veían relegados a una discriminación sobre su ciudadanía, calificando su situación como de apartheid, cuando les asistía el derecho a una nacionalidad (Berger, 2018).

Añadido a los anteriormente referidos acuerdos de Abraham del año 2020, el gobierno de Hamás en la Franja de Gaza veía como empezaba a producirse la desafección de su propia población civil por causa de su mala gestión. A esto se sumó en la primavera de 2023 el retraso en las donaciones de Catar, quien constituye una primordial fuente de ingresos (alMughrabi ,2023). Además, en el mes de septiembre el príncipe saudita Mohamed bin Salman (MbS) había declarado que se encontraba cerca de la normalización de sus relaciones con Israel (McKernan, 2023).

Dentro de Israel la situación tampoco tendía a mejorar. El Gobierno de Netanyahu se encontraba cercado por una crisis institucional y política, tanto por sus medidas legislativas como por las tres causas judiciales que pendían contra el propio primer ministro (Al Jazeera, 2023). En este contexto las relaciones con los palestinos también se tensaron al máximo, principalmente en Cisjordania, por las ocupaciones territoriales de judíos ultraortodoxos de determinados territorios asignados a los palestinos, a la par que las fuerzas de seguridad israelíes actuaron con gran dureza contra los elementos palestinos discordantes (Reuters, 2023).

Entretanto, con la mediación catarí, el Gobierno de Netanyahu había intentado un alivio de la tensión en la zona de Gaza permitiendo el paso de un mayor número de palestinos, aumentando los permisos de trabajo fuera de la Franja, o permitiendo el acceso de maquinaria de obra pública (Adwan, 2023)3. Este entorno de distensión en Gaza en el mes de septiembre provocó que no se interpretasen correctamente los informes, provenientes de varios servicios de inteligencia israelíes, que alertaban sobre los preparativos de un ataque a gran escala proveniente de Gaza (Harding, 2023).

El ataque sobre las áreas de población judía adyacentes a la Franja fue tan brutal, que provocó una reacción por parte de las IDF que quizá esperasen los dirigentes de Hamas. Mucho se ha especulado sobre los motivos del salvajismo de las acciones perpetradas, pero posiblemente los líderes de Hamas, encabezados por Ismail Haniyeh, percibieron que tenían que lanzarse en un macabra carrera hacia adelante para no perder los vínculos con su propia población civil; mantenerse en una posición de supremacía frente a otros grupos radicales palestinos y la propia ANP; recuperar el apoyo del mundo árabe y musulmán y ganarse las simpatías de la opinión pública internacional, sabedores que una gran parte de la población civil de la Franja iba a ser la principal víctima de los combates que seguro se encontraban por venir (Byman y Holtz, 2023).

Desarrollo de los acontecimientos

Las operaciones militares israelíes han conseguido el control de toda la zona colchón alrededor de la Franja, evitando que Hamás y los grupos afines puedan recibir apoyo por parte de la organización Hermanos Musulmanes desde Egipto. Además, han ocupado la cuarta parte del territorio gazatí, aunque determinados bastiones cercanos a la frontera de Rafah presentan una fuerte resistencia. No obstante, en muchas ocasiones hay zonas conquistadas que vuelven a estar infiltradas por combatientes palestinos (The Guardian, 2024).

Aunque Israel ha sido acusado de la muerte de miles de civiles palestinos en la Franja, el proceso de Targeting4 israelí en el área de operaciones ha sido eficiente en cuanto a la eliminación de los comandantes de Hamas sobre el terreno. A lo largo del conflicto se eliminaron objetivos tan importantes como Marwan Issa, subjefe militar de las brigadas de Ezzeldin AlQassam, brazo armado de Hamás. Asimismo, fue eliminado Ghazi Abu Tama’ah, encargado del personal combatiente de la organización (The Jerusalem Post, 2024). A finales de julio de 2024 se tuvo constancia de la muerte de Mohamed Deif, comandante de las brigadas, a quien se consideraba el autor intelectual de la masacre que desencadenó el conflicto (Nakhoul y Bassam, 2024). A pesar de ello, otros comandantes tácticos no han sido localizados o han sido reemplazados, dando continuidad a sus operaciones. Al cierre de edición de este documento no se tiene constancia de la suerte corrida por Yahya Sinwar, actual líder de Hamas, del que se sospecha que se encuentra en la red de túneles que se extienden entre Rafah y Han Yunis en la Franja de Gaza (The Jerusalem Post, 2024b).

