IEEE. El futuro de las armas químicas de Siria con el nuevo gobierno: desafíos y… ¿oportunidades?

Foto ilustrativa

05 feb 2025

IEEE. El futuro de las armas químicas de Siria con el nuevo gobierno: desafíos y… ¿oportunidades?

Mar Hidalgo García. Analista principal IEEE (CESEDEN)

El uso de las armas químicas durante el conflicto de Siria

Desde el comienzo del conflicto de Siria en 2011, la presencia de arsenales de armas químicas en su territorio ha sido un motivo de preocupación para la comunidad internacional. Según la información aportada por informes de inteligencia, desde la década de los 80 Siria había desarrollado un programa químico que incluía gas mostaza, sarín y VX1 así como misiles de corto alcance para su dispersión2. El objetivo de dicho programa era mantener una cierta capacidad de disuasión frente a Israel3.

Los inicios del conflicto estuvieron marcados por la preocupación de que los grupos de la oposición al gobierno de Bashar al-Assad tuvieran acceso a las armas químicas y el temor de que estas pudieran llegar a manos de grupos terroristas en otras regiones del planeta. De hecho, desde los atentados del 11 de septiembre de 2001 la posibilidad de que agentes no estatales adquirieran armas químicas, biológicas, radiológicas y nucleares era considerada una de las mayores amenazas a la seguridad internacional4.

A esta preocupación inicial se añadió la posibilidad de que fuera el propio gobierno sirio de Bashar al-Assad el que utilizara armas químicas contra su propia población. Siria no era un Estado parte de la Convención de Armas Químicas (CAQ) y, por lo tanto, no estaba obligada a cumplir los requisitos de prohibición de almacenamiento, producción y uso de este tipo de armas que se contemplan en este acuerdo internacional.

Durante los primeros dos años, el conflicto sirio transcurrió con el empleo de armas convencionales, pero también con las sospechas de que se estaban empleando sustancias químicas por parte de ambos bandos, no pudiéndose determinar qué tipo de compuestos eran. Con los datos disponibles y por el número de víctimas era difícil determinar si se estaban utilizando armas químicas o se trataba de daños colaterales del empleo de sustancias químicas en entornos urbanos para el mantenimiento de la ley y el orden5.

Para evitar la escalada del empleo de sustancias químicas durante el conflicto, en agosto de 2012, el presidente Obama declaró que el uso de este tipo de armas por parte de cualquiera de los dos bandos constituiría una «línea roja» que si se cruzaba daría lugar a una intervención militar estadounidense6:

«We have been very clear to the Assad regime, but also to other players on the ground, that a red line for us is we start seeing a whole bunch of chemical weapons moving around or being utilized. That would change my calculus. That would change my equation».
Presidente Obama, 20 de agosto de 2012

El 21 de agosto de 2013 tuvo lugar un ataque en Guta con sarín que provocó alrededor de 1.400 víctimas7 —la mayoría civiles como constataban las imágenes que dieron la vuelta al mundo— este incidente marcó un antes y un después en el desarrollo del conflicto. La línea roja de Obama se había traspasado y eso implicaba una respuesta firme y contundente de EE.UU. y de la comunidad internacional. Sin embargo, la respuesta final no fue una intervención armada directa de EE.UU. contra el régimen de Bashar al-Assad. Ante el riesgo de escalada del conflicto y el peligro de la utilización futura de armas químicas, Rusia y EE.UU. pactaron en septiembre de 2013 el «Framework for Elimination of Syrian Chemical Weapons», una respuesta diplomática que implicaba la adhesión de Siria a la Convención de Armas Químicas (CAQ). Posteriormente, el Consejo de Seguridad aprobó la resolución 2118 (2013) que exigía a Siria cumplir con la destrucción de las armas químicas en virtud de su reciente adhesión a la CAQ. El incumplimiento de esta resolución, incluida la transferencia no autorizada de armas químicas o de cualquier empleo de estas por cualquier persona en Siria, supondría establecer medidas en virtud del capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas.

El 14 de octubre de 2013, Siria se convirtió en el país 190 de la CAQ. A partir de ese momento, se inició un proceso para cumplir con los requisitos de este acuerdo internacional: la declaración de los arsenales y su destrucción bajo la supervisión de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ). Este proceso se diseñó ad hoc para Siria debido a la falta de seguridad que existía en país como consecuencia del agravamiento del conflicto armado entre el régimen de Bashar al-Assad y los grupos opositores8,9.

