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Cambio climático


Antártida
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Dada la gravedad de los efectos del cambio climático para la humanidad y el planeta, al menos por el principio de precaución, la sociedad en todos sus ámbitos y niveles debe tomar las medidas necesarias para minimizarlos en la medida de lo posible. Es por ello que la consideración del cambio climático como potenciador de riesgo obliga al Ministerio de Defensa a tener presente en sus análisis estratégicos la evolución de dicho fenómeno y de sus consecuencias.

Por ello, el problema del cambio climático se ha abordado desde dos aproximaciones distintas, por un lado la mitigación de las causas del cambio climático y por otro la adaptación a sus posibles consecuencias.

En el campo de la mitigación, el Ministerio de Defensa debe hacer que el impacto de su propio funcionamiento sobre el medio sea el menor posible y hacerlo de forma que sea compatible con la misión. Para ello se deben potenciar los esfuerzos para disminuir la huella de carbono reduciendo sus emisiones de CO2 y de otros gases de efecto invernadero, así como incrementar, en la medida de lo posible, sus capacidades de absorción mediante los sumideros naturales que constituyen las masas vegetales de sus campos de maniobra.

En cuanto a la adaptación, las Fuerzas Armadas deben estar permanentemente preparadas para afrontar los acontecimientos que podrían ocurrir como consecuencia del cambio climático (resiliencia), lo que implica disponer de la capacidad de adaptación a la nueva situación, así como del adiestramiento y los medios adecuados para poder servir de ayuda ante desastres y amenazas producidas por el cambio climático.



Cuaderno de Estrategia nº 193

Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático