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CEHISMI - Comisión española de historia militar

La mar roja de sangre. Lepanto.

Texto

Claramunt Soto, Álex (ed.); La mar roja de sangre. Lepanto. Madrid, Desperta Ferro, 2021; 432 p., ISBN: 978-84-122213-8-1.

 

En 2021, con motivo de la conmemoración del 450 aniversario de la batalla de Lepanto, acaecida el 7 de octubre de 1571, tuvieron lugar diferentes actos institucionales y encuentros académicos en recuerdo de los sucesos de aquella jornada, «la más alta ocasión que vieron los siglos pasados, los presentes, ni esperan ver los venideros», según la pluma de Cervantes, soldado bisoño que había participado en la batalla como parte de la infantería embarcada. Entre ellos figuran el homenaje que la Armada española rindió a los caídos en esta contienda en las mismas aguas del golfo de Lepanto, la celebración de algunas jornadas universitarias sobre este episodio de nuestra historia militar o la acuñación de una moneda conmemorativa por parte de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre con la reproducción de la galera real de don Juan de Austria del Museu Marítim de Barcelona. Pero, igualmente, este centenario ha dado lugar a la publicación de ensayos como los de Carlos Canales y Miguel del Rey, Gloria imperial: la jornada de Lepanto (EDAF, 2021) o de Agustín R. Rodríguez González, Lepanto. La batalla decisiva (Almuzara, 2021). Es en esta línea en la que debemos enmarcar esta reseña del libro editado por el director de Desperta Ferro Historia Moderna, Álex Claramunt Soto, graduado en Periodismo y doctor en Medios, Comunicación y Cultura por la Universidad Autónoma de Barcelona, también autor de Rocroi y la pérdida del Rosellón (HRM Ediciones, 2012) y Farnesio, la ocasión perdida de los tercios (HRM Ediciones, 2014).

Como ya acaeciera en 1971, durante el IV Centenario, pero con evidentes diferencias relativas a los períodos históricos en los que se enmarcan las publicaciones aparecidas al hilo de ambas conmemoraciones, el mundo académico y el editorial han apostado por la actualización y puesta al día de los conocimientos sobre un episodio de nuestra historia militar incluido de forma evidente en la historiografía centrada en el estudio de las civilizaciones del Mediterráneo en los siglos modernos, del que, sin embargo, no dejan de surgir nuevos enfoques y aportaciones. En La mar roja de sangre, el gran acierto de su editor, Claramunt Soto, autor además de uno de los capítulos de la obra, ha sido reunir a un elenco de historiadores que son perfectos conocedores de la época, de los contextos y entornos en los cuales tuvo lugar el combate de Lepanto, autores que, no por casualidad, además proceden de los tres grandes escenarios relacionados directamente con este episodio castrense: España, Italia y Turquía, como actuales países herederos de aquella Monarquía Hispánica, Papado-Génova-Venecia, e Imperio otomano, respectivamente, que midieron sus fuerzas navales durante varias horas a la entrada del golfo de Patras aquel 7 de octubre.

El libro presenta una estructura muy eficaz, que se atiene a la más pura y necesaria lógica evolutiva para explicar de una forma sencilla a un lector general interesado en este tema qué fue, cómo fue y qué significó este acontecimiento militar que, como indica Hugo O’Donnell en su Proemio, recibió en un primer momento por parte de las fuentes cristianas el nombre de «Victoria Naval», mientras que para las otomanas fue más bien el de la «Armada derrotada», y que «no hizo cambiar el mundo mediterráneo, mas las consecuencias de un triunfo turco, un triunfo más sumado a los terrestres, lo hubieran cambiado de un modo drástico» (p. XI). En esta estructura de trazado cronológico, se empieza por dar voz a Philip Williams (Sino-British College, autor, entre otros, de Empire and the Holy War in the Mediterranean, I. B. Tauris, 2014), encargado de trazar un completo y complejo panorama sobre «La guerra en el Mediterráneo en el siglo XVI», con una destacada revisión historiográfica de la cuestión, atendiendo a la relevancia de la galera como buque de transporte y vigilancia por excelencia en este mar y a la dimensión operacional de la lucha, lo que él denomina la geografía estratégica de la guerra, con una acendrada defensa del estudio de las tácticas de galeras desde la óptica de las instituciones y sistemas que las produjeron.