En su declaración, Siria expuso que disponía de 1.300 toneladas de armas químicas (sarín, gas mostaza y VX) y precursores. La destrucción de todo este arsenal debía de hacerse siguiendo los requisitos de la CAQ, es decir, de forma segura para las personas y para el medioambiente, empleando procesos controlados físicos y químicos concretos como la incineración o la hidrólisis10.

La imposibilidad de destrucción de las armas químicas en territorio sirio, como consecuencia del conflicto, obligó a establecer una coordinación internacional sin precedentes para sacar las armas químicas fuera de Siria y llevar a cabo su posterior neutralización. Estados Unidos, Rusia y una coalición de varios Estados dieron un paso al frente para realizar la tarea sin precedentes de eliminar de manera verificable y en un plazo muy corto todo el arsenal de armas químicas en medio del conflicto11.

Aunque varios países se ofrecieron voluntarios para acoger las armas químicas para su destrucción y neutralización, al final este proceso se llevó a cabo en alta mar a borde del buque Cape Ray proporcionado por EE.UU. Este buque estaba dotado con plantas de hidrólisis adecuadas para llevar a cabo la destrucción de las armas químicas en condiciones de seguridad tanto para las personas como para el medio ambiente, tal y como exige la CAQ12.

El proceso de destrucción de las armas químicas de Siria se dio por concluido a finales de 2014. El esfuerzo realizado en todo el proceso de eliminación del arsenal químico sirio por parte de la OPAQ fue reconocido con la concesión del Premio Nobel de la Paz en 2013.

Sin embargo, a pesar de este éxito, la utilización de sustancias químicas tóxicas en el conflicto, como el cloro, fue una constante en los años siguientes13. La ambigüedad sobre la determinación de la autoría de los ataques y las campañas de desinformación, magnificadas por las redes sociales14, añadieron una gran complejidad al conflicto y, sobre todo, pusieron en cuestionamiento la capacidad de la OPAQ y del resto de la comunidad internacional para acabar con el uso de armas químicas en el conflicto sirio.

El ataque químico ocurrido en Khan Shaykhun en la provincia de Idlib, el 4 de abril de 2017, en el que fallecieron 90 personas incluidas 30 niños15, supuso otro punto de inflexión en el transcurso del conflicto sirio. Sin saber exactamente el compuesto utilizado, pero en base a las imágenes, a las declaraciones de la población y la trayectoria de los proyectiles, EE.UU. y Francia acusaron a Bashar al-Assad de haber utilizado armas químicas contra su propia población. En esta ocasión, la respuesta fue un ataque directo llevado a cabo por EE.UU. contra la base aérea de Shayrat16. La diplomacia de Obama había dado paso al primer ataque militar de EE.UU. en Siria, coincidiendo con el mandato de Trump. Posteriormente, y tras los análisis realizadas por la Fact-Finding Mission (FFM) de la OPAQ se confirmó que, efectivamente, en el ataque se había utilizado gas sarín17.

La utilización de sarín en este suceso demostró que Siria seguía teniendo armas químicas en su territorio y que no había realizado una declaración exacta de sus arsenales tal y como estaba obligada tras su adhesión a la CAQ en 2013.

Durante los años posteriores, los informes de los inspectores han demostrado que las sucesivas declaraciones de Siria respecto a la extensión de su arsenal químico no son completas. Además, en los análisis realizados en las instalaciones declaradas se han encontrado sustancias químicas cuya procedencia todavía queda por esclarecer por parte del gobierno sirio. Para agravar esta situación, existen instalaciones sospechosas de estar o haber estado involucradas en programas de proliferación química que no han podido ser visitadas por los inspectores de la OPAQ18.

Ante esta falta de colaboración por parte del gobierno sirio para esclarecer estas cuestiones, en la 25ª Conferencia de Estados Parte de la CAQ, celebrada del 20 al 22 de abril de 2021, se aprobó la decisión C-25/DEC.9 para suspender varios derechos y privilegios de Siria en virtud de la Convención, lo que implica que no puede votar ni participar de forma activa en las reuniones de los Estados parte de la CAQ19.

