
18 mar 2025
IEEE. El Sahel: ¿también epicentro de la reconfiguración global?
Pedro Sánchez Herráez. Coronel del Ejército de Tierra. Doctor en Paz y Seguridad Internacional. Analista del IEEE (CESEDEN).
Introducción: Sahel: ¡Un complejo e inestable epicentro!
El Sahel hace referencia a un amplio espacio que, desde el océano Atlántico al mar Rojo, desde Mauritania hasta Eritrea y a lo largo de más de 5000 kilómetros, se conforma como un espacio clave para la estabilidad de gran parte del planeta, pese a lo cual era una zona bastante desconocida hasta hace algo más de una década. El término Sahel deriva de una palabra en árabe que significa orilla y esa es la realidad de esta zona, que constituye la amplia franja, de unos cuatrocientos kilómetros de achura, que sirve de espacio de transición entre el desierto sahariano y la estepa, entre el inhóspito mar de arena y las llanuras donde los ecosistemas son más favorables para la vida y subsistencia. Y como la orilla de un mar, sirve de plataforma de comunicación con el otro lado de la misma, con la orilla norte del Sahara, con los países del norte de África, con la costa sur mediterránea… y, por tanto, con Europa. El Sahel está directamente vinculado con Europa.
Si en la antigüedad la presencia, acción e impacto en suelo europeo de imperios con raíces sahelianas, como los almohades, dan fe de esa realidad— en una era en la cual los desplazamientos y la interrelación entre espacios y personas era mucho más lenta y complicada— en la actualidad, además de flujos de mercancías y recursos (Iglesias, 2024) lícitos e ilícitos, las llegadas crecientes de migrantes dan luz, de una manera patente, a esa realidad. El Sahel constituye la frontera sur de Europa.
Y en esa amplia frontera la vida es dura y difícil, asociada a la movilidad. Cerca de tres cuartas partes de la población vive del sector primario, en gran medida de una ganadería trashumante y una agricultura que ha de aprovechar —y competir con los pastores por ella— el agua y la tierra fértil, dada la situación bioclimática del Sahel, con escasa pluviosidad y muy concentrada en la estación lluviosa. Por lo tanto, la lucha por los recursos es la constante en la región y la movilidad, del ganado, de la rotación de los campos, de la búsqueda de nuevas zonas…, por la pura supervivencia es una seña de identidad. Si a eso se le añade que el comercio por esos caminos milenarios que cruzan el Sahara hacia el norte, o hacia el sur, hacia el golfo de Guinea y sus ciudades y puertos atlánticos constituye desde tiempo inmemorial la actividad más lucrativa —comercio, como se ha comentado, de todo tipo de recursos, fueran y sean lícitos o no—, se pone de manifiesto como el Sahel no solo es una zona de transición, un espacio clave intraafricano, sino que la movilidad asociada a las dinámicas vitales de su población conforman la región como un entorno de movilidad de impacto continental y global.
Esa lucha constante por los recursos básicos genera una situación de inseguridad permanente, agravada por la debilidad de unos Estados que se encuentran entre los más pobres del planeta (ver tabla de indicadores al final del presente capítulo) y que por tanto no poseen las capacidades suficientes para monopolizar legítimamente la violencia. Si a ello se le suma una cosmovisión y organización social más basada en el concepto de tribu que en el de ciudadano, que los sistemas de gobierno son débiles y que el desarrollo económico es muy escaso y complejo, el resultado es que estas sociedades presentan muchas dificultades para estabilizarse y lograr progresar. Y si a esto se le añade el cambio climático —que complica extraordinariamente los ritmos naturales que posibilita(ba)n un cierto equilibrio entre ganaderos y agricultores— y un crecimiento demográfico que duplica la población cada veinte años, se dibuja el panorama de una gran masa humana joven, con pocas alternativas de futuro, en un entorno degradado social y económicamente y que empeora exponencialmente. Por todo esto se hace mención, en muchas ocasiones, a la tormenta perfecta (Sánchez, 2021) saheliana, pues se realimenta a sí misma y crece en amplitud e intensidad.
En ese entorno complejo e inestable, de pocas alternativas y esperanzas, medra, por tanto, el crimen organizado y el terrorismo —en ocasiones, como simple y única alternativa laboral para muchos jóvenes—, terrorismo y crimen que se expanden por las mismas rutas milenarias por las que fluyen los recursos y que, como antaño, pero con mucho más alcance e intensidad en este mundo interconectado, tiene una proyección continental y global.
Por ello, el Sahel, esa zona remota y casi desconocida, se articula —paradójicamente o no— como epicentro global en muchos aspectos; baste señalar que constituye un epicentro de distribución de drogas (Guerrero, 2024) a escala global y un epicentro del yihadismo armado (Masoliver, 2024; Sánchez, 2022) del planeta, con las consecuencias devastadoras para la región y para el planeta que esto supone.
Pero y en el marco de la reconfiguración geopolítica global en curso… ¿podría ser, también, el epicentro de algo más?
Antecedentes del conflicto. Sahel y occidente: ¿De la petición de ayuda al rechazo?
Si bien el Sahel constituye esa amplia franja señalada en el epígrafe anterior, normalmente al hablar del mismo se hace referencia al Sahel occidental, a cinco países —Mauritania, Mali, Burkina Faso, Níger y Chad— que presentan una serie de características, desde un pasado colonial común a amenazas y problemas similares y compartidos, pasando por unas dinámicas internas y externas también con muchas similitudes, que posibilitan una visión conjunta más homogénea.
Aunque la situación estructural de estas naciones siempre ha sido compleja, como también se señaló en el epígrafe anterior, la caída de Gadafi en Libia en el año 2011 generó la desestructuración total del país y, mostrando de manera patente la vinculación directa del Sahel con el Magreb (orillas sur y norte del Sahara), se produjo la desestabilización de Malí por mor de una nueva revolución tuareg y ofensiva yihadista, alimentada con las armas y elementos armados procedentes del país mediterráneo. Y la situación se tornó tan grave que Bamako pidió auxilio a la antigua potencia colonial, Francia, que envío un contingente de tropas, en el marco de la legalidad y legitimidad internacional, que permitió evitar —al menos, en ese momento— la caída del Gobierno maliense y la extensión de la inestabilidad a toda la región. Pero ya nunca fue lo mismo, pues el frágil equilibrio saheliano saltó por los aires.
Conscientes de la importancia de la región para Europa y para el continente africano, tanto naciones como organizaciones internacionales, con el beneplácito de los Gobiernos locales, pusieron en marcha una serie de iniciativas y de ayudas que pretendían reforzar la seguridad, la gobernabilidad y el desarrollo económico y social, que pretendían estabilizar las sociedades sahelianas.
No solo fueron operaciones militares, especialmente a partir del año 2013 como Serval y Barkane francesa, MINUSMA de las Naciones Unidas, EUTMMali de la Unión Europea, entre otras, para reforzar el pilar de la seguridad, sino también ingentes ayudas económicas en diferentes ámbitos y sectores, asesores, e incluso la puesta en marcha de organizaciones e iniciativas propias sahelianas, auspiciadas por distintos países y organizaciones.
