El 7-0: La Quinta Guerra Árabe Israelí o la segunda parte de la Guerra del Yom Kippur

El 7 de octubre de 2023, justo cuando se cumplían 50 años de la Guerra del Yom Kippur, Israel sufrió un ataque terrorista que segó la vida de 1400 personas y supuso el secuestro de otras 252. Para muchos, el 7-O (como se le conoce habitualmente) ha sido el mayor ataque sufrido por Israel en toda su historia. La magnitud de la tragedia nos ha impedido ver la verdadera dimensión del ataque, ya que además de un atentado terrorista, el 7-O ha supuesto una confrontación regional que puede ser considerada como la Quinta Guerra Árabe-Israel o cuanto menos una segunda parte de la Guerra del Yom Kippur que esta ocasión libra contra el “eje de la resistencia”.

El presente trabajo tratará de demostrar la verdadera dimensión de lo que está ocurriendo hoy en Israel con la perspectiva que nos da el año transcurrido desde el 7-O.  El trabajo se dividirá en los siguientes apartados. En primer lugar, se analizarán las reuniones y preparativos que se llevaron a cabo durante los meses de abril a septiembre y que culminaron con el ataque. A continuación, se hará una descripción del ataque y de la reacción israelí para concluir con un tercer apartado en el que hará un seguimiento de los cuatro frentes en los que se ha dividido la presente guerra.

Reuniones y preparativos del 7-O

Son muchos los indicios que nos hacen pensar que el 7-0 no fue una acción en solitario de Hamás, sino más bien que el ataque que Israel sufrió en el sur forma parte de un plan más amplio en el que están los actores que componen “el eje de la resistencia”. Al menos encontramos dos elementos que nos hacen pensar que esta afirmación tiene sentido.

El primero es la implicación de Hezbolá, un grupo que el pasado mes de septiembre estuvo preparando en la Alta Galilea un ataque similar al 7-O de Israel. Este hecho fue el detonante que ha provocado que Israel haya puesto en marcha la “operación nuevo orden” sobre el sur del país del Cedro.

El segundo de los elementos que nos hace pensar que el 7-O fue un acto coordinado desde el Líbano, lo tenemos que buscar en las reuniones que tuvieron lugar entre abril y septiembre de 2023 y que cristalizaron en la puesta en práctica del 7-O. El coordinador de la estrategia fue Hezbolá, el instigador del ataque fue Irán y el ejecutor de este fue Hamás. Aunque las reuniones entre los actores se concentraron en agosto, el plan comenzó a gestarse el 6 de abril, fecha en la que el jeque Nasrallah, Ismail Haniyah y Saleh al-Arouri¹ se reunieron por primera vez en Beirut². Hay que recordar que Saleh al-Arouri fue el responsable de un primer ensayo de secuestro, a menor escala que el del 7-O, pero con metodología similar. En esa ocasión, (2014) tres ciudadanos israelíes fueron secuestrados en una incursión para ser posteriormente conducidos (como en el 7-O) a Gaza donde finalmente fueron brutalmente asesinados.

Como he dicho antes, agosto fue el mes clave en la preparación del atentado y de la guerra. El primer encuentro se celebró el 12 de agosto entre el presidente de la Comisión de Seguridad Nacional del Parlamento de Irán Vahid Jalalzadeh y el Jeque Nasrallah. Para muchos, este encuentro marcó la activación del plan, plan que se vio acelerado tras la visita del ministro de exteriores iraní a Arabia Saudí, donde Riad le confirmó que estaban a punto de firmar un acuerdo de normalización con Israel. En este sentido un enviado del ministro de exteriores iraní -Hossein Amir-Abdollahian- viajó a Beirut el 19 de agosto para reunirse con Nasrallah y acelerar los plazos. El 25 de agosto y el 2 de septiembre Nasrallah se reunió con los representantes de Hamás (Saleh al-Arouri) y la Jihad Islámica (Ziyad al-Nakhalah)³ para la ejecución del plan. Es por ello, que Israel ha eliminado a todos aquellos líderes que participaron en las reuniones de preparación del 7-0, ya que a ojos de Jerusalén forman parte de un plan que tenía por objetivo acabar con Israel y cuya base era “el eje de la resistencia”.

Tal y como se aprecia en el Diagrama 1, la línea de continuidad en todas las fases del plan es Hezbolá como organización y Nasrallah como coordinador. Este hecho explica que la tercera fase de la Operación Espadas de Hierro se esté desarrollando en el Líbano.

