ESFAS. La nueva ruta de la seda en África. La Evolución de la Estrategia de China

La creciente influencia nacional de la BRI. Fuente: Nedopil, 2023

24 ene 2025

ESFAS. La nueva ruta de la seda en África. La Evolución de la Estrategia de China

Steven Parent. Comandante. Foreign Area Officer, USAF. EE. UU.

1. Introducción

La BRI de China, lanzada en 2013 bajo el presidente Xi Jinping, es una estrategia ambiciosa destinada a remodelar el comercio mundial y las asociaciones económicas globales. Inicialmente conocida como "One Belt, One Road" (OBOR), que lleva el nombre de la histórica Ruta de la Seda, la BRI se compone de seis corredores terrestres y corredores marítimos que conectan a China con destinos intercontinentales estratégicos que apoyan el comercio y la construcción de infraestructura. Desde su creación, la BRI se ha expandido más allá de su enfoque de puertos, carreteras, trenes y complejos industriales para incluir ahora una Ruta de la Seda Digital que promueve la conectividad tecnológica y cibernética bajo un marco chino (Wilson, 2020).

El objetivo de la BRI es establecer un mercado común, integración financiera, zonas de libre comercio, intercambio de ideas, coordinación de políticas y conectividad para lograr beneficios mutuos. El presidente Xi Jinping describió la BRI como el "proyecto del siglo" y parte del "sueño chino" que busca el rejuvenecimiento, el desarrollo y la prosperidad nacional (Busilli, 1999).

En enero de 2023, 152 países habían firmado acuerdos para participar en la BRI, lo que representa dos tercios de la población mundial y el 40% del PIB mundial. Aunque se especula sobre el monto de la inversión realizada por China en la BRI, se estima que los préstamos e inversiones podrían superar el billón de dólares (Komakech, 2023).


Figura 1. La BRI de China y el comercio internacional. Fuente: Vrieshof, 2021

La integración de África por parte de China en la BRI, particularmente durante la última década, ha vuelto a despertar la atención sobre las ambiciones geoestratégicas de Beijing. La participación de los países africanos en la BRI beneficia a China con acceso a recursos naturales y metales de tierras raras, nuevos mercados, además de asegurar puntos de apoyo políticos, económicos y militares en preparación para un futuro incierto. Para África, la BRI ayuda a cerrar las brechas de infraestructura, atraer inversión extranjera, impulsar el comercio y reducir la pobreza. Más del 75% de los países africanos se unieron a la BRI entre 2015 y 2019, y 53 de las 54 naciones se han sumado a la iniciativa hasta la fecha (Komakech, 2023; Venkateswaran, 2023; Nedopil, 2023).


Figura 2. La creciente influencia nacional de la BRI. Fuente: Nedopil, 2023

Sin embargo, a pesar de las esperanzas de asociaciones mutuamente beneficiosas, China ha ofrecido pistas de una reorientación estratégica debido a la desaceleración económica, el estancamiento interno y la desestabilización global provocada por el estallido de nuevos conflictos regionales. Como resultado, hay razones justificables para creer que China se verá obligada a reducir y retractarse de su esfuerzo estratégico en África en áreas políticas, económicas y militares para abordar otras prioridades geopolíticas en constante evolución.

2. Antecedentes

2.1. Evaluación de la estrategia de China

La BRI es una vasta estrategia administrada por los principales líderes chinos, que centraliza la influencia geopolítica, el crecimiento económico y las capacidades militares. Con proyectos que abarcan ámbitos nacionales y extranjeros, la iniciativa simboliza la ambición estratégica de China, evidenciada por su inclusión en la constitución del PCC (Rolland, 2019). La BRI es un enfoque integral para expandir el poder chino a través de asociaciones, infraestructura y adquisición de recursos. El entrelazamiento de los aspectos políticos, económicos y militares pone de relieve el objetivo de China de dominar la región y el mundo, lo que refleja su visión de navegar por las complejidades del panorama geopolítico moderno.

