Arabia Saudí, en busca de la globalidad

Mapa de la península arábiga

26 nov. 2024

Arabia Saudí, en busca de la globalidad

Natalia Torregrosa Ramos

Introducción

La Península Arábiga es un conjunto formado por siete países: Arabia Saudita Bahréin, Emiratos Árabes Unidos (EUA), Kuwait, Catar, Omán y Yemen, que se formaron muy recientemente, entre los años 1932 y 1971. Excepto Yemen, una república y el país históricamente más complejo de la zona, estos Estados constituyen un grupo homogéneo integrado por monarquías.

La institución regional que representa los intereses económicos de este espacio, con una población de 60 millones de habitantes, es el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), creado en 1981, cuyos miembros tienen grandes reservas energéticas y son inversores globales, países además considerados especialmente competitivos no sólo por sus indicadores macroeconómicos sino también por la estabilidad de sus instituciones.

En 1932 nació Arabia Saudí tras culminar el proceso de integración territorial sobre los demás emiratos locales, supremacía que los líderes de la familia Saud lograron imponer con el apoyo militar de Reino Unido. Por otro lado, la dinastía señala descender de un linaje formado en el siglo XVIII y adelanta la fecha de la fundación del reino a 1727, constituido por Mohammed bin Saud en la ciudad de Diriyah, ahora Patrimonio de la Humanidad.

En el escenario presente, es el centro de las rutas marítimas y terrestres del área: abarca la casi totalidad de la península arábiga, donde ocupa una extensión de 2.150.000 kilómetros cuadrados (4,26 veces España), y, con 37 millones de habitantes, es también el país más poblado. Tiene unas fronteras de litoral de 2.640 Km, las tres cuartas partes en el Mar Rojo, y el resto en el Golfo Pérsico.

La delimitación de fronteras comenzó en 1922, bajo la intervención británica, trazado que se ultimó en el 2000. La extensión, en kilómetros, con los países limítrofes son actualmente los siguientes: Yemen: 1458; Iraq: 814; Jordania: 728; Omán: 676; EUA: 457; Kuwait: 222; Catar: 60. Cabe subrayar que Bahréin es el único Estado insular1, que dista 24 kilómetros de la costa este de Arabia Saudí.

En este medio geográfico, se localizan las mayores reservas mundiales de petróleo, activo que define su riqueza y poder. Por otro lado, es un entorno físico especial que se caracteriza por el predominio desértico en el 95 por ciento de la superficie total del país, y, en consecuencia, el acceso al agua, sobre todo potable, es un reto estratégico importante. Con anterioridad, Arabia Saudita disfrutaba de importantes cantidades de agua subterránea no renovable en profundos y grandes acuíferos, pero éstos se fueron agotando progresivamente desde 1990 por la sobreexplotación (Abdel-Raouf, 2010:96-102).

En el aspecto sociopolítico, el rey Salmán bin Abdulaziz al Saud tiene actualmente ochenta y seis años y es posible que a corto plazo se produzca un relevo en el trono, que ocuparía su hijo, de treinta y siete años: Muhammad bin Salmán (MbS), príncipe heredero y primer ministro. Por el contrario, de la esposa de Mbs, la princesa Sarah bin Mashoor ibn Abdulaziz Al Saud, los datos biográficos son desconocidos. Por otro lado, es un país donde los partidos políticos están prohibidos y el sufragio sólo está regulado en las elecciones municipales. El derecho al voto masculino y femenino fue autorizado por primera vez en 2009 y 2015 respectivamente.

El programa gubernamental más importante es la Visión 2030, presentada en abril de 2016: es la columna vertebral del Estado saudí y el cambio de objetivos estratégicos en política exterior, con el imperativo de convertirse en un actor global, se sitúa dentro de este plan, que igualmente introduce innovaciones en los campos militar, económico, energético y social2.

Los principales socios comerciales de Arabia Saudita son Europa, EE. UU. y Asia. Por ello, ya presenta suficientes elementos relevantes de los patrones considerados de globalidad, además de poseer unas condiciones económicas y sociales muy positivas que le proporcionan una capacidad considerable de influencia en el escenario mundial.

Por contrario, está teniendo serias dificultades para despuntar como potencia hegemónica regional en la actualidad. Los retos clave de su entorno cercano son, sin duda, Israel e Irán.

La mayor amenaza para el régimen saudí continúa procediendo de Irán, su rival histórico. Tampoco se puede pasar por alto el reciente ataque de Hamás a Israel. Es un evento disruptivo que ha tensionado la política saudí y que deja en compás de espera, incluso paraliza, los últimos esfuerzos diplomáticos.

La proyección global

La proyección saudí se sustenta en activos fuertes y diversos, tales como la producción de petróleo, el desarrollo empresarial, el prestigio religioso y la dimensión migratoria. De hecho, el país ya forma parte del grupo económico de los BRICS, una nueva configuración de poder alternativa a los Estados que integran el G7.

El petróleo confiere una posición mundial privilegiada y un gran poder de negociación a Arabia Saudita. En 1973 se produjo una gran crisis económica cuando los países productores de petróleo incrementaron los precios un 70 por ciento para condenar el apoyo de Occidente a Israel. El panorama económico internacional ha vuelto a ponerse patas arriba como resultado de la subida de los precios en 2022, originada principalmente por la presión de Arabia Saudí en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP+), que la nación lidera junto a Rusia. Actualmente la OPEP+ agrupa a veinticuatro productores, que, a su vez, controlan el 55 por ciento del suministro mundial3.

En el ámbito empresarial, la Arabian Oil Company (ARAMCO) y la Saudi Basic Industries Corporation (SABIC) son respectivamente la petrolera y la compañía de refino más grandes del mundo. Como indica Balbino Prieto, presidente de honor del Club de Exportadores e Inversores Españoles, las empresas más grandes son las que consiguen una mayor potencia exportadora. Las multinacionales de Arabia Saudita invierten en I+D (OMPI, 2023) y, por el valor de sus marcas, destacan a escala mundial ARAMCO (petróleo), STC (telecomunicaciones) y Al-Rajhi Bank (banca). Por otro lado, el país está situado entre los cincuenta primeros en acceso y uso de las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC).

En la esfera religiosa también se constata la posición global de Arabia Saudita: es la sede de los santuarios más sagrados del islam, condición asociada con la prerrogativa de la conservación del patrimonio islámico. Además, La Meca, dirección en que los musulmanes rezan sus cinco oraciones diarias, es un destino de interés donde acuden peregrinos de todo el mundo: en 2023 recibió más visitas que en los últimos cinco años. Cabe destacar que aproximadamente hay 1500 millones de musulmanes en el mundo, que al menos deben completar una vez en la vida el hach, las cuotas de peregrinación anuales que establece Arabia Saudí.