Entre ellas, destaca la creación el 16 de febrero del 2014 del grupo Sahel G5, organización que pretendía dar una respuesta conjunta a las amenazas —terrorismo, crimen organizado, flujos migratorios, etc.— compartidas por los cinco países antes citados, así como avanzar y profundizar en diversas cuestiones, no solo en temas de seguridad, sino también en infraestructuras, lucha contra el cambio climático, etc. Y en ese marco se llegó a crear una Fuerza Militar Conjunta en el año 2017, a la cual cada país aportaría un batallón de 750 efectivos, con capacidad de realizar acciones transfronterizas y empeñada esencialmente en la lucha contra el terrorismo y el criminen organizado. La Unión Europa contribuyó a la financiación de dicha fuerza.
Las discrepancias surgidas con Malí, que incluyeron sanciones, por haber sufrido dos golpes de estado en menos de un año, acabaron motivando que Bamako, al no autorizarse que ocupara la presidencia rotatoria que le correspondía, expresase en mayo del año 2022 (recordando que la invasión de Ucrania principió en febrero de 2022) que «La oposición de ciertos Estados del G5 Sahel a la presidencia de Malí está en las maniobras de un Estado extrarregional que busca aislar a Malí» (Le Monde, 2022) en clara alusión a Francia, preocupada por la aparente presencia de elementos de Wagner y que el país saheliano se retirase de dicha organización y de la fuerza conjunta y, además, denunciase la instrumentalización de la misma.
La sucesión de golpes de estado en el ámbito del Sahel (Sánchez, 2022b) supone condenas por parte de la comunidad internacional y de las organizaciones africanas —como la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO)—, e incluso informaciones relativas al posible envío de fuerzas militares foráneas para revertir dichos golpes, en muchos casos aplaudidos por una población que no sentía mejoras en la seguridad ni en su nivel de vida, junto con el incremento de la narrativa antioccidental, muy centrada inicialmente en Francia —¿Qué hacen aquí desplegados si sigue habiendo terrorismo y violencia y cada vez más?— y posteriormente se extiende a toda la acción internacional (esencialmente occidental), lo cual va generando una serie de desavenencias, que van subiendo de tono y que, a partir del año 2022, va convirtiendo la presencia internacional en algo insostenible. Y que en febrero de 2022 Rusia invada Ucrania y que la presencia de Moscú a través de Wagner sea creciente en la región saheliana, puede pensarse que es una simple coincidencia, si bien en geopolítica las casualidades suelen ser muy escasas.
La situación se va enrareciendo de tal manera que desde el año 2023, en diferentes plazos y ritmos, se van retirando todas las misiones internacionales desplegadas en la región, e incluso las fuerzas —como las estadounidenses— desplegadas por acuerdos bilaterales; se genera un vacío que Rusia, que lo promueve, entre otras potencias revisionistas del orden mundial actual, va ocupando.
¿Y, tras esos cambios, cuál es la situación actual en la región?
Situación actual del conflicto. Sahel: ¡Espacio clave de la reconfiguración global!
La situación sigue siendo de conflictividad plena. Además de las cuestiones estructurales —terrorismo, crimen organizado, pobreza, etc.— la pugna global no solo tiene un reflejo directo en el Sahel, sino que también se libra en él, que deviene no solo espacio de batalla, sino también en actor de esa reconfiguración global. Y, ante ello, es factible analizar, entre otras, varias dinámicas.
Sahel: ¿frente secundario de la guerra en Ucrania?
A finales de julio de 2024 se produjo una acción de combate en la que grupos tuareg rebeldes y terroristas yihadistas atacaron en el norte de Malí una fuerza enviada por el Gobierno, causando —si bien las cifras son imposibles de verificar— la muerte de unos 87 contratistas rusos (Wagner) y 47 soldados malienses (Diop, 2024). Un duro golpe para Rusia y un duro golpe para Malí, pese a lo cual Moscú señaló (Eldiario.es, 2024 que se seguiría ofreciendo la ayuda necesaria a Bamako.
Si bien ya existían noticias, más o menos confirmadas, de la presencia de fuerzas espaciales ucranianas en África —Sudán es uno de los lugares donde se señala dicha presencia (Iddon, 2024)—, la contundencia de la acción en Malí sorprende. Pero sorprende también por las declaraciones, luego desmentidas o matizadas, realizadas por altos cargos e instituciones de Ucrania: se afirma por parte del servicio secreto ucraniano que Kiev estuvo involucrado en el ataque «Los rebeldes recibieron la información necesaria y no sólo información, que les permitió llevar a cabo con éxito una operación militar contra los criminales de guerra rusos» (Burdyga, 2024), o que «la emboscada en Malí no era el primer ataque contra las fuerzas rusas en África en la que Ucrania estaba implicada»(Watson, 2024).
De hecho, Kyrylo Budanov, el jefe de la inteligencia militar ucraniana, dijo de una manera muy patente en el año 2023: «Hemos estado matando rusos y continuaremos matando rusos en todas partes del mundo» (McGregor, 2024), aunque posteriormente matizaría (The New Voice of Ukraine, 2023) esas palabras señalando que solo hacían referencia a los criminales de guerra.
La respuesta a la acción de julio de 2024 es fulminante: Malí y Níger rompen relaciones con Kiev, se acusa (Agenzia Nova, 2024) a Ucrania y a Polonia por parte de la Alianza de Estados del Sahel —Malí, Níger y Burkina Faso— de entrenar a grupos terroristas en el uso de drones kamikazes y que estos fueron enviados con el apoyo de una embajada ucraniana en un país vecino; y la embajada de Ucrania en Senegal recibió una advertencia formal tras la publicación de un video propagandístico del ejército ucraniano y unos comentarios relativos al ataque tuareg sobre las fuerzas de Wagner y Malí.
Y que estas diatribas y ruptura de relaciones se produjeran durante la cuarta gira del Ministro de exteriores ucraniano, Dymtro Kuleba, a África, en la búsqueda de apoyos para la causa de Ucrania en el llamado Sur Global y, aunque el comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania señalara: «entre los puntos principales, estará la participación de los estados africanos en los esfuerzos globales para restaurar una paz justa para Ucrania y el mundo» (Ministry of Foreign Affairs of Ukraine, 2024), los hechos no contribuyen, precisamente, a lograr apoyos para Kiev, en un Sur Global que en conjunto es bastante indiferente a dicha causa o que directamente apoya a Rusia.
Puede que Ucrania haya desplegado asesores sobre el terreno, o equipos de operaciones especiales para, siguiendo una estrategia indirecta —actuar en frentes secundarios para debilitar y agotar al adversario— minorar la presión rusa en su territorio, si bien es necesario considerar que Ucrania, pese al esfuerzo ingente que está realizando, depende del apoyo y ayuda occidental para seguir su lucha contra Rusia. También pudiera ser que las fuerzas ucranianas, reales o supuestas, no fueran más que una suerte de «fuerzas delegadas» de otras naciones con intereses globales, o una simple campaña de desinformación en el marco de la acción creciente de Rusia en África. En cualquier caso, Ucrania, que está intentando abrir nuevos contactos y relaciones en África puede verse perjudicada por estas acciones, que rápidamente se transforman en narrativas de neocolonialismo y de apoyo a grupos terroristas e insurgentes.