Una segunda área de operaciones la constituye la zona norte de Israel que, por su proximidad a la frontera libanesa controlada por Hezbollah, se encuentra principalmente hostigada por ataques de cohetes que son contestados por las IDF. En este contexto, las tropas de Naciones Unidas desplegadas en el sur del Líbano se encuentran en un creciente nivel de inseguridad (Arraf, 2024). Con carácter más lejano, Israel ha intervenido a lo largo de todo el territorio libanés, eliminando objetivos de alto valor (HVT por sus siglas en inglés). Cabe destacar a primeros de enero de 2024 la muerte en Beirut de Saleh al Arouri, quien se consideraba que ocupaba el segundo puesto en la estructura jerárquica de Hamas, por ser el jefe adjunto de la oficina política de la organización (BBC News, 2024). Lo mismo ocurrió a finales de julio con el máximo comandante de Hizbollah, Fu’ad Shukr, a quien Israel consideraba que «había dirigido los ataques de Hizbollah contra el Estado de Israel desde el 8 de octubre» (Qiblawi y SaidMoorhouse, 2024). Sin embargo, la muerte del líder de la organización, Hassan Nasrallah, ha sido el catalizador del aumento exponencial de la conflictividad en la frontera norte israelí.

El conflicto estuvo cerca de regionalizarse cuando, a principios de abril de 2024, Israel realizó un ataque contra las instalaciones de la embajada de Irán en Damasco, eliminando a los generales iraníes de la fuerza Qods, unidad de élite de la Guardia de la Revolución Islámica iraní, responsables de Siria, Líbano y Palestina (Yahya, 2024).

La represalia iraní se tradujo en un ataque combinado de cohetes, misiles y drones contra territorio israelí. Sin embargo, esta reacción fue muy medida por los líderes iraníes, quienes enviaron su respuesta a bajas velocidades de ataque y a través de rutas fácilmente identificables. Por este motivo las fuerzas aéreas de EE.UU., Reino Unido y Jordania pudieron neutralizar una gran parte de la amenaza, al tiempo que Israel también defendía su territorio sin que se llegasen a producir daños de consideración (Ioanes, 2024). La contrareacción de Israel también fue comedida, mediante un ataque puntual contra las defensas antiaéreas de una base aérea en Isfahan, cuna del programa nuclear iraní. Aunque no se llegó a una mayor escalada, el mensaje israelí a los iraníes dejaba claro que cualquier punto de Irán puede ser alcanzado, que las defensas antiaéreas iraníes no son efectivas y que las instalaciones nucleares iraníes podrían ser atacadas (Brown y Palumbo 2024).

La posible regionalización del conflicto es un hecho recurrente, debido a que Israel no posee una limitación geográfica para la realización de sus operaciones. Por ello no dudó en atacar uno de los principales HVT de su lista de objetivos, constituido por el líder político de la organización Hamas, Ismail Haniyeh, quien el 31 de julio de 2024 se encontraba en Teherán para asistir a la toma de posesión del nuevo presidente iraní, Masoud Pezeshkian5.