Después de EE. UU., Arabia Saudí es el segundo país con más población migrante del mundo (12,1 millones) (IOM, 2020:34-40), debido a su alta demanda de profesionales en los sectores de la construcción y los servicios. India es el principal país de procedencia de los trabajadores migrantes (30 por ciento). Los refugiados de la región árabe constituyen el 70 por ciento, de mayor a menor presencia, proceden de Siria, Iraq, Sudán, Yemen, Somalia, Palestina, Libia, Egipto y Líbano. Cabe destacar que Siria fue durante el 2017 el país con el mayor número de desplazados. Riad es una ciudad internacional y casi la mitad de sus siete millones de habitantes no son saudíes.

Por último, Arabia Saudí es el país del CCG con más jóvenes que estudian en otras naciones, principalmente en Estados Unidos y el Reino Unido, pero también en Australia, Canadá, Jordania y Emiratos Árabes Unidos (EAU).

La imagen y el prestigio

El rol mediador en Yemen

Arabia Saudita necesita mejorar su reputación internacional para impulsar su imagen global. Sin embargo, el liderazgo ha sido muy cuestionado en relación al conflicto armado yemení: La intervención militar desde marzo de 2015, las supuestas violaciones del derecho internacional humanitario y la gran crisis humanitaria son factores que le están ocasionado una importante crisis de reputación, que es incompatible con la Visión 2030.

La verdadera magnitud de la guerra es el impacto devastador que ha ocasionado sobre las infraestructuras, la población y la economía, y en su conjunto, ha originado la mayor crisis humanitaria actual.

Tras el acuerdo, en marzo, entre Irán y Arabia Saudí, de restablecimiento de las relaciones bilaterales, Arabia Saudita comenzó a continuación las negociaciones diplomáticas dirigidas a establecer un alto el fuego a corto plazo y, otras más amplias, para poner fin a la guerra. Las primeras conversaciones directas con las autoridades hutíes se desarrollaron en Saná, en abril de 2023, y mejoraron inmediatamente su imagen internacional: Italia anunció en junio el levantamiento del embargo de venta de armas.

No obstante, como ya se ha indicado, la actividad mediadora saudí en la desescalada del conflicto yemení está paralizada tras los acontecimientos en Gaza y la confrontación en el espacio marítimo del mar Rojo.

La posición de la mujer

El tema de la mujer bajo cualquier aspecto ha sido objeto de gran controversia entre los diferentes sectores sociales (gobierno, prensa, discurso religioso), realidad social que con frecuencia ha colisionado con el entorno internacional del que Arabia Saudí ha formado parte.

En el 2000 Arabia Saudí firmó la adhesión a la Convención de la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra Mujeres (CEDAW) pero, diez años después, aún no había establecido los protocolos para el deporte femenino, circunstancia que motivó la amenaza del Comité Olímpico Internacional de suspender su ingreso. La actitud negativa hacia los deportes femeninos fue atenuada, en parte, con la formación del primer equipo de fútbol femenino del país, Ittihad Al-Muluk.

En el ámbito educativo, el Ministerio de Educación se estableció en 1953 aunque, todavía en los años sesenta, la educación de las niñas era desconocida. A partir de 1970, se pusieron en marcha los centros de enseñanza elemental y secundaria, pero quedarían centralizados en el Ministerio de Educación Femenina, nuevo órgano supervisado directamente por los mismos ulemas.

Actualmente, es una sociedad con elevadas tasas de alfabetización (alrededor del 90 por ciento) y con un número cada vez mayor de licenciados universitarios, siendo la mayoría mujeres. No obstante, la segregación por sexos es total en los diferentes ciclos de enseñanza, incluido los estudios superiores.

En mayo de 2018, durante la visita de MbS a EE.UU., se reunió con diferentes celebridades, como los innovadores Jeff Bezos y Bill Gates y, tras su regreso, manifestó, que las mujeres eran absolutamente iguales a los hombres y, a continuación, levantó la prohibición, única en todo el mundo, que impedía conducir a las mujeres.  Por ello, MbS fue alabado por emancipar a las mujeres en los canales de televisión norte americanos durante su visita a EE. UU (Eltahawy, 2018:10-13).

En febrero de 2023, con motivo de los actos de la conmemoración del reino, se anunció la intención de enviar a la primera astronauta saudí a la Estación Espacial Internacional. Cabe subrayar que los saudíes Rayyanah Barnawi, investigadora de células madre en el Centro de Investigación y Hospital Rey Faisal de Riad, y Ali al-Qarni, piloto de combate, regresaron en junio de la misión espacial.

Lo cierto es que Arabia Saudí ocupa el puesto 127 entre los 146 países estudiados por el Índice Global de la Brecha de Género 2022 (WEF, 2022) y en sus conflictos periféricos, ha inflamado las hostilidades con la ideología radical salafista. En Yemen, las infraestructuras sanitarias están tan dañadas que una de cada dos mujeres muere durante el embarazo o el parto por causas evitables. (UNFPA, 2023). Por otra parte, tiene 4,5 millones de desplazados internos, grupo donde las mujeres y las niñas desplazadas y refugiadas están más expuestas a un mayor riesgo de violencia sexual (CSNU, 2023).

El poder blando

Además de potenciar el turismo y las áreas naturales de montaña, nuevos espacios donde se celebrarán los Juegos Asiáticos de Invierno de 2029, el poder blando se viene manifestando principalmente a través de grandes inversiones en el sector del Deporte y la Cultura: Firma de contratos con figuras relevantes del fútbol, el Rally Dakar, la Fórmula 1 y el campeonato mundial de la ABB Formula E, la mayor competición de monoplazas eléctricos.

En realidad, el turismo está directamente relacionado con las rutas de transporte aéreo4. Con los primeros vuelos programados para el 2025, Arabia Saudí ha puesto en marcha la aerolínea Riyadh Air, compuesta con 121 aviones Boeing 878-9 Dreamliner.

Respecto a las candidaturas a la Exposición Mundial y al Mundial de Fútbol, eventos a celebrar en 2030, fue designada Riad, en noviembre de 2023, como sede para la Exposición Mundial. Por el contrario, la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) anunció, en octubre, que el Mundial de Fútbol 2030 se celebraría en Marruecos, España y Portugal.

Por otro lado, los planes de modernización de la Visión 2030 se han centrado en desarrollar nuevas ciudades con energías renovables e inteligencia artificial. De hecho, está publicitando el ser un país comprometido con el cambio climático, mediante inversiones en energías renovables, más favorables a la opinión pública. La política climática de Arabia Saudí se conoce como Iniciativa Verde y el objetivo es generar el 50 por ciento de la electricidad a partir de energías renovables para el año 2030 y lograr cero emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para el 2060.