Muestra de ese interés ucraniano, señalar que Kiev ha abierto 7 nuevas embajadas en África, a las que es preciso sumar las 10 con las que ya contaba en el continente, en ese afán por lograr un número creciente de apoyos a su causa; pero, también, ese afán de internacionalización de la misma seguido por Ucrania le lleva a destacar la justicia universal y los derechos humanos. Y en un evento hace unos meses, Olena Zelenska, la primera Dama del país, expresó: «Cuando entendemos que el sistema internacional no funciona, debemos hablar no sólo de nosotros mismos, sino de todos los demás crímenes de guerra, crisis humanitarias y tragedias de personas en todo el mundo» (Gumenyuk, 2024)… por ello y dado el apoyo dado por Ucrania a Israel —con la brutal guerra en Gaza en curso— la narrativa ucraniana pierde enteros en el Sahel. Y, además se señala (Hairsine, 2024) que, dado que desde la independencia de Ucrania nunca se había producido la visita de ningún presidente ni ministro de asuntos exteriores ucraniano a África… ¿ahora sí por?
Consecuentemente y en el marco de esa reconfiguración, de esa pugna geopolítica que está en curso, se afirma en ciertos ámbitos y sin ambages que la «Nueva línea de conflicto pasa del Donbass ucraniano al Sahel maliense» (Kassouin y Sovon, 2024.
Pero si la lucha contra Rusia abre un nuevo frente en el Sahel, eso implica que Moscú ya estaba allí… ¿y estaba por alguna razón?
Sahel: ¿estrategia de contra cerco por parte de Rusia?
El Sahel es rico en materias primas y recursos (Nievas y Mesa, 2019) —Malí es el tercer productor de oro de África, Níger es uno de los principales productores de uranio del mundo, está constatada la existencia de hidrocarburos, minerales estratégicos, etc.— aunque, paradójicamente —o no, como se ha comentado previamente al exponer la tormenta perfecta saheliana—, pese a esa riqueza la región se encuentra «en las garras de la pobreza extrema» (Isilow y Basaran, 2023). El interés por tener acceso a esos recursos y a la riqueza que de los mismos se puede obtener por parte de una Rusia sometida a sanciones occidentales, así como de una China cuyo afán por lograr el monopolio en ciertos recursos —como los minerales estratégicos— es paradigmático, amén también del interés de otras muchas potencias medias, lo que motiva que esa antaño olvidada región haya devenido en un espacio de confrontación geopolítica. Y, por eso, Rusia ya en guerra abierta con occidente, encuentra en el Sahel una zona, un espacio vital para sus intereses económicos. Pero no es esta la única razón que explica la presencia de Moscú.
El Sahel no solo conforma ese espacio clave para la movilidad intra africana y materializa la frontera exterior de Europa, sino que constituye, puede constituir, un baluarte desde el cual es posible, en cierta medida, minorar y/o incluso crear una brecha en ese cerco al que Rusia siente que occidente le lleva sometiendo desde hace centurias: sea el llamado Gran Juego con Gran Bretaña como oponente en el siglo XIX, sea la estrategia de contención durante la Guerra Fría o sea en la actualidad con la expansión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y la Unión Europea y la penetración creciente en el antiguo espacio postsoviético en el Cáucaso y Asia Central, Moscú considera que los Estados Unidos se encuentran embarcados en una nueva lucha por el Rimland (Sánchez, 2021b), una pugna por ese gran anillo terrestre que, en palabras de Mackinder, rodea la tierra corazón, esencialmente Rusia y cuyo control permite mantenerla aislada, separada de mares cálidos y sin posibilidad de expansión.
Por ello, para Rusia, en una África y en un Sahel sumidos en plena lucha de potencias por su dominio (Sánchez, 2023), poner un pie firme en el continente y en la región puede contribuir, además de a lograr apoyos políticos —tan importantes en un proceso global de reconfiguración y beneficios económicos no menos importantes en el marco de la guerra en Ucrania—, a obtener una presencia armada aunque sea mediante el grupo Wagner en primera instancia y crear una red de puntos de apoyo militares fuera de ese cerco o, incluso, establecer un arco, un anillo exterior, una suerte de contracerco… lo cual sería un activo de extraordinario valor para Moscú.
Tanto es así, que los Estados Unidos, muy preocupados por esta presencia creciente rusa y por las informaciones (Reuters, 2024) relativas a que Irán busca uranio en Níger, contempla con pesar como también es invitado a marchar de la región, redespliegue que finaliza el 15 de septiembre de 2024 (United States Africa Command, 2024). E intenta por todos los medios, en lo que denomina recalibramiento y en el marco de una nueva estrategia, poder desplegar efectivos, al menos, en las proximidades del Sahel. Así, Washington expresa que esto se hará «en países afines, con valores democráticos, objetivos y desafíos compartidos en la costa de África Occidental. Estamos en conversaciones con Costa de Marfil y también con Ghana y Benin» (US Department of State, 2024), así como aparentemente se había alcanzado un acuerdo para desplegar unidades de operaciones especiales (Babb, 2024) de pequeña entidad en el propio Chad… declaraciones estadounidenses que fueron inmediatamente desmentidas (Swiss Info, 2024) por un comunicado del Gobierno del país saheliano. Parece que Estados Unidos intenta, por todos los medios y con urgencia, evitar un potencial contracerco por parte de Moscú… o formalizar otro cerco exterior al saheliano.
En cualquier caso, la situación de tensión es creciente entre los, hasta hace poco, aliados, pero este nuevo posicionamiento saheliano, ¿puede ser reflejo de algo más profundo que se está gestando?
Sahel: ¿resurgimiento de tesis panafricanas?
La narrativa anticolonial y las acusaciones de intento de neocolonialismo han devenido en una constante en el día a día saheliano: la desinformación alentada especialmente por Rusia y China1, las soflamas frente a la antigua potencia colonial en particular y frente a occidente en general van calando y ganando terreno entre una gran parte de la población que sigue con unos niveles de inseguridad y pobreza ingentes y que encuentran difícil dar respuesta a las preguntas —si bien no dejan de ser preguntas torticeras y manipuladoras— ¿qué ha hecho occidente por ti? ¿no ves que occidente solo quiere seguir saqueando tus riquezas para seguir siendo rico y tu pobre? ¿crees de verdad que las instituciones y organizaciones que ha creado son realmente para facilitar tu desarrollo?