2.1.1. Factor político

La BRI es una estrategia política global impulsada por una combinación de factores externos e internos. En el exterior, China presenta la BRI como una iniciativa de política exterior destinada a fomentar un "futuro compartido para la humanidad" a través del aumento del comercio mundial y las asociaciones internacionales, al tiempo que mejora su influencia geopolítica mediante la construcción de lazos políticos con los países participantes y la lucha contra la influencia de las principales potencias (Smith, 2021). La iniciativa sirve como herramienta para impulsar el poder blando de China mediante la promoción de su cultura, idioma e influencia en el extranjero, así como para profundizar la integración con las economías globales y expandir su influencia geopolítica en todo el mundo.

El ambicioso proyecto global de China también tiene como objetivo reducir las limitaciones a su ascenso económico y geopolítico asociado con el orden internacional dominado por Estados Unidos y desafiar la influencia occidental para promover un sistema global multipolar. La naturaleza autocrática del PCC le permite ejercer un poder de negociación significativo en las transacciones con los países socios de la BRI debido al acceso a recursos respaldados por el Estado. La iniciativa no solo mejora la influencia global de China, sino que también refuerza el control del PCC y facilita sus objetivos estratégicos a largo plazo en el escenario internacional (Meiser et al., 2023).

Internamente, la BRI se alinea con la agenda nacional china y el "sueño chino" bajo el liderazgo del PCC, promoviendo el éxito nacional en mejoras económicas, militares y sociales. Este éxito nacional fortalece la legitimidad política del PCC y posiciona a China como una nación poderosa, culturalmente avanzada y armoniosa, lo que solidifica aún más el control y el éxito político del partido (Li, 2022).

2.1.2. Factor económico

Antes del inicio de las reformas económicas y la liberalización del comercio hace más de 40 años, la economía de China estaba empobrecida, estancada, altamente ineficiente y en gran medida desconectada de la economía mundial. Sin embargo, ha experimentado un notable crecimiento económico desde que adoptó el comercio exterior, la empresa privada, la industrialización, la inversión y la liberalización del mercado, convirtiéndose en una de las economías de más rápido crecimiento del mundo. Durante la década de 1990 y principios de 2000, este crecimiento fue impulsado aún más por el aumento de la productividad en la fabricación y la tecnología. La adhesión de China a la Organización Mundial del Comercio en 2001 fue un momento histórico para establecer su lugar como actor económico mundial. En 2007, China se adjudicó otro título como el mayor exportador del mundo (Busilli, 2020). A pesar de la recesión mundial de 2008, el PIB de China creció un 8,7% en comparación con un promedio mundial negativo, lo que fortaleció aún más su imagen.

Sin embargo, en 2010, China alcanzó un punto de maduración, y los años siguientes reflejaron un período de desaceleración económica. Reconociendo el estancamiento, el PCC, a su vez, se centró en mercados más lucrativos, como el sector de la tecnología y la innovación, así como en proyectos de inversión extranjera directa, a saber, la BRI. Para China, la profundización de la integración internacional sería clave para garantizar un crecimiento económico ascendente. Xi Jinping vislumbró un marco en el contexto del crecimiento global, que incluye nuevos mercados, acceso a materias primas y energía, contratos de infraestructura masivos y poderosos centros logísticos. El desarrollo interno podría promoverse atrayendo nuevas perspectivas a sus propias ciudades y campos. La compleja estrategia de Xi Jinping se manifestaría en última instancia como la BRI, con el objetivo de permitir "el flujo de bienes, materias primas, servicios, inversiones y personas" a través de una intrincada red (Flint, 2019).


