El mar Rojo: el lago de los BRICS

Mapa de los países que forman parte de los BRICS; Estados fundadores y nuevos miembros. Fuente: BBC

23 sept. 2024

El mar Rojo: el lago de los BRICS

José Martín Martín

Introducción

El mar Rojo, pese a su reducida superficie, nos recuerda algo que tendemos a pasar por alto: la decisiva importancia de la geografía en la geopolítica. Por su estratégica ubicación, a medio camino entre el mar Mediterráneo, el océano Índico y el golfo Pérsico, conecta Europa, Asia y África y reduce considerablemente los tiempos y las distancias en las travesías entre dichos continentes.

Desde tiempos inmemoriales ha sido vía de comunicación entre Oriente y Occidente: fue importante para que los romanos comerciasen con la India y asimismo lo fue para la posterior ruta de las especias, por ejemplo.

Pero la apertura del canal de Suez por parte de los franceses, en 1869, marcó un antes y un después: desde entonces, todas las potencias han tratado de controlar o ejercer su influencia sobre el mencionado paso; el dominio del canal, al norte del mar Rojo, o del estrecho de Bab al Mandeb, al sur, equivale a controlar esta arteria comercial. Estas puertas de entrada y salida del mar, no en vano, son consideradas choke points o cuellos de botella y el incidente del Ever Given1 en 2021 dio buena muestra de ello: el bloqueo del canal de Suez por el encallamiento del buque, durante solo 6 días, ralentizó el comercio a escala global y produjo pérdidas de hasta 9.600 millones de dólares por cada día de demora2.

Los datos hablan por sí solos: por el mar Rojo transita aproximadamente el 15 % del comercio mundial; cerca del 30 % del tráfico de contenedores, y hasta el 40 % del comercio total entre Europa y Asia. Pero, sobre todo, es crucial por dos factores: el transporte de hidrocarburos con origen en el golfo Pérsico, y esa dependencia se acrecienta para Europa tras las sanciones a Rusia por la guerra en Ucrania; y el proyecto chino de Nueva Ruta de la Seda, pues el mar Rojo es el eje vertebrador de dicha ruta. Más aún, tras la inversión de miles de millones de dólares en África, continente donde la influencia de Pekín no para de crecer.

Pero, caprichos de la geología y la historia mediante, el mar Rojo está enclaustrado entre las costas de una de las regiones más volátiles y conflictivas del planeta. Así, negándose a ser prisioneros de la geografía, los países que tanta dependencia tienen de las mercancías que por ella transitan, plantean rutas y proyectos alternativos que puedan circunvalar esta vía marítima. Ejemplo de ello es el IMEC, siglas en inglés del Corredor Económico India-Oriente Próximo-Europa: iniciativa india que busca hacerle la competencia a la Nueva Ruta de la Seda china, para alborozo estadounidense y alivio europeo.

Rusia dirige su atención hacia el sur

Aunque no solo Occidente o China han visto cómo las turbulencias en Oriente Próximo ponían en riesgo, o demoraban, el comercio de bienes imprescindibles para ellos: tras las sanciones occidentales, el mar Rojo ha adquirido la categoría de vital también para Rusia; por sus aguas pasan 1,7 millones de barriles de crudo diarios, es decir, casi la mitad de sus exportaciones marítimas totales3.

Esta extrema dependencia ha provocado que se acelere el desarrollo del Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INSTC)4: este proyecto que busca unir Rusia, Irán e India de forma directa, por ferrocarril y por mar, no solo reducirá considerablemente los tiempos de viaje, sino que, mucho más importante aún, permitirá a Moscú y Teherán escapar de las sanciones occidentales.


Figura 1. Proyecto del Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INSTC). Fuente: @IranObserver0 (X). 13 de mayo de 2024.

Pero a ninguno de los interesados se les escapa que estos pasillos, fabulosos atajos geopolíticos, no pueden ver la luz de la noche a la mañana y que, por tanto, seguirán dependiendo a corto plazo del angosto y agitado mar Rojo.

Por otra parte, ninguna amistad o enfrentamiento es perpetuo, como bien saben persas y rusos, y sería ingenuo pensar que los únicos socios comerciales de Rusia, Irán e India van a ser únicamente ellos mismos; o que las sanciones occidentales serán eternas. Además, el creciente protagonismo ruso en África añade otro elemento a favor del anterior argumento: la dependencia del mar Rojo no desaparecerá del todo.