La respuesta de la OPAQ durante el conflicto

Según la Red Siria por los Derechos Humanos (SNHR por sus siglas en inglés), desde el primer uso documentado de armas químicas en el país, desde el 23 de diciembre de 2012 hasta el 30 de noviembre de 2024, el régimen de Al Assad fue responsable del 98% de estos ataques, matando a 1.514 personas, incluidas 214 mujeres y 262 niños y causando más de 12.000 heridos20.

El conflicto sirio ha sido y continúa siendo un reto para la OPAQ. La organización ha tenido que crear nuevas misiones y estructuras para poder continuar su labor de librar al mundo de armas químicas. Los principales cambios y novedades han ido dirigidos no solo a poder identificar el tipo de armas químicas empleadas en el conflicto sino también en determinar la autoría de los ataques.

Para garantizar que Siria cumpliera con sus obligaciones en virtud de la Convención, el director general estableció, en 2014, un equipo multidisciplinario de expertos, conocido como el Equipo de Evaluación de la Declaración (DAT, por sus siglas en inglés)21, para colaborar con las autoridades sirias pertinentes en relación con cualquier laguna, discrepancia e inconsistencia en la declaración que realiza Siria relacionadas con las armas químicas y sus productos e instalaciones asociadas. Además de la creación de este equipo, en la actualidad hay dos misiones diferentes de la OPAQ con un mandato activo para trabajar en cuestiones de verificación de armas químicas: la Misión de Investigación de los hechos (FFM, por sus siglas en inglés)22 y el Equipo de Investigación e Identificación de la OPAQ (IIT, por sus siglas en inglés)23.

Con estas misiones la OPAQ tiene que dar respuesta a dos cuestiones importantes: por un lado, la cantidad y tipo de armas químicas, la capacidad de producción de este tipo de armas así como sus vectores de lanzamiento que tiene Siria en la actualidad y, por otro, qué armas químicas se han empleado durante el conflicto y quiénes han sido los perpetradores de los ataques.

En relación con la extensión real de las capacidades de armas químicas, Siria ha presentado veinte enmiendas a su declaración inicial ante la OPAQ, en las que se mencionan elementos adicionales y no declarados anteriormente en su programa de armas químicas. Esto incluye una instalación adicional de producción de armas químicas, varias instalaciones adicionales de investigación y desarrollo de estas, actividades relacionadas con una serie de agentes de guerra química no declarados anteriormente, una cantidad sustancial de municiones químicas no declaradas anteriormente y otra información complementaria sobre todos los elementos del programa de armas químicas sirio24.

A pesar de estos avances, la declaración de Siria todavía no es completa. Desde abril de 2014, el DAT ha planteado y notificado un total de 26 cuestiones pendientes, de las cuales siete se han resuelto, mientras que las otras 19 siguen abiertas. El contenido de las 19 cuestiones pendientes sigue siendo motivo de grave preocupación para la Secretaría de la OPAQ, ya que se refieren a grandes cantidades de agentes de guerra química y municiones que, según se informa, fueron destruidos o consumidos de otro modo antes de la adhesión de Siria a la Convención, cuyo destino no puede ser verificado plenamente por la Secretaría. También se refieren a cantidades potencialmente grandes de agentes de guerra química, cuya producción no ha sido declarada por parte de Siria a la Secretaría de la OPAQ25.

En cuanto a las inspecciones de las instalaciones de Barzah y Jamrayah del Centro de Estudios e Investigaciones Científicas (SSRC, por sus siglas en inglés) —en donde en 2018 el DAT detectó un compuesto recogido en el apartado 2.B.04 de las Listas de la CAQ y en 2022 un producto de doble uso—, la última ronda se realizó del 12 al 20 de noviembre de 202426 y la que estaba prevista para diciembre se suspendió.

Por lo que respecta a la determinación de los compuestos químicos utilizados durante el conflicto sirio y la autoría de los ataques, el FFM y el ITT son las dos misiones principales que ha establecido la OPAQ para determinar esta cuestión. Fruto de los métodos utilizados, y en base a las pruebas científicas y la participación multidisciplinar de estas misiones, se han podido establecer, en algunos casos concretos, qué compuesto químico se ha utilizado y quién ha llevado a cabo el ataque. Hasta la fecha el ITT ha emitido cuatro informes en donde se recoge esta información. Los tres primeros señalaban que el gobierno sirio había sido el responsable de los ataques con armas químicas. En el último informe emitido, en febrero de 2024, se indica que el Estado Islámico había sido el responsable del ataque con gas mostaza en Marea27.

