Jurar bajo la atenta mirada de Su Majestad el Rey

Los guardias reales procedentes de los ciclos de 2020 solemnizan su compromiso con la patria ante un testigo de excepción

10/11/2021

    Las cosas buenas se hacen esperar, en ocasiones demasiado. Poco podían imaginar los guardias reales que ganaron su plaza en 2020 que tendrían que aguardar pacientemente más de un año para poder solemnizar, con la difusión que se exige, su compromiso con la defensa nacional. Menos aún, que esa demora tendría el premio de que el día más importante en la vida de un militar contaría con la presencia, la presidencia y el cariño de Su Majestad el Rey.

    La jornada amaneció inmejorable con un radiante sol de otoño que sonrió a los 71 jurandos —37 del Ejército del Aire y 34 de la Armada— y a sus familiares y amigos, llegados al cuartel El Rey con la emoción de quien sabe que va a vivir una circunstancia que jamás se volverá a repetir.

    Con las señales horarias del mediodía sonaron los acordes del himno nacional y las salvas de artillería para rendir honores a don Felipe que, a continuación, pasó revista a la agrupación de honores de la Guardia Real formada por Escuadra de Gastadores, Unidad de Música, compañías de Alabarderos y Control Militar, compañías del Grupo de Honores, Escuadrón de Escolta Real y Batería Real. Tras el preceptivo saludo a las autoridades asistentes al acto, Su Majestad el Rey, desde la tribuna regia, presenció el juramento solemne de los nuevos guardias reales y la pasada individual y de a tres por la bandera que les acogía como nuevos servidores de la patria.

    Antes de dirigirse a los jurandos y sus familias, el coronel jefe de la Guardia Real, portando el guion de la unidad, recibió la corbata de la operación Balmis de manos del jefe del Cuarto Militar de la Casa de Su Majestad el Rey. Este momento se vivió con gran emoción por todos los miembros de la Guardia Real que durante dos meses se desplegaron por las calles de Madrid siguiendo las órdenes de don Felipe, quien puso a su guardia personal a las órdenes del Ministerio de Defensa durante los momentos más duros de las primeras olas de la pandemia.

    En sus emocionadas palabras, Juan Manuel Salom Herrera se dirigió en primer término a Su Majestad el Rey, a quien dijo: «Permitid que os exprese nuestro profundo agradecimiento por compartir esta parada militar con nosotros, por habernos honrado con esta muestra de cariño hacia vuestra Guardia», para continuar expresando a los nuevos miembros de la unidad el orgullo que sentía al comprobar «que sois dignos sucesores de tantos compatriotas que alcanzaron la inmortalidad al ofrecer su vida en defensa de la patria».

    A ellos, a nuestros caídos, se tributó un entrañable homenaje bajo las estrofas de La muerte no es final al que siguió el himno de la Guardia Real y la proclamación del primer mandato de nuestro ideario. Como colofón a la solemne jornada las unidades desfilaron ante la tribuna acompañada de una presentación de los vehículos históricos que se custodian en la Guardia Real. Finalizada la parada militar, los jurandos y sus familias tuvieron ocasión de compartir unos momentos con Su Majestad el Rey, quien departió con ellos, de manera distendida, sobre las vivencias de su incorporación a la unidad y del periodo de formación que habían pasado antes de convertirse en miembros de pleno derecho de su Guardia Real.

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