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El Jefe de la UME se adentra en los 44 años de una historia apagando fuegos

05/02/2016

43 Grupo de FF.AA. 
El Jefe de la UME se adentra en los 44 años de una historia apagando fuegos

El teniente general Miguel Alcañiz, dirigiéndose a los pilotos del 43 Grupo

El amarillo y rojo de los tan conocidos ‘apagafuegos’, durmientes todavía en pista, destacan en el azul de un cielo carente de nubes que rompan la brillantez del día. Es el escenario en el que el general Jefe de la UME, el teniente general Miguel Alcañiz Comas visita de forma oficial la sede del 43 Grupo del Ejército del Aire.

Recibido por su coronel Jefe Antonio Álvaro González, el general Alcañiz inició su recorrido desde la sala de briefings, lugar donde los pilotos coordinan los planes de vuelo diario. Dirigiéndose a todo el personal asistente, destacó la Jefatura Operativa por parte de la UME de esta Unidad: “siento que mi misión es mejorar la coordinación del espacio aéreo en un gran incendio, donde la seguridad tanto en aire como en tierra debe ser lo primero”.

Tras firmar en el libro de Honor de la Unidad y recibir una metopa conmemorativa, el general Alcañiz hizo entrega al coronel Jefe del 43 Grupo, del Artillero Volante, estatuilla representativa de la Unidad Militar de Emergencias. Tuvo también ocasión el general Alcañiz de visitar los ‘apagafuegos’ y sentirse como un piloto más tras los mandos del simulador del CL-415/UD-14 incluso accidentándose al intentar la toma de agua en un pantano.

Son ya cuarenta y cuatro los años que el 43 Grupo lleva luchando contra el fuego por toda España e incluso cooperando en misiones internacionales, explicó el coronel Álvaro a los asistentes. Los aproximadamente 160 componentes (pilotos, dotaciones de vuelo, personal de mantenimiento y de apoyo en tierra) de la Unidad se encuentran repartidos entre los ocho destacamentos, dispuestos en todo momento a llegar a los lugares más inaccesibles del incendio, antes de que éste adquiera mayor tamaño. Y a los mandos de un total de 18 aviones, 14 CL-215T/UD-13 y 4 CL-415/UD-14, llegan incluso a las 82 tomas en un día entre carga y descarga de agua. Un vuelo de alto riesgo para el que se necesita un largo programa de instrucción. Son necesarios tres años, o lo que es lo mismo, entre 40 y 50 misiones, para ser comandante de estas aeronaves.

Entre los riesgos con los que se encuentran estos avezados pilotos, están el estado de la mar, los obstáculos que se encuentran en ella, el efecto espejo, las colisiones con aves por tratarse de vuelos bajos, las antenas o el tendido eléctrico, la mala visibilidad y los vientos fuertes y turbulencias que se crean por el calor de los fuegos.

23.406 misiones de extinción avalan la importante labor que realiza esta Unidad del Ejército del Aire.

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