Por otra parte, la ruptura del orden global y el afán de acabar con la supremacía de los Estados Unidos genera, al menos en principio y aparentemente, oportunidades para el desarrollo de un modelo multipolar — defendido a ultranza por Rusia— con diferentes centros de poder y también con nuevas y diferentes estructuras e instituciones de gobernanza (Muñoz Castiñeira, 2024), permite incrementar las opciones regionales frente a las globales y globalizantes.
Y en esa reconfiguración y ante esas aparentes oportunidades, África emerge —y las narrativas de las potencias revisionistas apoyan esa idea, si bien el propósito final es opaco— como un continente de oportunidades, con una población joven y dinámica, una tierra plena de recursos naturales y que está llamada a jugar un papel clave en el nuevo orden global (Tenembaum, 2024)... si se libera de las ataduras seculares. Y esas ataduras, en conjunto, como se ha comentado previamente, se llaman Occidente.
En el Sahel, en una de las regiones más pobres del continente africano, se pone en marcha una revolución, una ruptura de lazos con naciones y con organizaciones —incluso africanas consideradas como herramientas de occidente y se comienza a crear unas nuevas. Así, Malí, Burkina Faso y Níger fundan la Alianza de Estados del Sahel el 16 de septiembre de 2023, surgida inicialmente como un pacto de mutua defensa —ante las noticias de una potencial intervención exterior para derrocar a los Gobiernos nacidos de golpes de estado— y que paulatinamente ha ido ampliando el nivel de cooperación a múltiples ámbitos —económicos, políticos, diplomáticos, culturales, etc.— incluyendo el anuncio realizado a mediados de septiembre de 2024 de diseñar un pasaporte biométrico común (Lisa News, 2024). La voluntad y las intenciones de un nuevo tipo de asociación entre iguales, libres de ataduras y débitos, ocupan las declaraciones y acciones en el marco de las capacidades de estas naciones de manera constante.
Y ese afán de un nuevo hacer es tan poderoso que se cuestiona todo o casi todo; así, incluso una organización regional africana —la CEDEAO (Comunidad Económica de Estados de África Occidental)—, una de las más activas del continente, es puesta en tela de juicio por la nueva Alianza, si bien es cierto que le impuso sanciones, que luego retiró, tras los golpes de Estado habidos en esos países y es tan puesta en tela de juicio que decretan su retirada de la misma, como también hicieron previamente del grupo G5 Sahel, condenándolo a su desaparición el 28 de enero de 2024 (Agenzia Fides, 2024), pese a que esta no será efectiva, según los estatutos de la Organización, hasta un año después. Pero el paso ya está dado.
Si bien se produjeron presiones, tanto desde fuera de África como desde el seno de la propia organización, animando a revertir la separación, los líderes de los tres países de la Alianza Sahel, tras la primera cumbre en Niamey (Níger, julio 2024), decidieron el no retorno a la CEDEAO (Asadu y Mamaneap, 2024), lo cual, desde determinadas ópticas, no hace sino debilitar aún más al bloque y dificultar los esfuerzos en combatir la violencia que se extiende por la región y en dar marcha atrás en la secuencia de golpes de estado que se suceden en la misma. La CEDEAO, con casi medio siglo a sus espaldas, ha llegado a ser calificada como una «amenaza para nuestros estados» por el dirigente de Níger, que también añadió la intención de crear una «Alianza para el Sahel de los pueblos, en lugar de una CEDEAO cuyas directrices e instrucciones le vienen dictadas por potencias ajenas a África» (Asadu y Mamaneap, 2024).
Y el propósito de esta nueva Confederación —pues tal es el modelo organizativo elegido—, incluye ser un referente y la expansión del mismo por la región, que se señala (Mintoiba, 2024) que afronta una nueva era, e incluso por el continente, en una muestra de la posibilidad de organizaciones alternativas a las existentes; organizaciones presentadas también como nuevos modelos, como una nueva manera de hacer las cosas libre de injerencias.
De hecho, el poder de la narrativa empleada es tan fuerte que tras la visita del presidente del Chad a Moscú en enero de 2024, ante la pregunta al mandatario de si abandonaría las alianzas previas y se aproximaría a Rusia, la respuesta fue demoledora: «Chad es un país independiente, libre y soberano (…) No estamos en el principio de un esclavo que quiere cambiar de dueño. Tenemos intención de trabajar con todos los países del mundo que nos respeten y que quieran trabajar con nosotros bajo el respeto mutuo» (Europa Press, 2024).
Ciertamente, en esa reconfiguración, África y el Sahel también se reordenan bajo unos parámetros aparentemente distintos y particulares… pero en el marco de una pugna global entre grandes poderes, es preciso considerar si, más allá de las narrativas empleadas, no siguen dichas potencias apoyando el secular divide y vencerás.
En cualquier caso y sea como fuere, esa zona que hace algo más de una década era prácticamente desconocida ha saltado a la primera plana ¿Pero le importa realmente a otros actores?
Papel de los actores externos. Sahel: ¡ya no es indiferente para nadie!
Como se ha ido poniendo de manifiesto, un espacio clave en un planeta en reconfiguración no puede permanecer ajeno a cualquier potencia con ciertas aspiraciones.
Así, con intereses y presencia en la región (Sánchez, 2019), además de Estados Unidos y Rusia —ya mencionados— y China, aspirante a primera potencia global, es posible encontrar a Turquía en el marco de una geopolítica neootomana y compitiendo con Arabia Saudí, también presente en la región saheliana, por el liderazgo del Islam. Igualmente, Israel, intentando obtener apoyos para aminorar el impacto que en el mundo árabe y musulmán generan las acciones de la nación hebrea, si bien con la guerra en curso en Gaza, las opciones se han complicado en cierta medida… cada vez más naciones muestran interés por la región.
Con la guerra en Ucrania en curso y con la presencia creciente de Rusia en el Sahel, Estados Unidos cada vez es más activo, tras un cierto abandono. Así, en su pugna con Rusia, las narrativas relativas a que «Las juntas militares prorrusas del Sahel desintegran la región con su Alianza» (Gerlotti, 2024) o que tras la ruptura de relaciones de Burkina Faso y Níger con Ucrania, Rusia «siembra caos e inestabilidad» (Europa Press, 2024b), las sitúan frente al planteamiento de diplomacia, democracia y libertad que Washington abandera, o pretende abanderar… si bien esos argumentos parece que progresivamente no van teniendo mucho éxito (Sánchez, 2024) ni en África ni en gran parte del planeta. Y la nación norteamericana siente que está perdiendo un pie en la zona y en gran parte de África.
Por ello, la OTAN, que hasta hace muy poco se encontraba esencialmente volcada hacia el este de Europa, frente a Rusia, en mayo del 2024 señalaba en un informe (NATO, 2024) que «La seguridad en el Sahel se ha deteriorado drásticamente en los últimos años, con graves consecuencias para las poblaciones de la región y para los intereses de los aliados y socios de la OTAN» y en la cumbre que tuvo lugar del 9 al 11 de julio de 2024, además de conmemorarse el 75 aniversario de la Organización se abordaron varios temas, siendo uno de ellos el plan de acción para el sur (La Moncloa, 2024). Y en dicho plan de acción se recoge expresamente que «Oriente Medio, el Norte de África, el Sahel, el continente africano en general, tienen una gran importancia estratégica para la paz y la seguridad en la región euroatlántica y, por supuesto, la Alianza puede hacer mucho a su vez para fortalecer la seguridad y la estabilidad del sur de Europa» (González, 2024). Todo un canto a no desatender esa zona clave del planeta.