La retirada de los privilegios de Siria dentro de la OPAQ junto con los tres primeros informes emitidos por el ITT relacionados con el uso de armas químicas en Siria —cuya autoría se adjudica al régimen de Bashar al-Assad— han ido incrementando las discrepancias entre Rusia y EE. UU. en los foros internacionales como el Consejo de Seguridad de la ONU o en las reuniones de los Estados parte de la CAQ. Esto ha dado lugar a que la cuestión de las armas químicas en Siria se haya ido politizado de forma muy preocupante. Tanto Rusia como Siria acusaron a la OPAQ de parcialidad y de promover las mismas acusaciones falsas que los países occidentales hostiles con el gobierno sirio. Rusia e Irán sostienen que Siria estaba actuando de buena fe y con actitud colaborativa para esclarecer las cuestiones pendientes del almacenamiento y producción de las armas químicas. China, en su característica posición de no injerencia en asuntos internos, aboga por la defensa de la naturaleza técnica de la OPAQ y la abstención del fomento de una confrontación de bloques antagonistas28.

Un nuevo gobierno en Siria… pero las armas químicas siguen

La reciente y rápida caída del régimen de Bashar al-Assad en Siria ha cambiado el escenario político y de seguridad, no solo en el país, sino de toda la región de Oriente Medio. Un aspecto especialmente preocupante es cómo el nuevo gobierno en transición va a resolver la cuestión de la presencia de armas químicas y de las instalaciones de producción que todavía no han sido declaradas según los requisitos exigidos por la OPAQ.

Según el derecho internacional, la obligación de declarar de forma precisa y completa las armas químicas y sus instalaciones relacionadas es vinculante para Siria, independientemente de cualquier cambio de gobierno. En este sentido, la decisión EC-M-33/DEC.1 del Consejo de la OPAQ y la Resolución 2118 (2013) del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas siguen proporcionando el marco jurídico para continuar con la misión de la Secretaría de la OPAQ de eliminar las armas químicas de Siria29.

Ante la incertidumbre del destino que pueden correr las armas químicas y sus lugares de producción, Israel no dudó en realizar ataques contra instalaciones militares relacionadas con el programa químico sirio tras la caída del régimen de Bashar al-Assad. También lanzó una incursión terrestre, extendiendo su control más allá del Golán y el territorio sirio30. El principal temor de Israel es que las armas químicas caigan en manos de Hezbolá, y por ello, no puede esperar a que su proceso de destrucción se dilate en el tiempo.

Sin embargo, esta no es la opción más indicada ya que el bombardeo de las instalaciones que contienen las armas químicas, además de vulnerar la soberanía de Siria, puede generar problemas de contaminación tóxica para las personas y el medioambiente. Además, con la destrucción de las instalaciones se corre el riesgo de que se eliminen pruebas que podrían usarse en el futuro, en la rendición de cuentas y atribución de culpabilidad al régimen de Bashar al-Assad.

Desde un punto de vista optimista, el fin del gobierno de Bashar al-Assad podría crear una ventana de oportunidad para acabar con las armas químicas en Siria y poner fin al continuo incumplimiento de sus obligaciones exigidas por la OPAQ. Sin embargo, la situación actual del país llama a la cautela. De momento, en Siria se ha establecido un gobierno de transición. El 29 de enero, los comandantes militares de varios grupos armados que participaron en la ofensiva que derrocó a Al Assad celebraron una conferencia, en la que declararon a Ahmed al-Sharaa —líder de Hayat Tahrir al-Sham (HTS), anteriormente conocido como Abu Mohammed al-Jolani—, presidente en transición31. Cabe destacar que el grupo armado HTA era conocido anteriormente como Jabhat al-Nusra, una escisión de Al-Qaeda que ha desarrollado una teología más pragmática32.

La conferencia también decidió suspender la constitución siria y autorizó a Ahmed al-Sharaa a formar un consejo legislativo temporal para la fase de transición. También se informó que las agencias militares y de seguridad de Siria serán disueltas y reemplazadas por nuevas instituciones de seguridad y por el ejército, y que todas las facciones armadas en Siria serán disueltas y absorbidas por el nuevo ejército nacional. Sin embargo, los detalles específicos siguen sin estar claros33.