A partir de estos contextos fijados por P. Williams, la obra se adentra en el análisis del antes, el durante y el después de la batalla, dedicando tres capítulos a cada uno de estos tempos. Para el antes, es Gennaro Varriale (Universidad de Valencia, autor, entre otros, de Arrivano li Turchi. Guerra navale e spionaggio nel Mediterraneo (1532-1582), Novi Ligure, 2014) quien explica el verdadero alcance de las negociaciones diplomáticas previas a la conformación del bloque cristiano en «La batalla de las firmas: la negociación de la Santa Liga», reuniones que desembocaron en la rúbrica de los acuerdos el 25 de mayo de 1571 y que realmente estuvieron marcadas por el recelo y la desconfianza, sobre todo por la presencia en Roma de los legados enviados por una Venecia con marcada trayectoria de colaboración con la Sublime Puerta. Con apoyo de una nutrida documentación procedente del Archivo General de Simancas, Varriale expone la dimensión del empuje de Pío V, con la concesión de numerosas prebendas eclesiásticas a Felipe II, y la elección de la palabra «liga» para nombrar esta coalición de fuerzas cristianas por su preciso significado en términos políticos. La «Reunión en Mesina. Organización, logística y planes de la Santa Liga» es el punto fundamental para comprender la preparación de la batalla, análisis a cargo de uno de los mayores especialistas en los caracteres de la expansión de españoles y otomanos por el Mediterráneo de los siglos modernos, Miguel Ángel de Bunes Ibarra (Instituto de Historia-CSIC, autor reciente de La batalla de Lepanto (Inebahti) vista por los otomanos, Catarata, 2023), quien sitúa al lector en la relevancia y magnitud de coordinar tantas tropas y barcos como acudieron a este encuentro, con retrasos que fueron haciendo aumentar las tensiones entre los miembros de la Santa Liga con el paso de los días y semanas. Fueron necesarios tres meses para reunir a las más de 300 naves de todo tipo en Mesina, puerto elegido para la concentración naval por la gran capacidad de su rada, excelente vigilancia y defensa desde sus castillos, así como por sus atarazanas para el mantenimiento de los barcos, además de por su propia situación geoestratégica, equidistante a los diferentes espacios en los que era plausible entrar en batalla con las naves otomanas. De forma especialmente notable, Bunes perfila el papel de don Juan de Austria en Mesina quien, como capitán general de la Mar desde 1569, debe encargarse de ordenar en una misma dirección a los muy diferentes contingentes que conforman la Santa Liga; a pesar de encontrarse unas fuerzas completamente deslavazadas a su llegada, gracias a los oficiales veteranos y excelentes marinos que lo acompañan, será capaz de organizarlas, conciliando personalismos y estableciendo una estrategia de combate lógica y eficaz. De atender a las particularidades de la flota turca se ocupa İdris Bostan (Universidad de Estambul, autor, entre otros, de Osmanli Akdenizi (El Mediterráneo otomano, 2017), en «La armada otomana: de la conquista de Chipre a la batalla de Lepanto», donde señala que este combate, aceptado por la historiografía otomana como el primer conflicto relevante de la historia naval turca que acabó con una derrota y pérdida de la flota, debe ser estudiado en un tiempo largo, partiendo de otra relevante batalla naval entre Monarquía y Sublime Puerta en el siglo XVI, la de la Préveza, en 1538. Bostan analiza con detalle los preparativos de la expedición de Lepanto: construcción de naves, equipamiento, tripulaciones, remeros, armas, municiones…, poniendo el énfasis en el periplo seguido por la armada otomana, casi al detalle, durante las semanas previas a una batalla que llegaba al final de seis meses de periplo naval con diferentes conflictos que habían fatigado y disminuido sus fuerzas y efectivos, mientras que la flota aliada había logrado conformar una armada más renovada.

El durante, es decir, la propia batalla, se analiza desde los tres flancos del orden de batalla establecido por la armada cristiana: Agustín R. Rodríguez González (doctor en Historia por la Universidad Complutense de Madrid) se ocupa de «La lucha en el centro: don Juan contra Alí Pachá», Guido Candiani (Universidad de Padua) de «La lucha en el cuerno izquierdo: Barbarigo y Querini contra Şuluk Mehmed Pachá», y Álex Claramunt Soto de «La lucha en el cuerno derecho: Gian Andrea Doria contra Uluj Alí». Los tres autores establecen las particularidades de las formaciones navales previas en cada uno de los flancos, la cantidad de buques desplegados, las tácticas desarrolladas en las breves horas de combate, la eficacia o inconveniente de las decisiones tomadas por los comandantes de la Santa Liga, la relevancia de la infantería embarcada, así como del empleo de la artillería, arcabucería y mosquetería… Y los tres realizan aportaciones de especial interés y novedad, como la explicación de Rodríguez sobre la decisión de don Juan de Austria de serrar los espolones de sus galeras unos días antes de entrar en combate, con objeto de que el tiro de cañón no saliera alto por tener que evitar la punta de dichos espolones, lo que redundó en un exitoso tiro más bajo y efectivo; la justificación de Candiani de la verdadera relevancia de las lentas y pesadas galeazas venecianas en el cuerno izquierdo, suprimidas al final de la guerra de Chipre (1572); o la argumentación de Claramunt sobre el momento crítico en el cuerno derecho, cuando la huida de ocho galeras cristianas produjo un boquete central en la formación de las naves de Gian Andrea Doria por donde pudieron pasar al costado varias de las galeras de Uluj Alí, acción muy criticada por los comandantes de la Santa Liga, aunque Felipe II no cejó por ello en su apoyo al comandante genovés.