Figura 3. China: Formación bruta de capital (% del PIB). Fuente: Banco Mundial, 2024

2.1.3. Factor militar

La creciente presencia global de China ha estimulado la necesidad de afinar su instrumento militar. Desde el punto de vista estratégico, el ejército es una herramienta para proteger los objetivos nacionales, a saber, la soberanía territorial y los intereses en territorios extranjeros. A medida que los esfuerzos de China con la BRI se extienden más allá del Pacífico, Xi Jinping ha priorizado el crecimiento y el avance militar para hacer frente a las posibles amenazas en todos los frentes. Si bien la BRI comenzó con un enfoque predominantemente económico, ahora ha integrado un perfil de seguridad y defensa. China ha priorizado el desarrollo de una estrategia militar destinada a disuadir y, si se considera necesario, derrotar cualquier posible intervención de terceros en los conflictos regionales (Bhattacharya et al., 2019).

2.2. Percepciones globales de la BRI

La estrategia internacional China, representada por el ambicioso proyecto de la BRI ha despertado tanto entusiasmo como escepticismo a nivel mundial. Si bien promete grandes beneficios potenciales, también ha generado preocupaciones en torno a las implicaciones geopolíticas y la sostenibilidad de la deuda. La percepción y los sentimientos sobre la BRI desde una perspectiva externa han revelado una serie de divisiones que desafían el progreso futuro de China.

Una preocupación particular incluye la llamada "trampa de la deuda", donde los países receptores pueden quedar atrapados en deudas insostenibles con China, comprometiendo su soberanía. Se han visto ejemplos de esto en Sri Lanka y Pakistán, donde proyectos financiados por China han provocado importantes problemas económicos (McBride and Berman, 2023). Además, se critica a China por ser poco generosa en sus términos de financiamiento, cobrando tasas de interés relativamente altas y fijando plazos de pago cortos a países que pueden tener dificultades para cumplir con estas condiciones. Se ha encontrado que muchos proyectos de la BRI están plagados de deuda excesiva y corrupción. La falta de transparencia y la incertidumbre con respecto a los verdaderos objetivos de la BRI también han sido motivo de preocupación para muchos observadores internacionales (McBride and Berman, 2023).

Utilizando la deuda como palanca para obtener concesiones, los críticos también acusan a China de utilizar la BRI como una herramienta para ejercer control político sobre los países participantes. Se ha descrito a la iniciativa como neocolonialista en algunos casos, explotando a naciones menos desarrolladas a cambio de apoyo financiero (Magistad, 2022).

Otro aspecto criticado de la BRI es la exclusión de empresas locales en favor de firmas chinas para la ejecución de proyectos, lo que puede resultar en una falta de transparencia y una baja calidad en las obras. Además, se señala que muchos proyectos de la BRI tienen un impacto negativo en el medio ambiente, causando deforestación, destrucción del hábitat y contaminación (Haas, 2022; Freeman and Tugendhat, 2023).

En cuanto a la expansión global de la presencia china, ha levantado preocupaciones en países como Estados Unidos, Australia, Japón y la Unión Europea, que ven con recelo la creciente influencia económica, política y militar de China. Se han expresado inquietudes sobre la construcción de bases militares en el Mar de  China Oriental  y Meridional, así como sobre las presuntas intenciones estratégicas de China a través de la BRI (Abidde, 2022).

En el ámbito tecnológico, China ha sido criticada por su uso de los cibernéticos para ejercer control y vigilancia sobre sus ciudadanos y los países receptores. Se ha cuestionado la seguridad de los productos tecnológicos chinos, como los equipos de Huawei, y se han planteado preocupaciones sobre la posible transferencia de datos a las autoridades chinas y la vigilancia masiva. Además, influir en la información a través de plataformas de redes sociales con máscara también ha causado preocupación, especialmente cuando se trata de la privacidad y la manipulación de la información (Hoover, 2023).