El ataque y la posterior reacción de Israel

En la mañana del 7 de octubre de 2023, cuando el mundo judío se disponía a celebrar el final del Sucot, Hamás inició un ataque masivo sobre Israel -Operación Inundación Al-Aqsa- que se tradujo en una lluvia de 5000 misiles que aterrorizó a la población. La población se escondió en los refugios asumiendo que les esperaba uno de esos periodos de intercambio de fuego a los que están tan acostumbrados. Sin embargo, este ataque era solo un señuelo que sirvió para desviar la atención y poder llevar a cabo la segunda parte del plan: un pogromo. Dos mil terroristas de Hamás entraron en el territorio israelí sembrando el pánico en las localidades cercanas. Ante la ausencia de defensa efectiva, los terroristas cometieron todo tipo de aberraciones entre las que se incluyen amputaciones, violaciones masivas o decapitación de bebés. Un total de 1400 personas pertenecientes a 19 nacionalidades fueron cruelmente asesinadas en las 24 horas en las que Hamás tuvo el control de estas ciudades del sur de Israel. Además, de estos asesinatos, los terroristas de Hamás raptaron a 252 personas de las cuales, 105 fueron intercambiados por presos palestinos en noviembre, 8 han sido liberados por las fuerzas israelíes y 42 han muerto durante su cautiverio. De estos 42, al menos 6 han sido cruelmente asesinados por Hamás cuando veían avanzar las fuerzas de Israel por los túneles de Gaza. Actualmente se calcula que 97 rehenes seguirían con vida en Gaza.

Una vez Israel se recuperó del golpe, afloraron muchos de los fallos de seguridad que hicieron posible semejante atrocidad. Parece que tanto los servicios secretos egipcios como los norteamericanos, advirtieron de la preparación de una operación a gran escala por parte de Hamás. Incluso se ha publicado que un plan pormenorizado cayó en manos de la inteligencia israelí, pero el poder político descartó su puesta en práctica al subestimar la capacidad de Hamás para llevarlo a cabo. Por último, hay que mencionar las advertencias de los soldados israelíes que se encontraban al otro lado de la alambrada, advertencias que fueron consideradas como poco creíbles por el poder político israelí. Todas estas señales que advertían de una catástrofe fueron ignoradas y cuando acabe la guerra, el gobierno tendrá que rendir cuentas ante la sociedad israelí.

El desarrollo de la Guerra

El ocho de octubre Israel inició su reacción. Para ello, movilizó a los reservistas, declaró el estado de emergencia, envío cuatro divisiones incluyendo al grupo antiterrorista Yamam (Yeidat Mishtara Meyuedet). Sin embargo, ese mismo día Jerusalén fue consciente de que la guerra tendría más de un frente ya que el mismo 8 de octubre Hezbolá comenzó a lanzar misiles sobre el territorio israelí. Un día más tarde, la Brigadas Al-Quds⁴ iniciaron una incursión en el norte de Israel, ataque que fue repelido por las Fuerzas de Defensa de Israel⁵. A última hora de ese mismo día, el socio de Hamás en el 7-O -la Yihad Islámica- lanzó un nuevo ataque con misiles desde el Líbano⁶ lo que nos muestra la coordinación de los actores y la centralidad del país del Cedro en el plan.

Los intentos de incursión desde el norte han sido constantes. Por comentar solo alguna de estas acciones, el 14 de octubre las Fuerzas de Defensa de Israel detuvieron un intento de penetración que tenía por objetivo el Moshav de Margaliot⁷, el 14 de enero se frenó un ataque contra las granjas de Shebaa y el 9 de febrero un asalto contra la base militar de Safed⁸. En septiembre de 2024, las fuerzas de defensa de Israel lanzaron la “operación nuevo orden” con el objetivo de acabar con la cúpula de Hezbolá pero también para frenar un ataque similar al 7-O que el grupo chiita había planificado en esta zona⁹. La coincidencia en las metodologías nos hace pensar en la coordinación de las estrategias.

