La Asamblea General de Naciones Unidas declaró en resolución de 2005 (A/RES/60/97) que el 4 de abril se proclamará y se observará como Día internacional de información sobre el peligro de las minas y de asistencia para las actividades relativas a las minas.
Los eventos para este día se planifican desde las oficinas de la ONU en unos 30 países y por organizaciones no-gubernamentales y otras organizaciones. El calendario global de eventos está disponible en www.mineaction.org.
El peligro de las minas
Los conflictos modernos dejan un legado que no cesa tras la firma de la paz. Más de cien millones de minas y artefactos explosivos diseminados por más de 70 países en todo el mundo suponen una amenaza, latente y silenciosa, que provoca más de 6.000 víctimas al año.
España siempre ha respaldado la política de eliminación de minas. Firmó la Convención para la prohibición del empleo, almacenamiento, producción, y transferencia de minas antipersonal y sobre su destrucción el 3 de diciembre de 1997, Tratado de Ottawa, y la ratificó el 7 de enero de 1999. Este compromiso se hizo efectivo a nivel nacional mediante la publicación de la Ley 33/1998, de 5 de octubre, de prohibición total de minas antipersonal y armas de efecto similar, finalizando el proceso de destrucción de nuestro arsenal en octubre de 2000.
La Cumbre de Cartagena fue la segunda conferencia de Examen de la Convención para la prohibición del empleo, almacenamiento, producción, y transferencia de minas antipersonal y sobre su destrucción, la primera se realizó en 2004 en Nairobi (Kenia). El 80 por 100 de los países han ratificado el Tratado de Ottawa, mientras que 39 aún están fuera, entre ellos grandes potencias como EE UU, China y Rusia.
Queda mucho trabajo por hacer
El director del programa del Centro de Coordinación de Acción contra las Minas (MACCA, por sus siglas en inglés), Haider Reza, nos informa de que el centro de desminado en Afganistán desactivó cerca de 112.000 artefactos explosivos en los dos primeros meses de este año 2010 pero aún queda por limpiar una zona de 600 kilómetros cuadrados.
Centros y unidades del Ministerio de Defensa
Aunque son muchos sus cometidos su vocación docente es prioritaria. Como quedó claramente reflejado en la orden de creación (610/2002 de 8 de marzo) su meta ha sido convertirse en un centro de referencia mundial para paliar la falta generalizada de preparación en el campo del desminado. Desde entonces se han impartido más de 38 cursos, en los que se han formado cerca de 900 especialistas en desminado de 18 países. Ofrece cursos internacionales habiendo formado a especialistas militares de los Ejércitos de Angola, Bosnia-Herzegovina, Colombia, Chile, Irak, Jordania, Líbano, Mozambique y Perú, entre otros. También ofrece preparación a militares españoles a través de cursos de actualización a las unidades de desactivación que se desplazan a misiones internacionales.
Además de estas tareas docentes, lleva a cabo otras de prospectiva, análisis y estudio, así como de gestión de material.
Se trata de una unidad dotada de buques de última generación para, de forma integrada con las restantes marinas de la OTAN, hace frente a la que, 150 años después de su creación, continúa siendo una de las armas más letales y baratas.
Un ejemplo de esta colaboración internacional lo constituye la integración, desde el pasado 29 de enero durante tres meses, del cazaminas ‘Turia’ en la Fuerza Permanente de Medidas Contra Minas de la OTAN (SNMCMG2). Más información sobre esta noticia
Aún en proceso de constitución, se ocupará de las actividades de inteligencia para la prevención de la fabricación y colocación de artefactos explosivos improvisados (IED, del inglés Improvised Explosive Devices). Éstos son artefactos explosivos construidos de forma manual y disimulados en el entorno de manera que, evitan en gran medida su neutralización causando así graves daños. En Afganistán y Líbano, por ejemplo, los IED se suelen colocar aprovechando las vías de paso de las columnas de vehículos militares.
Bombas de racimo
España ha sido uno de los primeros países en eliminar todo su arsenal de bombas de racimo, antes incluso de los plazos previstos en la Convención de Dublín, suscrita el 30 de mayo de 2008, en el que los 111 Estados firmantes se comprometieron a erradicar este tipo de municiones en el plazo de 12 años. Desde el mes de marzo de 2009 no hay, salvo los usos que se les pueda dar en formación de desactivación, bombas de racimo en los arsenales españoles.
Desde que hace veinte años iniciaron su participación en misiones internacionales de paz, las Fuerzas Armadas españolas han desactivado más de 100.000 artefactos en países como Líbano, Afganistán, Bosnia-Herzegovina o la antigua Yugoslavia. Además, las Fuerzas Armadas españolas nunca han utilizado este tipo de munición.
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