Figura 4. Encuesta Global de Actitudes, 2018. Fuente: Shambaugh, 2020

2.3. Como ven a China los países africanos

Las percepciones de los países africanos hacia China son variadas y cambiantes. Mientras que algunos ven a China con admiración por su éxito económico y contribución al desarrollo, otros la perciben como una amenaza global de dominación económica y explotación de recursos. Según un estudio de Afrobarómetro, aproximadamente dos tercios de los africanos ven positivamente la influencia económica y política de China, aunque el índice favorable ha disminuido en algunos países más recientemente. En términos de preferencias de modelo de desarrollo, China se sitúa por debajo de Estados Unidos en las encuestas, con hombres y residentes urbanos más propensos a elegir a China como modelo (Appiah-Nyamekye, 2021; Otele, 2023).

Los medios africanos desempeñan un papel crucial en la configuración de las percepciones sobre China. Aunque algunos medios de comunicación han expresado un optimismo cauteloso sobre las relaciones con China, muchos informes críticos se han hecho eco de los sentimientos globales en torno a la sostenibilidad de la deuda, las prácticas laborales injustas y los daños ambientales. Además, los medios africanos también han analizado cuestiones importantes para las poblaciones locales, incluidos el desplazamiento comunitario, el reasentamiento forzoso y cuestiones de implementación. (Wasserman, 2018).

La sostenibilidad a largo plazo de la BRI en África ciertamente se ve afectada por la percepción gubernamental y pública de las acciones de China. Aunque China ha sido un socio clave en el desarrollo de infraestructura en África durante décadas anteriores, las críticas y preocupaciones sobre sus prácticas financieras, laborales y ambientales están dando forma a un nuevo orden de percepciones. Estas complejidades son sólo una de varias dinámicas complejas que afectan las relaciones entre África y China y obstáculos que influirán en ambas partes en el futuro.

3. Exposición

3.1. Factores que afectan a la estrategia de China

3.1.1. Los riesgos de África

Los riesgos que China enfrenta en África con respecto a la BRI son significativos y diversos. La inestabilidad política en la región, incluidos los golpes de estado y la violencia, presenta desafíos para la continuidad de los proyectos de la BRI. La creciente inseguridad en áreas afectadas por conflictos, el terrorismo y la piratería también representan amenazas para la implementación exitosa de la BRI en África. Además, el cambio climático está causando estragos en el continente, afectando la viabilidad de los proyectos de energía y las infraestructuras chinas. Para añadir a estos problemas, la saturación de proyectos de carbono y gas natural está contribuyendo a la contaminación y a los daños ecológicos, lo que socava la imagen de China como socio responsable en el desarrollo sostenible (Devermont, 2021; Santé Abal, 2023).

La creciente carga de deuda en los países receptores, exacerbada por la pandemia de COVID-19, plantea un riesgo financiero para China, ya que los países podrían verse obligados a rechazar futuras inversiones debido a la insostenibilidad de sus préstamos. La percepción de la trampa de la deuda y las críticas de extorsión en el pago de préstamos podrían dañar la reputación de China y obstaculizar futuros proyectos de la BRI en la región. También, la falta de transparencia en las prácticas financieras y la responsabilidad corporativa de las empresas chinas también ha generado críticas y desconfianza en los países anfitriones (McCarthy, 2023).

Varios proyectos de la BRI fueron causa de importantes agitaciones sociales, empañando aún más la imagen de la BRI. En abril de 2017 estallaron protestas en Nigeria por la falta de compensación por los edificios demolidos en la línea ferroviaria Lagos-Ibadan. En Tanzania, 2.000 residentes fueron reubicados, lo que provocó protestas y la suspensión del puerto de Bagamoyo en julio de 2016. En octubre de 2016, estallaron protestas en Madagascar por la alteración de tierras y la propuesta de demolición para las actividades mineras chinas (Venkateswaran, 2023).

A medida que ha aumentado la prevalencia de China en África, también lo han hecho las opiniones disidentes, especialmente en lugares con mayores libertades sociales y mediáticas. Los académicos evalúan que el estilo transaccional de negocios de China la ha llevado a descuidar las connotaciones culturales y sociales de los países anfitriones (Fasslabend, 2015; Bhattacharya et al., 2019).