Ahmed al-Sharaa ahora se encuentra heredando un país arrasado que necesita reconstruirse. A pesar de que líder del HTS tenga experiencia de gobierno al haber dirigido el pequeño estado de Iblid en el noroeste de Siria, estar al frente de un país constituye un nuevo desafío de gran magnitud que requerirá mucha más experiencia de la que tiene actualmente. Además, el HTS puede que no tenga tanto poder acumulado como para imponerse con facilidad al resto de sus socios34.

La economía de Siria está totalmente estancada. Las instituciones públicas deben reconfigurarse en una sociedad fragmentada y polarizada35. Solo la reconstrucción de lo dañado se estima que tiene un coste de 250.000 y 400.000 millones de dólares36. El valor de la libra siria se ha devaluado sin control y la inflación ha alcanzado los tres dígitos. El Banco Central de Siria tiene ahora alrededor de 200 millones de dólares en reservas de divisas, lejos de los 17.000 millones que tenía a finales de 201037.

Existe un fuerte consenso internacional en la necesidad de ofrecer apoyo para lograr una transición política exitosa e inclusiva en Siria, pero los desafíos a la seguridad interna del país y de toda la región son múltiples y complejos. Entre las cuestiones que deben de abordarse se incluye la unificación de varios grupos armados en un solo ejército nacional, la inseguridad actual en el noreste del país, la necesidad de proteger a todos los sirios, la transición política, la necesidad de justicia transicional, el tema de las sanciones, la recuperación económica y la reconstrucción, y la presencia israelí en Siria38.

Aunque la comunidad internacional esté buscando el consenso para que Siria avance hacia la transición, la implicación de las potencias externas en la situación actual es un factor decisivo para el futuro de Siria39. Este aspecto es importante principalmente en el norte del país en donde los enfrentamientos continúan entre las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), lideradas por los kurdos y respaldadas por Estados Unidos, y el Ejército Nacional Sirio (SNA), una coalición de grupos armados presuntamente respaldada por Turquía. Según los informes, los combates también han incluido ataques aéreos y ataques con aviones no tripulados por parte del ejército turco contra ubicaciones de las FDS40.

Además del temor por esta posible escalada, una confrontación en el noreste de Siria, existe la preocupación del resurgimiento de conflictos con los múltiples movimientos islámicos radicales, siempre activos en esa región como el Estado Islámico (EI)41. Aunque Ahmed al-Sharaa pretende establecer un gobierno inclusivo, los diferentes intereses de las diversas facciones y las tensiones étnicas plantearán desafíos significativos para la reconstrucción del país42.

En relación con las armas químicas, la primera duda que surge es si Ahmed al-Sharaa realmente va a continuar con su abandono de extremismo yihadista para avanzar hacia una posición más moderada43. En la actualidad, todavía hay dudas dentro de la comunidad internacional con respecto a la naturaleza del HTS, especialmente porque el grupo continúa albergando a extremistas de Europa, Asia Central y África del Norte44. De hecho el HTS está considerado como organización terrorista por la ONU, EE.UU. y la UE, entre otros45. Por lo tanto, resulta algo paradójico que el HTS —un actor no estatal con un pasado violento— sea el que pueda crear la oportunidad de poner en valor las reglas de comportamiento acordadas internacionalmente relacionadas en este caso, con la no proliferación de las armas químicas46.

En varios comunicados realizados desde la caída de Bashar al-Assad, el líder de HTS ha declarado su intención de colaborar con la OPAQ para acabar con los arsenales de armas químicas y evitar que sean utilizadas de nuevo47. Sin embargo, la situación actual de inseguridad e incertidumbre podrían dificultar llevar a cabo la visita de los inspectores de la OPAQ y la destrucción de los arsenales de armas químicas y sus lugares de producción de una forma segura para las personas y el medio ambiente.

Por su parte, la OPAQ ha comunicado a las nuevas autoridades sirias la obligación de aclarar todos los asuntos pendientes relacionados con las armas químicas en Siria, a los que el régimen de Bashar al-Assad nunca dio respuesta. La OPAQ está siguiendo de cerca la situación en la República Árabe Siria, en particular en lo que se refiere a:

  • La seguridad e integridad de los lugares de investigación, desarrollo, producción, almacenamiento y ensayo de armas químicas declarados.
  • Cualquier movimiento, cambio o incidente que involucre materiales y/o documentación de estos sitios/ubicaciones.
  • Medidas que se están aplicando para garantizar el cumplimiento de la Convención en las condiciones actuales.

