Damos la bienvenida al año celebrando nuestras viejas tradiciones

La Pascua Militar constituye, año tras año, nuestra primera irrupción en la vida pública

10/01/2022

    Quedan aún muchas horas por delante para que el alba despunte cuando los primeros guardias se afanan ya por hacer de nuestra gran cita del año una ocasión especial. Da igual que haya pasado casi un cuarto de milenio desde que el rey Carlos III ordenase la conmemoración del retorno de Menorca a la Corona; para nosotros, cada año es como si fuese el primero. Los Reyes Magos saben de sobra que las primeras casas que tienen que dejar despachadas son las de los guardias reales, porque en ellas el 6 de enero se madruga, pero de verdad.

    Sorteamos la arboleda de El Pardo a través de una persistente bruma invernal que después nos recibiría en caballerizas en forma de tenue solanera apagada por la sombra majestuosa del Palacio Real. Últimos retoques y estamos listos para emerger en Bailén, camino de la Almudena, en espera de nuestro Rey y de nuestra Reina, custodiando ya entre nosotros la bandera nacional.

    Tras los acordes del himno nacional y las salvas de ordenanza, don Felipe pasó revista a una agrupación de honores formada por Mando y Estado Mayor, Escuadra de Gastadores, Unidad de Música, Grupo de Honores con las compañías Monteros de Espinosa, Mar Océano y Plus Ultra, enseña nacional y escoltas, Mando y Plana del Grupo de Escoltas, Escuadrón de Escolta Real, Batería Real y Sección de Honores de la Batería Real. Junto al Rey, el jefe de Estado Mayor de la Defensa, almirante general Teodoro Esteban López-Calderón y el jefe del Cuarto Militar de la Casa de Su Majestad el Rey, teniente general Emilio Gracia Cirugeda.

    Portando, en esta ocasión, el uniforme de capitán general del Ejército de Tierra y acompañado por la Reina Letizia y el resto de autoridades, don Felipe se dirigió entonces al Salón del Trono para pronunciar el tradicional discurso de la Pascua Militar ante una representación de las diferentes instituciones del Estado, las Fuerzas Armadas y Guardia Civil. En su alocución, el Rey reconoció «la constante entrega a España de forma permanente y abnegada en el cumplimiento de vuestro deber, algo que el pasado año se tradujo en intervenciones para hacer frente a las nevadas de Filomena, la lava del volcán de la Palma o la evacuación de Afganistán. Sin olvidar, eso sí, su lucha contra la pandemia en el marco de la Operación Baluarte, ya sea rastreando contagios o vacunando a los ciudadanos» y transmitió a todas las Fuerzas Armadas «el orgullo de la sociedad española hacia la institución militar. Es sin duda la mejor recompensa e implica aprecio y gratitud hacia vuestro trabajo y vuestros valores».

    La Guardia Real, además de las unidades presentes de manera directa en la rendición de honores, participó en el dispositivo de seguridad del Palacio Real durante la ceremonia y dispuso todos los apoyos necesarios para el correcto desarrollo de los actos; entre ellos la escolta solemne de la Sección de Motos del Grupo de Escoltas en su traslado desde el Palacio de la Zarzuela y en su regreso al mismo lugar al finalizar los actos.

 

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