Rusia necesita a África: por sus materias primas; por su creciente mercado, el cual, además, tratará de compensar el veto comercial occidental, y porque desde el continente negro puede presionar la frontera sur europea. No hay más que observar las recientes cumbres Rusia-África para corroborar que esta región es ahora primordial para Moscú.

Ya hay botas rusas sobre Libia, el Sahel, República Centroafricana, Mozambique y Sudán. Pero es en este último país donde las actividades de Moscú han tomado un nuevo cariz: el reciente acuerdo entre Rusia y el gobierno de Jartum permitirá a los rusos establecer una base naval en Puerto Sudán, a orillas del mar Rojo.

Si a lo anterior unimos los siguientes elementos: la base naval rusa en Tartús, Siria; la base de la flota del mar Negro en Sebastopol; las recientes maniobras navales conjuntas entre Egipto y Rusia junto al canal de Suez5; opciones para el establecimiento de otra base naval en Eritrea6, y los temores a una futura base naval rusa en Tobruk, Libia7, entonces podremos imaginar el frío sudor que debe estar recorriendo la espalda de Mark Rutte8.

Así, podemos observar que, junto al declarado y obligado giro ruso hacia Oriente, hay otro giro hacia el sur.

Y es que Rusia no tiene reparos en admitir que dedicarle mayor atención al mal llamado sur global, o como ellos lo denominan, mayoría mundial, es uno de los puntos cardinales de su nueva política exterior. Con respecto a Oriente Próximo, identifican inequívocamente el rumbo a seguir basado en tres pilares: Siria es el punto de apoyo ruso en la región y, como tal, debe ser mantenido y reforzado; deben fortalecer los lazos económicos, políticos y militares con Egipto, y deben establecer bastiones en la cuenca del mar Rojo, lo que otorgaría a la Marina rusa la posibilidad de salir del mar Mediterráneo hacia el océano Índico9. En el Cuerno de África, etíopes y eritreos son sus principales socios10.

Esta creciente presencia no es solo física, tangible o se ciñe al ámbito militar: las campañas de desinformación rusa, capitaneadas por la agencia de noticias African Initiative11, ya operan en territorio africano12. Además, se indican una agenda y unos objetivos perfectamente delineados: intensificar los recursos mediáticos dirigidos a una audiencia mundial, incluyendo a RT y Sputnik; colaborar estrechamente con los medios de comunicación, líderes de opinión y redes sociales regionales; desarrollar una red de corresponsales de los principales medios rusos en los países de la mayoría mundial, y alentar a dichos países a aumentar su presencia informativa en Rusia, de modo que las noticias que reciba su población sean de primera mano y no bajo la interpretación occidental.

Por si a Occidente no le había quedado claro: hay una guerra mental13 y el Kremlin está resuelto a involucrar todos los recursos necesarios para ganarla14.

China: la quietud es la señora de la acción

«Deberíamos hacer más y hablar menos», dijo Deng Xiaoping. Y a fe que aquel lema debió reverberar por los pasillos de Zhongnanhai15. Porque los movimientos geopolíticos de China en general, y en Oriente Próximo en particular, se debaten entre la sutileza y la imprevisión.

Tan pronto aparece una base militar china en Yibuti, como Irán y Arabia Saudí se dan la mano bajo los auspicios de Pekín; Hamás y Fatáh se reúnen en China y Erdogan mira hacia otro lado si de campos de concentración en Sinkiang se trata. Diplomacia y talonario a partes iguales.

Y es que China no hace nada, eppur si muove. Recordemos: sutileza e imprevisión. Y siguiendo esta receta, Pekín aparece en Georgia, en pleno mar Negro16; por si haberse hecho con el control del puerto de El Pireo, a escasas millas del canal de Suez, fuese poco. El problema respecto a China empieza a ser que todo el mundo puede verla en rincones cada vez más insospechados, pero intuye que también está donde no puede verla17. Digno de Orwell.

