Españoles comprometidos con la Corona y con España
Más de trescientos españoles de ambos sexos han elegido la Guardia Real para jurar o prometer públicamente su compromiso con la Constitución, con la Corona y con la defensa de España
20/06/2024El viernes 14 de junio, cuando finalizó el toque de izado de bandera que tradicionalmente marca el inicio de actividades en las unidades y centros militares, en los acuartelamientos pardeños de la Guardia Real el trasiego de personal vestido con el uniforme de gala histórico ya había comenzado con mucha antelación. Pocos minutos después de las ocho y media de la mañana llegaban los primeros jurandos con la emoción contenida por lo que iba a ocurrir poco después: prestar el juramento de fidelidad a España y a Su Majestad el Rey formalizado con un beso a la bandera nacional.
Las prisas para llegar a la plaza de armas Reina Sofía y no perderse el ensayo previo de la secuencia del paso por delante de la enseña junto al necesario nerviosismo que te ayuda a estar atento a las últimas instrucciones y a cada detalle, y los primeros toques militares para las unidades implicadas, anunciaban que el tan esperado acto estaba a punto de comenzar.
Pocos minutos antes de las diez de la mañana esperaba en la plaza de armas la agrupación de la Guardia Real compuesta por la Escuadra de Gastadores, la Unidad de Música, el mando de la agrupación, las compañías de Alabarderos, Control Militar, Monteros de Espinosa, Mar Océano y la Escuadrilla Plus Ultra. Continuaban la Sección de Motos, el Escuadrón de Escolta Real y la Batería Real junto a su Sección de Honores, encargada de disparar las salvas de cañón a los acordes del himno nacional.
Instantes después de incorporarse las enseñas nacionales —la de la Guardia Real y la del Regimiento Inmemorial del Rey n.º 1—, llegó la autoridad que iba a presidir el solemne acto de juramento a la bandera, la ministra de Defensa, Margarita Robles. Tras recibir los honores correspondientes, pasó revista a la formación acompañada del jefe del Cuarto Militar de la Casa de Su Majestad el Rey. Justo después fue saludada por las autoridades y dirigió unas breves palabras de bienvenida a los asistentes. Entonces comenzó el acto.
En primer lugar, el coronel jefe de la Guardia Real pronunció la fórmula de juramento con la que los trescientos sesenta y cuatro jurandos prometieron o juraron «guardar la Constitución como norma fundamental del Estado, con lealtad al Rey y, si preciso fuera, entregar la vida en defensa de España». Tras responder afirmativamente, comenzó el paso de a uno por delante de las dos enseñas para expresar públicamente el compromiso contraído. Finalizado este, el jefe de la Guardia Real pronunció una alocución en la que señaló qué supone el acto de juramento o promesa: «Es hacer público vuestro compromiso con España; es decir sí a seguir trabajando por nuestra patria unida; es continuar siendo ejemplares a la vez que expresamos la fraternidad entre nosotros; es mostrar cariño y lealtad a nuestro rey». Después se refirió a lo que implica para los españoles el artículo 30 de la Constitución, que trata del derecho y del deber de defender a España: «Esta defensa se consigue mediante la fortaleza que proporciona la unidad de espíritu bajo la misma bandera. Unos lo hacemos vistiendo el uniforme y otros a través de vuestro trabajo diario, actuando como buenos ciudadanos, luchando por lo que nos une y sintiéndonos orgullosos de quiénes somos y de dónde venimos». En la parte final de su discurso recordó a los que dieron su vida por España y ya no están entre nosotros: «Cuando en breves instantes suenen los acordes del Toque de oración recordaremos a los hombres y mujeres que, como vosotros hoy, un día besaron la enseña nacional y murieron defendiendo nuestra España.
Tras la alocución tuvo lugar el acto de homenaje a los que dieron su vida por España. Con el acompañamiento de todos los guiones y banderines de la unidad, que recogen el sentir y el recuerdo emocionado a los caídos en el cumplimiento del mismo juramento a la bandera que un día sellaron, se depositó una corona de laurel en el monolito y se disparó una salva de fusilería que rompió el silencio atronador de los instantes previos.
Antes de dislocar la agrupación para el desfile, se cantó el himno de la Guardia Real y se recitó un mandato del ideario. Por último, tuvo lugar un desfile de todas las unidades participantes ante la autoridad y, de manera especial, ante los españoles que habían solemnizado el juramento ante la bandera nacional.
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