Finalmente, en la esfera religiosa, Arabia Saudí ha reducido las funciones del Comité de la Propagación de la virtud y la Prevención del Vicio, más conocido como la policía religiosa. Paralelamente, mediante la religión, aspira a reforzar la posición entre las comunidades musulmanas de diversos países, como en el espacio de los Balcanes y, posiblemente también de Gaza, diplomacia alternativa que choca con la estrategia del islamismo turco de reconvertir a Estambul en la capital mundial de la Comunidad de Creyentes o Umma. Como indica el arabista francés, la reislamización, en julio de 2020, de la basílica bizantina de Santa Sofía (Mezquita de Ayasofya) fue una demostración de fuerza que pretendía erradicar el dominio saudí sobre el islam suní (Kepel, 2021:20).

Concretamente, en los Balcanes, con la ayuda saudí durante la guerra de Bosnia, el carácter del islam se transformó desde la escuela jurídica Hanafi5 a la escuela Wahabí, a causa de la financiación de suministros clandestinos de armas y combatientes, las Brigadas Internacionales Musulmanas, mujahidines de origen árabe, que formaron parte del ejército de Bosnia y Herzegovina. Tras la guerra, mediante los programas de construcción de escuelas islámicas, mezquitas y fondos para la atención de huérfanos.

El gasto militar

Arabia Saudí es uno de los mayores compradores de material de defensa a EE. UU y la cooperación militar ha sido una de las principales causas que ha motivado su estrecha relación. Por ello, los ingresos petrolíferos han revertido directamente en EE. UU en forma de compra de armas.

A partir de la guerra del Golfo, los gastos militares se incrementaron y, de hecho, Arabia Saudí figuró como el mayor importador mundial de grandes armas entre 2016 y 2020. En 2021 la balanza de pagos fue negativa: el 77 por ciento del presupuesto se destinó a la adquisición de armamento, mientras que los ingresos del petróleo se situaron en torno a un 60 por ciento. En 2022, Arabia Saudí se hallaba en la quinta posición mundial entre los países con mayor gasto militar, presupuesto anual de defensa que aumentará progresivamente hasta alcanzar 86.4 millones de dólares en 2028 (worlddefenseshow.com, 2024).

Debido a su elevado gasto militar, desde el año 2022 se viene celebrando en Riad la feria más importante del mundo en material de defensa, conocida como World Defense Show, que durante el 2024 se señaló para febrero.

El consiguiente rearme le ha permitido adoptar una presencia militar agresiva en los conflictos regionales. Concretamente, en Yemen (IISS, 2022:168) mantiene un contingente de 15.000 efectivos y altas capacidades militares; el material procede del Reino Unido, EE. UU. y China. Ahora bien, a causa de esta misma intervención militar y de supuestas violaciones del derecho internacional humanitario, los Países Bajos, Alemania, Finlandia y Dinamarca han dejado de exportar armas a Arabia Saudí.

Específicamente, Alemania ha vetado la venta de los aviones de combate F-15, Eurofighter Typhoon6, oportunidad que ha sido aprovechada por Francia para ofertar los aviones de combate Dassault Rafale.

En realidad, EE. UU. y Reino Unido figuran como los mayores proveedores de armas. Durante el año 2014, a la cabeza de la lista se encontraban las norteamericanas Lockeed Martin, Boeing, General Dynamics, Raytheon y North Grumman, y la empresa británica, BAE Systems (Enloe, 2022:32).

Sin embargo, Arabia Saudí se halla en un proceso orientado a la diversificación de suministros:

  • En relación con la fuerza naval, entre 2022 y 2023, cuatro fragatas7, de cinco, construidas en España se entregaron a la Real Marina de Arabia Saudí: tipo de barco único y específico, con helicóptero embarcado, del programa AVANTE 2000, diseñado para Arabia Saudí. Al ser un buque oceánico, puede navegar en alta mar, incluso con mar dura, por lo que tiene un mínimo de unas 1500-2000 toneladas de desplazamiento. Inicialmente, son barcos diseñados para operaciones de baja intensidad, tipo seguridad marítima (lucha contra la piratería, protección de tráfico marítimo), pero tienen capacidad militar suficiente para la guerra naval al disponer de sensores y armas.
  • Francia entregó cinco patrulleros: Son pequeños, de poco más de 20 metros, y desplazan 50 toneladas. Sirven para misiones de seguridad marítima, esto es, vigilancia y protección (costas, infraestructuras, pesqueros, zona económica exclusiva, intereses económicos, etcétera), salvamento y rescate. No poseen sistemas de armas, tan solo armas portátiles, como ametralladoras.

Finalmente, en octubre de 2022, MbS presentó la Estrategia Nacional Industrial, basada en el Plan Gubernamental de Financiación e Inversión, consistente en el desarrollo de una industria armamentística propia para fabricar en el país más del 50 por ciento del equipamiento militar en el que se invertirá en 2030. Hay que matizar que MbS fue ministro de Defensa entre 2015 y 2022; tras la reestructuración gubernamental de septiembre de 2022, el príncipe Khalid bin Salman ocupa esta cartera.

La alianza con Estados Unidos

Al término de la Primera Guerra Mundial, el imperio Otomano quedó disuelto y sus territorios se dividieron en mandatos británicos y franceses. En Oriente Próximo, Estados Unidos también comenzó a estar presente y era visto de forma positiva, e incluso después de Segunda Guerra Mundial, aún era percibido como aliado potencial contra las viejas potencias coloniales. En esta época, los misioneros protestantes establecieron Iglesias, hospitales escuelas, el germen de lo que fueron las tres mejores universidades de la región, las americanas de Beirut, El Cairo y Estambul, instituciones donde acudieron los hijos de los miembros de la élites, judíos, musulmanes y cristianos (Khalidi, 2004:58).

En el periodo de entreguerras, expertos del campo de las Humanidades entraron a formar parte de la Oficina de Información de Guerra o la Oficina de Servicios Estratégicos, organizaciones precursoras de la CIA. Uno de ellos, el británico Harry St. John Philby, fue reclutado como promotor del establecimiento de la Standard Oil of California en Arabia Saudita. Esta compañía se fusionó con TEXACO y formó la Arabian American Oil Company (ARAMCO), considerado el grupo que tuvo la más grande concesión hasta que 1960, cuando se creó la OPEP.

Definitivamente, en 1945, Estados Unidos ya había sustituido a Gran Bretaña como potencia dominante en Arabia Saudí. La alianza formal tuvo lugar el 14 de febrero de ese mismo año, a bordo del crucero USS Quincy, en aguas del Canal de Suez, cuando se produjo la primera entrevista entre el presidente Roosevelt y el rey Abdelaziz Ibn Saud (Rubio, 2010:21).

