Ministerio de Defensa de España

El buque ‘Patiño’ de la Armada española se encuentra en aguas del océano Índico como barco de mando de la operación Atalanta, desplegada por la UE para luchar contra la piratería.

Este navío, que permanecerá en la zona de operaciones hasta el próximo mes de abril, tiene una dotación de 215 efectivos – 25 de ellos, mujeres- en la que se incluye un equipo de Infantería de Marina del Tercio Norte.

Su misión es garantizar los corredores de seguridad en el Golfo de Adén y la costa somalí y dar protección a los pesqueros que faenan en los caladeros de la zona, así como a los mercantes que transportan ayuda humanitaria a Somalia.

El ‘Patiño’ es un buque de aprovisionamiento de combate con una capacidad de carga de 9.000 toneladas, preparado para abastecer de combustible, agua, munición, víveres y elementos logísticos a otros buques de la fuerza.

Además, dispone de un hospital con 10 camas, quirófano y telemedicina vía satélite, así como personal para prestar asistencia sanitaria especializada.

Su construcción fue el resultado del primer proyecto acometido por España y Holanda para el desarrollo de nuevos buques de estas características.

La finalidad de este tipo de naves es proporcionar todo el apoyo logístico necesario al Grupo de Combate, incluidas aeronaves, para que puedan permanecer en alta mar durante largos periodos y en cualquier zona del mundo.

Su sistema de aprovisionamiento está dotado de cuatro estaciones (dos por banda) para suministrar sólidos y líquidos. En la popa tiene otra estación de combustible para buques y otros dos muelles de costado para recibir personas y material ligero. Así mismo, cuenta con un espacio en la cubierta de vuelo para transbordo desde helicópteros.

Con 166 metros de eslora, 22 de manga y ocho de calado, el ‘Patiño’ desplaza un total de 17.000 toneladas a plena carga, lo que le convierte en el tercer buque más grande de la Armada, detrás del ‘Juan Carlos I’ y del ‘Cantabria’.

Fue botado en junio de 1994 en la factoría que Bazán tiene en Ferrol y, un año después, la Armada lo recibió en ese mismo escenario.

Su lema “No he venido a ser servido, sino a servir”, define perfectamente la misión de este barco: dar apoyo a sus compañeros de Flota y a los de las Marinas aliadas.