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CEHISMI - Comisión española de historia militar

La Legión Española. Su historia.

Rafael Casas de la Vega

En el año 2020 se ha conmemorado el C aniversario de la fundación de La Legión. Esta efeméride ha producido una enorme cantidad de publicaciones relativas a diferentes aspectos de esta Unidad. Incluso el año siguiente ha recogido otra importante aportación de libros, artículos y actos conmemorativos de tan importante hecho. A esto se une, desde luego, la amplísima información bibliográfica existente con anterioridad. Parece difícil, por tanto, contar algo nuevo sobre la fundación e historia de La Legión que explique algún aspecto relevante a la amplia publicación ya existente. No obstante, en septiembre de este año de 2021 ha aparecido publicado el libro del General Casas de la Vega objeto de esta reseña.

El autor de esta publicación está considerado como uno de los principales intelectuales militares de los últimos años. Sus obras monográficas sobre batallas de la Guerra Civil Española, como Brunete, Teruel o El Asedio del Alcázar de Toledo, son citadas reiteradamente por autores posteriores. Entre sus obras destaca principalmente un profundo estudio sobre la formación de las milicias nacionales en la guerra. Libro de cabecera para los estudiosos del tema es su obra “La última guerra de África (campaña de Ifni-Sahara)”, Premio Ejército 1984. Desde el punto de vista profesional, el General Casas estuvo destinado en el Grupo de Caballería “Reyes Católicos” de La Legión en Fuerteventura como teniente coronel jefe. Estas dos condiciones, su capacidad como investigador histórico y el conocimiento interno de la unidad, le hacen especialmente apto para llevar a cabo este estudio.

Hay que hacer constar que “La Legión Española. Su historia” es un libro póstumo, la fecha de su publicación es posterior a la de la muerte de su autor. Por este motivo, la redacción final tiene algunas ligeras modificaciones con respecto al manuscrito original ya que, al no estar prevista la publicación inmediata tras su redacción, ésta tenía algunos errores mínimos que han sido depurados posteriormente. Por supuesto, esto no desmerece en absoluto la autoridad de la obra.

En los primeros capítulos, se presenta la situación general, sobre todo militar pero también política, de la España de principios del siglo pasado, con su principal problemática en el protectorado del Norte de África. Esta situación compleja se deriva a su vez de la que se produce por la pérdida de las últimas colonias de Ultramar, sobre todo Cuba y Filipinas, haciendo ver que muchos de los participantes de las campañas africanas se han forjado militarmente en las guerras coloniales anteriores. De esta manera se describe un ambiente de unidad de doctrina y de compañerismo entre los principales actores, así como un espíritu de recuperación del prestigio perdido.

Inmediatamente, en los capítulos II al IV, el libro se concentra en la biografía de don José Millán Astray que, como tantos otros, se forjó militarmente en Filipinas, destacando en diferentes acciones. Con la pérdida de la colonia, vuelve a la península pasando por África. Aquí empieza a vislumbrar la necesidad de la creación de un nuevo cuerpo con características especiales de voluntariedad. Ya se han creado las unidades de Regulares con personal autóctono, pero Millán Astray se fija en La Legión Extranjera francesa, profesional, con tropa que proporciona autonomía al mando y, sobre todo, seguridad ante posibles deslealtades. La situación política en España también obligaba a la creación de esta fuerza profesional ante el malestar general que producía la utilización de tropa de reemplazo.

Lo más significativo de esta biografía es el concepto espiritual del fundador, que Casas de la Vega describe meticulosamente porque lo considera imprescindible para entender el carácter del nuevo cuerpo que va a fundar. Este espíritu personal de Millán Astray dará lugar al famoso “Credo Legionario”, con sus correspondientes artículos que denomina, precisamente, “Espíritus”.

Así se llega a la concreción de la idea inicial en la nueva unidad, que cristaliza el 20 de septiembre de 1920 con la filiación del primer legionario. Siguiendo su “espíritu”, esa es la fecha que los primeros mandos consideran como la fundación del “Tercio de Extranjeros”, prefiriéndola al día en que se publicó en el BOE, el 28 de enero del mismo año.

Este aspecto de la recluta de los nuevos soldados profesionales, los legionarios, es motivo de un especial estudio por el autor: le llama la atención el éxito del llamamiento y la abundante incorporación de voluntarios. El General Casas hace un estudio detallado de sueldos de la época, con los diferentes conceptos de mejoras o sobresueldos y en varios estratos sociales, llegando a la conclusión de que un legionario recién enganchado tenía el poder adquisitivo de un obrero bien asentado en una fábrica, y que las posibilidades de mejora le permitían, mediante ascensos o premios, alcanzar en poco tiempo el de un obrero especializado.

Se pasa a describir inmediatamente las primeras acciones de La Legión, las primeras bajas, el primer muerto. La Unidad empieza a desplegar todas sus capacidades, haciendo ver inmediatamente al poder político la rentabilidad de su creación. Se detiene el autor en la descripción de dos acciones trascendentales dentro de las operaciones llevadas a cabo en las campañas africanas: éstas son la llegada a Melilla y recuperación del territorio tras el desastre de Anual, y el desembarco de Alhucemas en 1925 formando parte siempre de la vanguardia más expuesta en el combate.

Mención especial merecen dos capítulos concretos. En el séptimo, titulado “Valenzuela, el sacrificio” rinde homenaje al nuevo jefe del Tercio de Extranjeros, que sucede a Millán Astray. La muerte del Teniente Coronel don Rafael Valenzuela Urzaiz en Tizzi Azza (junio de 1923) junto con sesenta y seis de sus legionarios, refrenda con los hechos los Espíritus del Credo del fundador. El octavo capítulo describe el dolor que produce la orden de retirada de Xauen y el cumplimiento de la misma a pesar de las dudas sobre las intenciones abandonistas del dictador Primo de Rivera.

Tras la pacificación del territorio y varias restructuraciones, se pasa al estudio de la actuación de las diferentes unidades de la Legión en la Guerra Civil Española. Debido al éxito del Tercio y ante las acuciantes necesidades, se crean nuevas banderas que despliegan por los diferentes frentes a lo largo de los tres años de conflicto. Esta abundancia de unidades, de misiones y de despliegues, hace que el relato pierda importancia y los capítulos dedicados a la Guerra Civil se centran casi exclusivamente en la descripción de la generación de nuevas banderas y su ubicación en las principales batallas. Ésta es, quizás, la parte menos atractiva del libro, aún sin desmerecer la correcta descripción histórica de los sucesos.

Finalmente, los últimos capítulos explican el conflicto surgido en los años 50 y 60 en los territorios de Ifni y Sáhara Español. El relato histórico vuelve a tomar aquí el interés dramático al que nos tiene acostumbrado el autor. Hay menos unidades legionarias y menos acciones militares, lo cual simplifica la descripción. A esto se unen dos aspectos importantes: el General Casas conoce el conflicto de primera mano porque ha estado desplegado en esos territorios como oficial de Estado Mayor, y esto lo demuestra en su libro “La última guerra de África (campaña de Ifni-Sahara)” ya citado anteriormente.

El libro termina con el traslado de las unidades legionarias a Fuerteventura tras la orden de abandono del Sáhara por parte del mando. El libro no reproduce de forma pormenorizada las muchísimas acciones de unidades legionarias, ni lo pretende el General Casas, pero quedan definidos dos aspectos fundamentales de la Unidad, que son su necesidad y su rentabilidad, a lo que se une la belleza descriptiva de la espiritualidad del fundador, que supo imprimir de forma permanente a su Legión

Coronel Manuel Casas Santero

Instituto de Historia y Cultura Militar

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