Además del acceso al petróleo, a EE.UU. le preocupaba especialmente la amenaza del comunismo. Tras la restauración, en 1952, de un régimen pro occidental en Irán, el gobierno de Eisenhower intentó impedir la expansión de la Unión Soviética formando una alianza antisoviética con los estados árabes contra el presidente de Egipto, Gamal Abdel Nasser, primer estado cliente de Rusia en Oriente Próximo.

Así comenzó el compromiso de Washington (Laqueur, 2010:37-40) con Arabia Saudita, que se materializó en acuerdos económicos y militares. Fue durante los años ochenta, cuando Arabia Saudí fortaleció cada vez más su asociación, país del cual dependía para la obtención de armamento. No obstante, Arabia Saudí experimentó una enorme conmoción ante la presencia en su territorio de tropas estadounidenses tras la invasión de Kuwait por parte de Iraq el 2 de agosto de 1990, hecho que además demostró que no tenía el poder militar suficiente para resistir la invasión iraquí (Rogan, 2012:691-708).

La decisión de invitar al ejército americano a que defendiese su territorio destruyó el mito de la no alineación, la política islámica y la independencia del país.  Desde el punto de vista social, la presencia de soldados norteamericanos fue una humillación para unos y para otros una violación de los principios islámicos.

A pesar de la grave crisis de legitimidad, Arabia Saudí continúo apoyándose en los recursos militares norteamericanos, adquiridos a precios muy altos. En 2010, se firmó el mayor acuerdo militar bilateral hasta la fecha consistente en aumentar la capacidad de las Fuerzas Armadas del reino saudí y en crear un escudo ante las amenazas en la región, especialmente la iraní.

No obstante, en 2018, el asesinato del periodista de The Washington Post, Jamal Khashoggi, en el consulado saudí de Estambul tuvo un impacto muy negativo en las relaciones bilaterales: el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, calificó al país de «Estado paria».

Lo cierto es que los vínculos políticos con los Estados de la península arábiga se están debilitando:

  • Los acuerdos de Abraham, impulsados por Estados Unidos, no han dado hasta la fecha los resultados esperados. EAU fue el primer país árabe en reconocer el Estado de Israel, evento que tuvo lugar el 13 de agosto de 2020 en Washington, y a continuación, tan sólo otros tres países lo han firmado, Bahréin, Sudán y Marruecos. Los países firmantes obtuvieron algo de Estados Unidos a cambio de la firma y EAU esperaba obtener la adquisición del avión de combate Lockheed Martin F-35, venta que por el momento no ha llegado a producirse. Igualmente, el posible reconocimiento del Estado de Israel por Arabia Saudita también estaba condicionado a la adquisición de los mismos aviones.
  • Los países de la península Arábiga son socios de la Federación Rusa en la OPEP+ y no se han sumado a la estrategia de presión norteamericana ni han respaldado su régimen de sanciones contra Moscú.
  • Por otro lado, el empleo de la técnica de fractura hidráulica, que se produjo entre 2014 y 2015, convirtió a Estados Unidos en el mayor productor de petróleo (esquisto) del mundo, por lo que el petróleo saudí dejó de ser una mercancía estratégica de primera importancia.

Sin embargo, Estados Unidos continúa teniendo un poder militar enorme en la región y actualmente se mantienen abiertos los canales de comunicación. En septiembre de 2023, se acordaron proyectos de infraestructuras conjuntos durante la cumbre del G208 en Nueva Delhi.

A continuación, la operación de Hamás y los ataques hutíes en el mar Rojo ha provocado el retorno inmediato de la presencia militar estadounidense con un gran despliegue de fuerzas armadas y el inicio de la operación marítima «guardián de la prosperidad».

En efecto, tras el 7 de octubre, el secretario de Defensa Lloyd Austin puso a más de 2000 militares en alerta máxima con una orden de preparación para el despliegue. Además, el grupo de ataque del portaaviones USS Dwight D. Eisenhower se dispuso a unirse a través del Atlántico al grupo de ataque del portaaviones USS Gerald R. Ford, que estaba operando en el Mediterráneo oriental.

Tres buques del grupo anfibio USS Bataan desplegaron infantes de marina en aguas próximas a Israel y dos escuadrones de aviones de ataque A-10, F-15 y F-16 llegaron a la zona.

Al sur del Mar Rojo, en los alrededores del estrecho de Bab el Mandeb, la Marina de Guerra estadounidense estaba emplazada mediante el destructor USS Carney: En octubre de 2023, derribó varios misiles de crucero y drones lanzados por militantes hutíes, armas que, según el Pentágono, se dirigían a través del Mar Rojo hacia objetivos potenciales en Israel y a principios de diciembre, este destructor americano y tres buques comerciales fueron atacados por las mismas milicias yemeníes (Maíz, 2023).

Los problemas en el entorno regional

Arabia Saudí no se relaciona de forma tan satisfactoria en el escenario regional. Diversos escollos le impiden disfrutar de una proyección tan impresionante como a nivel global. En este sentido, su sistema de disuasión militar regional ha fracasado de manera apreciable en Yemen y, por primera vez en su historia reciente, ha perdido el control sobre el norte del país, ahora en poder de los hutíes.

Por otro lado, la República Islámica de Irán continúa siendo la mayor amenaza para el régimen saudí. Asimismo, las relaciones de Arabia Saudita con Israel, mediatizadas por el conflicto palestino, se encuentran en una fase de tímido acercamiento, pero de futuro incierto.

Como forma de implementar el poder blando en la región árabe, Arabia Saudí empezó a intensificar la ayuda humanitaria y financiera a Turquía y Siria tras los terremotos de febrero de 2023 y contribuyó con suministros a otras emergencias durante el pasado mes de septiembre, como el terremoto de Marruecos y la tormenta Daniel en Libia.

Los acuerdos con Irán

Irán y Arabia Saudita han sido adversarios y han mantenido diversos conflictos periféricos en Yemen, Siria y Líbano, dentro de lo que se conoce como la «guerra fría de Oriente Medio». Sin embargo, el impulso de China determinó un escenario completamente nuevo, que se concretó en los acuerdos para el restablecimiento de las relaciones bilaterales y la reapertura de las embajadas. Primero, en septiembre de 2022, Irán y los EAU firmaron un acuerdo. Posteriormente, el 10 de marzo de 2023, lo hicieron Irán y Arabia Saudita, pacto que tuvo la mayor trascendencia.

En junio de 2023, Irán nombró a Alireza Enayati embajador en Arabia Saudí y anunció la apertura de la embajada de Riad, el consulado general de Yedda y la misión permanente ante la Organización para la Cooperación Islámica (OCI). Por su parte, en agosto el reino saudí abrió la embajada en Teherán y el consulado en la ciudad de Mashad.