En tercer lugar tenemos que fijarnos en el frente sureste. El 19 de octubre los Houthies comenzaron a lanzar misiles contra la ciudad de Eilat y contra los barcos cargueros que navegaban por el estrecho de Bab-el-Mandeb y por el Golfo de Adén con destino a Israel. Doce días después del 7 de octubre, al igual que ocurrió en la Guerra del Yom Kippur, Israel era atacado en varios frentes¹⁰ aunque en esta ocasión quienes atacaban no eran estados sino actores no estatales.

En ese contexto, el ministro de defensa Yaev Gallant compareció el 20 de octubre ante la Knesset para anunciar el plan de Israel, plan que se desarrollaría en las siguientes tres fases¹¹.

La primera fase, que comenzó el 9 de octubre, estuvo centrada en la destrucción de la infraestructura de Hamás a través de ataques aéreos.

La segunda fase, que comenzó el 29 de octubre, implicó la invasión terrestre y -en teoría- tenía por objetivo el rescate de los rehenes.

La tercera fase, que comenzó de facto en junio y de iure en septiembre, busca crear un nuevo orden de seguridad y por ello, tiene como escenario la Franja de Gaza, el sur del Líbano, Yemen y probablemente Irán.

Primera fase: La destrucción de la infraestructura. Entre el 9 y el 27 de octubre Israel dio comienzo a la primera fase de la Operación Espadas de Hierro. Se trató esencialmente de una campaña aérea para destruir la infraestructura básica de Hamás y facilitar la segunda fase, la invasión terrestre. Durante estos 18 días que duró esta primera fase, también se produjeron algunas incursiones de tropas de élite para intentar lograr la liberación de rehenes.

Segunda fase: La invasión terrestre. El 28 de octubre, el primer ministro Benjamín Netanyahu, confirmaba oficialmente que las fuerzas terrestres de Israel habían comenzado la invasión de Gaza¹². Israel llevó a cabo una estrategia que buscaba partir la franja en dos mitades. Para ello, entró por el norte y por el este a través del corredor Netzarim, dejando el sur como refugio de la población. Los combates más intensos tuvieron lugar en hospitales como el de Rantisi, Al-Shifa y Al-Ahli y en las escuelas gestionadas por la UNWRA¹³, emplazamientos que Israel afirma han sido usados por Hamás para esconder sus centros de mando, para almacenar munición o para ocultar a los rehenes.

El uso de instalaciones sanitarias, escolares o humanitarias para fines terroristas está siendo uno de los asuntos más controvertidos, ya que, si bien es cierto que el artículo 19 de la IV Convención de Ginebra de 1949 elimina la protección humanitaria de estos lugares cuando son usados para fines militares, no es menos cierto que la reputación de Israel sufre terriblemente cuando lleva a cabo acciones armadas en estos emplazamientos. De cualquier forma, son muchos los casos en los que soldados israelíes han encontrado rehenes o munición en escuelas, hospitales o incluso campamentos de refugiados. Un ejemplo fue la liberación de Noa Argamani que se encontraba retenida en la casa de un periodista de Al Jazzera¹⁴ o el rescate de cuatro rehenes que se encontraban retenidos en el campo de refugiados de Nuseirat¹⁵.

El 22 de noviembre las partes lograron un alto el fuego propiciado por Egipto y Qatar. Como parte del alto el fuego se liberaron a 50 rehenes a cambio de 150 presos palestinos sin delitos de sangre. Por otro lado, se incluyó una cláusula de prohibición de ataques aéreos durante seis horas diarias en el territorio del norte de Gaza. También se acordó un cese de las incursiones en el sur. Por último, el acuerdo contemplaba la llegada de 300 camiones de ayuda humanitaria que entrarían por el paso de Rafah. Si las condiciones se cumplían, se liberarían 10 rehenes por cada día que no hubiera hostilidades en la Franja. Finalmente, el alto el fuego, se extendió durante una semana, lo que supuso la liberación de 104 rehenes.

En diciembre volvieron las hostilidades y con ellas el control de la principal vía terrestre de comunicación de la franja, la carretera de Saladino, una ruta que cruza el enclave palestino de norte a sur. Con el control de esta vía de comunicación se inició la ofensiva sobre uno de los principales refugios de Hamás: Jan Yunis. Según la inteligencia israelí, en esta ciudad se encontraban retenidos varios rehenes, algo que quedó comprobado tras el asesinato de 6 personas que estaban a punto de ser liberados por las fuerzas israelíes en la mencionada ciudad¹⁶.