Haniyeh tenía «la marca de la muerte» de Netanyahu, después de los brutales ataques del 7 de octubre de 2023, alegando que le era indiferente que se encontrase o no en la Franja de Gaza. No obstante, Haniyeh era partidario de las negociaciones con Israel y de hecho participó en las conversaciones de Doha, en las que Egipto, Catar y EE.UU. actuaron como mediadores. Ahora no se tiene seguridad sobre la actitud el próximo líder y los primeros perjudicados serán tanto los habitantes de la Franja como los rehenes civiles israelíes secuestrados por Hamas (McKernan, 2024).

La elección de Yahya Sinwar como nuevo líder de la organización, a primeros de agosto, ha mostrado que nunca estuvieron tan próximas las ramas militar y política de Hamas. Hay que tener en cuenta la acumulación de poder fáctico de Yahya, debido a que su hermano Mohamed lidera el mayor de los batallones que posee Hamas. Además, goza de una gran popularidad en el mundo árabe y posee importantes vínculos con el eje de la resistencia que lidera Irán (Abualouf , 2024).

Los ataques contra Israel desde la zona libanesa se habían prolongado en el tiempo, por lo que más de 60 000 civiles israelíes continuaban desplazados fuera de sus hogares. En este contexto, el mundo se vio de nuevo conmocionado cuando se produjo una explosión simultánea de todos los buscapersonas que poseía la estructura de Hizbollah en el Líbano. A esta actuación le siguió otra parecida cuando igualmente detonaron los radioteléfonos que poseía la organización. Ambos ataques, atribuidos a Israel, desmantelaron la red de mando y control de Hizbollah y eliminaron a una gran parte de sus cuadros de mando intermedios.

Sin embargo, Israel se encontraba decidido a desmantelar por mucho tiempo la amenaza de Hizbollah, por lo que el 27 de septiembre eliminó al propio Hassan Nashrallah, a quien no sirvió de nada encontrase en un refugio de Beirut, a gran profundidad. Casi sin solución de continuidad también parece haber eliminado a Hashim Safieddine, quien se consideraba que podría ser su sucesor.

Los ataques contra los líderes y estructura de Hizbollah se han visto complementados por una ofensiva terrestre, al parecer de carácter limitado, que podría tener como objetivo crear una zona de seguridad en el sur libanés.

Las actuaciones israelíes provocaron la reacción de Irán, quizá necesitado de demostrar su apoyo a sus milicias afines, por lo que al comienzo de octubre lanzó un ataque con misiles balísticos que Israel pudo detener sin sufrir grandes daños.

Merece la pena hacer un último apunte regional en clave económica, debido a que el despliegue militar israelí precisa de la activación de los numerosos reservistas que necesitan las IDF, por lo que la falta de profesionales en sus puestos de trabajo está causando un daño progresivo en el sistema financiero (Reuters, 2024). A ello hay que añadir que el propio conflicto ha degradado el funcionamiento del gasoducto East Mediterranean Gas (EMG), que transporta el gas israelí entre el puerto de Ashkelon y la terminal de licuefacción egipcia de El Arish (Livni, 2024). Además, la terminal petrolífera de Askelon, por su proximidad a la zona de conflicto, ha tenido que desviar algunas de las remesas que recibe al limitado puerto de Haifa. La solución a este problema se ha paliado en parte mediante el transporte del petróleo saudita al puerto de Eliat y su posterior bombeo hasta el corazón de Israel (Gritten et al., 2024). En todo caso, la crisis energética y laboral está suponiendo un importante lastre económico.

   

Papel de los actores externos de la región

En el nivel regional, el régimen iraní de los ayatolás ha sido siempre el principal adversario al que ha tenido que enfrentarse Israel. Aunque no dispone de la capacidad de proyección de una fuerza regular mucho más allá de sus fronteras, cuenta con las capacidades que le proporcionan sus unidades especializadas de la Guardia de la Revolución Islámica o Pashdaran y los elementos pertenecientes al Ministerio de Información. Además, los iraníes coordinan las acciones de las diversas milicias armadas chiíes que campan por el Oriente Próximo, así como mantiene unas relaciones de conveniencia con los grupos suníes enfrentados con Israel.

