Patricia Flakstad
La capitán de fragata de la Real Marina noruega Patricia Flakstad preside desde hace un año el Comité de Perspectivas de Género de la OTAN , institución que acaba de distinguir el Ministerio de Defensa español con el IV Premio Soldado Idoia Rodríguez, mujer en las Fuerzas Armadas.
Poco después de recogerlo asegura que este reconocimiento supone un gran incentivo para seguir implementando la perspectiva de género en la Alianza y que «contribuirá a hacer su labor más visible entre aquellos miembros que aún no son conscientes de la importancia que tiene la perspectiva de género como un valor multiplicador de la fuerza en las operaciones militares».
Esta institución internacional nació en 1973 bajo el nombre de Comité de Mujeres en las Fuerzas de la OTAN y no fue hasta 2009 cuando adoptó su actual denominación.
Fue reconocida por el Comité Militar de la Alianza Atlántica en 1976 y, diez años más tarde, en 1986,España se incorporó a la misma, antes incluso de que las mujeres formaran parte de nuestras Fuerzas Armadas.
Está gobernado por un órgano ejecutivo elegido cada dos años y formado por una presidenta —tiene que ser mujer—, una presidenta electa—será quien sustituya a la anterior— y dos vicepresidentes que pueden ser tanto hombres como mujeres.
Cuenta con una oficina permanente en Bruselas, con un responsable y un asistente. Desde el próximo 1 de septiembre, el jefe de la oficina será el teniente coronel español Jesús Gil Ruiz, que se convertirá así en el primer hombre que ocupe este puesto.
Todos los países de la OTAN así como las naciones asociadas pueden participaren sus actividades aunque éstas últimas no tienen acceso a la información clasificada ni participan en algunas decisiones.
Participaron 55 delegaciones de países miembros, naciones asociadas y representantes de los cinco mandos de la Alianza entre los que había expertos en materia de género y en planificación de operaciones.
El resultado de la reunión fue muy satisfactorio y ya hemos realizado varias recomendaciones al Consejo del Atlántico Norte, al Comité Militar de la OTAN, al Mando Supremo Aliado en Europa y a los dos mandos de segundo nivel de Nápoles (Italia) y Brunssum (Holanda).
Y, además, enlazar con las organizaciones internacionales que quieran incluir la perspectiva de género en operaciones.
La finalidad de estos contactos es aconsejar a los líderes de la OTAN para que actualicen sus doctrinas en base a las últimas informaciones de las que disponemos.
En la última reunión también comprobamos que era necesario reforzar la presencia de expertos de género dentro del Comité Militar de la Alianza.
Además, desde que la ONU aprobó en 2000 la Resolución 1325 sobre Mujeres, Paz y Seguridad muchos países han incluido esta perspectiva en sus documentos y en sus actuaciones pero la transversalidad de este trabajo, que se tenga en cuenta a todos los niveles, es imposible si no existe una plataforma donde los interesados puedan conectar, aprender, discutir e intercambiar puntos de vista.
Y este curso puede ser ese punto de encuentro que permita asumir la perspectiva de género con un enfoque integral.
Ahora se piensa que no es tan importante ganar la guerra como ganar la paz, conquistando también los corazones y las mentes de la población, tanto de las mujeres como de los hombres.
Creo que el Comité Ejecutivo tiene pocos miembros y su puesto lo compaginan con sus trabajos nacionales. Necesitaríamos, al menos, otros dos.
Otro problema es que los gastos de la reunión anual del Comité corren a cargo de la nación que lo preside. En las últimas elecciones, muchos países presentaron candidatos a la presidencia electa pero la mayoría se retiró al enterarse de que debían cubrir los gastos.
Necesitamos un modelo financiero que no comprometa a la nación de la presidenta.
Pero hay países, como España, con los que podemos contar. Así lo demuestra el premio que nos ha dado, el curso de asesores de género, el trabajo del Observatorio y su modelo de integración dela mujer en las Fuerzas Armadas.
Entrevista realizada por Elena Tarilonte. Revista Española de Defensa núm 286. Julio-Agosto 2012. Fotos: Patricia Flakstad