Y siendo muy importante lo que acontezca en el Sahel para Europa, en lo que respecta a España, el único país europeo con presencia física, con territorio nacional en África y constituyendo el punto de paso natural entre ambos continentes, resulta algo absolutamente obvio y capital. La importancia del Sahel y su potencialidad de desestabilización han sido siempre una poderosa realidad para España, de hecho, no solo ha participado en todas las misiones de la Unión Europea desplegadas en la zona, sino que siempre se ha mostrado muy activa para intentar redirigir parte de las energías, recursos, atención y esfuerzos de las organizaciones de las que es parte —OTAN, UE, etc.— hacia el sur. Y si bien se iba poco a poco logrando y concienciando a los socios y aliados de la importancia del Sahel, desde la invasión rusa de Ucrania la frontera sur de Europa había pasado a un segundo plano de manera casi total… Hasta ahora que, especialmente tras la salida de la mayor parte de las tropas occidentales del Sahel (Domínguez Cebrián, 2024), efectivos que fueron desplegados en apoyo y para refuerzo de las capacidades de estas frágiles naciones, la sensación de agujero negro de seguridad es grande.
Esperemos ser capaces de contribuir a estabilizar la región.
Conclusiones y perspectiva. Sahel: ¿más tormentas y más epicentros o…?
El vacío geopolítico no existe y en una era de reconfiguración global, aún menos si cabe.
Y esa reconfiguración global lleva aparejada, de manera natural o vinculada de manera interesada, un cuestionamiento de normas, reglas, usos y sistemas que han estado vigentes en muchos casos desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, en esa suerte de orden mundial que, si bien no era ni muchos menos perfecto, si proporcionaba un marco de referencia.
Este mundo interconectado hace que ninguna zona sea remota ni lejana y, aunque no sea de parte del acervo común, existen una serie de espacios claves que, pese a su aparente falta de interés y capacidad de influencia y acción, pueden decantar o contribuir significativamente a modificar el rumbo de la dinámica del planeta. Pueden ser auténticos epicentros.
El Sahel es una de esas zonas. Y, como en todas partes, existen rescoldos de agravios, reales o supuestos, internos y externos… sobre los que, si se sopla de manera adecuada, es posible lograr su activación y pasar a desatar un incendio pavoroso… que siempre sirve a los intereses de una potencia, de un gran actor externo poderoso. Siempre es así, solo cambia el actor.
Quizá fuera necesario considerar, en su justa medida, la importancia de ciertos espacios —como sin duda lo es el Sahel—, quizá fuera necesario considerar la importancia, con razón o sin ella, de esos rescoldos, para ser capaces, si se quiere, de contribuir a minorar aquellos que, de nuevo, con razón o sin ella, sean achacables a uno mismo. Y quizá fuera necesario, por último, tener absolutamente claro que no es posible hacer trasposición literal de una misma realidad cuando la vida en unas y otras partes del planeta es tan asimétrica, tan distinta —aunque a los seres humanos nos muevan casi los mismos estímulos y necesidades— y que por ello es preciso un poderoso ejercicio de comprensión y de pragmatismo.
En caso contrario, tenemos ante nuestros ojos lo que acontece. Y la perspectiva y prospectiva, en el marco de una reconfiguración global donde las armas ya hablan sin ningún rubor y donde todo puede ser empleado como un arma, es totalmente pavorosa.
Para todos, sin duda. ¿o una orilla espera que no le afecte en demasía lo que ocurre en la otra?
Bibliografía
- Africa Center for Strategic Studies. (2024). Mapping a surge of disinformation in Africa [en línea]. [Consulta: 2024]. Disponible en: https://africacenter.org/spotlight/mapping-a-surge-of-disinformation-in-africa/
- Agenzia Fides. (2024). La salida de Malí, Burkina Faso y Níger de la CEDEAO/ECOWAS abre una nueva era [en línea]. Agenzia Fides. [Consulta: 2024]. Disponible en: https://www.fides.org/es/news/74675AFRICA_La_salida_de_Mali_Burkina_Faso_y_Niger_de_la_CEDEAO_ECOWAS_abre_una_nueva_era
- Agenzia Nova. (2024). Mali: la Alianza del Sahel acusa a Ucrania y Polonia de entrenar a futuros terroristas [en línea]. NOVA News. [Consulta: 20 septiembre 2024]. Disponible en: https://www.agenzianova.com/es/news/Mali-la-Alianza-del-Sahel-acusa-a-Ucrania-y-Polonia-de-entrenar-a-futuro-sterroristas/
- Asadu, C. y Mamaneap, D. (2024). Dirigentes militares de Níger, Mali y Burkina Faso descartan volver a bloque económico regional [en línea]. AP News. [Consulta: 2024]. Disponible en: https://apnews.com/worldnews/general-news-0387986e654567fa27ffce7ba9604a1b
- Babb, C. (2024). US General explains US movements, partnerships in West Africa [en línea]. Voa News. [Consulta: 2024]. Disponible en: https://www.voanews.com/a/general-who-oversaw-us-military-withdrawal-from-niger-explains-us-movements-partnerships-in-west-africa/7791629.html
- Burdyga, I. (2024). ¿Qué hace el servicio secreto ucraniano en África? [en línea]. DW. [Consulta: 20 septiembre 2024]. Disponible en: https://www.dw.com/es/qu%C3%A9-hace-el-servicio-secreto-ucraniano-en-%C3%A1frica/a-69844201
- Diop, A. (2024). Mali: les touaregs avancent les chiffres de la déroute de l’armée et Wagner [en línea]. AFRIK.com. [Consulta: 20 septiembre 2024]. Disponible en: https://www.afrik.com/mali-les-touaregs-avancent-les-chiffres-de-la-deroute-de-l-armee-et-wagner
- Domínguez Cebrián, B. (2024). El vacío de tropas occidentales en el Sahel inquieta a España [en línea]. El País. [Consulta: 2024]. Disponible en: https://elpais.com/espana/20240722/el-vacio-de-tropas-occidentales-en-el-sahel-inquieta-a-espana.html
