Beatriz Gonzalo/Toledo
El deporte se convirtió, la noche del 29 de junio, en uno de los grandes protagonistas de la ceremonia de entrega de la XLVIII edición de los Premios Ejército que se celebró, por primera vez en su historia, en el Alcázar de Toledo. Por una parte, porque fue el motivo elegido para conducir la gala; y por otro, porque coincidió con el partido de las Selección española de Fútbol frente a Portugal en el Mundial de Sudáfrica.
Este hecho, lejos de deslucir el evento, dio más relieve al hilo conductor que se había escogido este año, y que no era otro que la fuerte vinculación que existe entre Ejército y deporte, motivado por la celebración del 90º aniversario de la creación de la Escuela Central de Educación Física.
Desde el principio, la vinculación entre actividad física y milicia estuvo muy presente en el acto, que comenzó con una exhibición de más de una decena de deportes a cargo de varios alumnos de la Escuela. Entre los invitados y homenajeados también se contó con destacados atletas y jugadores, como el jinete y militar, tres veces olímpico, coronel Martínez de Vallejo, que entregó los premios de la modalidad de Fotografía. El jugador internacional de baloncesto Alfonso Reyes hizo lo propio con los de Enseñanza Escolar. Y la gimnasta Susana Mendizábal, recibió el sable de oficial general que corresponde a la Distinción Especial.
Una noche de estrenos
El JEME, general de ejército Coll, fue el encargado de clausurar una ceremonia que estuvo presidida por le JEMAD, general del aire Rodríguez, y que vino cargada de novedades. La primera, el lugar en el que se desarrolló: la ciudad de Toledo. Era la primera vez que los premios salían de Madrid y la segunda que no eran en el Palacio de Buenavista —en la última edición se realizaron en el Casón del Buen Retiro— y el escenario escogido, el Alcázar de Toledo, sede del nuevo Museo del Ejército, resultó un marco perfecto.
Además, esta edición ha incluido una nueva categoría en la modalidad de Pintura, la de Pintura Rápida, que se falló el 1 de mayo en el Palacio de Buenavista, sede del Cuartel General del Ejército.
Como no podía ser de otra manera, en una noche tan especial, en el cierre se produjo otro hecho novedoso: a la Música del “Inmemorial del Rey” se unió la Banda Juvenil de Picassent (Valencia) para interpretar algunos temas clave en la historia del deporte, como Carros de Fuego o En Forma, y sus respectivos directores de orquesta se intercambiaron la batuta para dirigir al conjunto hasta el final de la gala.