ACTO DE IMPOSICIÓN DE GRANDES CRUCES
RELACIÓN DE PERSONAL CONDECORADOGran Cruz del Mérito Militar
Gran Cruz del Mérito Naval
Gran Cruz del Mérito Aeronáutico
Palabras de la ministra de Defensa
Autoridades, señoras y señores:
En primer lugar, quiero unirme a las palabras de reconocimiento y solidaridad a la familia del brigada Luis Conde, que acaba de pronunciar el teniente general Cardiel Ojer.
Reivindicaba Ortega y Gasset, en una de sus obras más célebres, el sentido etimológico de la palabra aristocracia, como gobierno o preeminencia de los mejores. Y Cervantes le recordaba a Sancho, por boca de Don Quijote, que “nadie es más que otro mientras no haga más que otro”.
Pues bien, las condecoraciones expresan, como pocos reconocimientos públicos, esa aristocracia de las obras ejemplares. De hecho, pocos fenómenos humanos son tan antiguos y tan universales como las distinciones honoríficas.
En España, contamos con condecoraciones de gran prestigio y solera. Un prestigio que responde, sin duda, a la excelente trayectoria de las personas que se han hecho merecedoras de ellas.
Una de las condecoraciones más prestigiosas que concede el Gobierno es, sin duda, la Gran Cruz del Mérito Militar. El sentido de esta condecoración es reconocer los méritos efectuados durante la prestación de misiones o servicios encomendados a las Fuerzas Armadas o relacionados con la Defensa.
Con ella se reconoce tanto la labor de servicio público de civiles como de militares. Permite, por tanto, el encuentro de quienes trabajan por la seguridad de España desde diferentes papeles y responsabilidades.
Las dieciséis personas que reciben hoy esta condecoración han hecho méritos sobrados a favor de la seguridad y la defensa de España. Han servido ejemplarmente a la sociedad con su quehacer diario. Lo han hecho, además, desde ámbitos distintos e igualmente importantes para la Seguridad y Defensa de España como son la política, la Administración del Estado, la educación universitaria y, cómo no, las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil.
Lamentablemente, tres de los condecorados no están hoy aquí con nosotros. Se premia en su caso la labor realizada en toda una vida; y por eso, y porque su recuerdo nos llena a todos de esperanza, quiero destacar -como ha hecho ya el teniente general Cardiel Ojer– las figuras de Rogelio Baón y Juan Muñoz, dos grandes políticos y humanistas, que presidieron la Comisión de Defensa del Congreso de los Diputados. Asimismo, quiero resaltar la concesión de esta Gran Cruz del Mérito Militar al teniente general Álvarez del Manzano, que realizó una contribución singularmente importante a nuestras misiones internacionales de paz.
La obra de estos tres grandes hombres permanecerá, junto a su recuerdo, en nuestras propias obras. Por tanto, en nombre del Gobierno y de la sociedad, quiero expresar a sus familias nuestra gratitud y nuestro reconocimiento por su labor.
Una gratitud que, por supuesto, hago extensiva a todos los condecorados. Os pido que llevéis la Gran Cruz del Mérito Militar con el sano orgullo del deber cumplido. Estoy segura de que, además, sabréis honrar los méritos pasados con éxitos futuros.
Enhorabuena a los condecorados y muchas gracias a todos.