Arabia Saudí y la República Islámica de Irán confluyen en Asia y para ambos China es un aliado de alto valor: En el ámbito tecnológico y del conocimiento, China encabeza la lista de países con mayor número de polos científicos. Entre las veinticinco empresas unicornio9 más valiosas, la compañía china ByteDance (inteligencia artificial) ocupa el primer lugar y son muy importantes Shein (comercio electrónico) y Xiaohongshu (comercio electrónico).

No obstante, la relación con la RPC es la primera prioridad en la política exterior iraní: Irán necesita más que Arabia Saudí de la inversión de China, que es extremadamente importante e, incluso, los técnicos y trabajadores chinos son numerosos en el país.

Desde el restablecimiento de las relaciones bilaterales, se ha originado un cierto clima de confianza que ha permitido plantear la reconstrucción de las relaciones diplomáticas de Irán con los países del Golfo. En primer lugar, Irán presentó una iniciativa para la creación en Teherán de un foro integrado por los países ribereños del golfo Pérsico (Bahréin, Irán, Iraq, Kuwait, Omán, Catar, Arabia Saudita y EAU). Por otro lado, fueron muy significativas las primeras visitas a Teherán y Riad de los ministros de Asuntos Exteriores saudí e iraní, Faisal bin Farhan y Hossein Amirabdollahian respectivamente.

Con anterioridad a estos acuerdos, Irán ya mantenía importantes relaciones energéticas con Catar y Omán, principalmente para el desarrollo de exploraciones conjuntas de gas en los yacimientos marítimos comunes. Hay que subrayar que estos tres países no mantienen relaciones diplomáticas con Israel. En el caso de Omán, el distanciamiento incluso aumentó tras el triunfo electoral del primer ministro Benjamín Netanyahu.

Catar ha mantenido importantes relaciones exteriores con Irán al margen de la agenda y las decisiones del CCG. Debido a estos vínculos, los países pertenecientes al organismo rompieron sus relaciones diplomáticas entre 2017 y 2021. La ruptura también se produjo por el apoyo de Catar a organizaciones designadas como terroristas. Concretamente, en su capital, Doha, residen Ismail Haniyeh, jefe político de Hamás, y otros miembros de esta organización, y por este motivo, Catar está desempeñado un rol relevante en la crisis de Gaza. De hecho, el ministerio de Asuntos Exteriores de Catar fue el encargado de informar sobre la primera tregua de cuatro días, desde el 23 de noviembre, y del intercambio de prisioneros y rehenes, 41 y 78 liberados por Hamas e Israel respectivamente.

Las relaciones de Irán con Omán, la otra nación ribereña del estrecho de Ormuz, se remontan a 1992, cuando se iniciaron las primeras negociaciones para el desarrollo conjunto de exploraciones de gas en los yacimientos marítimos de Bukha y Hengam, plan que se intentó retomar en 2015 (Torregrosa, 2023). Finalmente, en mayo de 2022, el presidente iraní Ebrahim Raisi y el sultán Haitham bin Tariq llegaron a un acuerdo en Mascate para explotar conjuntamente el campo petrolífero de Hengam, situado en el golfo Pérsico, en un espacio marítimo común cercano a la isla iraní del mismo nombre.

Las relaciones con Israel

Arabia Saudita no mantiene relaciones diplomáticas con Israel y la rivalidad ha sido el rasgo dominante en el pasado. De hecho, el país obtuvo mucha influencia dentro del mundo árabe debido a su apoyo a la causa palestina.

En 2002 promovió la Iniciativa de Paz Árabe, que ofrecía el reconocimiento universal del Estado de Israel por parte de los países árabes y la normalización de las relaciones a cambio de su retirada de los territorios palestinos ocupados desde 1967, la creación de un Estado palestino dentro de esos límites con capital en Jerusalén y el retorno de los refugiados palestinos.

Por cuanto respecta a Israel, en el programa del primer ministro Benjamín Netanyahu, figura extender el alcance de los Acuerdos de Abraham a los países árabes, y muy especialmente a Arabia Saudí. Aparte de los reconocimientos de Egipto (1979) y Jordania (1994), solo otros cuatro países árabes han reconocido el Estado de Israel: EAU, Bahréin, Sudán y Marruecos.

Para acercarse a Arabia Saudita, Israel renunció a discutir la soberanía de esta sobre las islas de Tirán y Sanafir, en el mar Rojo. Por otro lado, la presencia de empresarios israelíes en Riad, las inversiones saudíes en compañías tecnológicas de la comunidad judía estadounidense y los acuerdos en materia energética han proporcionado un espacio favorable al entendimiento mutuo. Arabia Saudita abrió su espacio aéreo a los vuelos comerciales israelíes en febrero de 2023.

Sin embargo, existe una línea roja que ninguno de los actores va a traspasar: Arabia Saudí ha manifestado que, para llegar a un acuerdo, este debería vincularse a su Iniciativa de Paz Árabe de 2002, propuesta que ya fue rechazada en su momento por Israel. Mientras tanto, Benjamín Netanyahu ha pretendido materializar las relaciones con Arabia Saudí al margen del problema palestino.

La causa palestina

Arabia Saudí viene apoyando la causa palestina mediante compromisos financieros con sus sucesivas representaciones reconocidas. La Organización para la Liberación de Palestina (OLP), liderada por Yasir Arafat10, fue la representante hasta los Acuerdos de Oslo (1993). Desde entonces, aunque sin autoridad sobre territorios, la comunidad internacional reconoce a la Autoridad Nacional Palestina (ANP). No obstante, en la llamada Declaración de El Cairo (2019) doce grupos palestinos, incluidos Fatah y Hamás, acordaron reconocer a la OLP como la única representante legítima de los palestinos.

En Ramala, sede administrativa de la ANP, Arabia Saudí nombró embajador no residente en Palestina, en septiembre de 2023, a Nayef Al-Sudairi, quien presentó sus credenciales ante Riyad Al-Maliki, ministro de Asuntos Exteriores. Con anterioridad, Mahmud Abás, presidente de la ANP, había visitado la ciudad saudí de Yeda, donde le recibió MbS.

En 2007 el movimiento islamista Hamás comenzó a gobernar la Franja de Gaza (360 kilómetros cuadrados). En aquel momento Arabia Saudí ya actuó como mediadora en el Acuerdo de La Meca entre Fatah y Hamás11, en el que se pretendía negociar un gobierno de coalición con la oferta saudí de un aumento en la ayuda al desarrollo para los territorios palestinos ocupados.

Sin embargo, debido a sus acciones terroristas y a las actividades armadas que desplazaron a Fatah, Hamás se hizo con el liderazgo de la lucha contra Israel. Esta actividad llevó a que a la organización se le otorgara el calificativo de terrorista de forma bastante consensuada: el Departamento de Estado de los Estados Unidos la incluyó en su lista de organizaciones terroristas, la Unión Europea hizo lo mismo y también figura como tal en los registros de otros países, como Japón, Australia y Canadá.

