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El Rey preside el 250 aniversario de la Academia de Artilleria
16/05/2014
En Segovia
Su Majestad el Rey, acompañado por el ministro de Defensa, Pedro Morenés, el jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, Jaime Domínguez Buj y otras autoridades civiles y militares, ha presidido hoy viernes, día 16 de mayo, en el Alcázar de Segovia la conmemoración del 250 aniversario de la Academia de Artillería de Segovia.
El acto ha comenzado con la lectura de un extracto de la oración que en la apertura de la Real Academia de Caballeros Cadetes del Real Cuerpo de Artillería, establecida por su S.M. el Rey Carlos III, pronunció el día 16 de mayo de 1764, el padre Antonio Eximeno y Pujades, jesuita, matemático, filósofo y musicólogo, profesor primario de dicha Academia, que versaba sobre la necesidad de la teórica para desempeñar en la práctica el servicio a Su Majestad.
A continuación, Don Juan Carlos ha hecho entrega de la medalla de Oro del Alcázar a la Academia de Artillería, condecoración que ha recibido su director, el general de Brigada Alfredo Sanz y Calabria.
Tras el acto de homenaje a los que dieron su vida por España y el desfile de la Fuerza participante se dio por finalizada esta conmemoración.
250 años innovando
La Academia de Artillería se fundó como Real Colegio de Artillería el 16 de mayo de 1764 por orden del Rey Carlos III en el Alcázar de Segovia, lo que le convierte en el centro de formación militar en activo más antiguo del mundo.
Nació siendo el primer centro de formación de oficiales del Arma, poniendo fin a un largo periodo de fragmentación e inestabilidad de la enseñanza artillera en España. Así, antes de que se constituyeran la mayoría de los Estado-nación modernos, España ya contaba con una escuela de formación de oficiales.
Esos primeros artilleros, en su misión de modernizar y profesionalizar al Ejército, marcaron un antes y un después en el desarrollo de la artillería y se convirtieron en el vehículo que transmitió la ciencia ilustrada a la sociedad española. La Academia protagonizó los avances científicos más importantes de la época gracias a destacados profesores que pasaron por sus aulas como el químico Louis Proust, quien descubrió en el laboratorio de la Academia la célebre Ley de las Proporciones Definidas.
El alto nivel formativo no se quedó entre las paredes de la Academia. Los artilleros fueron responsables de una evolución sin precedentes en el desarrollo de la industria española. Como impulsores del trabajo profesional en la sociedad española, los oficiales de artillería crearon el antecedente directo de la actual Formación Profesional y de las Escuelas de Ingeniería modernas.
Las instalaciones del Alcázar se adecuaron a este espíritu innovador convirtiéndose en el siglo XVIII en una de las academias militares más modernas de Europa. Sin embargo, un incendio en 1862 obligó a la Academia a trasladarse al cercano ex Convento de San Francisco, lugar donde continua ubicada.
La Academia, consciente de que solo desde la tradición es posible avanzar con paso firme en la innovación, ha sido capaz de alcanzar un estado de permanente actualización al servicio de la defensa de España.
Hoy en día, el proceso de modernización de la Academia progresa en paralelo a la evolución del siglo XXI. Inauguró su futuro con la creación del primer simulador informatizado de campaña y es referencia en el uso de nuevas tecnologías y por la adaptación pionera a los últimos estándares europeos (Plan Bolonia).
250 años después de su nacimiento, los artilleros españoles siguen siendo modelo en innovación en su misión de convertir el futuro en presente al servicio de la defensa española.