La Secretaría se ha puesto en contacto con la Embajada de Siria para resaltar la importancia de garantizar la seguridad de todos los materiales e instalaciones relacionados con las armas químicas en todos los lugares del territorio sirio48. En la situación actual, la primera misión es prevenir la proliferación y cualquier uso ulterior de armas químicas. Para ello, la Secretaría de la OPAQ deberá identificar, visitar y verificar todos los lugares e instalaciones relacionados con armas químicas lo antes posible. La segunda misión es proteger y/o preservar documentos, pruebas y testigos relacionados con el programa sirio de armas químicas, con el objetivo final de lograr la eliminación completa según el programa de armas químicas de Siria y el pleno cumplimiento de la Convención por parte de esta49.

El IIT está listo para desplegarse en la República Árabe Siria tan pronto como se le permita acceso al país. El FFM sigue estudiando toda la información disponible sobre las denuncias de utilización de armas químicas en Siria50. De momento, la OPAQ no ha recibido este mes el informe mensual que deben enviar las autoridades sirias sobre las actividades en su territorio relacionadas con la destrucción de sus armas químicas51 ni tampoco ha recibido ninguna solicitud por parte del nuevo gobierno sirio para comenzar el proceso de inspección y destrucción de los arsenales de armas químicas.

En cualquier caso, antes de que la OPAQ pueda reanudar sus actividades relacionadas con las armas químicas en territorio sirio, habría que prorrogar o renovar el Acuerdo Tripartito entre la OPAQ, la UNOPS y la República Árabe Siria. Este acuerdo facilita las actividades encomendadas a la Secretaría de la OPAQ relacionadas con la eliminación total de armas químicas del programa sirio, y con cualquier decisión o resolución posterior de los órganos pertinentes de la OPAQ o de la ONU. La vigencia de este acuerdo terminó el 31 de diciembre de 2024 tras haber sido prorrogado seis meses. Sin un nuevo acuerdo o una nueva prórroga del existente, es muy difícil que la OPAQ pueda llevar a cabo su misión en Siria. Por ello, resulta imprescindible que el gobierno de transición de Siria nombre un interlocutor apropiado para seguir trabajando en este asunto52.

Otro aspecto importante es la cuestión económica. En la actualidad el Fondo Fiduciario53 para que la OPAQ pueda realizar sus misiones en Siria asciende a 47,2 millones de euros. Dado que la República Árabe Siria aún tiene que declarar y destruir por completo el alcance total del programa de armas químicas sirio, con la correspondiente verificación por parte de la Secretaría, la Organización deberá contar con el apoyo de los Estados parte para obtener recursos financieros y humanos adicionales para llevar a cabo futuras misiones no rutinarias en Siria. La Secretaría también seguirá adaptando su presencia en Siria según corresponda, de acuerdo con sus actividades previstas54.

Por lo que respecta a la rendición de cuentas, el objetivo final es lograr la eliminación completa de armas químicas de Siria según el programa y participar en el proceso de rendición de cuentas internacional del anterior gobierno sirio y de cualquier otro perpetrador identificado55. Durante la labor de ITT se han reunido pruebas y emitidos informes que podrían utilizarse en ese futuro proceso de rendición de cuentas.

Siria no es parte del Estatuto de Roma por el que se crea la Corte Penal Internacional (CPI). Por lo tanto, los crímenes cometidos en su territorio no son competencia de esta Corte, a menos que someta los casos de utilización de armas químicas a consideración del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Esta posibilidad es bastante remota teniendo en cuenta la posición de Rusia al respecto y su derecho de veto56.

Hasta la fecha, la jurisdicción universal parecía la única vía posible para la rendición de cuentas por los crímenes internacionales cometidos en Siria. Se han logrado avances significativos a través del comienzo de procedimientos en países como Alemania, Francia, Suecia o Estados Unidos. Incluso Francia lanzó, en 2018, una alianza internacional contra la impunidad del uso de armas químicas57. Francia también dio un paso más en junio de 2024 cuando solicitó una orden de arresto contra Bashar al-Ásad58.

Con la caída del régimen de Bashar al-Ásad, las perspectivas de rendición de cuentas han cambiado drásticamente. Activistas, abogados, responsables políticos y, lo que es más importante, supervivientes, están empezando a debatir sobre los mecanismos de rendición de cuentas que hace solo unas semanas parecían utópicos59.