3.1.2. Fuerzas geopolíticas y competencia en África

En África, la influencia global es una lucha constante en la que diversos actores buscan afianzar su posición en el continente. China, Rusia, India, Estados Unidos y la Unión Europea compiten por obtener recursos naturales, mano de obra joven, mercados de consumo y alianzas estratégicas. Estas potencias buscan generar influencia a través de la cooperación económica, militar y diplomática, así como a través de la promoción de sus valores y culturas. Sin embargo, las complejas dinámicas geopolíticas presentes en África hacen que muchos países africanos se vean en la difícil posición de tener que equilibrar sus relaciones con estas potencias enfrentadas.

Estados Unidos ha promovido principios democráticos y económicos en África, pero su influencia ha disminuido en los últimos años debido a prioridades diferentes. La Unión Europea ha mantenido relaciones comerciales con África, pero también ha visto un declive en su influencia. Rusia ha buscado consolidar su posición en el continente a través de la cooperación militar y económica. Por su parte, India ha aumentado su presencia en África a través de la cooperación económica en diversos sectores. Sin embargo, es China la potencia más prominente en el continente, con su BRI y su competencia directa con Occidente por influencia política y económica en la región (Abidde, 2022; Ndzendze, 2023).

En este contexto, África se encuentra en el centro de un campo de batalla geopolítico, en el que debe navegar entre las diferentes potencias globales para asegurar el desarrollo y la estabilidad. Los Estados africanos buscan maximizar las oportunidades que ofrecen estas potencias, pero también deben lidiar con los desafíos que conlleva su influencia en el continente. La neutralidad se presenta como una opción cada vez más complicada en un escenario de crecientes tensiones y disputas por el control y los recursos en África.

3.1.3. Fuentes de fricción de China

Xi Jinping enfrenta retos tanto internos como externos y tiene la tarea de introducir cambios en la estrategia de China para garantizar su continuidad y la protección de los intereses nacionales. Internamente, China se enfrenta a graves problemas económicos como la desaceleración del PIB, la distribución desigual de la riqueza, el alto desempleo y la creciente desigualdad de ingresos. Los disturbios civiles, el descontento y la rebelión también plantean desafíos, especialmente entre jóvenes, desempleados y de clase media (Li, 2022; Ameyaw-Brobbey, 2022).

El PCC ha respondido con políticas más represivas y autoritarias para mantener el control sobre la población, lo que ha generado preocupaciones sobre las libertades políticas y los abusos de derechos humanos. A nivel internacional, los desafíos económicos de China han generado fricciones con EE. UU. en medio de desequilibrios comerciales y tensiones tecnológicas, así como complicaciones en la BRI debido a la pandemia y renegociaciones de deuda en países participantes (Kuttner, 2023).


Figura 5. Exportaciones chinas en la pospandemia. Fuente: Economy, 2023

Las disputas territoriales con países vecinos, como Taiwán, India y en el mar de China Meridional y Oriental, presentan desafíos adicionales para China. La postura de neutralidad en el conflicto entre Rusia y Ucrania ha suscitado acusaciones de apoyo implícito a Rusia y ha aumentado las tensiones con Occidente. Además, la implicación en el conflicto entre Israel y Palestina ilustra la lucha de poder entre China y Occidente en Oriente Medio (Repnikova, 2023).

En última instancia, la necesidad de mantenerse como una potencia mundial y proteger sus intereses nacionales obliga a Xi Jinping y al PCC a adoptar medidas más agresivas y afrontar posibles conflictos externos para asegurar su supervivencia en un panorama global cada vez más complejo y desafiante.