El movimiento islamista Hamás apareció en la escena política palestina en diciembre de 1987 dentro del contexto de la primera intifada. Desde entonces su actividad militar contra Israel ha provocado un gran número de víctimas en atentados, muchos de ellos suicidas. Durante el periodo de la segunda intifada o intifada de Al-Aqsa, el terrorismo llegó a su cenit con el apogeo de los ataques suicidas entre 2000 y 2004, lo que hizo fracasar todos los planes de paz, incluido el saudí.

Con el ataque del 7 de octubre de 2023, llamado Tormenta de Al-Aqsa, Hamás ha vuelto a socavar posible normalización de las relaciones entre Arabia Saudí e Israel. Según la milicia libanesa Hezbolá, el ataque fue un mensaje para todos aquellos que luchan por un acuerdo de normalización.

Lo cierto es que la operación de Hamás ha introducido una situación nueva en las dinámicas que existían en el entorno: ahora se dan unas condiciones demasiado difíciles para abordar cualquier diálogo bilateral.

La acción armada ha provocado un alto impacto psicológico en Israel y el Gobierno de Benjamín Netanyahu se enfrenta en este momento a grandes problemas. Incluso circulan prospectivas que indican que caerá a corto plazo por su fracaso en la protección de la población israelí. El ataque dejó 1400 muertos y 240 rehenes12 en sus primeros instantes. Por otro lado, parece difícil que la iniciativa de Hamás, de cuyo planeamiento Egipto había avisado, pasara desapercibida a los servicios de inteligencia israelí.

Por otro lado, la contraofensiva israelí en la Franja de Gaza —ataques aéreos y operación terrestre—ha causado 25295 muertos y 63000 heridos (22 de enero 2024) y ha abierto una gran brecha en las relaciones entre el mundo árabe e Israel: los ministros de Asuntos Exteriores de Baréin, Egipto, Jordania, Kuwait, Marruecos, Omán, Catar, Arabia Saudí y EAU condenaron los ataques contra civiles y las violaciones de las normas internacionales en una declaración conjunta en la que también criticaron la ocupación israelí. De nuevo, en la Cumbre de Riad, en noviembre, los dirigentes árabes, Turquía y el presidente iraní volvieron a reiterar la urgencia de poner fin a la guerra en la Franja de Gaza.

Por su parte, el ataque hace ahora ingobernable la Franja. Por su alto nivel de corrupción, la población gazatí era con anterioridad muy crítica con Hamás. Sin embargo, como grupo terrorista, la organización ha conseguido consolidar el liderazgo en la confrontación permanente con Israel.

Fracaso del poder duro en Yemen 

Yemen ha sido siempre un punto neurálgico en las rutas comerciales entre Occidente y Oriente, pero obtuvo su verdadera importancia estratégica tras la inauguración del canal de Suez en 1869, cuando el mar Mediterráneo y el océano Índico se conectaron a través de mar Rojo (Abulafia, 2011: 555). Dada esta privilegiada posición de tránsito, la monarquía saudí ha perpetuado una constante y fuerte injerencia en Yemen.

En 2014, la hegemonía saudí en Yemen comenzó a disminuir, especialmente en el norte, tras el ascenso en la escena política yemení del movimiento hutí: tomaron el control de la capital, Saná, fundaron el Consejo Supremo Revolucionario, disolvieron el Parlamento y expulsaron al Gobierno.

Este acontecimiento ocasionó una intervención militar contra las milicias hutíes, liderada por Arabia Saudí, en marzo de 2015, fecha que marca el inicio de un conflicto armado de larga duración, activo durante más de ocho años, y que constituye uno de los desafíos geopolíticos más importantes de la región árabe.

La injerencia de Irán y Arabia Saudí ha prolongado indefinidamente el conflicto. En el terreno, las partes beligerantes compiten por el control de al menos una de las tres gobernaciones donde se concentran los principales yacimientos petrolíferos y de gas: Marib, Shabwa y Hadramaut. Concretamente, Marib, en el centro del país, acumuló con diferencia el mayor número de víctimas mortales (8824 muertos) y desplazados (902.836) entre 2021 y 2022.

En el ámbito militar y político, las Fuerzas Nacionales de Resistencia yemeníes, el Consejo de Liderazgo Presidencial y el Consejo de Transición del Sur son organismos que dependen totalmente de la ayuda económica y los depósitos regulares de Arabia Saudita en el Banco de Adén. Esta coalición antihutí está formada por fuerzas no estructuradas con 160.000 efectivos, fortaleza que se obtiene al sumar los miembros que proporciona cada grupo armado y el contingente desplegado en Yemen por Arabia Saudita y los EUA.

En cambio, los hutíes están muy cohesionados y suman un contingente de 200.000 soldados. Apadrinado por Irán, adopta lemas similares a los de este país, organiza grandes desfiles para mostrar su fuerza militar y aspira a la formación de una entidad política con control sobre alrededor del 60 por ciento del territorio de Yemen.

Por otro lado, no hay que olvidar que la Guerra de Yemen también tiene una importante dimensión marítima (Salacanin, 2023). Como se ha indicado, por la relevancia de este litoral, el norte de Yemen fue tradicionalmente un área de influencia saudí hasta que el Gobierno de Saná cayó en manos hostiles.

En este espacio marítimo, el conflicto ya se ha extendido al Mar Rojo. Las marinas estadounidense y británica han iniciado una operación militar a causa de los ataques hutíes mediante una gran variedad de misiles superficie-aire y el secuestro de buques.

Ante estas circunstancias, la actividad mediadora saudí en la desescalada del conflicto yemení ha quedado suspendida. En realidad, va a resultar terriblemente difícil alcanzar cualquier acuerdo entre las partes beligerantes porque el conflicto se ha recrudecido.

Por otro lado, la iniciativa saudí para el fomento de la estabilidad, como la llamada Alianza del Mar Rojo con otros países ribereños (Jordania, Yibuti, Sudán, Somalia, Egipto y Yemen) en 2020, se encuentra igualmente en una vía muerta tras los últimos acontecimientos.

Los vínculos en Asia-Pacífico

La economía China ha penetrado en la península arábiga y ahora su presencia, como lo fue antaño EE. UU frente a Gran Bretaña, se percibe como forma positiva. Por otro lado, en el comercio global de petróleo, la complementariedad entre las economías del Golfo y Asia oriental ha aumentado. En efecto, el consumo de petróleo se ha ido incrementando año tras año por parte los mercados asiáticos, las regiones más consumidoras, cuya elevada demanda ha mantenido los precios altos.