Porque China está en Yibuti, es decir: en el mar Rojo. No es casualidad que su primera y, hasta ahora, única base militar en ultramar se encuentre en aquella estratégica nación africana. Hasta diciembre de 2023, el 99 % de los buques portacontenedores que navegaban entre China y Europa atravesaban el mar Rojo18 y no hay Nueva Ruta de la Seda sin él; hasta ese punto depende Pekín de este mar. De hecho, China es el principal inversor del canal de Suez y ya cuenta con una zona industrial en este corredor, donde numerosas empresas y fábricas chinas manufacturan sus productos y los embarcan allí mismo, rumbo a los mercados internacionales.

Pero los hutíes, mediante misiles balísticos y drones iraníes, entorpecen la navegación y el comercio global y obligan a las grandes navieras a tomar la ruta del cabo de Buena Esperanza, con el consiguiente aumento en los costes y tiempos de viaje. Y, pese a las promesas de paso seguro a los barcos rusos y chinos, también estos se han visto afectados por los ataques.

Y Pekín, más allá de tibias quejas a su socio iraní, o de peticiones a los hutíes de cese de las agresiones contra buques mercantes, calla y tolera. Perfil bajo y postura prudente. Salva la cara enviando algunos navíos de guerra para escoltar a sus cargueros y quizá, de paso, recopilar inteligencia19; pero ni hablar de atacar a los responsables del desorden, como sí hizo contra los piratas somalíes hace más de una década. Porque los insurrectos chiíes de Yemen obligan a la superpotencia norteamericana a desviar valiosos buques militares hacia el mar Rojo. Y si están allí, no están en el estrecho de Taiwán. Y eso le interesa a Xi Jinping.

Así pues, por ahora China aguantará: perder muchos millones a cambio de entretener a Washington en otro frente y, de paso, culparles a Israel y a él del alboroto en la región; simultáneamente, obtiene la simpatía de los musulmanes al cargar contra las acciones del ejército israelí en Gaza. Estados Unidos tiene el reloj, pero China tiene el tiempo.

Irán: el pérsico golfo

El 7 de octubre de 2023 Irán llegó al mar Rojo; aunque entonces no lo sabía, el desarrollo de los acontecimientos tras el ataque de Hamás se lo ha facilitado. Porque gracias a los hutíes, Teherán tiene un pie en un mar al que hace tiempo deseaba y necesitaba acceder. Pero es necesario señalar que el grupo yemení no es exactamente un proxy iraní, sino un socio. Los hutíes siguen su propia agenda, habiendo desoído en ocasiones las sugerencias persas: Irán pudo haberles aconsejado no capturar Saná, la capital yemení, y lo hicieron de todos modos; también los ataques en el mar Rojo podrían haberse realizado a pesar de la opinión de Teherán20. Así, su actual relación se basa realmente en el beneficio mutuo más que en la jerarquía, sobreestimándose el ascendiente de los ayatolás sobre el movimiento Ansarolá21.

Por tanto, Irán busca aún la manera de poner el otro pie en el mar Rojo. Sin embargo, deberá seguir esperando, al menos por ahora: según el Wall Street Journal, citando a un oficial de inteligencia sudanés, Teherán trató en vano de persuadir al país africano para que le permitiese construir una base naval en sus costas22. La noticia ha sido desmentida por el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán, quien la ha tachado de «sin fundamento y políticamente motivado», y también por el ministro de Asuntos Exteriores sudanés, quien la tildó de «falsa e inventada»23.

Pero, sea verdad o no, nadie duda del interés iraní en contar con presencia permanente en el mar Rojo. A la espera de lograrlo, se sospecha que emplea el buque espía MV Behshad para recopilar información sobre los mercantes que transitan por el mar Rojo, que posteriormente permite a los hutíes seleccionar los objetivos a atacar24; proyección de poder por delegación en toda regla.

Aunque Irán debe medir muy bien sus movimientos, pues como quedó de manifiesto en el ataque directo contra Israel el pasado abril25, no desea una guerra abierta. Sin embargo, tampoco se dejará avasallar por las amenazas israelíes o estadounidenses, pues tras décadas de conflicto, sabe bien que las concesiones equivalen a mayor presión. La consigna está muy clara para Jamenei, quien en 2019 declaró: «Siempre que resistimos, conseguimos un resultado positivo»26.

También sabe Irán que no puede contar con que aliado estatal alguno se una a su causa en caso de conflicto con Estados Unidos o Israel. Así que los golpes que pueda asestar a sus rivales vendrán desde sus proxys o desde sus socios de conveniencia. Y lo cierto es que la baza de los hutíes, antes o después, se le agotará.