3.2. La estrategia de China

3.2.1. El nuevo mensaje

Durante la tercera cumbre de la BRI en 2023, el presidente Xi Jinping anunció una inversión adicional de 100 mil millones de dólares en el proyecto, pero también destacó un cambio hacia iniciativas más pequeñas y específicas. A medida que los países se recuperan de la crisis de la COVID-19, la narrativa en torno a la BRI se ha vuelto más cautelosa, enfocándose en proyectos "pequeños, pero atractivos" (Anon, 2023; The Economist, 2023). Se ha observado un cambio de enfoque en los discursos públicos y la diplomacia china hacia una iniciativa de política exterior más responsable y medida.

El nuevo mensaje de Xi Jinping marca un cambio significativo en la estrategia de la BRI, con un enfoque en proyectos más pequeños y rentables. Sin embargo, este cambio también puede interpretarse como una forma de desviar la atención de los problemas internos de China y proyectar una imagen de responsabilidad a nivel internacional. La comunicación del PCC suele ser ambigua, lo que le permite adaptarse a diferentes audiencias y mantener la flexibilidad para negar críticas o desafíos.

El mantra de "pequeño, pero atractivo" proporciona a China una salida para retirarse de países de alto riesgo y bajo rendimiento, mientras se concentra en áreas estratégicas prioritarias. Este cambio de estrategia ya se está observando en África, donde se están realizando ajustes de austeridad económica y un abandono progresivo de infraestructuras no productivas. En última instancia, la nueva dirección de la BRI refleja una adaptación a las críticas y desafíos externos, al tiempo que busca mantener la influencia y el dominio de China en la arena internacional.

3.2.2. El foco de la cambiante estrategia de China

El giro estratégico de Xi Jinping se basa en cambios tanto internos como externos que buscan maximizar las fortalezas de China, reducir las amenazas y mejorar su ventaja geopolítica. En el ámbito económico, el país está implementando reformas fiscales y reduciendo las inversiones extranjeras, priorizando proyectos financieramente sólidos y respetuosos con el medio ambiente. China también está cambiando su enfoque hacia Asia, buscando fortalecer las relaciones económicas en la región. En cuanto a la seguridad del régimen, el PCC está consolidando su poder a través de campañas de propaganda, vigilancia y represión de la disidencia. Además, el partido está defendiendo activamente su imagen nacional y abordando conflictos territoriales. Sin embargo, la estrategia de China puede ser contraproducente, ya que su enfoque en sus propios intereses y su uso potencial de la fuerza podrían fracturar la estabilidad y alienar a sus vecinos, creando un entorno geopolítico más hostil. A pesar de su crecimiento y fortaleza militar, China enfrenta desafíos tanto internos como externos que podrían socavar su posición en el escenario mundial.

3.2.3. La sutil salida de China de África

Desde la perspectiva de las naciones africanas, el giro de China es cada vez más evidente. La mayoría de los países africanos se han enfrentado a dificultades financieras debido a una serie de perturbaciones en el endurecimiento monetario mundial y a la reducción más reciente de la financiación tras la  invasión rusa de Ucrania. Con  la disminución de los préstamos chinos y el apoyo financiero tradicional, los países africanos están luchando por refinanciar la deuda pública y hacer los reembolsos. Los costos de endeudamiento externo han aumentado considerablemente en muchos países africanos. Por esta razón, es probable que 2024 sea un año de ajuste de cuentas económico, ya que las naciones trabajan para renegociar los términos de los préstamos con China.

Para los africanos, otra señal de retirada de inversiones es el éxodo masivo de trabajadores chinos. Según el Fondo Monetario Internacional, el continente ha experimentado una disminución general del 64% en el número de migrantes chinos, comerciantes privados, inversores y comerciantes desde 2015. Argelia y Angola han sido los países más afectados, con una retracción cercana al 90% de los trabajadores chinos (Nyabiage, 2024).

Los vientos en contra de la economía china también han hecho saltar las alarmas de los Estados africanos. Desde una reducción del 5% en el comercio mundial, el fracaso de las exportaciones, la crisis inmobiliaria interna y la caída de la confianza de los consumidores, entre otros factores, los africanos se están volviendo cada vez más cautelosos sobre los acuerdos económicos desfavorecidos con China (Ezrati, 2024).