A finales del año 2009, China ya había sobrepasado a Estados Unidos como el principal comprador del petróleo saudí y ,actualmente, Arabia Saudí y China mantienen acuerdos comerciales y proyectos conjuntos de inversión en instalaciones, fábricas y refinerías, lo que incluye un espectro de actividades económicas muy amplio: exploraciones de petróleo y gas, refinación, comercialización, producción (petroquímicos, fibras y fertilizantes químicos y otros productos químicos), almacenamiento, transporte y venta de crudo, gas y productos petroquímicos. Cabe subrayar, no obstante, que desde el 2022, China compra petróleo a Rusia, por lo que Arabia Saudí ha pasado coyunturalmente a una segunda posición en sus flujos de exportación.

Para promover el comercio bilateral y la inversión, en noviembre de 2023, los bancos de China y Arabia Saudita firmaron un acuerdo, por tres años, de intercambio de divisas por un valor total de 50000 millones de yuanes o 26000 millones de reales (6980 millones de dólares).

Por otro lado, la resolución de los conflictos de la región árabe también se va a desplazando hacia China: el restablecimiento de las relaciones bilaterales de Arabia Saudí y EAU con Irán se realizó bajo su mediación y, en noviembre de 2023, las autoridades chinas invitaron a los ministros de Asuntos Exteriores de países árabes y musulmanes a una cumbre en Beijing cuyo objetivo era poner fin a la guerra en Gaza.

Arabia Saudí ya está plenamente representada en el Asia del siglo XXI: en enero, ingresó en el grupo económico de los BRICS (Brasil, Federación Rusa, India, China y Suráfrica), Estados integrados en la economía global y con PIB, de conjunto superior, a las naciones del G7 (Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá).

En definitiva, la monarquía saudí ya forma parte de un mundo incipiente donde están cambiando los equilibrios del poder global. Este nuevo orden origina tensiones con el G7, pues las economías emergentes, debido a su gran poder económico, aspiran a obtener ventajas políticas y más poder decisorio en los organismos internacionales.

Conclusiones

El entorno global

Marco de situación general

Por el apoyo a Israel, Estados Unidos está perdiendo apoyos en el llamado Sur Global mientras que China gana en liderazgo. Por ello, se considera que la operación militar estadounidense «guardián de la prosperidad» contra las bases hutíes en Yemen persigue consolidar su presencia militar en la región frente a China, como líder de los BRICS.

En esa línea, asimismo se sitúa la implicación de la Unión Europea, con una nueva misión en el mar Rojo que comenzó el 19 de febrero, tras el Consejo de Asuntos Generales.

En este contorno de intereses, Arabia Saudí es una potencia regional que busca la globalidad en su agenda exterior y, de acuerdo a este objetivo, se considera que va a impulsar, sobre todo, los sectores de las comunicaciones físicas (infraestructuras), telecomunicaciones, el comercio global y el flujo de capitales.

Según el análisis de los parámetros económicos, se estima que China y Arabia Saudí tienen medios suficientes como aliados para desplegar una considerable presión económica a nivel global.

En cuanto a la proyección en Asia, el país está plenamente integrado en la región, circunstancia que hace que confluya con Irán como socio en el grupo de los BRICS.

Las fuerzas armadas y el gasto militar

Por el contrario, en relación a las fuerzas armadas, se considera que no están acordes al poder económico y al peso político mundial que aspira a poseer: Dispone de medios avanzados y ha aumentado las capacidades militares aéreas y navales, recursos militares de diversos proveedores externos, lo que es posible que le ocasione problemas de interoperabilidad.

En efecto, para repeler los ataques hutíes en el mar Rojo, ha sido necesaria la acción de la Marina de Guerra estadounidense, hecho que ha vuelto a cuestionar la capacidad de Arabia Saudí para defender su litoral.

Debido a la posición mundial en gasto militar, Arabia Saudí estará en un primer plano de importancia para las empresas internacionales más importantes dedicadas al sector de la defensa, innovación y la alta tecnología.

Como va aumentar su presupuesto anual, se estima casi seguro que en el país concurrirá una muy alta rivalidad hasta el año 2028 por parte de las empresas competidoras en estas industrias, atraídas por conseguir substanciosos contratos, excepto las de Países Bajos, Alemania, Finlandia y Dinamarca, que persistirán en el veto a Arabia Saudí.

Respecto a Israel, se estima casi seguro que su industria de defensa lo tendrá muy difícil para expandirse entre los países de la península arábiga debido al aumento de la polarización contra este Estado por la contraofensiva en Gaza.

Finalmente, es posible que durante el World Defense Show en Riad, se produzcan numerosos casos de espionaje industrial dado que los mercados asiáticos son muy agresivos y, en concreto, China no distingue entre seguridad nacional y espionaje industrial.

Por otro lado, las relaciones entre Arabia Saudí y China se intensificarán en seguridad y cooperación militar y esta estrecha relación le aleja de la posibilidad de adquirir los aviones de combate F-35 y, a su vez, de la perspectiva de la firma de los Acuerdos de Abraham, que se valora como muy poco probable a corto plazo.

La influencia del poder blando

La designación de Riad a la Exposición Universal 2030 supone un gran logro para los intereses económicos y turísticos saudíes. Por otro lado, con este evento, Arabia Saudí obtendrá una gran visibilidad mundial durante el año 2030, fecha muy señalada en el calendario al finalizar su gran programa gubernamental.

Sin embargo, se estima que el wahabismo, como doctrina oficial, y la brecha de género, son serios obstáculos para proyectar una imagen atractiva en la escena mundial:

En la esfera religiosa, aunque no puede haber una sustitución ideológica, es probable que MbS disminuya el grado de rigidez en determinados aspectos sociales debido al proceso de transformación de la Visión 2030 y al entorno internacional del que forma parte. En consecuencia, es seguro que la policía religiosa va a disminuir su predominio como representantes de hacer cumplir las normas morales tradicionales.

En su horizonte exterior y en competencia con Turquía, Arabia saudí continuará estrechando los vínculos religiosos con las comunidades musulmanas de otros países.

Sobre la posición de la mujer, es evidente que el perfil profesional de Rayyanah Barnawi, la primera astronauta saudí, destierra muchos estereotipos. Sin embargo, se estima que la publicidad de este evento responde claramente a una estrategia política de purplewashing, esto es, un lavado de cara dirigido a la promoción de Arabia Saudí como un país comprometido con la igualdad de género.

El entorno próximo

Aunque Irán y Arabia Saudita reanudaron las relaciones bilaterales, en marzo de 2023, la República Islámica de Irán ha causado la desestabilización de la región y un auténtico shock regional e internacional a través de actores proxies, las milicias hutíes y Hamás.