Ansarolá justifica con la guerra en Gaza sus ataques a los mercantes que cruzan el mar Rojo: todo buque relacionado con Israel, que se dirija o que provenga de sus puertos será un posible objetivo; con base en este criterio, la llave para deslegitimar y detener los ataques del movimiento yemení en el mar Rojo está en Gaza. Aunque, a la hora de la verdad, navíos sin ninguna relación con los israelíes también han sufrido las agresiones hutíes.

Estados Unidos debería ser consciente de que su campaña punitiva contra los hutíes está destinada al fracaso: nada lograron los bombardeos de Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos contra quienes hoy perturban la navegación global y, con toda probabilidad, nada logrará el ejército más potente del mundo. De hecho, es el escenario soñado por Teherán: que los todopoderosos estadounidenses se esfuercen en castigar a unos «desharrapados»; atrapar a Washington en un lodazal contra un enemigo resistente y escurridizo, y alargar la situación en el tiempo para, finalmente, ver cómo debe retirarse con el rabo entre las piernas. Es decir: otro Afganistán.

A ello hay que añadir otro factor: el elevado coste que supone interceptar con armamento de última generación cada dron o misil hutí. Se estima que el dron Shahed más caro suministrado por Irán ronda los 2.0000 dólares, frente a los más de 2 millones de dólares que pueden llegar a costar, por cada disparo, las armas usadas para derribarlos27. Mal negocio.

Y los ataques hutíes no solo afectan al bolsillo de la coalición internacional que protege la navegación: el puerto de Eilat, el único desde el cual Israel puede acceder directamente al mar Rojo, se encuentra en una situación económica desesperada tras ocho meses de bloqueo28.

De este modo, Estados Unidos debería centrarse en la solución diplomática más que en los golpes militares: solo forzando a Israel a terminar con los ataques en Gaza es posible que vuelva la calma a las aguas del mar Rojo.

Mientras eso no ocurra, tanto hutíes como iraníes seguirán disfrutando los réditos de las numerosas bajas civiles causadas por el ejército israelí en la Franja: Teherán se frota las manos viendo el gran desgaste que sufre la imagen pública de su némesis en Oriente Próximo; y Ansarolá gana el favor de los yemeníes, tanto chiíes como suníes, entre quienes la causa palestina es tremendamente popular.

¿Hacia un mundo multipolar?

Desde el 1 de enero de este 2024, sobre las costas del mar Rojo ha comenzado a proyectarse apabullantemente la sombra de las siglas de los BRICS29. Cinco son los nuevos miembros de este singular club: Arabia Saudí, Egipto, Irán, Etiopía y Emiratos Árabes Unidos; todos ellos o son Estados ribereños o cuentan con presencia de algún tipo en sus aguas. Además, hay que añadir a los que son, de facto, líderes y grandes valedores de la asociación: Rusia y China. Así, con esta ampliación, este mar se convierte prácticamente en un lago de los BRICS.


Figura 2. Mapa de los países que forman parte de los BRICS; Estados fundadores y nuevos miembros. Fuente: BBC.

Pese a que los BRICS no conforman una organización con estructura formal sensu stricto, sino que son, más bien, un foro en el que predominan las cuestiones políticas y económicas30, tres son las características de esta agrupación que hacen sonar las alarmas en las cancillerías occidentales: en primer lugar, sus 10 miembros representan el 26 % del territorio y el 45 % de la población mundial; en segundo lugar, sus economías suponen el 29 % del PIB, el 22 % del comercio y el 42 % de la producción global de petróleo, y tercero, su objetivo declarado es la constitución de un orden mundial multipolar, contrapuesto al actual sistema que consideran regido por Estados Unidos y sus aliados occidentales.

También es justo señalar que varios de sus miembros tienen serias desavenencias entre sí, que las cuestiones militares no forman parte de la agenda de los BRICS, y que las de seguridad podrían suscribirlas incluso los países del G7; pero pretenden finiquitar el orden internacional actual por considerarlo injusto y sujeto a los caprichos estadounidenses.

Aunque no todos los miembros de los BRICS son frontalmente antiestadounidenses y varios cooperan o son aliados de Washington, es evidente que la autoridad moral de Occidente no pasa por su mejor momento31. Otro detalle revelador: India, Sudáfrica y Brasil son democracias y, sin embargo, no se les caen los anillos por colaborar estrechamente con regímenes autocráticos.