La desaceleración de la economía china sin duda afectará las decisiones de las naciones africanas de depender financieramente de China. En consecuencia, es probable que la disminución de la fe en la capacidad de China para proporcionar seguridad económica a las naciones africanas acelere un cambio para estos países que se alejen del modelo de Beijing y amplíen las oportunidades de cooperación con otras partes interesadas.

Para adaptarse a una nueva realidad, África necesita mostrar resiliencia e implementar reformas estructurales. Estas reformas abarcan el cambio de la economía, el impulso del comercio regional y la mejora de la competitividad. El aumento de las reservas financieras y la mejora de los marcos normativos harán que África sea menos vulnerable. África debe priorizar el crecimiento sostenible mediante la diversificación de la economía, la inversión en energía verde y la mejora de las capacidades de procesamiento local. Las reformas en las leyes mineras, las prácticas financieras, la expansión del sector privado y el desarrollo del capital humano, junto con las mejoras en la infraestructura, ayudarán a África a ampliar sus perspectivas económicas (Wenjie, 2024).

4. Conclusión

La última década de crecimiento económico de China la ha convertido en un actor formidable en el escenario mundial, reforzando los principios de su gobierno autoritaria y su audacia para continuar la movilidad ascendente a través de la competencia y el control de los recursos y los mercados. En desafío directo con las potencias occidentales, el PCC ha aumentado su afirmación en política exterior, al tiempo que busca construir alianzas que desafían el orden mundial existente. Sin embargo, a medida que sus éxitos económicos han disminuido y han ido en declive, el PCCh ha enfrentado crecientes preocupaciones sobre la estabilidad económica. Además, la expansión militar de China ha llevado a los países a rechazar la asertividad percibida, lo que ha aumentado las tensiones mundiales y ha disminuido las opciones de solución política. Las críticas por sus inversiones extranjeras, la exposición de los problemas internos a audiencias externas y los levantamientos ciudadanos también se han sumado a la creciente lista de presiones sobre el PCC. Con los riesgos financieros adicionales impuestos por las burbujas financieras y los conflictos regionales, el PCC se encuentra en un mandato que implica la búsqueda de una nueva estrategia en aras de la supervivencia. Como se describe a lo largo de este artículo, la evidencia indica fuertemente que China continuará una salida sutil de África.

La evolución de la estrategia de China en África refleja un medio para alcanzar un fin. A través del desarrollo de la BRI, proyectos de infraestructura y otras formas de apoyo, China cultivó a los países africanos por sus recursos, mercados e influencia geopolítica durante un período considerable. Sin embargo, los ajustes ahora significan que la oportunidad es escasa y las promesas de se están desvaneciendo. El retroceso de Xi Jinping en sus compromisos y la retirada de su apoyo han dejado a las naciones africanas en una posición vulnerable y, en muchos casos, sin la capacidad o los recursos para continuar desarrollándose de forma independiente.

La nueva prioridad que el PCC se da a sí mismo sobre sus iniciativas con socios internacionales se refleja en varios ejemplos de explotación y salidas posteriores cuando los riesgos se vuelven demasiado altos. Se pueden ver pruebas de etapas anteriores y más ambiciosas de la BRI, como las trampas de la deuda y el fracaso del progreso bilateral en Sri Lanka, Malasia y Pakistán. En muchos aspectos, la BRI ha dejado a su paso más desafíos que historias de éxito. Estos ejemplos muestran cómo la BRI rara vez es una victoria bilateral, lo que a menudo resulta en asociaciones desiguales que favorecen en gran medida los intereses de China sobre los del país anfitrión. La capacidad de China para dar marcha atrás en sus compromisos y buscar caminos alternativos cuando surgen dificultades es una narrativa cada vez más frecuente, que ahora se está produciendo en África.

5. Bibliografía

    • La nueva ruta de la seda en África. La Evolución de la Estrategia de China