El siglo de Turquía

En los últimos años, Turquía ha consolidado su posición como potencia regional y actor geopolítico relevante. Mediante la aplicación de una estrategia multidisciplinar que implica a, prácticamente, todas las instituciones del Estado, Turquía ha expandido su influencia en Oriente Medio, el Cáucaso, el mar Negro, los Balcanes y el Mediterráneo oriental con la intención de configurar su inmediato vecindario conforme a sus intereses nacionales, lo que le ha llevado a intervenir de forma activa en todas estas áreas con todos los medios a su alcance, incluyendo la fuerza militar cuando esto ha sido necesario. Pero más allá de sus fronteras inmediatas, Turquía aspira a expandirse por regiones más remotas con las que mantiene lazos históricos o culturales, como Asia Central y el norte de África, tratando de obtener con ello un reconocimiento internacional que le permita convertirse en un actor global en el nuevo orden mundial que la competencia entre grandes potencias está configurando.
El presidente Erdoğan no oculta su ambición a este respecto y la renovación por, al menos, cinco años más de su mandato presidencial tras la victoria electoral del pasado mes de mayo le da la oportunidad de poner en marcha un proyecto de política exterior que, con la denominación de «el siglo de Turquía», establece programas y proyectos a medio y largo plazo para conseguirlo.

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