Que Rusia y China busquen acabar con el sistema patrocinado por EE. UU. no debería sorprender a nadie; que más de 40 países hayan solicitado su incorporación a los BRICS ya es harina de otro costal32. Por tanto, un escenario de ampliación de este bloque, a cuya cabeza se encuentran los dos principales antagonistas de las democracias liberales, no parece el mejor guion para un sosegado siglo XXI.

El hecho de que los BRICS sean, por ahora y sin visos de que cambie en un futuro inmediato, una asociación informal33; que algunos de sus miembros estén enfrentados entre sí; que sus culturas e idiosincrasias sean radicalmente distintas; que cada uno persiga sus propios intereses nacionales, y que no se contemple el aspecto militar en sus deliberaciones, no debería ser motivo para menospreciar el rampante poderío de este bloque. Como tampoco debería soslayarse su creciente interacción en importantes aspectos.

El principal, y más cacareado, es el intento de desdolarizar la economía mundial: dejar de depender del dólar en sus transacciones comerciales les permitiría eludir las sanciones económicas de EE. UU.; pero esto es más fácil de decir que de hacer y son conscientes de ello34.

El segundo es perfectamente lógico en una agrupación voluntaria de Estados: la coordinación política. Pero han comenzado a vislumbrarse elementos inquietantes en la misma, pues si bien no se cansan de repetir que los BRICS no tienen un fin antioccidental, ciertas noticias no hacen, sino aumentar las dudas al respecto: el pasado marzo, un miembro del buró político de los hutíes reconoció una cooperación constante, no solo con Rusia y China, sino con todo el bloque35; asimismo habló de «intercambio de conocimientos y experiencias en diversas áreas». Llama la atención que incluya a saudíes y emiratíes quienes, no hace tanto, bombardeaban Yemen para detener el avance hutí; extraña lo de Egipto, dependiente en extremo de los ingresos del canal de Suez.

El vicealmirante al mando de la V Flota estadounidense, George M. Wikoff, sugirió recientemente que hay evidencias sobre la cooperación entre los hutíes, determinados clanes de piratas somalíes y el grupo terrorista Al Shabab36. ¿También en esto existe cooperación o intercambio de conocimientos con los BRICS?

Es coherente con su situación que Putin considere la opción de armar a los hutíes: su inacabable partida de go con Estados Unidos obliga a cada contendiente a aprovechar todas las bazas que se le presenten; puede que también sea su respuesta al posible envío de sistemas Patriot israelíes a Ucrania37. Pero la cooperación de los BRICS con los hutíes, de ser cierta, perfila un horizonte completamente diferente.

El mar Rojo: necesario y deseado

Y luego está Etiopía: la rara avis de la ampliación de los BRICS. Nadie ansía tanto asomarse al mar Rojo como ella. Perdió la salida a este mar por la independencia de Eritrea, en 1993, y desde entonces ha reclamado un Lebensraum38 que incluye a esas aguas.

Etiopía quiere convertirse en una de las principales economías africanas, pero ese gran salto depende de que logre acceder al mar. Hasta ahora, Etiopía da salida a sus productos a través de Yibuti, con la cual tiene un acuerdo: Adís Abeba paga 1.500 millones de dólares anuales a cambio del uso de uno de sus puertos y, además, suministra agua gratis a la pequeña república39.

Pero Etiopía, que padece una verdadera claustrofobia geográfica, no quiere ni puede depender de un único puerto para su proyecto de crecimiento económico; mucho menos para su ambición de ser una potencia en África Oriental. Así se explica su acuerdo con Somalilandia, por el cual obtendría su tan deseado acceso al mar Rojo: Etiopía disfrutaría del puerto de Berbera durante 50 años, además de 20 kilómetros cuadrados de terreno para construir una base militar; a cambio, valoraría reconocer, en el futuro, la independencia de la región rebelde somalí, e igualmente, esta recibiría parte de los beneficios de la compañía aérea Ethiopian Airlines40.