Para el después, la obra cuenta, en primer lugar, con las reflexiones de İdris Bostan, de nuevo, en este caso para estudiar «La reconstrucción de la armada otomana», quien explica cómo la noticia de lo ocurrido en la bocana del golfo de Patras llegó a Selim II unos quince días después del suceso, tomándose dos decisiones inmediatas: reforzar las defensas de los enclaves otomanos en el Adriático, Morea, Egeo… frente a una posible continuidad de la campaña por parte de la armada cristiana, algo que finalmente no lleva a cabo don Juan, y la inmediata reconstrucción de la flota otomana en las atarazanas imperiales. Aunque la noticia de la derrota sorprende a la élite gobernante de la Sublime, su interpretación de que ha sido así por voluntad de Alá hace que no se busquen culpables y que las energías se vuelquen en el restablecimiento de la fuerza naval, de una forma seria, rápida y eficiente: en junio de 1572, ocho meses después de la derrota de Lepanto, la nueva armada ya está disponible para proteger los enclaves navales del Imperio otomano, como estudia Bostan con el apoyo de la documentación extraída de los archivos otomanos, recogida en las casi doscientas notas que completan su exhaustivo trabajo. Hüseyin Serdar Tabakoğlu (Kirklareli Universit, autor de una tesis doctoral sobre Ottoman-Spanish Rivalry un the Mediterranean, 1560-1574: Organization, Seapower and War) se ocupa de un capítulo clave y recurrente para la historiografía de Occidente en el análisis de este combate naval, como es el de las «Repercusiones y consecuencias de la batalla de Lepanto». Partiendo del periplo de la armada cristiana desde octubre de 1571, con la renuncia final a la conquista del Peloponeso, ideal inicial de don Juan de Austria, se estudia de nuevo la reconstrucción de la armada otomana, la casi inmediata salida de Venecia de la Santa Liga y la efímera toma cristiana de Túnez en 1573 de las manos turcas en las que permanecía desde 1569, con el deseo inalcanzado de don Juan de establecer aquí un reino propio. Para el autor, la definitiva toma turca de Túnez tan solo un año después demuestra la importancia que concedían los otomanos al Mediterráneo central, al tiempo que Felipe II daba a entender que Lepanto ya había sido suficiente para cumplir el compromiso de la Monarquía con la cristiandad y ahora se hacía necesario atender a otros asuntos más urgentes en el norte de Europa. Este después queda rematado con la plasmación de los ecos de la batalla naval en la poesía del Siglo de Oro en el interesante capítulo de Lara Vilá sobre «El sangriento destrozo y crudas muertes: gloria y miseria en la poesía de Lepanto», que parte de un concepto fundamental en la valoración de este hecho militar: la idea de que el mito de Lepanto no corresponde tanto a la realidad histórica de lo que acaeció aquel 7 de octubre sino más bien a su carácter simbólico, por cuanto fue la primera vez que la cristiandad, al fin unida, había conseguido una victoria frente al que se consideraba irreductible adversario político y religioso.

Si los contenidos del libro ya son por sí mismos bien esclarecedores del hecho militar que analiza, la editorial Desperta Ferro ha entendido la necesidad de ilustrarlos con más de una docena de mapas e infografías, en blanco y negro, que los apoyan de manera muy notable y significativa, sencillos pero bien trazados y de fácil comprensión, que nos acercan de una forma visual a los caracteres de la «Pugna en el Mediterráneo, 1560-1570», a «La flota de la Santa Liga. Concentración en Mesina», a «La conquista de Chipre, 1570-1571», así como, por supuesto a las tácticas y despliegues en los combates en cada uno de los tres flancos de la batalla, además de las posteriores «Campañas de 1572». La edición se enriquece también con un Apéndice relativo al «Despliegue de las flotas cristiana y otomana para la batalla de Lepanto», que se presenta al lector como «el listado más completo y fidedigno de los buques cristianos» (p. 371) que lucharon en esta ocasión, con un Glosario y un muy útil Índice analítico, y, sobre todo, con un muy destacable aparato gráfico compuesto por numerosos grabados en blanco y negro a lo largo de todo el libro y un pliego de ilustraciones en color en páginas centrales; en ellos se recogen los retratos de época de los protagonistas de ambos bandos, los modelos de las embarcaciones, los escenarios de combate tanto de aquel día como otros relevantes durante el secular enfrentamiento mediterráneo entre españoles y otomanos, los tipos de armas, los uniformes y protecciones, las portadas de los impresos y manuscritos en los que se loaron las glorias cristianas tras la victoria…, en definitiva, la visión plástica contemporánea a los hechos, cotejo fundamental para comprender y asimilar los conceptos que de manera tan valiosa y accesible tanto para el lector más versado en la historia militar como para el gran público desglosan estos ocho especialistas en una de las contribuciones científicas más destacadas de este reciente 450 aniversario de la batalla de Lepanto.

 

Beatriz Alonso Acero

CEHISMI