El terrorismo se ha convertido en la principal amenaza para garantizar el binomio seguridad-libertad que encaran las sociedades abiertas en el siglo XXI. Pese a la letalidad de aquél como bien recoge el Libro Blanco y Negro del terrorismo en Europa, la respuesta varía notablemente según nos hallemos dentro de las fronteras del Viejo Continente o fuera de él.