No se tiene constancia de que Irán conociese con exactitud los preparativos del ataque el 7 de octubre de 2023. Sin embargo, se realizaron con anterioridad dos reuniones en Beirut, que apuntan a que podría haberse producido alguna medida de coordinación. En la primera de ellas, que se realizó en abril de 2023, Hassan Nasrallah recibió a una delegación de Hamas, en la que se encontraban Ismail Haniyeh y Saleh Arouri (Truzman, 2024). En el mes de septiembre, previo al atentado, Nasrallah se reunió de nuevo con delegaciones de Hamas y de la Yihad Islámica Palestina, a la que asistieron Saleh Arouri y Ziyad alNakhalah, líder de esta última organización (Frantzman, 2023).

Dados los vínculos que tenía Nasrallah con el régimen de los ayatolás se hace complicado pensar que Irán no estuviese al corriente de lo tratado. Sin embargo, la muerte de líderes de Hezbollah y Hamas, tanto en el Líbano como en el propio Irán, da la impresión de que el Gobierno de Teherán no es capaz de proteger a sus aliados ni siquiera en su propio territorio. A este respecto es posible que los servicios de inteligencia israelíes se encuentren infiltrados hasta en el propio Irán, donde ha sido detenido bajo acusación de espiar para el Mossad el jefe de inteligencia de la policía, Hussein Karmi. A los iraníes les sigue quedando como opción, para seguir hostigando a Israel, la coordinación de todos los grupos y Gobiernos en la región que se suman al ya citado eje de la resistencia (McKernan, 2024).

Catar y Turquía juegan papeles complementarios, como buenos aliados en la región y defensores de la corriente islámica del pensamiento de los Hermanos Musulmanes. Catar, aparte de ser uno de los principales donantes de fondos para la Franja, tiene la capacidad de influencia a través de la difusión de noticias de la cadena Al Jazeera y ser el anfitrión de las negociaciones que se llevan a cabo entre los contendientes y mediadores.

Por parte de los turcos siempre ha habido una buena predisposición hacia el pueblo palestino, quedando en el recuerdo el intento de ruptura del bloqueo marítimo durante la crisis de Gaza del 2010, origen de la paz fría entre turcos e israelíes. Aunque las relaciones entre ambos se restablecieron en 2022, es cierto que han vuelto a empeorar desde el comienzo de la crisis actual, ya que Turquía considera a Hamas como un actor viable, resultado natural de su afinidad a los Hermanos Musulmanes. Además, la defensa de la cuestión palestina proporciona al presidente Erdogan un punto de apoyo para conseguir un liderazgo regional e internamente le sirve como medida popular hacia sus votantes (Aydıntaşbaş y Huggard, 2023). Debido a esta predisposición turca se entienden las declaraciones del presidente, que se ha mostrado partidario de una intervención en el conflicto de Gaza, sin que sus palabras vayan posiblemente más allá de un posicionamiento para ganar adeptos dentro y fuera de su país (Hubbard y Timur, 2024).

Entretanto, el régimen del presidente Sisi tiene un temor patológico a que el grupo Hermanos Musulmanes, con un gran ascendiente en Egipto, pueda desestabilizar su país si consigue el apoyo internacional o si los combatientes de Hamás cruzan la frontera para sumarse a los insurgentes, con los que comparten una gran afinidad. Sin embargo, los egipcios se encuentran distanciados de los israelíes, debido a que estos barajan la idea de que los refugiados palestinos se trasladen al desierto del Sinaí, lo que podría desestabilizar la zona al otro lado de la frontera y traer de nuevo el espectro del terrorismo a esta península (International Crisis Group, 2024) Por ello se entiende el tremendo malestar de Egipto por el control de Israel de la franja que discurre a lo largo de la frontera, conocido como Corredor Filadelfia.