- Eldiario.es. (2024). Rusia ayudará a Malí a fortalecer su Ejército para combatir el terrorismo, según Lavrov [en línea]. Eldiario.es. [Consulta: 2024. Disponible en: https://www.eldiario.es/politica/rusia-ayudara-mali-fortalecer-ejercito-combatir-terrorismo-lavrov_1_11565154.html
- Europa Press. (2024). El riesgo de que Chad siga los pasos de otros países del Sahel y se acerque a Rusia preocupa en Occidente [en línea]. Europa Press. [Consulta: 2024]. Disponible en: https://www.europapress.es/internacional/noticia-riesgo-chad-siga-pasos-otros-paises-sahel-acerque-rusia-preocupa-occidente-20240504084450.html
- —. (2024b). EE. UU. dice que Rusia «siembra el caos» en África tras la ruptura de relaciones de Níger y Malí con Ucrania [en línea]. Europa Press. [Consulta: 2024]. Disponible en: https://www.europapress.es/internacional/noticiae-euu-dice-rusia-siembra-caos-africa-ruptura-relaciones-niger-mali-ucrania-20240809070930.html
- Gerlotti, A. (2024). Las juntas militares prorrusas del Sahel desintegran la región con su Alianza [en línea]. ABC. [Consulta: 2024]. Disponible en: https://www.abc.es/internacional/golpistas-sahel-desintegran-africa-occidental-20240713184114nt.html
- González, E. (2024). Sánchez applauds the action plan for the southern flank adopted by the NATO Summit [en línea]. The Diplomat. [Consulta: 2024]. Disponible en: https://thediplomatinspain.com/en/2024/07/11/sanchez-applauds-the-action-plan-for-the-southern-flank-adopted-by-the-nato-summit/88732/
- Guerrero Jurado, L. (2024). El Sahel, epicentro de distribución de drogas… ¿también hacia oriente medio? [en línea]. Documento de Opinión IEEE. [Consulta: 20 septiembre 2024]. Disponible en: https://www.defensa.gob.es/Galerias/fichero/docs_opinion/2024/DIEEEO67_2024_LUCGUE_Sahel.pdf
- Gumenyuk, N. (2024). Inside Ukraine´s fight for hearts and minds [en línea]. Foreign Policy. [Consulta: 20 septiembre 2024]. Disponible en: https://foreignpolicy.com/2024/08/03/ukraine-hearts-minds-world-russia-war/?utm_source=Sailthru&utm_medium=email&utm_campaign=Flash%20Points%2008072024&utm_term=flash_points
- Hairsine, K. (2024). How Ukraine is combating Russia´s influence in Africa [en línea]. DW. [Consulta: 20 septiembre 2024]. Disponible en: https://www.dw.com/en/how-ukraine-is-trying-to-combat-russias-influence-in-africa/a-69461873
- Iddon, P. (2024). Why are Ukrainian special forces fighting in Sudan's war [en línea]. The New Arab. [Consulta: 2024]. Disponible en: https://www.newarab.com/analysis/why-are-ukrainian-special-forces-fighting-sudans-war
- Iglesias Lancho, C. (2024). Cristales… ¿los nuevos «diamantes de sangre» del Sahel? [en línea]. Documento de Opinión IEEE. [Consulta: 20 septiembre 2024]. Disponible en: https://www.defensa.gob.es/Galerias/fichero/docs_opinion/2024/DIEEEO66_2024_CELIGL__Cristales.pdf
- Isilow, H. y Basaran, E. (2023). Paradox of Africa´s Sahel: rich in minerals but in the grip of grinding poverty [en línea]. AA. [Consulta: 2024]. Disponible en: https://www.aa.com.tr/en/world/paradox-of-africas-sahel-rich-in-minerals-but-in-the-grip-of-grinding-poverty/3015838
- Kassouin, A. y Sovon, J. (2024). Nueva línea de conflicto pasa del Donbás ucraniano al Sahel maliense [en línea]. Global voices. [Consulta: 2024]. Disponible en: https://es.globalvoices.org/2024/08/29/nueva-linea-de-conflicto-pasa-del-donbas-ucraniano-al-sahel-maliense/
- La Moncloa. (2024). Pedro Sánchez stresses importance of NATO having a «comprehensive, detailed and practical» Action Plan for the South [en línea]. La Moncloa. [Consulta: 2024]. Disponible en: https://www.lamoncloa.gob.es/lang/en/presidente/news/Paginas/2024/20240710-sanchez-nato-summit.aspx
- Le Monde. (2022). Le Mali announce son retrait de l´organisation régionale G5 Sahel [en línea]. Le Monde. [Consulta: 20 septiembre 2024]. Disponible en: https://www.lmonde.fr/afrique/article/2022/05/16/le-mali-annonce-son-retrait-de-l-organisation-regionale-g5-sahel_6126249_3212.html
- Lisa News. (2024). La Alianza de Estados del Sahel pondrá en circulación pasaportes biométricos [en línea]. Lisa News. [Consulta: 2024]. Disponible en: https://www.lisanews.org/internacional/la-alianza-de-estados-del-sahel-pondran-en-circulacion-pasaportes-biometricos/
- Masoliver, A. (2024). Ni Siria, ni Irak: este es el epicentro del yihadismo armado en 2024 [en línea]. La Razón. [Consulta: 20 septiembre 2024]. Disponible en: https://www.larazon.es/internacional/siria-irak-este-epicentro-yihadismo-armado-2024_20240721669cec27ef894800010155ef.html
- McGregor, A. (2024). Ukraine´s african campaign against Russia prompts international backlash [en línea]. Eurasia Daily Monitor. Vol. 21, n.º 130. [Consulta: 20 septiembre 2024]. Disponible en: https://jamestown.org/program/ukrainesafricancampaignagainstrussiapromptsinternationalbacklash/
- Ministry of Foreign Affairs of Ukraine. (2024). Dmytro Kuleba´s fourth African tour [en línea]. Ministry of Foreign Affairs of Ukraine. [Consulta: 2024]. Disponible en: https://mfa.gov.ua/en/events/chetverte-afrikanske-turne-dmitra-kulebi
- Mintoiba, F. (2024). ‘Alliance of Sahel States’ and a new era for West Africa [en línea]. Daily Sabat. [Consulta: 2024]. Disponible en: https://www.dailysabah.com/opinion/op-ed/alliance-of-sahel-states-and-a-new-era-for-west-africa
- Muñoz Castiñeira, S. (2024). La Tríada del Sahel, una lección de autonomismo [en línea]. Nota al pie. [Consulta: 2024]. Disponible en: https://www.notaalpie.com.ar/2024/07/18/confederacion-estados-del-sahel/
