El manto de Filomena sobre El Pardo

Una belleza momentánea que ha traído bajo el brazo un rosario de dificultades con las que ha habido que remangarse

18/01/2021

    A primera hora del sábado 9 de enero, como casi todo el centro peninsular, El Pardo se había convertido en un extraño paisaje polar, mucho más propio de Finlandia que de estas latitudes, donde crecen los árboles de ribera, las encinas y los alcornoques. La estampa era preciosa por lo inusual, pero también portadora de numerosos inconvenientes derivados de la gran cantidad de nieve que cubría los viales y del hielo que tardó apenas unas horas en aparecer.

    Nuestro primer objetivo era asegurar el relevo de los servicios en el recinto de la Zarzuela y prestar a nuestros guardias y a la Casa todo el apoyo necesario en estos difíciles momentos. Así que con todos los medios a nuestro alcance comenzamos a despejar el entorno del cuartel El Rey, la avenida de la Guardia, para asegurar la apertura de una vía que, aunque solo fuese transitable con vehículos de tracción total, asegurase un punto de enlace entre El Pardo, la Zarzuela y Madrid.

    Al tiempo, las llamadas de vecinos e instituciones irrumpían en petición de auxilio, por lo que mientras intentábamos no desatender nuestras esenciales misiones y asegurar el servicio, nos remangamos para hacer una primera limpieza y despeje de viales en Mingorrubio y en el Centro de Salud de El Pardo, a cuyo personal facultativo se trasladó también hasta Madrid con medios de la Guardia Real.

    También apoyamos a Patrimonio Nacional, a nuestros compañeros del Ejército de Tierra del Regimiento de Guerra Electrónica número 31, al acuartelamiento de la Guardia Civil de San Quintín y, muy especialmente, al colegio Monte de El Pardo, en el que la Escuadrilla Plus Ultra se dejó la piel para rehabilitar los accesos y la utilidad de sus instalaciones.

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