El acuerdo ha sacudido la región, con Somalia incluso amenazando con la guerra para defender su integridad territorial. Pero también en el otro extremo del mar Rojo se han disparado las alarmas. Egipto, que ya vivía un agrio conflicto con los etíopes a causa de la Gran Presa del Renacimiento, no quiere ni oír hablar de que sus rivales puedan tener la llave de Bab al Mandeb: El Cairo tiene en el canal de Suez una de sus principales fuentes de financiación; si a eso añadimos que el caudal del Nilo podría quedar al arbitrio de Adís Abeba, afectando a la agricultura egipcia, se entenderá la honda preocupación en la tierra de los faraones.

Sin embargo, el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, está decidido a reverdecer viejos laureles abisinios: incluso rememorando el lejano Reino de Axum, despertando así temores entre sus vecinos acerca de sus intenciones últimas41. Y no es para menos, teniendo en cuenta que calificó de «gran error histórico» haber permitido la secesión de Eritrea42.

Conclusiones

El mar Rojo es una de las principales rutas comerciales del mundo; pese a los intentos por reducir la dependencia de esta vía, estableciendo o planificando nuevas rutas, este mar continuará siendo imprescindible a medio plazo.

Rusia, afectada por las sanciones occidentales a causa de la guerra en Ucrania, ha visto cómo su supeditación a la ruta del mar Rojo ha aumentado; adicionalmente, en su intento de desacoplarse de Occidente, está llevando a cabo un evidente giro hacia el este, pero también hacia el sur: hacia África. Y en este giro, el mar Rojo tiene un papel protagonista.

China es, quizá, el país más dependiente del mar Rojo: es clave en su proyecto de la Nueva Ruta de la Seda y su comercio global no se entiende sin este mar. Pese a que los ataques de los hutíes han afectado también a sus buques, parece dispuesto a soportar las pérdidas a cambio de que su gran rival, Estados Unidos, se vea ocupado en un nuevo frente.

Irán aparece como el principal beneficiado por los ataques de los hutíes: aunque estos tienen su propia agenda, sirven a los planes de Teherán de proyectar fuerza en el mar Rojo y golpear, a través de terceros, a sus rivales estadounidenses e israelíes.

Etiopía, que perdió su acceso al mar Rojo tras la independencia de Eritrea en 1993, busca desesperadamente recuperar la salida a este mar. Pero sus intentos provocan que sus vecinos se sientan amenazados, añadiendo incertidumbre a una región de por sí agitada.

Con su reciente ampliación, los BRICS han aumentado considerablemente su presencia en torno a esta vía crucial para la economía global; hasta el punto de casi convertirlo en un lago interior de la asociación. Así pues, pese a ser una agrupación informal, a las desavenencias entre algunos de sus miembros y a que las cuestiones militares son ajenas a su agenda, la posibilidad de una cooperación de todo el bloque con los hutíes plantea un serio problema de seguridad para Occidente.

(Fecha de cierre del artículo: 11 de julio de 2024)

