La Guardia Real, con los deportistas olímpicos

El himno nacional español sonó en el podio de Tokio ocho días después de la apertura

Un conocido aforismo reza que España está donde haya un solo español, así que entre el 23 de julio y el 8 de agosto todos hemos estado pendientes, en mayor o menor medida, de los resultados de nuestros deportistas olímpicos en el país del sol naciente. Aunque somos conscientes del esfuerzo y del trabajo previo que supone el mero hecho de participar en unos juegos olímpicos, lo que celebrábamos al final de cada jornada eran los logros que se iban añadiendo al medallero.

Todas las preseas conseguidas son un gran motivo de satisfacción individual y colectiva, pero una de ellas se celebró en la Guardia Real de una manera un tanto especial. Se trata del primer oro de los tres conseguidos, obra de los deportistas Alberto Fernández y Fátima Gálvez en la disciplina de tiro olímpico en foso (trap mixto). El motivo es simple: ambos han participado en varias ocasiones en el Trofeo Guardia Real de la misma modalidad y son viejos conocidos de esta casa. En concreto, Alberto lo ha hecho en las diecinueve ediciones celebradas hasta el momento.

Se da la circunstancia de que la alta competición deportiva y las Fuerzas Armadas comparten gran cantidad de valores, por lo que la relación entre sus componentes es siempre muy estrecha y goza de gran complicidad. Valores tales como el esfuerzo, afán de superación, compañerismo, espíritu de sacrificio, humildad o disciplina son comunes en ambas y, sin duda, el camino para obtener una recompensa o la permanente satisfacción del deber cumplido. Desde esta página felicitamos a todos nuestros deportistas por representar a España y por sumar diecisiete nuevos metales a la historia del deporte olímpico español.

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