El 29 de diciembre, unos días después de que Sudáfrica recibiera a una delegación de Hamás¹⁷, el país africano¹⁸ presentó una demanda por Delito de Genocidio contra Israel ante el Tribunal Internacional de Justicia. A pesar de la presión del gobierno africano, hubo que esperar hasta el 10 y 11 de enero para la celebración de la vista pública. En este acto, Sudáfrica solicitó medidas cautelares contra Israel. Quince días más tarde, el 26 de enero, la corte emitió su veredicto cuyo punto fundamental descartaba la puesta en práctica de las medidas cautelares solicitadas por Sudáfrica. Sin embargo, la Corte solicitó a Israel su colaboración a la hora de distribuir ayuda humanitaria entre la población. En lo que se refiere a la acusación de genocidio, el tribunal hizo públicas sus dudas e instó a Israel a proteger, en la medida de lo posible, a la población civil de la franja.

Además de esta vía judicial, Israel en general y su primer ministro en particular ha tenido que hacer frente a otro problema. El 20 de mayo de 2024 el fiscal jefe de la Corte Penal Internacional, el británico Karim Kham, anunció la emisión de órdenes de detención internacional contra el primer ministro Benjamín Netanyahu y contra el ministro de defensa Yaev Gallant¹⁹. Las acciones legales no se redujeron a la parte israelí, también se emitieron órdenes de detención contra los líderes de Hamás Yahya Sinwar, Ismail Haniya y Mohammed (Deif) al Masri²⁰.

También en este periodo se produjeron varios intentos de negociación de alto el fuego. El primero de ellos tuvo lugar en diciembre y el último en junio. El de diciembre fue rechazado por Hamás ya que el grupo palestino se oponía a cualquier negociación hasta que cesaran completamente las hostilidades²¹. El de junio, el propuesto por Biden, fue rechazado por Netanyahu al poner como condición el control del Corredor de Filadelfia para la firma de cualquier acuerdo con Hamás²².

Tercera fase: El Nuevo Orden de Seguridad. Aunque oficialmente la fecha de inicio de la operación fue el 29 de septiembre²³, ya desde julio se tomaron las primeras decisiones que cambiaron la pauta de actuación. En esta tercera fase se ha optado por operaciones más quirúrgicas reduciendo las acciones de castigo colectivo. Al contrario de lo que se pensaba, la tercera fase no solo está teniendo por escenario la Franja de Gaza, sino que se está extendiendo por el Líbano y Yemen. Jerusalén parece haber ampliado la tercera fase de la operación a todos y cada uno de los frentes que se abrieron el 7 de octubre. Así, podemos considerar que la tercera fase, la que lleva por nombre nuevo orden de seguridad se inició en julio cuando Israel comenzó a eliminar a los líderes de aquellos grupos que le declararon la guerra el 7 de octubre.

El 13 de julio, Israel eliminó a Mohammed Deif, el líder de los comandos -Brigadas Al Qassam- que perpetraron el 7-O Unos días más tardes, moría en Teherán el líder del Buró Político de Hamás, Ismail Haniya, quien fue asesinado cuando asistía a la proclamación del nuevo presidente de Irán. Junto a Mohamed Meif y a Ismail Haniya, Israel ha eliminado entre otros a líderes de Hamás como Saleh al Arouri²⁴, Marwan Issa²⁵ y Rafaa Salameh²⁶, lo que supone el desmantelamiento de la cúpula de Hamás casi al completo.

Lejos de acabar con su política de eliminación de líderes, el 17 de septiembre Israel extendió sus ataques al Líbano para acabar con los líderes de Hezbolá. En total, los 18 miembros de Hezbolá²⁷ que conformaban la cúpula, fueron asesinados en diferentes operaciones militares. En esta misma línea, Israel ha atacado el cuartel general de los Houthies en Hudayda²⁸ lo que en términos técnicos hace pensar que tiene capacidad para reabastecimiento en vuelo y que, por lo tanto, sus F35 podrían llegar hasta Irán. Además de eliminar a la cúpula de Hezbolá, Israel ha iniciado una serie de incursiones militares a gran escala, en la zona fronteriza con el Líbano. El objetivo de estas incursiones no es ocupar militarmente el país del cedro sino acabar con los túneles y con los centros de lanzamiento de misiles que el grupo terrorista chiita tiene en el sur del país. De este modo, Israel ha iniciado la tercera fase de la Operación Espadas de Hierro cuyo objetivo es la de implantar un “nuevo orden de seguridad” en todos los frentes que se abrieron el 7 de octubre²⁹.