José Martín Martín
Máster en Análisis de la Inteligencia y Ciberinteligencia

1YEE, Vivian y GLANZ, James. «Así fue como el Ever Given se atascó en el canal de Suez’», The New York Times. Julio de 2021. https://www.nytimes.com/es/2021/07/19/espanol/canal-suez-evergiven.html
2HARPER, Justin. «Suez blockage is holding up $9.6bn of goods a day’», BBC. Marzo de 2021. https://www.bbc.com/news/business-56533250
3ESCRIBANO, Gonzalo y URBASOS, Ignacio. «La dimensión energética de la crisis de Gaza», Política Exterior. Abril de 2024. https://www.politicaexterior.com/articulo/la-dimension-energetica-de-la-crisis-de-gaza/
4DAS KUNDU, Nivedita. «International North-South Transport Corridor: Enhancing India’s Regional Conectivity», Valdai Discussion Club. Enero de 2024. https://valdaiclub.com/a/highlights/international-north-south-transport-corridor/
5«Russia, Egypt to conduct joint naval exercise near Suez Canal», Al Mayadeen. Junio de 2024. https://english.almayadeen.net/news/politics/russia--egypt-to-conduct-joint-naval-exercises-near-suez-can
6MCGREGOR, Andrew. «Russia in the Red Sea: Port Options in Eritrea (Part Two)». The Jamestown Foundation. Noviembre de 2023. https://jamestown.org/program/russia-in-the-red-sea-port-options-in-eritrea-part-two/
7ABDULKADERASSAD. «Italy fears Russia is planning to establish nuclear base in Libya», Libya Observer. Enero de 2024, https://libyaobserver.ly/news/italy-fears-russia-planning-establish-nuclear-base-libya
8Primer ministro en funciones de Países Bajos y, a partir del 1 de octubre de 2024, próximo secretario general de la OTAN.
9LARUELLE, Marlène. «Dés-Occidentaliser le monde: la doctrine Karaganov», Le Grand Continent. Abril de 2024. https://legrandcontinent.eu/fr/2024/04/20/desoccidentaliser-la-majorite-mondiale-la-doctrine-karaganov/
10PLYUSIN, Nikita y EREMINA, Natalia. «Rusia necesita fortalecer su posición financiera y productiva en África», Russian International Affairs Council. Mayo de 2024. https://russiancouncil.ru/analytics-and-comments/columns/africa/rossii-neobkhodimo-ukreplyat-finansovye-i-proizvodstvennye-pozitsii-v-afrike/?bx_sender_conversion_id=12497816
11Comunicado de prensa del Departamento de Estado de los Estados Unidos: «The Kremlin’s Efforts to Spread Deadly Disinformation in Africa». Febrero de 2024. https://www.state.gov/the-kremlins-efforts-to-spread-deadly-disinformation-in-africa/
12«Mapping a Surge of Disinformation in Africa», Africa Center for Strategic Studies. Marzo de 2024. https://africacenter.org/spotlight/mapping-a-surge-of-disinformation-in-africa/
13ILNITSKY, Andrey. «The Antichrist as a technology», The International Affairs. Febrero de 2024. https://en.interaffairs.ru/article/the-antichrist-as-a-technology/
14Nuevo máster de la Universidad Estatal Lomonósov de Moscú para el curso 2024/2025: «Comunicaciones estratégicas, información y guerra híbrida». https://polit.msu.ru/2024/06/25/prezentaciya-magisterskoj-programmy/#
15Oficina central del Partido Comunista de China y sede oficial del gobierno de la República Popular China; se encuentra en Pekín.
16GUTIÉRREZ, Lucía. «Olvide el mar Rojo: China acaba de plantar su bandera en el mar Negro y casi nadie se ha enterado», La Razón. Mayo de 2024. https://www.larazon.es/internacional/olvide-mar-rojo-china-acaba-plantar-bandera-mar-negro-hacer-pinza-rusia_2024053066588f6ff4db14000103326a.html
17A. A. J. «Los servicios de inteligencia sospechan de las grúas chinas de los puertos», El Confidencial Digital. Octubre de 2023. https://www.elconfidencialdigital.com/articulo/seguridad/servicios-inteligencia-sospechan-gruas-chinas-puertos/20231026000000658698.html
18HELMY, Nadia. «Chinese intervention in the Red Sea and its relationship to the Israeli aggression on the Gaza Strip», Modern Diplomacy. Febrero de 2024. https://moderndiplomacy.eu/2024/02/29/chinese-intervention-in-the-red-sea-and-its-relationship-to-the-israeli-aggression-on-the-gaza-strip/
19BABB, Carla. «Where is China in the Red Sea crisis?», VOA News. Marzo de 2024. https://www.voanews.com/a/where-is-china-in-the-red-sea-crisis-/7510435.html
20TABAAR AYATOLLAHI, Mohammad. «Iran´s New Best Friends», Foreign Affairs. Enero de 2024. https://www.foreignaffairs.com/iran/irans-new-best-friends
21Término con el que se autodenominan los hutíes; significa «partidarios de Dios».