El nuevo gobierno sirio puede optar por establecer mecanismos nacionales para hacer rendir cuentas tanto a los actores no estatales como a los ex actores estatales por su participación en ataques con armas químicas, ya sea a través de un tribunal específico para delitos relacionados con armas químicas o delitos cometidos por el régimen en general, o a través del sistema judicial nacional60.

Sin embargo, y a pesar de esta ventana de oportunidad, es posible que el inicio de estos procedimientos contra Bashar al-Assad resulte mucho más factible de ejecutar que iniciar un procedimiento judicial contra un grupo rebelde que apoye al actual gobierno, como por ejemplo el EI, que fue responsable, según se recoge en el cuarto informe del ITT, de la utilización de gas mostaza en el ataque llevado a cabo en Marea en 2015.

En cuanto al proceso de destrucción, al igual que sucedió en 2013 será necesario la colaboración internacional. Chipre está dispuesto a ofrecer esa ayuda para eliminar los arsenales de armas químicas que quedan en Siria. Al fin y al cabo, está ubicado a solo a unos 100 km de Siria, por lo que los acontecimientos que acontecen en territorio sirio tienen un impacto directo, particularmente en términos de posibles nuevos flujos migratorios y los riesgos de terrorismo y extremismo61.

Además de la destrucción de las armas químicas, preocupa la posible fuga de cerebros científicos que se pueda producir con el nuevo gobierno de transición62. El miedo a represalias puede provocar que los expertos de los programas químicos y biológicos huyan de Siria y sean acogidos por países dispuestos a seguir avanzando en la investigación para el desarrollo de este tipo de armas.

En clave positiva y algo utópica, si el nuevo gobierno es capaz de que Siria cumpla con todos los requisitos de la CAQ, destruya sus arsenales de armas químicas, desmantele las instalaciones asociadas y permita la visita sin restricciones de todos los lugares sospechosos de estar relacionados en el programa químico sirio, constituiría un ejemplo para animar a Egipto e Israel a ratificar también la CAQ y avanzar hacia una zona libre de armas de destrucción masiva en Oriente Medio63.

Otro aspecto clave para el resurgir de una nueva Siria será la suspensión de las sanciones que fueron impuestas por el antiguo régimen64. Algunas de ellas impuestas precisamente por la falta de colaboración de Ásad en relación con la declaración de su programa químico y su continuo incumplimiento de los requisitos de la CAQ. La UE ha sido una de las primeras potencias en suspender las sanciones a Siria por un año con el fin de facilitar el camino para que se pueda llevar a cabo una transición pacífica e inclusiva en el país tras la caída del régimen del expresidente Bashar al-Ásad. A cambio, las autoridades sirias se comprometen a llevar cabo una transición política que implique a todos los sirios, que garantice la lucha contra grupos terroristas como el Estado Islámico (EI) y que se comprometa a destruir el arsenal químico. Por lo tanto, sin un avance claro en la destrucción de las armas químicas es posible que las sanciones continúen dificultando la reconstrucción de Siria.

Conclusiones

Las armas químicas de Siria constituyen una amenaza no solo para Siria y Oriente Medio, sino para toda la comunidad internacional debido a que pueden caer en manos de actores estatales como el EI o no estatales como Hezbolá.

El gobierno de Ahmed al-Sharaa va a tener que hacer frente a la presión internacional para eliminar la amenaza que supone la presencia de armas químicas en territorio sirio. Las últimas declaraciones que ha realizado el nuevo presidente en transición de Siria, sobre su intención de colaborar para el desmantelamiento del programa químico, pueden constituir un buen punto de partida para acabar con la falta de colaboración y transparencia que ha tenido el régimen de Bashar al-Assad en su declaración de los arsenales de armas químicas.

Debido a la persistencia de conflictos internos entre facciones y las intervenciones extranjeras, el proceso de reconciliación interna y reconstrucción nacional en Siria no será un camino fácil.

Si las condiciones de seguridad no permiten que la OPAQ pueda realizar sus misiones en un corto plazo, se corre el riesgo de que Israel, apoyado o no por EE. UU., realice ataques para destruir las instalaciones relacionadas con las armas químicas. Esta medida no es la deseable debido a los riesgos de contaminación para las personas y el medio ambiente, y por la destrucción de pruebas críticas necesarias para establecer procesos de rendición de cuentas para los autores de los ataques químicos que han tenido lugar desde el comienzo del conflicto sirio.

