Un San Juan en el lento camino hacia la normalidad

Celebramos a nuestro patrón con un acto interno que nos devuelve la esperanza de festejarlo a la vieja usanza en un futuro próximo

    24 de junio y otro peldañito más ganado en nuestro camino hacia la normalidad. Desde luego que no ha sido un San Juan como nos habría gustado, rodeados de nuestros familiares y amigos, sin distancias de seguridad y, sobre todo, con la presencia de aquellos que nos han dejado de manera prematura, pero lo cierto es que poder volver a la plaza de armas Reina Sofía a última hora de una tarde de verano y para festejar a nuestro santo patrón ha sido ya un regalo en sí mismo.

    La agrupación de honores, reducida al efecto, y en la que formaban una compañía mixta del Grupo de Honores, las secciones de Motos, Guías de Perros y Alabarderos, el Escuadrón de Escolta Real y la Batería Real, contemplaron, junto al resto de oficiales, suboficiales y guardias reales la entronización del Cristo de los Alabarderos —que precedió a la parada militar propiamente dicha— y que presidió el jefe del Cuarto Militar de la Casa de Su Majestad el Rey, teniente general Emilio Juan Gracia Cirugeda.

    Durante el acto se despidió a los cuadros de mando que durante el último año pasaron a la situación de reserva y a los que dio la oportunidad de presentar sus respetos a la enseña nacional como colofón a su carrera militar. Con gran emoción, también, se hizo entrega de la distinción de Alabardero de Honor al jefe del servicio religioso de la Casa, monseñor don Serafín Sedano, de quien nuestro coronel quiso destacar «su bondad, generosidad y preocupación permanente y entrega sin límites al servicio de los guardias reales y de sus familias durante décadas».

    El coronel Salom, refiriéndose a la celebración de San Juan Bautista en este formato más íntimo, señaló que «nos debe ayudar a fortalecer nuestros lazos de hermandad, a reencontrarnos y renovar nuestro compromiso con el santo patrón, y, bajo su amparo, asumir, como él, la discreción y a la austeridad como guía de conducta». A la caída del sol, los guiones y banderines de la unidad se dispusieron para rendir un sentido homenaje a los que entregaron su vida en defensa de España, plegaria a la que unimos el recuerdo a todos los seres queridos que perdimos durante el último año y medio.

Antes de que la fuerza se dislocase para desfilar ante la tribuna de autoridades, en la que dieron cita antiguos jefes del Cuarto Militar y de la Guardia Real, entonamos nuestro himno y recitamos un precepto del ideario como cierre solemne a esta sentida exaltación de San Juan Bautista, patrón de la Guardia Real desde el 11 de mayo de 1998.

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