Conclusiones y perspectiva

Israel sufre una crisis endémica interna por la irresolución de la cuestión palestina a la par que mantiene un contencioso regional —que ha ido evolucionando desde los países árabes vecinos hasta la oposición del régimen iraní— que actúa como coordinador de los grupos chiitas presentes en la región y se relaciona por intereses comunes con otro tipo de organizaciones sunitas contrarias a Ios intereses israelíes.

La nueva crisis que se está viviendo por causa del ataque terrorista del 7 de octubre de 2023 ha constituido el mayor revulsivo desde las guerras árabeisraelíes, que plantearon una verdadera cuestión existencial. No obstante, las raíces profundas que conciernen al conflicto, podríamos resumir que las causas de la actual situación se deben principalmente a que Hamas y sus grupos afines percibían una sensación de abandono por parte del mundo árabe, que se había orientado hacia una postura pragmática en su relación con Israel. Por otra parte, el Gobierno de Netanyahu estaba ejerciendo una presión demasiado fuerte hacia los intereses palestinos, quienes se sentían cada vez más discriminados.

En esta verdadera olla a presión no hacía falta más que avivar el fuego de la conflictividad regional, teniendo como principales actores estatales proactivos a Irán, Turquía y Catar. Además, esta región se caracteriza también por contar con importantes actores no estatales, como es el caso de Hizbollah en el Líbano, el movimiento hutí del Yemen y los Hermanos Musulmanes, que son una verdadera causa de preocupación en Egipto6.

A todo ello hay que sumarle la ecuación internacional, en la que el tradicional aliado de Israel, constituido por EE.UU., vive momentos convulsos. La reacción rusa, aliada de conveniencia de Irán y enfrentada con el bloque occidental en su extranjero inmediato, se orienta a perjudicar los intereses de sus adversarios. Por su parte China sigue la situación con interés, intentando que sus rutas comerciales de comunicación sigan abiertas.

Si bien al principio de este documento se preconizaba que los palestinos nunca ganarían la guerra, pero los israelíes nunca ganarían la paz, conviene hacer una ampliación de este concepto sobre cuál es el nivel de éxito que puede alcanzar la operación de Israel en los niveles táctico, operacional estratégico-militar y estratégico-general.

Se puede considerar que tácticamente podrá llegar a alcanzar los objetivos que se haya propuesto, destruyendo la capacidad de combate de Hamas y Hizbollah y manteniendo el territorio que le proporcione la seguridad de que acciones como la del 7 de octubre de 2023 no se repitan.

En el nivel operacional parece que también se producirá una victoria israelí, pero no será total si los grupos a los que se enfrenta no quedan desarticulados por completo y son capaces de regenerar sus estructuras de mando y control y de generar fuerzas, al tiempo que de alguna manera pueden continuar siendo abastecidos logísticamente.

En el ámbito estratégico-militar los objetivos planteados por Netanyahu puede que no lleguen a poderse cumplir o muchos de ellos lo hagan parcialmente. En esta ocasión el primer ministro ha segado la hierba a ras de suelo, pero es difícil imaginar que la amenaza no se vuelva a producir de nuevo en los próximos años, teniendo en cuenta que la actuación israelí ha conseguido reavivar el sentimiento de odio de los palestinos de la próxima generación.

En un plano estratégico general Israel no parece que haya conseguido grandes logros, debido al cambio de actitud de las poblaciones árabes; al aumento de la tensión con Irán; a la proliferación de milicias en la región; a la oposición de estados regionales afines a la causa palestina y, esto es un hecho muy importante, al apoyo a la causa palestina de muchos sectores de las sociedades occidentales, entre las que se encuentra su aliado estadounidense.