22BARIYO, Nicholas y FAUCON, Benoit, «Iran Tried to Persuade Sudan to Allow Naval Base in Its Red Sea Coast», The Wall Street Journal. Marzo de 2024. https://www.wsj.com/world/middle-east/iran-tried-to-persuade-sudan-to-allow-naval-base-on-its-red-sea-coast-77ca3922
23«Iran, Sudan Reject Report Claiming Tehran Seeks Red Sea Base», Radio Free Europe/Radio Liberty. Marzo de 2024. https://www.rferl.org/a/iran-sudan-red-sea-base/32847248.html
24SCHMITT, Eric. «U.S. Conducted Cyberattack Against Iranian Military Ship, an Official Says», The New York Times. Febrero de 2024. https://www.nytimes.com/2024/02/15/world/middleeast/us-cyberattack-iran-ship.html
25«Máxima alerta en Oriente Medio: AIrán ataca con más de 300 drones y misiles a Israel», Euronews. Abril de 2024. https://es.euronews.com/2024/04/14/maxima-alerta-en-oriente-medio-iran-ataca-con-mas-de-300-drones-y-misiles-a-israel
27SELIGMAN, Lara y BERG, Matt. «Un misil de dos millones de dólares frente a un dron de 2.000 dólares», Galaxia Militar. Diciembre de 2023. https://galaxiamilitar.es/un-misil-de-dos-millones-de-dolares-frente-a-un-dron-de-2-000-dolares/
28«Eilat port CEO signals mayday for financial support amid shipping halt», Al Mayadeen. Junio de 2024. https://english.almayadeen.net/news/politics/eilat-port-ceo-signals-mayday-for-financial-support-amid-shi
29BRICS son las iniciales de los miembros fundadores: Brasil, Rusia, India y China; más Sudáfrica, que se incorporó después. Es un foro político y económico de países emergentes al que se han sumado, el 1 de enero de 2024: Egipto, Etiopía, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos e Irán. Argentina, que también debía unirse en esta ampliación, finalmente rechazó incorporarse tras la victoria de Javier Milei en las elecciones presidenciales.
31AYYASH MUHANNAD, M. «The West’s double standards are once again on display in Israel and Palestine», The Conversation. Octubre de 2023. https://theconversation.com/the-wests-double-standards-are-once-again-on-display-in-israel-and-palestine-215759
32COCKS, Tim. «More than 40 nations interested in joining BRICS, South Africa says», Reuters. Julio de 2023. https://www.reuters.com/world/more-than-40-nations-interested-joining-brics-south-africa-2023-07-20/
33FOKINA, Evelina. «Institutionalization of BRICS: From Literature Review to Making Reality», Russian International Affairs Council. Diciembre de 2023. https://russiancouncil.ru/en/analytics-and-comments/columns/around-brics/institutionalization-of-brics-from-literature-review-to-making-reality/
34TIMOFEEV, Ivan. «Financial Settlements Within the BRICS Framework: Moving Forward, Despite Problems», Russian International Affairs Council. Marzo de 2024. https://russiancouncil.ru/en/analytics-and-comments/analytics/financial-settlements-within-the-brics-framework-moving-forward-despite-problems/
35BRENNAN, David. «Putin Mulls Arming Houthis With Cruise Missiles: Report», Newswee. Julio de 2024. https://www.newsweek.com/putin-houthis-cruise-missiles-russia-yemen-1919434
36RODRÍGUEZ, Yago. «Entrevista a George M. Wikoff: ¿qué está pasando con los hutíes?», The Political Room. Junio de 2024. https://thepoliticalroom.com/blog/entrevista-a-george-m-wikoff-que-esta-pasando-con-los-huties
37YOUSSEF, A., Nancy y LUBOLD, Gordon. ‘«U.S., Israel Near Agreement to Send Patriot Systems to Ukraine», The Wall Street Journal. Junio de 2024. https://www.wsj.com/world/u-s-israel-near-agreement-to-send-patriot-systems-to-ukraine-59438f1b
38Término alemán que significa «espacio vital».
39DE ARGÜELLES, Álvaro. «La otra guerra que podría complicar la crisis en el mar Rojo», El Orden Mundial. Febrero de 2024. https://elordenmundial.com/guerra-africa-etiopia-somalia-mar-rojo-geopolitica/
40EHL, David. «Polémico acuerdo: salida al mar a cambio de reconocimiento», Deutsche Welle. Enero de 2024. https://www.dw.com/es/polémico-acuerdo-entre-etiopía-y-somalilandia-salida-al-mar-a-cambio-de-reconocimiento-oficial/a-67892386
41ZELALEM, Zecharias. «Is Landlocked Ethiopia starting another war over ports in Horn of Africa?», Al Jazeera. Noviembre de 2023. https://www.aljazeera.com/features/2023/11/7/is-landlocked-ethiopia-starting-another-war-over-ports-in-horn-of-africa
42«Somalia-Etiopía: crisis en el Cuerno de África», Departamento de Seguridad Nacional. 30 de enero de 2024. https://www.dsn.gob.es/es/actualidad/sala-prensa/somalia-etiopía-crisis-cuerno-áfrica