- NATO. (2024). Independient expert group supporting NATO´s comprenhensive and deep reflection process on the southern neighbourhood, Final Report [en línea]. NATO, p. 15. [Consulta: 2024]. Disponible en: https://www.nato.int/nato_static_fl2014/assets/pdf/2024/5/pdf/240507-Nato-South-Report.pdf
- Nievas, D. y Mesa, B. (2019). Los recursos naturales en el centro de la geopolítica en el Sahel [en línea]. TLA-MELAUA. N.º 48. [Consulta: 2024]. Disponible en: http://www.apps.buap.mx/ojs3/index.php/tlamelaua/article/view/896/pdf
- Reuters. (2024). EE. UU. completa retirada de su última base militar en Níger [en línea]. DW. [Consulta: 20 septiembre 2024]. Disponible en: https://www.dw.com/es/estados-unidos-completa-la-retirada-de-su-%C3%BAltima-base-militar-en-n%C3%ADger/a-69862445
- Sánchez Herráez, P. (2019). Los «nuevos» actores en el Sahel [en línea]. En: El Sahel G5: desafíos y oportunidades. Madrid, Instituto Español de Estudios Estratégicos, Ministerio de Defensa. Cuaderno de Estrategia n.º 202, capítulo cinco, pp. 183234. [Consulta: 2024]. Disponible en: https://www.defensa.gob.es/Galerias/fichero/cuadernos/CE_202_El_sahel_y_g5_desafios_y_oportunidades.pdf
- —. (2021). Sahel: ¡Tormenta perfecta de amplitud e intensidad creciente! [en línea]. En Panorama Geopolítico de los conflictos 2021. Madrid, Instituto Español de Estudios Estratégicos, Ministerio de Defensa. Capítulo octavo, pp. 229252. [Consulta: 20 septiembre 2024]. Disponible en: https://www.defensa.gob.es/Galerias/fichero/panoramas/PGC2021/Cap_8_Sahel.pdf
- —. (2021b). Siglo XXI: ¿El retorno a la lucha por el Rimland? [en línea]. Documento de Análisis IEEE. [Consulta: 20 septiembre 2024]. Disponible en: https://www.defensa.gob.es/Galerias/fichero/docs_analisis/2021/DIEEEA12_2021_PEDSAN_Rimland.pdf
- —. (2022). El Sahel: epicentro yihadista en África occidental. En: Terrorismo internacional: mutación y adaptación de un fenómeno global, Cuaderno de Estrategia n.º 214. Madrid, Instituto Español de Estudios Estratégicos, Ministerio de Defensa. Capítulo tercero, pp. 79127. [Consulta: 20 septiembre 2024]. Disponible en: https://www.defensa.gob.es/Galerias/fichero/cuadernos/CE_214/Cap_3_El_Sahel_epicentro_yihadista_en_Africa_Occidental.pdf
- —. (2022b) ¡El Sahel en llamas!:¿vuelta al caudillismo? [en línea]. Documento de Análisis IEEE. [Consulta: 2024]. Disponible en: https://www.defensa.gob.es/Galerias/fichero/docs_analisis/2022/DIEEEA61_2022_PEDSAN_Sahel.pdf
- —. (2023). África: la pugna de viejas y nuevas potencias por su dominio [en línea]. En: África: la ambición de las potencias mundiales sobre el continente. Madrid, Instituto Español de Estudios Estratégicos, Ministerio de Defensa. Cuaderno de Estrategia N.º 220, capítulo 1, pp. 1359., Madrid, 2023. Disponible en: https://www.defensa.gob.es/Galerias/fichero/cuadernos/CE_220/Cap_1_la_pugna_de_viejas_y_nuevas_potencias.pdf
- —. (2024). Siglo XXI, reconfiguración geopolítica: ¡Obras son amores y no buenas razones! [en línea]. Documento de Análisis IEEE. [Consulta: 2024]. Disponible en: https://www.defensa.gob.es/Galerias/fichero/docs_analisis/2024/DIEEEA51_2024_PEDSAN_Reconfiguracion.pdf
- Swiss Info. (2024). Chad desmiente que haya aceptado el despliegue de nuevo de tropas estadounidenses [en línea]. Swiss Info. [Consulta: 2024]. Disponible en: https://www.swissinfo.ch/spa/chad-desmiente-que-haya-aceptado-el-despliegue-de-nuevo-de-tropas-estadounidenses/87591293
- Tenembaum, M. (2024). Francia pierde sus colonias por segunda vez, 27 de julio de 2024 [en línea]. Infobae. [Consulta: 2024]. Disponible en: https://www.infobae.com/opinion/2024/07/27/francia-pierde-sus-colonias-por-segunda-vez/
- The New Voice of Ukraine. (2023). Ukraine´s spy chief says his words about killing Russians «anywhere in the world» were misinterpreted [en línea]. The New Voice of Ukraine. [Consulta: 20 septiembre 2024]. Disponble en: https://english.nv.ua/nation/ukraine-spy-chief-budanov-clarifies-statements-about-killing-russians-ukraine-war-50325115.html
- United States Africa Command. (2024). US withdrawal from Niger is completed [en línea]. United States Africa Command. [Consulta: 2024]. Disponible en: https://www.africom.mil/pressrelease/35590/us-withdrawal-from-niger-completed
- US Department of State. (2024). Digital press briefing on the new AFRICOM Strategy and US military cooperation in Africa [en línea]. US Department of State. [Consulta: 2024]. Disponible en: https://www.state.gov/digital-press-briefing-on-the-new-africom-strategy-and-u-s-military-cooperation-in-africa/
- Watson. (2024). Kiev affirme avoir piégé les mercenaires de Wagner au Mali [en línea]. Watson. [Consulta: 2024]. Disponible en: https://www.watson.ch/fr/international/guerre-contre-l-ukraine/223344905-kiev-affirme-avoir-piege-les-mercenaires-de-wagner-au-mali
Anexo
Cronología del conflicto
| Fecha | Acontecimientos |
| 1960 | Nacen como estados independientes Mauritania, Mali (inicialmente como Federación de Malí, posteriormente Senegal se separa y pasa a llamarse Malí), Burkina (desde 1984 denominada Burkina Faso), Níger y Chad. |
| 2011 | Una intervención internacional en Libia contribuye a finalizar con el régimen de Gadafi. |
| 2012 | Revuelta tuareg y dominio por estos de la zona norte de Malí. Ansar Dine instaura la sharia en el norte de Malí y toma el control de la zona. El norte de Mali se puebla de grupos terroristas yihadistas, que van expandiendo su zona de acción. |
| 1 de abril de 2013 | España despliega fuerzas EUTM-Malí. |
| 2013 | Se establece la misión Serval (liderada por Francia). Se establece la misión de Naciones Unidas MINUSMA. |