Bibliografía

Anexo I.
Cronología del conflicto e Indicadores geopolíticos

2023, 7 de octubre Ataque de Hamás desde la Franja de Gaza sobre los territorios israelíes colindantes.
2023, 18 de octubre El presidente egipcio, Abdel Fattah el-Sisi, advierte que no consentirá el envío de palestinos desde Gaza a Egipto.
2023, 28 de octubre Comienza la invasión de la Franja por parte de Israel.
2023, 1 de diciembre Comienza el asalto israelí en la zona sur de la Franja, contra la cuidad de Khan Yunis.
2024, 2 de enero Saleh al-Arouri, segundo líder de Hamas, es eliminado en Beirut por un posible ataque israelí.
2024, 10 de febrero Los países árabes emiten un comunicado en contra de la actuación de Israel.
2024, 9 de marzo El alto representante de la Unión Europea para Política Exterior y de Seguridad, Josep Borrell, advierte que una intervención militar israelí en Rafah podría producir una catástrofe humanitaria.
2024, 1 de abril Israel ataca las instalaciones de la embajada iraní en Damasco, eliminando a los generales de la Fuerza Qods responsables de Siria, Líbano y Palestina.
2024, 13 de abril Irán reacciona con un ataque de represalia sobre Israel sin grandes consecuencias.
2024, 18 de abril Los ministros de Exteriores del Grupo de los 7, liderados por EE. UU., se oponen a una operación militar israelí a gran escala en Rafah.
2024, 20 de abril Israel contra ataca sobre una base aérea iraní en Isfahan.
2024, 7 de mayo Comienza el ataque israelí sobre Rafah.
2024, 13 de julio Las IDF anuncian la muerte de Mohamed Deif, máximo jefe de la rama armada de Hamas, las brigadas de Ezzeldin Al-Qassam.
2024, 28 de julio El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, advierte que puede intervenir en el conflicto.
2024, 30 de julio Fu’ad Shukr, comandante militar de Hezbollah, es eliminado en Beirut posiblemente por un ataque israelí.
2024, 31 de julio Israel elimina al líder de Hamás, Ismail Haniyeh, que se encontraba en Teherán para la toma de posesión del nuevo presidente iraní, Masoud Pezeshkian.
2024, 7 agosto Yahya Sinwar es elegido líder político de Hamas.
2024, 10 de agosto Las IDF anuncian la muerte de Walid al Susi, considerado jefe de la policía secreta de Hamas.

José Ignacio Castro Torres
Coronel del Ejército de Tierra Infantería DEM
Analista del Instituto Español de Estudios Estratégicos
Academia de las Artes y las Ciencias Militares

1Para una investigación en mayor profundidad sobre los antecedentes y desarrollo histórico del conflicto palestino israelí se recomienda la lectura del documento de investigación que se reseña en la bibliografía de este capítulo, Conflictos Internacionales Contemporáneos N.º 16. El Conflicto palestino-israelí.
2Véase: ליום נכון עדכני נוסח היהודי העם של הלאום מדינת - ישראל :יסוד-חוק: 18-09-2023/Constitución: Israel - el Estado nación del pueblo judío. https://www.nevo.co.il/law_html/law00/157298.htm
3Parte de la maquinaria de obra pública referida sería utilizada el 7 de octubre de 2023 para acceder a través de las vallas de seguridad que rodean Gaza. Véase: https://apnews.com/article/israel-gaza-crossing-protest-violence-palestinian-erez-8d1d3cd570f27e6470f23daef4337216
4PDC-00 Glosario de Terminología de Uso Conjunto. Estado Mayor de la Defensa. Madrid, 2019. p. 27. Se define el Proceso De Targeting Conjunto [JTGT] como el «desarrollo, selección y priorización de targets (blancos), determinación de efectos, asignación y ejecución de las acciones apropiadas sobre ellos, y la posterior valoración de los resultados obtenidos».
5Pezeshkian fue elegido presidente iraní después que su predecesor, Hassan Rohani, hubiese muerto en un accidente de helicóptero cuando volvía de Azerbaiyán.
6No se incluyen otros actores no estatales, como los hutíes del Yemen, por ser objeto de otro capítulo de esta publicación.
    • Israel frente a sus rivales externos e internos. El conflicto de Gaza