Este escenario nuevo tan extremo se debe a un cambio de objetivos estratégicos de Irán, motivado por determinados sucesos, que fueron muy adversos para su posición regional e internacional:

  • Durante el 2020, Israel saltó al espacio del golfo Pérsico gracias a la firma de Bahréin y Emiratos Árabes Unidos (EAU) de los Acuerdos de Abraham. En EAU, el apoyo a Israel se concretó en la presencia de empresas israelíes en las ciudades de Dubái y Abu Dabi, y una de ellas, la Israel Aerospace Industries (IAI) instaló un sistema Barak de defensa aérea.
  • Ese mismo año, un dron mató a Qasem Soleimani en Bagdad, jefe de la Fuerza Quds y la personalidad más carismática de Irán.
  • En septiembre de 2022, la muerte bajo custodia policial de Mahsa Amini por contravenir la imposición de vestimenta iraní, desencadenó múltiples protestas que alcanzaron grandes dimensiones, dentro y fuera del país.
  • Por cuanto respecta a Arabia Saudita y, como resultado de su proceso de cambio, se venía fomentado la confianza con Israel, política de acercamiento que fue evidente tras la declaración de MbS, en septiembre de 2023, que declaró estar cada día más cerca de Israel.

En la percepción iraní, estos eventos en conjunto representaban signos evidentes de debilidad, pero la posible adhesión de Riad a los acuerdos de Abraham y, en consecuencia, la amenaza de la penetración israelí en sus propios márgenes de seguridad en el golfo Pérsico suponía un riesgo realmente grave.

Para garantizar la supervivencia, Irán ha vuelto a reactivar la dinámica destructiva contra Israel mediante la confluencia de dos frentes bélicos (Franja de Gaza y mar Rojo).

Por el momento, se considera que Irán está teniendo éxito militar y político ya que sus acciones están cumpliendo tres objetivos principales:

  1. Torpedear la posible normalización de las relaciones entre Arabia Saudí e Israel.
  2. Alejar a Israel de su colchón de seguridad (golfo Pérsico).
  3. Trasladar al Mar rojo el conflicto armado y la atención mediática.

En efecto, con el ataque del 7 de octubre de 2023, el ámbito de confrontación comenzó siendo terrestre pero rápidamente el conflicto se ha extendido al espacio marítimo del mar Rojo. Debido a las acciones armadas, se asiste a un entorno bélico de extrema gravedad y que acaba de empezar mientras que, en cuanto a los objetivos particulares de las milicias hutíes y Hamas, ambos grupos han consolidado su posición en sus respectivos escenarios.

En el aspecto social, los efectos colaterales del conflicto ya son evidentes: El 85 por ciento de la población gazati, está desplazada y es poco probable que pueda volver a corto plazo. Egipto, con 120 millones de habitantes, se enfrenta a nuevos movimientos migratorios, además del alto número de población desplazada que ya posee procedente de los conflictos de Sudán y Libia. Por otro lado, la recuperación de los rehenes israelís será muy difícil a corto plazo dado que son una baza muy importante de seguridad y de negociación para Hamás.

No obstante, de la guerra de Yemen llama la atención que la violencia contra la población civil yemení sea totalmente invisible. Se considera que desgraciadamente será aún más irrelevante para la opinión pública mundial respecto a las víctimas del conflicto palestino-israelí, que reciben actualmente toda la atención de los medios de comunicación.

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Natalia Torregrosa Ramos
Analista del Instituto Español de Estudios Estratégicos

1Bahréin forma un archipiélago de aproximadamente 33 islas de escasa elevación y algunas deshabitadas. La principal es la de Bahréin, con 572 kilómetros cuadrados.
2Además de Arabia Saudí, otros cinco países de la península arábiga —Bahréin, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Catar y Omán— han implantado planes gubernamentales similares para diversificar sus economías a través de actividades no petroleras (visiones 2030, 2035, 2040, etcétera): TORREGROSA RAMOS, Natalia. «La Visión 2030 en Arabia Saudita» [Documento de Análisis IEEE, 24/2023]. Disponible en: https://www.defensa.gob.es/contenido/noticias/2023/03/DIEEEA24_2023_NATTOR_Arabia.html
3El cartel OPEP+ se formó en 2016 tras el empleo de la técnica de fractura hidráulica que convirtió a Estados Unidos en el mayor productor de petróleo del mundo.
4El hub aeroportuario más importante de la región está en Doha (Catar).
5Los turcos consolidaron su conquista en los Balcanes tras la derrota del rey de Serbia en la batalla de Kosovo de 1389, y trajeron el islam suní de la Escuela Hanafí, abierta la interpretación del texto sagrado y respetuoso con las costumbres locales.
6«El avión se fabrica por BAE Systems en el Reino Unido pero un tercio de los componentes se producen en Alemania. Actualmente, Arabia Saudí cuenta con una flota de aviones de combate Boeing F-15, Eurofighter Typhoon del Reino Unido y varios Panavia Tornado, también suministrados hace décadas por los británicos. Arabia Saudí firmó un memorando de intenciones con el Reino Unido en 2018 para el suministro de 48 Typhoon, que se sumarían a los 72 que adquirió en virtud de un acuerdo firmado ya en 2007, pero que siguen retenidos por el referido veto alemán»: Alemania desmiente que vaya a retirarse del FCAS - Noticias Defensa defensa.com OTAN y Europa
7Aunque todas las fragatas de Navantia son iguales, las entregas de la tercera (julio de 2023) y cuarta (diciembre de 2023) están ampliamente descritas en estos artículos: Corbeta saudí de Navantia lanzó misil antibuque contra navío español en SINKEX - Noticias Defensa Defensa Naval; Navantia entrega a la Real Marina de Arabia Saudí la cuarta corbeta construida en la Bahía de Cádiz (diariodecadiz.es)
8El G-20, creado en 1999, está integrado por los países del G-8 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Italia, Japón y Rusia) más la Unión Europea, Arabia Saudí, Argentina, Australia, Brasil, China, Corea del Sur, India, Indonesia, México, Sudáfrica y Turquía.
9Las empresas denominadas unicornio se caracterizan por ser emergentes, privadas y estar valoradas en más de 1000 millones de dólares estadounidenses.
10Yasir Arafat murió en 2004, le sucedió Mahmud Abás.
11En 2006 Hamás ganó las elecciones legislativas por mayoría absoluta (obtuvo 76 de los 132 escaños del Parlamento). Por la presión de diversas figuras palestinas, Hamás y Fatah intentaron repetidamente formar un gobierno de coalición. Arabia Saudí medió en estos intentos ante la negativa de Israel, EE.UU. y la UE a reconocer el resultado electoral.
12A fecha de 31 de enero de 2024, quedan por recuperar 130 rehenes.