Conclusiones

Desde el 7-O Israel está haciendo frente a una nueva guerra regional, una guerra con cuatro frentes desde los que no paran de lanzar misiles. En 2023 Israel recibió 10.804 proyectiles y en los primeros ocho meses de este año 8.471. Si lo comparamos con los últimos 23 años, la media de proyectiles anuales lanzados contra Israel fue de 844 lo que supone un 1003% más en 2024 y un 1280% más en 2023. Como se aprecia en el Gráfico 1, el año que más misiles se lazaron sobre Israel fue en 2014 y en esa ocasión el número fue de 4225, menos de la mitad que en 2023 y en 2024.

Si nos centramos en el periodo que ha pasado desde el 7-O, los números son aún más aterradores. Como se aprecia en el Gráfico 2, la mayor concentración de proyectiles ocurrió en el mes de octubre, el 79% de todos los que cayeron en 2023, lo que demuestra que ese momento fue algo apocalíptico para Israel, no solo por el pogromo de Simjat Torá sino por la lluvia de fuego a la que se vio sometido.

Otro dato que puede ayudarnos a dimensionar el ataque es compararlo con Ucrania. Solo entre los meses de octubre y noviembre de 2023, Israel recibió el mismo número de misiles que Ucrania en toda la guerra³⁰. La dimensión del ataque también debe ser tenida en cuenta a la hora de valorar la proporcionalidad de la respuesta.

Otro de los elementos que tenemos que ver es la irrupción de Hezbolá en el conflicto. Si eliminamos el momento inicial del mismo, el 7-O, y nos fijamos en el número de misiles lanzados desde el Líbano (Gráfico 3) nos damos cuenta de la creciente implicación de la guerrilla chíita en el conflicto. Da la sensación de que una vez Hamás se desfondó en diciembre de 2023, quien tomó el relevo de la operación fue Hezbolá, lo que nos reafirmaría en la hipótesis de este trabajo y nos explicaría el porqué de las acciones que Israel está llevando a cabo en el Líbano. No se trataría de una misión separada o de un deseo de extender el conflicto al norte, sino de la respuesta a una operación que tiene dos frentes y cuya puesta en práctica se dividió en dos fases, una en manos de Hamás (octubre-diciembre 2023) y la siguiente en manos de Hezbolá (enero-septiembre de 2024).

El ataque de Israel contra el Líbano ha cogido por sorpresa a Hezbolá. La eliminación de toda la cúpula, incluyendo al propio Hasan Nasrallah, puede dar a Israel unos años de tranquilidad, aunque no resolverá el conflicto. Si bien Jerusalén no ha atacado aun directamente a Irán, el país de los Ayatolás asumió como propio el asesinato de Nasrallah, lo que refuerza la idea principal de este trabajo: el 7 de octubre es muy probablemente una acción coordinada de Irán, Hezbolá, Hamás y de los Houtíes contra Israel. Esta premisa es la que explica por qué el pasado 1 de octubre Irán lanzó un ataque sobre Israel con más de 200 misiles que no causaron daños de consideración. La lejanía entre Irán e Israel, unido a la capacidad tecnológica que tiene el país judío, hicieron que prácticamente todos los proyectiles fueran repelidos por la Cúpula de Hierro. Sin embargo, eso no elimina el hecho de que Irán violara la paz y la seguridad internacional y que, de no tener la Cúpula de Hierro, las consecuencias habrían sido apocalípticas.

Una de las grandes preguntas es si Israel llevará a cabo una acción militar directa contra Irán. Aunque todo hace pensar que Jerusalén atacará Irán, no está claro como esta acción puede llevarse a cabo. Si bien es cierto que los ataques contra los Houthies han demostrado que Israel ya tiene capacidad de repostaje en vuelo, no está del todo claro que esta sea la metodología que puede utilizar. Las formas en las que Israel es capaz de llevar a cabo sus ataques son absolutamente sorprendentes, tal y como ha quedado demostrado con la operación de eliminación de los líderes de Hezbolá. En los próximos años veremos si Israel ha sido capaz de eliminar la amenaza que supone Hamás y Hezbolá para su seguridad, pero antes hay que ver si Israel es capaz de ganar esta Quinta Guerra Árabe-Israelí.