| 21 de noviembre de 2023 | Estalla en Kiev el denominado Euromaidan. |
| 16 de febrero de 2014 | Mauritania, Mali, Burkina Faso, Níger y Chad crean la organización Sahel G5. |
| Marzo de 2024 | Anexión de Crimea por parte de Rusia. |
| 2017 | Nace la Fuerza Conjunta G5 Sahel. |
| 2021 |
Muerte del presidente del Chad. |
| 24 de febrero de 2022 | Invasión de Ucrania por Rusia. |
| 14 de mayo de 2022 | Malí anuncia retirada de la organización Sahel G5. |
| 2022 | Golpes de Estado en Burkina Faso. |
| 6 de diciembre de 2023 | Burkina Faso y Níger anuncian retirada de la organización Sahel G5. |
| 2023-2024 | Se pone fin a la presencia de tropas internacionales. |
| 16 de septiembre de 2023 | Nace la Confederación de la Alianza de Estados del Sahel (Malí, Burkina Faso y Níger). |
| 28 de enero de 2024 | Los países de la Alianza de Estados del Sahel solicitan retirarse de la CEDEAO. |
| 27 de julio de 2024 | Mueren docenas de contratistas rusos de Wagner y soldados malienses en una emboscada en el norte de Malí, supuestamente apoyada por Ucrania. |
| Agosto 2024 | Protestas de países sahelianos por injerencia de Ucrania y ruptura de relaciones. |
| 15 de septiembre de 2024 | Estados Unidos repliega sus últimas tropas de Níger. |
En las tablas adjuntas a continuación, datos de 2024 salvo expresión contraria. Fuente: CIA, The World factbook
Tablas de indicadores
| Mauritania | Malí | Burkina Faso | Níger | Chad | ||
| Extensión (km2) | 1.030.700 | 1.240.192 | 274.200 | 1.267000 | 1.284.000 | |
| PIB en miles de millones de dólares | 10,452 (2023 est.) | 20,905 (2023 est.) | 20,325 (2023 est.) | 16,819 (2023 est.) | 13,149 (2023 est.) | |
| Estructura PIB | Agricultura | 27,8 % | 41,8 % | 31 % | 41,6 % | 52,3 % |
| Industria | 29,3 % | 18,1 % | 23,9 % | 19,5 % | 14,7 % | |
| Servicios | 42,9 % (2017 est.) | 40,5 % (2017 est.) | 44,9 % (2017 est.) | 38,7 % (2017 est.) | 33,1 % (2017 est.) | |
| PIB per cápita (dólares) | 6300 (2023 est.) | 2500 (2023 est.) | 2500 (2023 est.) | 1600 (2023 est.) | 1800 (2023 est.) | |
| Tasa de crecimiento PIB | 3,38 % (2023 est.) | 5,24 % (2023 est.) | 2,96 % (2023 est.) | 2,5 % (2023 est.) | 4,12 % (2023 est.) | |
| Exportaciones: en miles de millones de dólares | 4,132 (2022 est.) | 5,855 (2022 est.) | 5,814 (2022 est.) | 1,376 (2022 est.) | 6,503 (2022 est.) | |
| Importaciones: en miles de millones de dólares | 5,77 (2022 est.) | 7,942 (2022 est.) | 6,761 (2022 est.) | 6,761 (2022 est.) | 5,028 (2022 est.) | |
| Población | 4.328.040 | 21.990.607 | 23.042.199 | 26.342.784 (2024 est.) | 19.093.595 (2024 est.) | |
| Estructura de edad | 0-14 | 35,7 % | 46,8 % | 41,6 % | 49,5 % | 45,8 % |
| 15-64 | 59,9 % | 50,01 % | 55,1 % | 47.8 % | 51,7 % | |
| Más de 65 | 4,4 % (2024 est.) | 3,1 % (2024 est.) | 3,2 % (2024 est.) | 2,7 % (2024 est.) | 2,5 % (2024 est.) | |
| Tasa de crecimiento de la población | 1,92 % (2024 est.) | 2,9 % (2024 est.) | 2,4 % (2024 est.) | 3.66 % (2024 est.) | 3,01 % (2024 est.) | |
| Grupos étnicos | Haratin 40% Beydan 30% Otros 30 % | Bambara 33,3 %, Fulani (Peul) 13,3 %, Soninke 9,8 %, Senufo 9,6 %, Malinke 8,8 %, Dogon 8,7 %, Sonrai 5,9 %, Bobo 2,1%, Tuareg 1,7 %, Otros 6,7 % (2018 est.) | Mossi 53,7 %, Fulani 6,8 %, Gurunsi 5,9 %, Bissa 5,4 %, Gurma 5,2 %, Bobo 3,4 %, Senufo 2,2 %, Lobi 1,5 %, Tuareg 0,1 %, Otros 12,8 % (2021 est.) | Hausa 53,1 %, Songai 21,2 %, Tuareg 11 %, Fulani 6,5 %, Kanuri 5,9 %, Gurma 0,8 %, Árabes 0,4 %, Tubu 0,4 %, Otros 0,6 % (2006 est.) | Sara 30,5 %, Kanembu 9,8 %, Árabes 9,7 %, Wadai 7 %, Gorane 5,8 %, Masa 4,9 %, Bulala 3,7 %, Marba 3,5 %, Mundang 2,7 %, Bidiyo 2,5 %, Dadjo 2,4 %, Tupuri 2 %, Gabri 2 %, Fulani 1,8 %, Karo 1,3 %, Baguirmi 1,2 %, Zaghawa 1,1 %, Tama 1,1 %, Mesmedje 0,8 %, Otras 4,6 %, sin especificar 1,7 % (2014-15 est.) |
|
| Religiones | Musulmanes (oficial) 100 % | Musulmanes 93,9 %, Cristianos 2,8 %, Animistas 0,7 %, ninguna 2,5 % (2019 est.) | Musulmanes 63,8 %, Católicos 20 %, Animistas 9 %, Protestantes 6,2 %, otros 0,2 %, ninguna 0,7 % (2019 est.) | Musulmanes 95,5 %, Religiones étnicas 4,1 %, Cristianos 0,3 %, Agnósticos y otros 0,1 % (2020 est.) | Musulmanes 52,1 %, Protestantes 23,9 %, Católicos 20 %, Animistas 0,3 %, Otros Cristianos 0,2 %, ninguna 2,8 %, sin especificar 0,7 % (2014-15 est.) | |
| Lenguas | Árabe (oficial), Pular, Soninke, Wolof, francés. Nota: el árabe hablado en Mauritania difiere mucho del árabe moderno; el dialecto mauritano, que incorpora muchos términos tamazigh, se conoce como hassania |
Bambara (oficial), Francés 17,2 %, Peul 9.4 %, Dogon 7,2 %, Soninke 6,4 %, Minianka 4,3 %, Tamacheq 3,5 %, Senoufo 2,6 %, Bobo 2,1 %, otros 6,3 %, sin especificar 0,7% (2009 est.) | Francés (oficial) lenguas nativas de la familia sudanesa habladas por el 90 % de la población | Hausa, Zarma, francés, otras Nota: Níger tiene 10 lenguas nacionales |
Francés (oficial), árabe (oficial), Sara (en el sur), más de 120 lenguas y dialectos | |
| Tasa de alfabetización de la población | 67 % (2021) | 35,5 % (2018) | 46 % (2021) | 37,3 % (2018) | 26.8 % (2021) | |
| Población bajo el umbral de la pobreza | 31,8 % (2019 est.) | 44,6 % (2021 est.) | 43,2 % (2021 est.) | 40,8 % (2018 est.) | 42,3 % (2018 est.) | |
| Gasto militar % del PIB | 2.5 % (2023 est.) | 4 % (2023 est.) | 4 % (2023 est.) | 2 % (2023 est.) | 2,9 % (2023 est.) | |
Pedro Sánchez Herráez
Coronel del Ejército de Tierra
Doctor en Paz y Seguridad Internacional
Analista del Instituto Español de Estudios Estratégicos
-
-
El Sahel: ¿también epicentro de la reconfiguración global?
-
The Sahel: another epicenter of global reconfiguration?
-