Si por el contrario, se establecen con celeridad los procedimientos para que la OPAQ pueda seguir realizando sus misiones con total colaboración del gobierno de Ahmed al-Sharaa, será preciso contar con la ayuda internacional para que el proceso de destrucción de las armas químicas se realice de una forma completa y segura.

Además de la destrucción, el nuevo gobierno deberá dar pasos definitivos para incluir a Siria en la arquitectura de seguridad internacional de lucha contra la proliferación de armas químicas, incluyendo los controles de exportación y la aprobación de legislación específica para el cumplimiento de la Resolución 1540 de la ONU establecida para evitar que agentes no estatales adquieran armas de destrucción masiva.

Mar Hidalgo García
Analista principal IEEE
Área No proliferación de ADM

1PITA, R. Armas químicas: la ciencia en manos del mal. Plaza y Valdés editores, 2008.
3GARRIDO REBOLLEDO, V. «Inmoralidad, inhumanidad, oportunidad e impunidad de la utilización de las armas químicas, el caso de Siria», Revista electrónica de estudios internacionales (REEI), n.º 40. 2020. ISSN-e 1697-5197. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7688340
4Por este motivo el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en 2004 aprobó la Resolución 1540 por la que los países deben establecer medidas para impedir que los agentes no estatales tengan acceso a las armas de destrucción masiva.
5HIDALGO GARCÍA, M. «Las contradicciones del empleo de armas químicas en Siria», Pre-bie3, n.º 2. Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), 2013. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7482926
8DOMINGO, J. y ,R. «La destrucción según la convención de armas químicas y su aplicación en Siria», Pre-bie3, n.º 6. 2013. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7531349
9HIDALGO GARCÍA, M. «El reto de la eliminación del arsenal químico en Siria», Pre-bie3, n.º 5. 2013. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7531277
10JUÁREZ MARTÍN, R. «La destrucción de armas químicas sirias: ¿un peligro para la salud y el medio ambiente?», Pre-bie3, nº. 2014. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7639128
11HIDALGO GARCÍA, M. «La destrucción de las armas químicas de Siria: Un compromiso colectivo», Pre-bie3, n.º 6. 2013. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7531342
12DOMINGO, J. y PITA, R. «La destrucción de las armas químicas sirias: La guerra de los números y las letras», Pre-bie3, n.º 1. 2014. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7600034
13Aunque el cloro no se encuentra dentro de las listas de sustancias sometidas a inspecciones de verificación de la CAQ, el empleo de cualquier sustancia química tóxica como método de guerra está prohibido por la Convención. Si bien Siria no incluyó el cloro en su declaración de acceso a la CAQ, su empleo como arma fue una violación de las disposiciones de la Convención.
14GONZÁLEZ SOSA, E. e HIDALGO GARCÍA, M. El poder mediático de las armas químicas. Boletín IEEE, n.º 16. 2019, pp. 494-512. ISSN-e 2530-125X. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7467579
19De conformidad con el apartado k) del párrafo 21 del artículo VIII y el párrafo 2 del artículo XII de la Convención.
25Ibid.
37Ibid.
39CASTRO TORRES, José Ignacio. La tercera partición del Oriente Próximo y la cuestión siria. Documento de Análisis IEEE 03/2025. Disponible en: https://www.defensa.gob.es/ceseden/-/ieee/la_tercera_particion_del_oriente_proximo_y_la_cuestion_siria_2025_dieeea03
53 Se creó en noviembre de 2015 para apoyar la misión de determinación de los hechos y otras actividades pendientes, que actualmente incluyen la labor del DAT y el IIT, así como las inspecciones bianuales del SSRC y los dos sitios identificados en el párrafo 8 del EC-94/DEC.2.
56 GARRIDO REBOLLEDO, V. «Inmoralidad, inhumanidad, oportunidad e impunidad de la utilización de las armas químicas el caso de Siria», Revista electrónica de estudios internacionales (REEI), n.º 40. 2020. ISSN-e 1697-5197. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7688340
    • El futuro de las armas químicas de Siria con el nuevo gobierno: desafíos y… ¿oportunidades?

    • The future of Syria's chemical weapons under the new government: challenges and ...opportunities?