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30/12/2021

La UME 2021 
La UME prosigue con las mediciones del aire y el seguimiento de la evolución de las coladas en la emergencia volcánica de la Palma

Labores de medición de la calidad del aire durante la noche.

El comienzo del 2021 seguía marcado por la pandemia del coronavirus, con la ilusión del inicio de la vacunación en España pero con la preocupación de una posible nueva ola de contagios tras las vacaciones de Navidad. Lo que finalmente llegó después del Día de Reyes fue una gran nevada, la borrasca Filomena, que dejó instantáneas inolvidables, como la de la capital bañada de blanco.

Sin embargo, lo idílico de la postal más bien navideña se entremezcló con las dificultades que los ciudadanos –principalmente de las comunidades autónomas de Madrid, Castilla-La Mancha y Aragón– padecieron aquellos días de regreso a casa. Muchos se vieron atrapados en sus vehículos cuando circulaban por vías como la M-40, otros encerrados en poblaciones aisladas y algunos sin acceso al hospital más cercano. 

La Unidad Militar de Emergencias (UME) realizó un despliegue total acumulado de 7.802 efectivos y 2.744 medios de tres de los cinco Batallones de Intervención en Emergencias: BIEM I, BIEM III y BIEM IV. Para el Teniente Coronel Felipe Ruiz Gómez, Jefe de Operaciones de esta unidad, la clave de esta misión fue la coordinación entre los diferentes organismos que operaron aquellos días, como el Ejército de Tierra, Ejército del Aire, Guardia Civil, Policía local y resto de servicios de emergencias.

Asimismo, destaca la anticipación con la que se actuó. En los días sucesivos al 6 de enero, antes de que empezaran a caer los primeros copos, se ordenó un despliegue en la Base Aérea de los Llanos (Albacete) y otro en la Academia de Artillería (Segovia). Incluso se alistó a parte del personal del BIEM I en la Base Aérea de Torrejón (Comunidad de Madrid) para que el colapso de nieve en las carreteras no impidiera su incorporación a la misión.

Filomena supuso una emergencia excepcional debido al volumen de las precipitaciones. Pero en los meses sucesivos la UME atendió emergencias más comunes, como son los incendios forestales. Esta unidad participó en las labores de extinción de fuegos como el de Santa Coloma de Queralt (Tarragona), Cepeda de la Mora (Ávila) y Jubrique (Málaga).

Este último, declarado en Sierra Bermeja, fue registrado como el primer incendio en España de sexta generación, es decir, de comportamiento errático y con tal virulencia que puede generar fenómenos meteorológicos propios, lo que provoca nuevos focos y dificulta su extinción. Pero los militares de la UME ya sabían a lo que se enfrentaban gracias a que semanas antes habían acompañado al Ejército del Aire en los incendios de Turquía y Grecia, como la contribución española a la Reserva Europea de Recursos (RescUE).

Fue “un verano complicado de incendios, tanto en España como en el extranjero”, tal como señaló la Ministra de Defensa, Margarita Robles, durante una visita al Cuartel General. A lo que añadió: “Allí donde llegan, las Fuerzas Armadas (FAS) dan mucha tranquilidad, aún en condiciones muy difíciles”.

Y semanas después la UME volvió a estar al lado de los ciudadanos en una nueva emergencia insólita. El 19 de setiembre entró en erupción el volcán de Cumbre Vieja, en la isla canaria de La Palma, y Defensa puso a disposición del gobierno autonómico esta unidad y al resto de las FAS.

El comandante Ángel Luis Fernández, jefe de operaciones de la UME en La Palma, indica que se tuvo que actuar en función de los daños colaterales. De hecho, la labor del equipo psicológico, que atendió tanto a los afectados como a los intervinientes, fue bastante relevante por la particularidad de la emergencia.

No obstante, esta Navidad ha traído consigo el regalo que todos los isleños deseaban: el final de la erupción. En total, 85 días y ocho horas en los que los afectados no han parado de mirar a lo alto del parque natural de Cumbre Vieja. La emergencia se mantiene, con un nivel dos, debido a los gases y cenizas que perduran en La Palma; pero, para la UME estos meses han supuesto una reafirmación de la importancia de estar formados y preparados ante cualquier situación. En palabras del comandante Fernández: “Siendo una emergencia poco probable, siempre hemos tenido un plan de contingencia”.

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